Espectáculos
Página 10/LA NACION
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CLASICA
Viernes 11 de junio de 2010
DANZA
Abono del Bicentenario
El talento de Yo-Yo Ma llega al Colón El chelista chino se presentará esta noche junto a la pianista Kathryn St Stott, tott, con quien interpretará obras de Morricone, Gershwin y Brahms El chelista Yo-Yo Ma es un músico decididamente fuera de serie en todos los sentidos posibles. Por un lado, y sobre todo, por el dominio pasmoso de su instrumento; pero también porque, pese a habitar el privilegiado parnaso del star system de la música clásica, tiene un apetito musical que lo impele en otra direcciones, entre ellas el tango, la música de Buenos Aires y específicamente Astor Piazzolla. Entre sus amigos se cuenta también una argentina que dicta clases de literatura en Harvard. “Se llama Diana Sorensen. Gracias a ella conocí también mejor la literatura latinoamericana y especialmente a Borges. No veo la hora de estar de nuevo en Buenos Aires”, dice Ma desde Estados Unidos. Como parte del Abono del Bicentenario, Yo-Yo Ma tocará hoy, a las 20.30, en el Teatro Colón un programa con obras de Ennio Morricone, George Gershwin y del brasileño Cesar Camargo Mariano, además de la Sonata para violonchelo y piano en Mi menor, Op. 38, de Johannes Brahms, y la Sonata en Sol menor, Op. 19, de Sergei Rachmaminov. Lo acompañará la inglesa Kathryn Stott, una pianista a la que, como sucede con Emanuel Ax, lo une una relación no solamente musical sino también amistosa. “Soy muy amigo de Kathryn y de Emanuel, y lo mejor de todo es que yo amo el piano y a ellos les encanta tocar con cuerdas”, comenta con sincero entuPARA AGENDAR
Abono del Bicentenario, abren el ciclo Yo-Yo Ma (chelo) y Kathryn Stott (piano). Teatro Colón, Libertad 621. Hoy, a las 20.30. Entradas a la venta en la boletería, Tucumán 1171.
“Me gusta pensar que hay muchas músicas clásicas”, dice el chelista
siasmo en un inglés casi sin vestigios de acento chino. “A Kathryn la conozco desde hace más de treinta años. Primero nos hicimos amigos y después empezamos a tocar juntos. La amistad es siempre lo primero. Lo que más me gusta de ella es su pasión por viajar y el hecho de que su curiosidad por el mundo es quizá mayor que la mía… La verdad es que la vida de los dos cambió cuando empezamos a tocar juntos, cuando tocamos Piazzolla, cuando estuvimos en Brasil.” –Justamente, el programa que presentará esta vez en el Colón incluye obras muy variadas, de épocas y estilos muy distintos.
–Me doy cuenta de que puede parece extraño que empecemos el concierto con piezas de Morricone, Gershwin y Mariano, pero creo que de algún modo pensamos en los mismos términos en que lo hacía Bach: él compuso las suites para chelo con danzas de Alemania, Francia, Italia, algunas del norte de Africa, España… Y luego estas suites son lo que consideramos música alemana. ¿Por qué entonces no empezar con algo cercano a América del Sur? Sabemos cuánta gente de origen italiano hay en la Argentina. Sabemos que Piazzolla fue a Nueva York y conoció el jazz desde muy chico. Y sabemos que Brasil es un país que suele convertir muchas
culturas en una única identidad. –¿Qué es la música clásica para usted? ¿Tiene sentido todavía esa categoría? –Es una categoría muy compleja. Mucha gente la usa para decir cosas muy diferentes. A mí me gusta pensar que hay muchas músicas clásicas, que lo clásico es más bien algo que la gente ha apreciado durante largo tiempo; una música que alentó el entendimiento de los hombres. Y eso incluye música folklórica, incluye jazz, Beethoven y todo tipo de músicas. No hay ninguna razón por la que las palabras “música clásica” signifiquen una cosa y no otra. –Usted suele tocar muchas obras
al margen de los períodos barroco, clásico y romántico. ¿Qué cambios en la técnica del chelo, e incluso en la afinación, demanda cada uno de esos repertorios? –Ese es un problema verdaderamente interesante. Por ejemplo, si toco una pieza que incluye también guitarra tengo que empardar con el chelo esa sonoridad. Y algo parecido ocurre con la música barroca cuando uno usa demasiado vibrato y al mismo tiempo no se puede ser totalmente expresivo sin ese vibrato. Cuando se considera esa cuestión de la afinación desde una perspectiva histórica se abre todo un mundo. Es fascinante. –¿Cómo fue su primer contacto con el tango y qué lo atrajo de Piazzolla? –La música de Piazzolla fue como un imán. Desde el principio conquistó mi oído, mi corazón, mi alma. Pero llegué a conocerla casi por casualidad. Teníamos una babysitter que un día fue a un concierto de Piazzolla en Cambridge, Massachussets. Y adivine qué: su tío era el chelista del quinteto, José Bragato. Ayer me enteré de que él va a ir al concierto de Buenos Aires. Luego, cuando estuve en la Argentina, me encontré con muchos músicos que conocieron a Piazzolla: Héctor Console, Antonio Agri –que lamentablemente murió–, Horacio Malvicino, Néstor Marconi, que es un músico fantástico. Ellos me guiaron y me alentaron a tocar esta música. –Daniel Barenboim comparte esa pasión. ¿No hablan sobre tango cuando se encuentran? –¡Sí, por supuesto! Y no solamente hablamos. Solemos tocar cosas que él recuerda, versiones… Es parte de su vida.
Pablo Gianera
TEATRO (Primer plano)
Fiesta en el Cervantes
Actuar, una lucha maravillosa José María López vuelve a escena con El ex alumno, en el Teatro del Pueblo
GUSTAVO GORRINI/TNC
Los Macocos en el momento de recibir un premio por su trayectoria
Se entregaron los premios María Guerrero Con muchas ausencias, hubo momentos de emoción Anteanoche, minutos antes de las 20, la banda militar Tambor de Tacuarí, del Regimiento de Infantería I Patricios inauguraba la ceremonia de entrega de los Premios María Guerrero 2009 junto a la soprano, cantante lírica y popular Gabriela Pochinki, invitada especialmente para entonar el Himno Nacional Argentino. Con la conducción de Martín Wullich, así comenzaba la edición 2009 de este tradicional galardón que desde hace 23 años la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes otorga a “La gran familia del teatro”. “Los premios María Guerrero son los más importantes del teatro argentino. Y si bien los entregamos todos los años, esta vez el Cervantes se vistió especialmente de fiesta para conmemorar el bicentenario”, señaló Norma Duek, presidenta de la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes, minutos antes de comenzar la ceremonia. Como novedad, a los rubros tradicionales (mejor actriz; mejor actor; mejor director; mejor autor y mejor vestuario) en esta nueva edición se anexaron los premios a la mejor escenografía y a la mejor iluminación. Y por única vez, se entregaron cuatro Premios Bicentenario a Mirtha Legrand –madrina del María Guerrero–, Norma Aleandro, Alfredo Alcón y Maximiliano Guerra. Lamentablemente, muchos de los premiados no estuvieron allí para recibir su galardón. Después de las palabras de la presidenta de la Asociación, que subió al estrado junto al embajador de España, Rafael Estrella, la primera en recibir la estatuilla fue Mirtha Legrand, que además de los agradecimientos de rigor, pidió por la restauración del Teatro Nacional Cervantes. Enseguida continuó la entrega de menciones especiales para representantes de las salas Siranush y Cine-Teatro Brown, y se confirieron los Premios Estímulo para Emiliano Dionisi (De hombre a hombre y Titulares); Pablo Roten-
berg (Souvenir); Julieta Zylberberg (Agosto) y Pablo Razuk (Memorias de una pieza). La breve actuación de Valeria Lynch, que interpretó las canciones “Me das cada día más” y “Piensa en mí”, fue la bisagra para adentrarse en la segunda mitad de la noche, cuando se otorgaron los premios a la trayectoria a Hilda Bernard –que muy emocionada recordó los comienzos de su carrera en ese mismo escenario, hace 68 años– a Fernando Heredia y a Duilio Marzio.
Los mejores A continuación, se entregó una seguidilla de galardones: mejor vestuario, a Graciela Galán, por La cocina; mejor diseño de iluminación, a Ariel del Mastro, por Concierto amoroso; mejor escenógrafo, a Tito Egurza, por Marat-Sade; y mejor autor, a Mario Diament, por Informe sobre la banalidad del amor. Siguieron los premios a la Mejor Actriz, otorgado a Alejandra Darín también por Informe sobre la banalidad del amor, quien se mostró especialmente conmovida al recordar que su padre había actuado sobre ese mismo escenario; mejor actor, para Manuel Callau por El placer de volver a verla y al mejor director, para Agustín Alezzo, por Un rufián en la escalera. Hacia el final, se entregaron los diplomas de reconocimiento a Enrique Pinti, Los Macocos (que cumplieron 25 años de trayectoria), Pepe Cibrián Campoy, Angel Mahler, Lino Patalano y Horacio Salgán que, a punto de cumplir 94 años, se mostró el más sencillo entre los premiados: “Seguramente esta distinción supera los pocos méritos que pude tener en 75 años de trayectoria”. Para el cierre de la noche estaba prevista la actuación de Maximiliano Guerra aunque, según explicó Martín Wullich, por inconvenientes personales no pudo asistir a la cita. Una pena.
Alejandro Rapetti
De pequeño nunca pensó en de- las Malvinas. Esa pieza trataba fue Los compadritos, de Roberto dicarse a la actividad teatral. Sus un tema muy ríspido para la Cossa. Ahí hacía de alemán loco; padres españoles lo guiaron hacia época: el de los desaparecidos, había mucho de comicidad y de una formación universitaria. José el de los hábeas corpus. Con ese grotesco. Una tercera producción María López se recibió de arqui- trabajo, empezaron a conocerme importante para mí fue Bartleby, tecto, pero nunca ejerció esa pro- en el medio. Otra obra bisagra según la versión de David Amitín. fesión. Nuevo Teatro, entonEsos trabajos fueron muy ces dirigido por Alejandra distintos y me obligaron a recreaciones muy diferenBoero y Pedro Asquini, fue tes, a meterme en mundos la institución en la que comuy distintos.” menzó a dar sus primeros –¿Por qué te cuesta utipasos sobre las tablas. Llegó ahí siendo muy jolizar la expresión “mi ven y guiado por el aviso de carrera”? un diario. La primera ima–Carrera es como... Me gen que vio sobre el escesuena a algo muy importante. Federico Luppi ha hecho nario fue la de una escena en ensayo de Raíces, uno de una carrera; Ricardo Darín, los éxitos más importantes también. Ellos han llegado de aquel grupo. a lugares muy destacados. Su adaptación a Nuevo Yo prefiero hablar de esta Teatro fue singular porque lucha. hasta tuvo que cumplir Somigliana tareas de acomodador. Pero ya había descubierto que la Y en esa lucha ahora actuación era su máximo vuelve a un texto de Carlos objetivo y sólo se dejó llevar. Somigliana, El ex alumno, “La carrera fue dándose a que a partir de esta noche se los golpes –cuenta hoy este presentará, con dirección actor–. En algún momento de Luis Sáez, en el Teatro sentí que debía dejar Nuevo del Pueblo. Una obra que se Teatro, probar en otros esestrenó en 1978 y que ahora pacios, y entonces empecé a se recupera con un elenco recorrer otros teatros indeque integran, además, Ferpendientes, otros sótanos. nando Armani, Milagros Hasta que me inscribí en el Almeida y Martín Leis. taller de Agustín Alezzo y, Este texto obliga a José ahí, se produjo un cambio María López a reparar en ciertos recuerdos. Por un muy grande. Estuve años lado, la figura de Somigliaal lado de Agustín. Ya en el segundo año participé na, a quien define “como como actor en Despertar un tipo extraordinario que de primavera, de Frank lamentablemente falleció Wedekin, después en Sólo muy joven, un gran tipo”. Y por otro, su adolescencia 80, junto a Hedy Crilla, y hasta tuve un papel destaen el Colegio Nacional de cado en Llegó el plomero, Buenos Aires. Su personaje de Sergio De Cecco.” en la pieza es, precisamenSi algo caracteriza la te, un viejo profesor de esa carrera de este intérprete casa de estudios que, un es la versatilidad con la buen día, recibe la visita que se adapta a diferentes de uno de sus alumnos. Ese proyectos y en muy distinencuentro desencadena un tos espacios. Puede vérselo sin número de situaciones en el circuito oficial tanto inquietantes. como en el alternativo, Su destino es la actuarecreando autores clásicos ción. “Actuar es vivir –sigue o contemporáneos. “Tanto López–. Creo que debo tener José María López, de regreso al Teatro del Pueblo en el drama como en la muchas carencias. Ser otro JULIAN BONGIOVANNI comedia, me siento muy en el escenario es como bien –explica López–. Hay ciertas concretar algo, realizarme. Soy PARA AGENDAR obras que son bisagras en mi muy tímido en la vida, pero en el El ex alumno, de Carlos Somigliana. carrera; en verdad me cuesta escenario soy capaz de cualquier Con José María López, Fernando Arllamarla carrera. En el seguncosa. Me gustan esos personajes mani, Milagros Almeida y Martín Leis, do Teatro Abierto, por ejemplo, que me permiten arriesgar. Me y la dirección de Luis Sáez. hice Oficial primero, de Carlos gusta jugarme en el escenario. Es Teatro del Pueblo, Roque Sáenz PeSomigliana, dirigida por Beatriz como una lucha maravillosa”. ña 943. Viernes, a las 21. $ 40. Matar. Era el final del proceso militar, después de la guerra por Carlos Pacheco
Del malambo al tango electrónico
Las múltiples variaciones de lo criollo, según Litvak Buena (((
Criollo, con Mauro Sebastián Cacciatore, Víctor Campillay, Esteban Hezkibel y Luis Monroy. Vestuario: Analia Manouelian. Iluminación: Alejandro Le Roux. Música: Pablo Bronzini. Coreografía y puesta en escena: Gerardo Litvak. El Portón de Sánchez. Duración: 60 minutos.
Gerardo Litvak es una de esas personalidades del mundo de la danza independiente a las que les gusta indagar en el movimiento puro. Esa postura está clara en su último trabajo, Criollo. Eso sí: ya desde el título deja en claro, en un año tan patrio, que su objeto de reflexión tiene que ver con nuestras costumbres, sus sonoridades, sus danzas típicas y sus símbolos. Los protagonistas son cuatro g auchos que comienzan el espectáculo vestiditos como Dios (o el Dios “argento”) manda vestir a la peonada, pero, claro, sin las botas adecuadas para un malambo porque andan descalzos. Entre ese registro entre lo que la tradición indica y ese corrimiento va la propuesta que, en términos sonoros, se permite transitar desde sonidos folklóricos hasta lenguajes más electrónicos pasando por una cumbia como si todo ese montaje fuera la Argentina misma. En medio, un escenario despojado. Litvak pone estos cuatro estupendos intérpretes que desprenden una potente energía masculina, aunque la corta edad en algunos de ellos o una contextura física no tan desarrollada disminuya esa pulsión. Quizá, quede pensar que esas digresiones también tienen que ver con el cuerpo central del trabajo. O, como dice el mismo Litvak en la información sobre el espectáculo, esa diversidad forme parte del “pastiche del ser argentino”, reflejado por un espectáculo que reflexiona sobre lo local, pero, incluso paradójicamente, fue producido casi en su totalidad gracias a dos líneas de subsidios internacionales. Para el armado de este puzzle, el coreógrafo y encargado de la puesta en escena cuenta con dos aliados importantes, como la iluminación de Alejandro Le Roux y el vestuario de Analía Manouelian, y otros cinco artistas que se convierten en sus soldados, que defienden a capa y espada la patria criolla versión Litvak: Mauro Sebastián Cacciatore, Víctor Campillay, Esteban Hezkibel y Luis Monroy, los bailarines, y Pablo Bonini, encargado de la música. En ellos, la idea de esa mixtura, de esta tradición que derrapa, de esas energías potentes y discontinuas, toman cuerpo y movimiento. A lo sumo, si bien la obra está atravesada por distintas capas, quizá merecía crear un concepto escenográfico más elaborado, superador del espacio vacío tan pampeano.
Alejandro Cruz
(En escena) Musicales históricos gratis Este fin de semana se podrá ver los musicales Patriotas (con Francisco Pesqueira y Julián Pucheta, entre otros) y Juana Azurduy (con Ana María Cores y Pepe Monje, entre otros) en Boedo. Se presentarán hoy, a las 21; y mañana, a las 20, respectivamente, en el C. C. Julián Centeya, San Juan 3255, con entrada libre y gratuita.
Monólogo psicológico Hoy y el próximo viernes, a las 20.30, sube a escena Porque soy psicóloga, monólogo escrito y dirigido por Mariano Moro, interpretado por Merceditas Elordi. En el Auditorio José Luis Cabezas, de la Facultad de Psicología de la UBA, Independencia 3065. Gratis.
Pepe Cibrián Campoy Hoy y los siguientes viernes de junio, a las 20.30, Pepe Cibrián Campoy hará su unipersonal Marica, sobre las últimas horas vividas entre Federico García Lorca y su asesino. A beneficio de la Fundación Garrahan, el Hospital de Clínicas y la Facultad de Medicina. En el Aula Magna de dicha facultad. Las entradas se retiran de lunes a viernes, en Paraguay 2155, primer piso. $5.