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Para el 25 de abril de 2015
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El llamado al discipulado
TEXTO CLAVE: "Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz, y me siga" (Lucas 9:23).
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PARA ESTA SEMANA: Lucas 5:1-11; 6:12-16; 9:1-6; Mateo 10:5-15; Lucas 10:1-24; 9:23-25; Mateo 16:24-28
PREVIEW
SÁBADO
ependemos de Dios por fuerza, dirección, amor y afecto, mientras estamos en esta Tierra. También, dependemos de él para que habite en nosotros. Básicamente, depender de Dios es el centro mismo de la lección de esta semana sobre el discipulado. En la historia del llamamiento de Pedro, Santiago y Juan (Lucas 5:1-11), Jesús indicó a Pedro que arrojara su red en el agua, luego de una noche entera de pescar sin atrapar ni un pez. Al escuchar la sugerencia de Cristo de tirar su red del otro lado, Pedro tuvo que aceptar una doble verdad: que sus esfuerzos de toda la noche no habían rendido ningún resultado, y que ya no tenía fuerzas. Aun así, Pedro obedeció a la palabra de Cristo, y por fe atrapó tantos peces que su bote comenzó a hundirse. Solo después de este ejercicio de fe es que Jesús le dice: "No temas; de ahora en más serás un pescador de hombres" (versículo 10). Creo que esta lección tenía el propósito de mostrar a Pedro y a los futuros discípulos de Cristo que para ser sus discípulos primero debemos depender de la fuerza de Dios, y no de la nuestra. Él dice: "Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada" (Juan 15:5). A lo largo de esta semana, recuerda que depender de Dios es lo esencial del discipulado.
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RECURSOS ESCUELA SABATICA
Lección para jóvenes | 26
18 Abril
DOMINGO
19 Abril
¿CÓMO PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE CRISTO NOS ESTÁ GUIANDO? Los discípulos son personas que aceptan y diseminan el mensaje de su maestro. Se puede decir que los discípulos son estudiantes cuyo único propósito es obtener el conocimiento que el maestro imparte, para que lleguen a ser como su maestro tanto en pensamiento como en conducta. Podemos notar esto en Lucas 6:40: "El discípulo no está por encima de su maestro, pero todo el que haya completado su aprendizaje, a lo sumo llega al nivel de su maestro". Como cristianos, reconocemos que somos discípulos de Jesucristo y, como tales, debemos ser como él. Sin embargo, hay una pregunta importante ante nosotros: ¿debemos ver a este Maestro y sus obras, para llegar a ser sus discípulos? Muchos estudiantes pueden dar fe de que aprender cualquier tema sin la presencia del profesor puede ser un gran desafío. Se preguntan qué pasos tomar para aprender de la mejor forma el contenido que están estudiando: si están yendo por el camino correcto. Se cuestionan si pasarán o perderán la materia. ¿Serán capaces de poner en práctica lo que aprendieron en clase? Estos son solo algunos de los cuestionamientos que se cruzan por nuestra mente; y es así como el tener la compañía del profesor proporciona mucha seguridad: se responde a la mayoría de nuestras preguntas, se enseñan nuevos métodos, y se gana un mayor entendimiento. Los discípulos de Jesús tenían esta seguridad. Presenciaron los milagros que obró en su presencia. Lo vieron alimentar a los cinco mil, echar fuera demonios, caminar sobre el agua y sanar a los enfermos. ¿Qué tenemos hoy en día como prueba, que nos permita seguirlo? El mismo Dios que aseguró a Josué: "No temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo adondequiera que vayas" (Josué 1:9) es el mismo Dios que nos habla hoy. Dios está todavía muy presente en estos tiempos modernos, así como lo estaba en los tiempos de los discípulos. Nos ha dado su Palabra y podemos depender confiadamente de ella, porque es la misma de siempre. "En el principio fue el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1). No tenemos por qué dudar. Lo único que se nos pide es que ejercitemos la fe. La fe y el discipulado tienen una conexión íntima.
Biblia en mano Lee Lucas 5:1 al 11, Mateo 4:18 al 22 y Marcos 1:16 al 20. Considera el asombro de los pescadores, la confesión de Pedro y la autoridad de Jesús. ¿Qué dice cada uno de estos elementos acerca del sendero del discipulado? La confesión de Pedro acerca de ser un pecador lo Impulsó a querer separarse de Jesús. ¿Qué hay en el pecado que nos induce a alejarnos de Dios?
27 | Lección para jóvenes
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LLAMADO DEL FRÍO AL CALOR Teniendo en cuenta los estándares de este mundo, podríamos presentar un caso muy simple en contra de la elección de discípulos de Jesús. No eran lo mejor de lo mejor. Para dar un par de ejemplos, en Lucas 5:29 leemos que Jesús llamó a Mateo (o Leví), un cobrador de impuestos. Jesús también llamó a Santiago y a Juan, los hijos de Zebedeo, apodados los hijos del trueno, o la conmoción. Entre los llamados, también estaba Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús y amó más al dinero que a su Salvador. Y la lista sigue. La razón por la cual Jesús llamó a estos individuos, y a ocho más, es un misterio: Pero, algo que aprendemos de las Escrituras es que Dios no hace acepción de personas (2 Crónicas 19:7; Hechos 10:34; Romanos 2:11). El costo del discipulado (Lucas 9:1-6, 23-25, 57-62; 10:1-24) En Lucas 9:1 al 6, Jesús llamó a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad para ministrar, y los envió a predicar el evangelio del Reino de Dios sin provisiones materiales. No debían llevar nada, salvo la ropa que tuvieran puesta. El costo del discipulado es transferido a los receptores del evangelio (Mateo 10:10; Lucas 10:1. Es similar al trabajo basado en comisión, en el cual los receptores del servicio honran al trabajador dándoles algo proporcional al trabajo que realizaron. Esto enseñó a los discípulos a confiar en la providencia de Dios, ya que él los estaría guiando, a través del Espíritu Santo, en sus lugares de trabajo. Pero antes de que esto sucediera, Jesús tuvo que explicar a los doce discípulos el grado de compromiso que debían traer. En Lucas 9:23 al 25 Jesús explica lo que estaba en juego, cuando habla de "todo o nada", es decir, entrega completa a la voluntad de Dios o confianza en uno mismo. Pero, cada una de estas elecciones trae consigo una consecuencia: vida eterna o destrucción eterna. El discipulado se convierte en una decisión aún más seria en Lucas 9:57 al 62, cuando Jesús explica la realidad de que una vez que decidimos ser sus discípulos no hay vuelta atrás. No hay nada de preeminencia en el discipulado; y no existe la opción de reconsiderar la decisión luego de comprometerse. El discipulado es lealtad al Reino de Dios y, al mismo tiempo, guerra contra el reino de Satanás. No hay posibilidad de estar en el medio, ser neutrales. Jesús estaba pidiendo a sus discípulos que lo siguieran adonde fuera que vaya, incluso a la cruz.
Biblia en mano Lee Lucas 6:12 al 16 y 9:1 al 6. ¿Qué dicen estos versículos acerca del llamado de los doce apóstoles? Afrontémoslo: no somos perfectos; ni los demás en la iglesia lo son. Todos estamos en el proceso de crecimiento (aun si los demás parecen crecer más lento de lo que nos gustaría). ¿Cómo aprendemos a trabajar con otros, y a aceptarlos tales como son?
Lección para jóvenes | 28
LUNES
20 Abril
MARTES
21 Abril
“ENTONCES, ¿CUÁNTO ME COSTARÁ EL DISCIPULADO?” Es fácil definir subjetivamente el discipulado, asumir quién cumple con su parte y evaluar la efectividad a través del éxito, mientras descuidamos sustancialmente la posición de Dios. Dios "evalúa" al discipulado por la manifestación de tres atributos: amor, obediencia y unidad. "Hay muchos que pretenden servir a Dios, pero que no lo conocen por experiencia. Su deseo de hacer la voluntad divina se basa en su propia inclinación, y no es la profunda convicción impartida por el Espíritu Santo" (Palabras de vida del gran Maestro, p. 29). Dios desea la negación del yo, perpetuada por amor. "El amor se revelará en el sacrificio [...]. Cristo lo dio todo por nosotros, y aquellos que reciben a Cristo deben estar listos a sacrificarlo todo por la causa de su Redentor. El pensamiento de su honor y de su gloria vendrá antes de ninguna otra cosa" (Ibíd., p. 30). Amar a Dios nos ayuda a obedecer su voluntad en nuestras vidas. La obediencia demuestra la negación del yo mejor que cualquier otra cosa. A menudo pensamos que el discipulado es para los pastores o los misioneros. Pero Dios desea que todos seamos discípulos, sin importar quiénes seamos. "El cristiano que lo es en su vida privada, en la entrega diaria del yo, en la sinceridad de propósito y la pureza de pensamiento, en la mansedumbre que manifiesta bajo la provocación, en la fe y en la piedad, en la fidelidad en las cosas menores, aquel que en la vida del hogar representa el carácter de Cristo: tal persona, a la vista de Dios, puede ser más preciosa que el misionero o el mártir mundialmente conocido" (Ibid., p. 333). Nosotros equiparamos el éxito en el discipulado con cuántas personas hemos "salvado" para Jesús. Pero, Dios no evalúa el éxito en el discipulado por la cantidad. Él busca calidad, y obediencia motivada por amor; lo cual trae, como consecuencia, la negación del yo en el individuo que se compromete con el discipulado. "El duque de Wellington asistía una vez a una reunión en la cual un grupo de cristianos discutía la posibilidad de éxito en el esfuerzo misionero entre los paganos. Apelaron al duque para que dijese [...] su parecer [...]. El viejo soldado contestó: 'Caballeros, ¿cuál es vuestra orden de ruta? El éxito no es una cuestión que os toque discutir. Si mal no entiendo, las órdenes que se os dan son estas: Id por todo el mundo, predicad el evangelio a toda criatura. Caballeros, obedeced vuestras órdenes de marcha' " (La fe por la cual vivo, p. 151). El amor, la obediencia y la negación del yo debieran ser las fuerzas motivadoras que nos ayuden a compartir el mensaje de Dios de amor, paz y esperanza. Estos tres definen el verdadero discipulado.
Biblia en mano Lee Lucas 9:1 al 6 y Mateo 10:5 al 15. ¿Qué verdades espirituales podemos aprender del modo en que Jesús llamó a estos hombres? “No toméis nada para el camino" (Lucas 9:3). ¿Qué principio se expresa aquí, que es importante que comprendamos y experimentemos por nosotros mismos?
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MODALES CRISTIANOS
´MIÉRCOLES
Aceptar a Jesús como tu Salvador es la decisión y la experiencia más grande y revolucionaria que puedes tomar. Te das cuenta de que existe un Dios santo y justo, a quien el pecado ofende. También, reconoces tu estado pecaminoso y tu incapacidad de mejorarte a ti mismo, para escapar de la muerte (Romanos 6:23). Pero, luego aceptas que hay Alguien que te ama tanto que murió por tus pecados para que puedas tener vida eterna (Juan 3:16). Una vez que aceptas a Jesús, notas que tu vida necesita de varios cambios, para permanecer en él. Te has convertido en una nueva persona (2 Corintios 5:17). Tu estilo de vida anterior, que era ofensivo para Dios, no puede continuar siendo la manera normal de vivir. Este es el llamado al discipulado: un viaje que te llevará a nuevas alturas con Jesús. Lucas 9:23 al 25 implica tres pasos simples, pero difíciles, en este proceso. Requiere una transformación total del yo (Romanos 12:2) y sacrificio, que puede hasta incluir la muerte. Pero, al final valdrá la pena. Niega el yo. Como los seres humanos somos pecadores por naturaleza, en contraste directo con el carácter de Dios, seguir a Jesús requiere dejar atrás las inclinaciones naturales y egoístas de la carne. Nuestro centro debe ser Dios, no el yo. Y aunque mejorar es el objetivo, el discipulado abarca mucho más que el éxito o los logros personales. Se traduce en una transformación de carácter a la semejanza de Dios: imago Dei. Toma tu cruz. La cruz es un símbolo de sacrificio y humillación; es el siguiente paso para convertirnos en verdaderos discípulos. Por lo que Jesús ha hecho por nosotros en la cruz, nosotros debiéramos estar dispuestos a hacer cualquier cosa que nos pida. Es natural que ningún ser humano quiera someterse al dolor y la humillación; pero nuestro amor por Cristo nos llevará a hacer los sacrificios necesarios por él, sin importar cuáles sean. Síguelo. Luego de negar nuestro yo y tomar nuestra cruz, debemos aceptar la dirección que él tenga para nuestra vida. El Espíritu Santo trabajará en y a través de nosotros para guiarnos en el camino correcto. Además, nos guiará en la Gran Comisión, para ir y hacer discípulos (Mateo 28:19, 20); quienes también llegarán a ser creyentes comprometidos para Cristo.
Biblia en mano Lee Lucas 10:1 al 24. ¿Qué nos enseña el envío de los setenta sobre la obra de ganar almas en medio de la Gran Controversia? Lee otra vez Lucas 10:24. ¿Qué cosas hemos visto, que profetas y reyes desearon ver pero no pudieron? ¿Qué debería significar esto para nosotros?
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22 Abril
JUEVES
23 Abril
¿QUÉ TAN DIFÍCIL PUEDE SER? A menudo asociamos el ser un discípulo con compartir el evangelio con el mundo. Pero esto es solo una parte. En Lucas 6:27, Jesús introduce un aspecto del discipulado que a nosotros, seres caídos, no nos es fácil: "Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian". Cuando Adán y Eva pecaron, se destruyó la armonía que Dios deseaba para este mundo. Lucas nos muestra a Jesús, el Creador, oponiéndose totalmente a las injusticias causadas por el pecado. Él habla a favor de los oprimidos, sana a los enfermos, echa fuera demonios y alimenta a los hambrientos. Esto nos muestra cuán importantes somos para él. Así que, no es sorprendente que espere que sus seguidores mantengan el mismo nivel de cuidado por los demás, sin importar la respuesta que reciban de aquellos a quienes están cuidando. En su propia vida, Jesús demostró la orden de "Amar a nuestros enemigos". En el arresto de Jesús, Pedro siguió sus inclinaciones humanas de defender sus intereses personales por cualquier medio posible. Jesús lo amonestó inmediatamente, y le recordó que Dios estaba en el control. Jesús hizo entonces lo que solo Dios puede hacer: restauró la salud al hombre que estaba allí para tomar su vida. Lo que hace que amar a nuestros enemigos sea tan difícil es nuestra naturaleza egoísta. Nos es imposible demostrar el mismo grado de abnegación que Jesús demostró, si no tenemos una conexión con él mediante la oración y el estudio de la Biblia. Entonces, a través de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, reflejaremos a quien profesamos. Cuando las cosas se ponen difíciles, nuestro primer instinto debiera ser pedir a Dios que guíe nuestros pasos. Esta es la única forma en la que realmente podemos aprender a amar a nuestros enemigos. Quisiera sugerir que usemos la orden de "Amar a nuestros enemigos" como una prueba de fuego para nuestro nivel de fe. La manera en que respondemos cuando somos provocados y la manera en que nos relacionamos con las personas que nos odian, tienen una correlación directa con nuestra relación con Cristo. Si somos sus discípulos, debemos ver al mundo y a nuestros semejantes como él los ve. Debemos amar a las personas sin importar en qué crean o cómo se comporten. Debemos extender el amor de Jesús a todos.
Biblia en mano Lee Lucas 9:23 al 25, Mateo 16:24 al 28 y Marcos 8:34 al 36. ¿Cuál es el mensaje vital para todo el que afirma ser cristiano? ¿Qué te ha costado seguir a Cristo? Piensa en las implicaciones que tiene tu respuesta.
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RECUERDA
VIERNES
Cuando Jesús caminó por esta Tierra como uno de nosotros, no llamó a seguirlo a quienes hubiésemos esperado. Caifás no estaba incluido en los doce discípulos. Tampoco recompensó de manera evidente a quienes llamó. Su sendero manchado con sangre marcó el camino para los discípulos, y todos ellos dejaron su propio sendero de sangre al seguir Jesús hasta la muerte. Entonces, ¿qué esperas cuando respondes al llamado de Jesús a seguirlo? Puedes esperar que muestre su favor de maneras materiales y temporales; muchos ministerios exitosos se desarrollan dentro de este evangelio de la prosperidad. Pero quizá ya estés comenzando a experimentar el verdadero costo del discipulado
24 Abril
CONSIDERA
» Lee Lucas 9:57 al 62. En una hoja de papel, haz dos columnas. En una, escribe las excusas que la gente usa para demorar el seguir a Jesús. En la segunda columna, escribe las razones que has escuchado a otros usar o que tú mismo has usado. Debajo de las dos columnas, escribe la respuesta de Jesús a aquellos que deciden seguirlo (Lucas 9:23-25). » Dibuja una cruz en una hoja grande de papel, que puedas colgar en el lugar donde tienes tu culto personal. Durante este trimestre, pide a Dios que te muestre qué actitudes, hábitos, acciones y elecciones de estilo de vida evitan que sigas a Jesús. Escríbelas en pequeños pedazos de papel a medida que te sean reveladas, y pégalas sobre la cruz. Al hacerlo, ora, pidiendo a Dios que te ayude a entregarle esas áreas de tu vida. » Escribe un poema que describa tu propia decisión de seguir a Jesús, y cómo ha sido ese viaje desde que lo empezaste.
» Comparte tu poema con la iglesia. Pregunta a tu pastor si puedes compartir tu testimonio personal de crecimiento, y cómo Dios actúa en tu vida. U ofrece compartir lo que has escrito en tu Escuela Sabática.
» Encuentra un himno o una canción de adoración (o escribe una tú mismo) que exprese cómo Jesús camina contigo en tu viaje del discipulado, y sobre la esperanza y las promesas que te ofrece cuando dependes de él. Cántalo en tu culto personal para alabarlo.
AMPLÍA
Mateo 10:37-39.
Elena de White, El camino a Cristo, "Cómo lograr una magnífica renovación", pp. 57-65.
Colaboraron esta semana: Nyachom Chiek, Calgary, Alberta, Canadá; Bevaughn Chablal, Calgary, Alberta, Canadá; Asher Shiringinyai, Calgary, Alberta, Canadá; Abigail Tadigadapa, Calgary, Alberta, Canadá; Thompson Franklin Robin Jr., Calgary, Alberta, Canadá; Jidzo Hobona, Calgary, Alberta, Canadá; Jean Kellner, Fulton, Maryland, EE.UU. Lección para jóvenes | 32