El infranqueable bloqueo al Senado

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POLITICA

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Domingo 8 de agosto de 2010

TENSIONES EN EL CONGRESO s UNA ESTRATEGIA QUE DESPERTO FUERTES DENUNCIAS

El infranqueable bloqueo al Senado Presiones a las provincias y ofertas a los legisladores “dudosos”, las claves del plan de resistencia kirchnerista GABRIEL SUED LA NACION Suena el teléfono celular del gobernador Jorge Capitanich, en el Chaco. Del otro lado de la línea está el senador kirchnerista Nicolás Fernández, conocido como “Tito”. “Coqui, mirá que hay legisladores tuyos que firmaron un proyecto para quitarle a la Anses los fondos coparticipables”, avisa el senador. La conversación entre “Coqui” y “Tito”, relatada a LA NACION por el senador, es sólo uno de los incontables contactos que los jefes del bloque oficialista mantienen casi a diario con gobernadores, legisladores y funcionarios de la Casa Rosada para garantizar el mantenimiento de lo que, hasta ahora, ha sido una máquina casi imbatible de ganar votaciones. Un bloque bastante cohesionado, llegada directa a gobernadores con votos propios, algunos senadores siempre dispuestos a cambiar de posición y un aceitado sistema de alarmas tempranas que activa negociaciones entre la Casa Rosada y las provincias urgidas de fondos. Esas parecen ser las claves que convirtieron al Senado en el cementerio de todas las ofensivas opositoras en el Congreso, al margen de las sospechas de prebendas y favores personales lanzadas desde la oposición. Nacido y criado en Santa Cruz, “Tito” Fernández es un hombre clave del bloque que conduce Miguel Angel Pichetto, en la Cámara alta.

Con su estrategia, el Gobierno convirtió al Senado en el cementerio de todas las ofensivas opositoras en el Congreso Entre los dos, preparan, semana tras semana, las estrategias para aplicar ante cada votación en el recinto. Hacen reuniones de bloque todos los martes y atienden las llamadas de todos los senadores, sean oficialistas u opositores. “Lo primero es asegurarse los votos propios”, dice un miembro del bloque kirchnerista, que atribuye el éxito de la bancada oficialista a los errores de cálculo de la oposición. “Cuentan como propios a tipos que no tienen y cuando alguien no vota con ellos, lo denuncian”, agrega. A los 31 senadores que integran el bloque del Frente para la Victoria, hay que agregar tres aliados estables: los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz (ex ARI), y el neuquino Horacio Lores (MPN).

En línea con la Casa Rosada “Nosotros, ante cada tema, vemos qué tenemos, qué nos falta y en dónde estamos flojos. Miguel [Pichetto] habla muy seguido con Aníbal [Fernández, jefe de Gabinete] y le va transmitiendo cómo está la situación”, cuentan a LA NACION los conductores del bloque kirchnerista. “Las negociaciones con los gobernadores las hacen desde el Gobierno”, agregan. Al igual que Agustín Rossi, presidente del bloque oficialista en Diputados, el jefe de los senadores kirchneristas suele visitar la Casa

Rosada para reunirse con Carlos Zannini, secretario legal y técnico, o, en ocasiones especiales, con la propia presidenta. Una de las alarmas tempranas que sonó en los últimos meses desde el primer piso del Senado fue durante la batalla por el uso de reservas del Banco Central para el pago de deuda pública. Le avisaron al jefe de Gabinete de una versión que indicaba que el pampeano Carlos Verna analizaba la posibilidad de presentar un proyecto para autorizar por ley la utilización de esos recursos. El mecanismo funcionó a la perfección: el 5 de mayo, luego de que la Nación se comprometiera a saldar con La Pampa una deuda de $ 690 millones, el oficialismo logró imponer la iniciativa en el recinto, con el respaldo de Verna y de su compañera de bloque, María Higonet.

Fondos a Chubut El proyecto tuvo también el respaldo de la senadora Graciela Di Perna, cuñada del gobernador de Chubut, Mario das Neves, justo cuando la provincia negociaba el apoyo del Banco Central al lanzamiento al mercado internacional de un bono por US$ 300 millones para financiar obras públicas. Integrantes del bloque oficialista no reniegan de esos métodos de negociación, a los que la oposición señala como presiones indebidas o, incluso, casos de corrupción. “No considero ilícito sentarme con un senador a discutir sobre el país e intentar hacerlo recapacitar”, dijo a LA NACION Nicolás Fernández, furioso por las denuncias opositoras. “En el tema de Marcó del Pont [Mercedes], operé personalmente, llamando a cuanto gobernador pude”, detalló, en referencia a la votación en la que se aprobó el pliego de la presidenta del Banco Central. Para responder a las denuncias de la UCR, Pichetto sostuvo en un comunicado: “Es totalmente legítimo, en el marco de los acuerdos entre el gobierno nacional y los de las provincias aliadas, que se dé el apoyo mutuo que puede derivar en el acompañamiento de iniciativas del oficialismo en el Congreso”. Gerardo Morales, jefe de los senadores radicales, lo había acusado directamente. “Que el jefe del bloque oficialista no sólo admita, sino que promueva presiones, dádivas o canjes de votos en el Congreso es francamente inaceptable”, había dicho. Las sospechas de los radicales apuntan, principalmente, contra los senadores que, tras haber votado junto con la oposición en la sesión en la que el oficialismo perdió el control de las comisiones, luego formaron una llamada “zona gris”, desde la que acompañaron al kirchnerismo en votaciones importantes. En la primera línea de los cuestionamientos están Carlos Menem, Roxana Latorre y María José Bongiorno. Los tres fueron decisivos en la votación del pliego de Mercedes Marcó del Pont y, además, obligaron a la oposición a desechar la idea de comenzar por el Senado el tratamiento del proyecto para aumentar las jubilaciones e imponer el 82 por ciento móvil. Lejos de despegarse de los senadores cuestionados, el oficialismo se cuida de no criticarlos, consciente de que podría necesitarlos en el futuro.

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MARIANO OBARRIO

  

El gobierno de Cristina Kirchner se preocupaba hasta hace una semana por el avance de la oposición en la sanción de proyectos de ley como el aumento de las jubilaciones y la reducción de retenciones. Pero el temor a que los bloques opositores logren “desfinanciar” al Estado, como denunció la Casa Rosada, se disipó en las últimas horas: ministros y operadores del oficialismo aseguraron que en el Senado “morirán todos esos proyectos”. “Olvídense, en el Senado no va a pasar ningún proyecto. Se morirán allí. Y que digan que tenemos Banelco, Visa, Master y todas las tarjetas”, desafió a sus adversarios, ante LA NACION, un colaborador directo del jefe del PJ, Néstor Kirchner, con despacho en la Casa Rosada. Idéntico concepto manejaban durante la semana que pasó un ministro, incondicional de la Presidenta, y un miembro directo del entorno de Kirchner. Los Kirchner lucen exultantes: consideran que ya no existe paridad en el Senado. Este escenario de hace meses obligaba al Gobierno a no dejar escapar a posibles senadores díscolos. Pero luego pasó a negociar. Ahora, los cálculos oficiales indican que la oposición sólo puede confiar en 30 votos seguros. La Casa Rosada considera que, según cada proyecto, podría operar sobre una decena de senadores ajenos. Los proyectos de la oposición que más preocupaban en Balcarce 50 eran los que podrían desfinanciar la caja del Tesoro: la suba del piso de las jubilaciones al 82% móvil, que elevaría el gasto previsional en 30.000 millones de pesos; la reducción de las retenciones a productos agropecuarios, por las que se recaudan 32.000 millones; el reparto de ATN de 9000 millones; la eliminación de los superpoderes; la reforma del Indec y de la Oncca.

LA NACION

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Los “árbitros” que definen siempre para un mismo lado Menem, Latorre y Bongiorno son decisivos para no complicar al oficialismo Después de trabajosas negociaciones y de una sesión frustrada, el 4 de marzo pasado la oposición logró reunir la mayoría de 37 votos y arrebatarle al oficialismo el control de las comisiones en el Senado. La impresión de los jefes opositores era que de allí en más iban a aplicar esa mayoría para sancionar leyes clave. Pero nada resultó como esperaban. El sepulturero de esas ilusiones resultó ser un puñado de senadores que, después de haber conformado la mayoría que dejó al oficialismo en minoría en todas las comisiones, adoptó posiciones que favorecieron al Gobierno. La primera sorpresa se produjo sólo una semana después. El 11 de marzo, la ofensiva opositora contra la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, se vio frustrada por la resistencia de tres senadores que los jefes opositores contaban entre sus filas: Carlos Menem, la santafecina Roxana Latorre y la rionegrina María José Bongiorno. Latorre renovó su banca como compañera de fórmula de Carlos Reu-

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Senadores oficialistas Con ese número –6 menos que el quórum–, el kirchnerismo ha bloqueado todas las jugadas opositoras. temann en junio de 2009. El ex piloto de Fórmula 1 la echó de su bloque sólo dos meses después, luego de que ella habilitara el tratamiento en el recinto de la prórroga de la legislación delegada en el Poder Ejecutivo. Bongiorno es una ex integrante del Frente Grande que entró al Senado en 2007 en la misma boleta que Pichetto y que se alejó del oficialismo tras las últimas elecciones. Luego de un mes de parálisis, la Cámara alta reunió el quórum de 37 senadores el 14 de abril, por la inesperada presencia de Adriana Bortolozzi, una formoseña que acaba de renunciar al bloque kirchnerista. Las presiones que a la vista de todos sufrió la senadora para que se reti-

El debate

Sanz anticipó que quieren modificar la ley de presupuesto para 2011 LA NACION Después de años de distancias, peleas y traiciones mutuas, los intendentes radicales más influyentes del país y su partido, la UCR, están en pleno proceso de reconciliación, y una de sus primeras coincidencias será reclamar juntos los fondos que Gobierno les niega. Esa fue una de las conclusiones más importantes que arrojó la reunión que el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, mantuvo la última semana con 8 de los 11 intendentes radicales que gobiernan capitales de provincias. El encuentro era impensado un par de años atrás, cuando nombrar al radicalismo era “piantavotos” y varios intendentes preferían acercarse al kirchnerismo. Sin embargo, eso cambió. Desde la última elección, la UCR se recupera a nivel nacional y tiene expectativas para llegar al poder en 2011. Para hacerlo, no va a desperdiciar ningún recurso, y en ese tren la última semana Sanz se sacó una foto con los intendentes, aclaró que todos eran “potenciales candidatos a gobernadores” y los llamó “la cara de la competitividad en la gestión”.

En una reunión plagada de coincidencias, la mayor fue pelear por los fondos que el Gobierno prefiere entregar a los intendentes “amigos”, según sus palabras. Envalentonados con la mayoría que la oposición cosecha en Diputados y con la esperanza de vencer el fuerte brazo del kirchnerismo en el Senado, el radicalismo apuntará a modificar el proyecto de ley de presupuesto que en septiembre ingresará al Congreso para mejorar el reparto de fondos a las provincias y municipios. “Por primera vez, desde que asumió el kirchnerismo, tenemos expectativa de poder discutir seriamente el presupuesto y modificar la relación fiscal Nación-provincias”, confió Sanz a LA NACION. De todas maneras, aclaró que la intención no es “armar un presupuesto paralelo de la oposición”, sino sólo “corregir distorsiones”. Su estrategia es muy simple: buscarán impedir que el Gobierno subestime las tasas de crecimiento y recaudación (como pasa cada año) y así evitar que ese millonario excedente de ingresos se distribuya discrecionalmente. “Vamos a tratar de que ese dinero vaya a todas las provincias y municipios del país”,

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Se disipa el temor por los proyectos opositores

 

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La UCR y sus intendentes se meten en la pelea por fondos LAURA CAPRIATA

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El Gobierno confía en que no le tocarán la caja

explicó el senador mendocino. Para hacerlo, la UCR deberá lograr consensos con el resto de la oposición, pero empezó por conseguir un guiño de sus intendentes. “Los municipios no fuimos beneficiados con la misma refinanciación de deudas que las provincias, y tenemos deudas por 400 millones de pesos”, explicó el intendente de la ciudad de Mendoza, Víctor Fayad, después de reunirse con Sanz. El intendente de Santa Fe, Mario Barletta, habló de “la inequidad en la distribución que lleva décadas” y del proceso mundial en el cual los gobiernos locales cada vez administran más programas y recursos. No pasó inadvertida la presencia del intendente de Neuquén, Martín Farizano, aliado del kirchnerismo en su provincia, pero que le hizo una señal a la UCR a nivel nacional. La lista se completó con los jefes comunales de Viedma (Río Negro), Santa Rosa (La Pampa), San Salvador de Jujuy (Jujuy), Resistencia (Chaco) y San Fernando del Valle de Catamarca. Además de reclamar que no los marginaran en el envío de obras y programas sociales, cotejaron los cronogramas electorales de sus provincias, siempre con un ojo puesto en 2011.

ERNESTO SANZ PRESIDENTE DE LA UCR - SENADOR

2011. Sanz les ➽ Presupuesto prometió a los intendentes de su partido que en el Congreso tratarían de introducir modificaciones en el presupuesto de 2011 para enviar más fondos a las provincias y los municipios. y programas. Los inten➽ Deudas dentes de 8 capitales de provincia (una parte de los 500 jefes comunales radicales de todo el país) pidieron una refinanciación de deudas, más obras y planes sociales para sus distritos. Año electoral. El partido se ➽comprometió a apoyarlos para competir en sus provincias y ellos prometieron lo mismo para el candidato nacional de la UCR.

rara no dieron resultado. Pero la sesión no fue lo que la oposición esperaba. El oficialismo logró aprobar, por 35 votos contra 34, el pliego de Marcó del Pont, gracias al voto favorable de Latorre, la abstención de Menem y la ausencia de Bongiorno. En esa misma sesión, la oposición se impuso por 35 a 33 en la votación para hacer coparticipables los ingresos por el impuesto al cheque, pero no reunió la mayoría de 37 votos. Latorre acompañó la iniciativa, pero Menem dejó el recinto. Un mes más tarde, el oficialismo aprobó un proyecto para permitir el uso de reservas del Banco Central. Los no oficialistas que acompañaron fueron aún más: Bongiorno, Latorre, Carlos Verna (autor de la iniciativa), María Higonet, Graciela Di Perna y Samuel Cabanchik (autor de un proyecto similar). La última gran frustración opositora se produjo la semana pasada. Ante la anunciada resistencia de Latorre y el sugestivo silencio de Menem y Bongiorno, debió posponer los planes para debatir el proyecto de aumento de las jubilaciones.

Más presión por las jubilaciones El senador cordobés Luis Juez y su par santafecino Rubén Giustiniani se sumaron ayer a la presión para aprobar el proyecto de ley que aumenta las jubilaciones, a partir de otorgar el beneficio del 82 por ciento móvil. Indignado por el rechazo del gobierno de Cristina Kirchner a esa iniciativa, Juez señaló: “El kirchnerismo trata a los jubilados como monos en el zoológico a los que les tira dos monedas cada seis meses”. Juez afirmó que el 82 por ciento móvil “hay que resolverlo y después se verá de dónde sale la plata”. Y añadió: “Si apareció la plata para el fútbol, para la obra pública con sobreprecios, para pagarles a los fondos buitre, decir que se desfinancia el sistema es una chicana de un gobierno que no se anima a dar la discusión”. Por su parte, Giustiniani enfatizó que “los jubilados no pueden seguir esperando”. Según su visión, “los fondos [para pagar el aumento] existen” en el Estado nacional. “Hay que terminar con la política de mantener una Anses rica y jubilados pobres”, afirmó Giustiniani, durante una visita a Posadas. El senador socialista dijo que ya solicitó en el Senado una audiencia pública para discutir de qué manera cumplir con el objetivo.

“Olvídense, en el Senado no va a pasar ningún proyecto de la oposición”, dijo un alto funcionario de la Casa Rosada El control de caja será clave para Kirchner hasta las elecciones presidenciales de 2011, en las que pretende regresar al poder: planea acelerar un plan de obras públicas; aumentar aún más las jubilaciones, los salarios y los planes sociales. Pero más cerca de las elecciones.

Diferencias internas “No va a prosperar ningún proyecto. Ninguno se transformará en ley, porque hay incluso diferencias entre ellos”, aseguró a LA NACION un ministro negociador clave. En la Casa Rosada dicen haber recibido señales de que ciertos sectores de la UCR y del peronismo disidente amagan con avanzar en esos proyectos en su discurso público, pero que no irán a fondo porque en 2011 podrían acceder al poder y creen que entonces se encontrarían con problemas de caja. Sin ir más lejos, en el conteo para diversas iniciativas, el Gobierno negoció y negociará votos, abstenciones o ausentismos con una gama de senadores peronistas no kirchneristas: Carlos Menem (La Rioja), Roxana Latorre (Santa Fe), Luis Viana (Misiones), Graciela Di Perna (Chubut), y Carlos Verna y María Igonet (La Pampa). Otros opositores, más o menos confiables para el Gobierno, son Samuel Cabanchik (Capital, ex Coalición Cívica), Josefina Meabe (Corrientes), María Rosa Díaz y José Carlos Martínez (ARI-Tierra del Fuego), y Horacio Lores (MPNNeuquén). El Gobierno se entusiasma, además, para ciertas leyes con la colaboración voluntaria o no del jefe del bloque de la UCR, Gerardo Morales, y del presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, como ocurrió en la aprobación del casamiento gay. En la intimidad, Cristina Kirchner se preocupó por la instalación de las denuncias de coimas y prebendas en el Senado para favorecer al oficialismo. “Ustedes, la prensa, instalan eso: que los legisladores que votan junto con el oficialismo están comprados y eso no es así”, se lamentó el ministro del Interior, Florencio Randazzo, ante LA NACION. “Si defienden el interés general –estabilidad fiscal, retenciones o recuperar recursos previsionales– son sospechados de ser comprados por el Gobierno. Y no se acusa a los que votan y son funcionales a las corporaciones y a los peores intereses”, protestó el ministro.