El derecho al ingreso universal

reglas del idioma original, sino del español, sinceramente ... con las reglas de acentuación del español, a las que ... Zürich debe escribirse en español Zúrich,.
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Notas

Lunes 10 de diciembre de 2007

LA NACION/Página 21

10 de diciembre: Día de los Derechos Humanos

El derecho al ingreso universal Por Eduardo Duhalde Para LA NACION “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.” Del Art. 1º de la Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948.

E

L delegado del FMI durante los febriles meses de mi mandato presidencial, Anoop Singh, publicó un artículo de opinión en el que sostiene: “En la Argentina, desde 2002, la pobreza cayó a la mitad y la tasa de desempleo descendió al 8%, resultando el programa de gobierno Jefas y Jefes de Hogar efectivo en conseguir estos logros”. Más que un reconocimiento tardío o un mea culpa, esa aseveración es una hipocresía que esconde el fondo de la cuestión. La caída de la pobreza y de la desocupación no es logro de un subsidio, sino de un modelo económico productivista al que el

y controles de salud de los hijos de los beneficiarios, y un monto que estaba por encima de la línea de indigencia. Tales condiciones la equiparaban a las experiencias de posguerra, materializadas en Gran Bretaña, primero; luego, en Finlandia, y posteriormente, en la casi totalidad de los países del oeste europeo. Se denominó Renta Básica (Holanda), Dividendo Social (Inglaterra), Subsidio Universal (Bélgica),

Renta de Existencia (Francia), etc., a este instituto aplicado en épocas de crisis, de origen anglosajón, con raíces en el siglo XVIII, que fue instrumentado ante las secuelas sociales de la guerra. El éxito en la aplicación del Plan Jefas y Jefes fue esencial para consolidar uno de los pilares de mi gobierno de salvación nacional: alcanzar la paz social. Objetivo similar se logró en Europa, con una cuestión

adicional de suma importancia: contribuyó eficazmente al derrumbe del delito y de la inseguridad. Aquí, el programa Jefas y Jefes de Hogar se ha tornado ineficaz y ha perdido su contenido original. La asignación de 150 pesos equivale, apenas, al 34% del monto que cubre la línea de indigencia, y los controles de escolaridad y salud se abandonaron. Ninguna otra política o programa social reemplazó

efectivamente los alcances de aquel. Sólo anuncios y pinceladas cosméticas. Al mismo tiempo, los subsidios del gobierno para controlar las tarifas de los servicios públicos favorecen mucho más a los sectores medios y altos, y apenas si alcanzan a los más postergados. El economista Javier González Fraga ha mostrado que, si se estiman los valores que debieran tener los combustibles y la electricidad, de no estar subsidiados, por cada 80 litros de nafta que se carga a un automóvil se está recibiendo un plan Jefas y Jefes, es decir, 150 pesos. Y otro tanto ocurre por cada 20 pesos de consumo eléctrico. Todo esto amplía la brecha de la ya injusta distribución del ingreso. En suma, mientras aquí seguimos discutiendo si es válida o no una renta de inclusión que garantice el derecho a

Una Argentina pujante (como un Mercosur en expansión) son trabas a la verdadera intención del FMI

Aquí se sigue discutiendo la validez de una renta de inclusión que garantice el derecho a la existencia

FMI combatió. Como muchos recordarán, meses después de la puesta en marcha de ese nuevo paradigma, cuando ya se veían sus primeros resultados positivos (los números de la macro y la microeconomía mostraban la recuperación del país), el Fondo seguía reclamándonos “un programa sustentable”. No era, pues, un error de enfoque o incomprensión de nuestra realidad de parte de los funcionarios del organismo. Es la política del Fondo. La Argentina iniciaba un camino independiente de los modelos de ajustes, y eso iba en contra de los postulados dogmáticos y la acción concreta de un ente multilateral comprometido con las naciones altamente desarrolladas, más interesadas en captar mercados que en permitir sus desarrollos propios. Así, una Argentina pujante (como un Mercosur en expansión) son trabas a esa pretensión. Volvamos a la formulación de Singh. El Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, en verdad, fue la primera experiencia masiva de aplicación de la renta básica de inclusión en América latina. Sus características originarias fueron la universalidad del derecho para los desempleados, una contraprestación que se traducía en exigencia de escolaridad

la existencia, en Europa y en los Estados Unidos se han creado instituciones permanentes que incentivan el debate acerca de la necesidad de establecer un nuevo derecho al ingreso universal, que alcance a la totalidad de la población, independientemente de su condición social. Se trata, como se ve, de un nuevo derecho humano. En tal sentido, es una lucha equivalente a la que se libró en los albores del siglo XX para obtener el sufragio universal. Del mismo modo que el voto, el ingreso universal, en el siglo XXI, significará una ampliación de la frontera de la libertad del ser humano. Desde el fin del Estado de Bienestar, construido a mediados del siglo pasado –que comienza a caer a partir de marzo de l976–, ha gobernado la lógica del mercado: desregulación económica y ajuste de las políticas sociales, con la consecuencia lógica de desocupación y marginalidad e inseguridad. Deberemos, entonces, replantear el rol del Estado y darnos un gran debate acerca de qué haremos con los cientos de miles de argentinos olvidados. © LA NACION El autor es ex presidente de la Nación

Entre las leyes y la voluntad política E

N el Día de los Derechos Humanos que se celebra hoy, es necesario reconocer que los desafíos pendientes en la región en esta materia son muchos, pero que también se han alcanzado importantes logros, principalmente, gracias a la continuidad de gobiernos democráticos. En la tarea de garantizar la protección de los derechos humanos, los gobiernos de la región han contado con el apoyo permanente de la Comisión y la Corte interamericanas. Por medio de recomendaciones y decisiones adoptadas de manera independiente, exentas de las presiones internas que existen en los países, el sistema interamericano de derechos humanos ha hecho posible que los gobiernos tomaran decisiones que, de otra manera, hubiera sido muy difícil lograr. Por ejemplo, en 2005, la Corte Suprema de Justicia de la Argentina basó su decisión de declarar nulas las leyes de amnistía

que favorecían a los militares que cometieron graves violaciones a los derechos humanos, en decisiones de la Comisión y de la Corte. Posiblemente ésta haya sido la decisión más importante para el fortalecimiento del Estado de Derecho en la Argentina y en toda la región. Asimismo, un acuerdo

Para garantizar los derechos, los gobiernos han contado con el apoyo de la Comisión y la Corte interamericanas de solución amistosa en un caso tramitado ante la CIDH por el periodista Horacio Verbitsky tuvo como resultado la derogación del delito de desacato en la Argentina y en otros diez países de la región. En 2003, la Corte Interamericana dispuso el archivo del caso producido por el film La última tentación de

Por Santiago A. Canton Para LA NACION Cristo gracias al cumplimiento, por parte de Chile, de todos los puntos de su sentencia, incluso la modificación de su Constitución para suprimir la censura previa en la que se había basado la orden de prohibir la exhibición de la película. En noviembre de este año, la Corte Suprema de la República de Colombia declaró, sobre la base de una recomendación de la CIDH, la nulidad de decisiones adoptadas en el fuero militar en contravía al derecho internacional de los derechos humanos, y refirió la cuestión al fuero ordinario para que adelante un nuevo proceso. Se trata de la primera decisión de este tipo adoptada por un alto tribunal en Colombia. En Costa Rica, el Estado dejó sin efecto el proceso penal por

difamación contra el periodista Mauricio Herrera Ulloa y canceló su inscripción en el Registro Judicial de Delincuentes, tal como lo recomendó al CIDH en su informe de fondo. Por su parte, Brasil modificó su legislación interna para adecuarla a las normas internacionales cuando aprobó la ley de Violencia Doméstica y Familiar contra la Mujer, en atención a las recomendaciones de la CIDH en el caso Maria da Penha. Brasil también adoptó un plan nacional para la erradicación del trabajo forzado, a raíz de un acuerdo de solución amistosa firmado bajo los auspicios de la Comisión, en un caso que sirve de ejemplo de las numerosas políticas públicas implementadas en la región como resultado de recomendaciones emitidas por

la Comisión. Estos ejemplos de cumplimiento son, sin duda, alentadores, y han tenido un impacto no sólo en el interior de los países, sino en toda la región. Sin embargo, todavía se depende de la existencia de voluntad política de parte de los gobiernos para lograr estos resultados. En este sentido, el principal

Queda el desafío de lograr leyes que obliguen a los Estados a cumplir con las decisiones de la CIDH desafío pendiente en materia de derechos humanos es que se aprueben leyes que obliguen a los Estados a cumplir con las decisiones de la Comisión y de la Corte interamericanas. En muchas ocasiones, el cumplimiento con las decisiones de los órganos internacionales de

protección de los derechos humanos no es sencillo, debido a que los mismos pueden tener importantes repercusiones políticas, jurídicas y económicas. Por ello, las leyes que se aprueben deben contemplar los procedimientos internos a realizarse para garantizar que las decisiones sean implementadas con facilidad y con prontitud. El principal aporte que pueden hacer los gobiernos con una clara voluntad política de fortalecer los derechos humanos es dejar como legado un mecanismo que permita, frente a la posible ausencia de voluntad política en el futuro, legislación que claramente obligue al Estado y determine los procedimientos que deben ser seguidos para cumplir con los organismos internacionales de supervisión de los derechos humanos. © LA NACION El autor es secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Diálogo semanal con los lectores

De topónimos europeos y frutas tropicales “C

ON respecto a lo publicado en el «Diálogo» del lunes 3, fuera de que recién ahora me he enterado de que la palabra káiser lleva tilde (día a día se aprende algo más), me gustaría mucho que me aclarara algunas dudas. La primera es que, si bien entiendo la explicación de que la palabra española que viene del alemán (en el caso, káiser) no debe escribirse según las reglas del idioma original, sino del español, sinceramente no veo por qué al escribir el nombre de la capital de Baviera, este deba llevar tilde. En los diferentes diccionarios que consulté, Munich no lleva tilde, como tampoco en ningún diccionario lleva tilde el nombre de la ciudad suiza de Zurich. No desconozco que en alemán el nombre de la ciudad de Baviera se escribe con letras diferentes que en castellano (München y Munich), cosa que no sucede con Zurich, pero así y todo no llego a comprender por qué, si auditivamente en ambos casos se pone el acento en la vocal u, en el primero deba consignarse expresamente la tilde y no en el de la ciudad de Suiza. Ergo, conforme al artículo del día 3, si Zurich pertenece a nuestra lengua (sin perjuicio de provenir de la alemana) y deben seguirse las reglas del castellano, la consecuencia sería que la palabra tendría que llevar una tilde sobre la vocal u, cosa que no sucede en lo más mínimo, así como tampoco en los diccionarios figura con tilde el nombre de la ciudad bávara (Munich)”, escribe Juan Fernando Guiter. No sé qué diccionarios habrá consultado el lector. Posiblemente haya consultado enciclopedias o diccionarios enciclopédicos,

pues en los diccionarios lexicográficos, como el de la Real Academia Española (DRAE), no se entran nombres propios, a menos que figuren en alguna locución. Pero, aunque los nombres propios no tengan entradas propias, sí pueden aparecer en los artículos de los diccionarios, por ejemplo en la definición de los gentilicios. Y si buscamos muniqués en el DRAE, veremos que lo define como “natural de Múnich”. Por si no estamos satisfechos, leemos en el Diccionario panhispánico de dudas (DPD), también de la Academia: “El nombre de la ciudad de Alemania que en alemán se escribe München se ha incorporado al español a través de las adaptaciones francesa e inglesa de este topónimo, ya que la ch en posición final es ajena al sistema español. Puesto que la pronunciación llana [múnik o múnich] es hoy la más extendida, debe escribirse Múnich, con tilde, de acuerdo con las reglas de acentuación del español, a las que debe someterse como topónimo adaptado. El gentilicio correspondiente es muniqués (pl. muniqueses)”. Dice también el DPD: “El nombre de la ciudad suiza que en alemán se escribe Zürich debe escribirse en español Zúrich, con tilde, por tratarse de una palabra llana acabada en consonante distinta de -n o -s. Se pronuncia [súrik, zúrik] o [súrich, zúrich]. El gentilicio es zuriqués (pl. zuriqueses)”. Los dos casos son iguales y tanto Múnich como Zúrich deben escribirse con tilde, según las reglas del español, porque los dos nombres son adaptaciones españolas de topónimos extranjeros. Sabemos que

Por Lucila Castro De la Redacción de LA NACION son adaptaciones porque en español no se pronuncian como en su lengua original. Los nombres propios no adaptados conservan su grafía original. Agrega el lector: “La segunda duda está referida al tema «Plurales de ayer y de hoy», concretamente al nombre de la fruta mencionada por el señor Mario Mayer. En los diccionarios consultados, el singular de dicha fruta es ananá o ananás, y en alguno sólo figura ananás. Si en un texto se utiliza para el singular la forma ananás, ¿se debe escribir el plural exactamente igual que para el singular adoptado o para diferenciarlo poner ananaes?”. Aclaremos que la consulta del lector Mayer sobre los plurales de las palabras en -á estuvo motivada por el sustantivo jacarandá. Pero el caso de ananá es igual al de jacarandá y su plural es ananás. Ahora bien, en los diccionarios figura también para el singular la forma ananás. Si alguien usara en singular

ananás, debería usar el plural ananases (como compás y compases). Esta forma de plural suena muy mal porque parece el plural vulgar de una palabra en -á (como *sofases), pero sobre la palabra en -ás está correctamente construida. Lo que ocurre es que, digan lo que digan los diccionarios y pese a que la usó Andrés Bello en su silva A la agricultura de la zona tórrida (“…y el ananás sazona su ambrosía”), nosotros no usamos en singular la forma ananás, sino ananá, por lo que el plural debe ser ananás. Acentos María Franco pregunta cuál es la acentuación correcta: ¿video o vídeo? Las dos formas son correctas. En España se usa solamente la forma vídeo y en América se prefiere video, aunque algunos dicen vídeo, tal vez por creer que esa es la única forma correcta, dado que el americanismo video entró solo en la última edición del DRAE. Y Ana Fernández Espinosa escribe: “Mi consulta es si las palabras várice, síndrome e ícono son esdrújulas, como siempre las consideré, o no lo son o pueden ser correctas las dos formas. Mi duda surge por haberlas oído en la televisión española, repetidamente usadas como graves e incluso en LA NACION también he leído alguna vez icono”. La palabra síndrome es esdrújula y la acentuación grave es incorrecta. Las otras dos pueden ser graves o esdrújulas. En España se prefiere la forma grave icono y en América se usa la esdrújula ícono, aunque algunos, tal vez después de haberla oído en la televi-

sión española, ahora usan la forma grave por creer, erróneamente, que la esdrújula es incorrecta. En cuanto a várice o varice, en América se prefiere la acentuación esdrújula. Yo no oí nunca en la Argentina la forma grave, aunque el DPD dice que las dos formas son americanas porque en España se usa la variante variz (plural varices). El DRAE, en la entrada varice o várice, que remite a variz, no da indicación de área. Aclaración Desde Rosario, escribe Alberto Seve de Gaston: “Le escribo con el propósito de solicitarle quiera disponer la corrección del apellido de mi bisabuelo, aparecido en el fascículo 53 del volumen 2 del libro Hicieron la historia (Larousse, página 636, línea 59), que distribuye LA NACION. Al hablar de la campaña de Ibrahim, se escribe: «…dirigió el ejército con la ayuda de Solimán Bajá (el coronel francés Séves)». Lo correcto es suprimir la s final y agregar a la primera e un acento circunflejo, que por lo que pude informarme, actualmente ya no se usa. Mi familia, siguiendo la costumbre de mi abuelo, afincado en la ciudad de Reconquista, Santa Fe, unió al apellido de su padre, Sêve (el coronel), el de su madre, de Gaston, como es nuestra actual firma: Seve de Gaston.” © LA NACION Lucila Castro recibe las opiniones, quejas, sugerencias y correcciones de los lectores por fax en el 4319-1969 y por correo electrónico en la dirección [email protected].