Hablemos de economía

Antonio Morlanes Presidente de Aragonex · [email protected] - www.aragonex.com

El comercio como instrumendo de desarrollo

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ujetos a la definición del significado de comercio, como la compraventa o intercambio de bienes y servicios, podemos afirmar que nos encontramos ante uno de los primeros y más importantes instrumentos que dispone el ser humano a lo largo de toda su existencia, nos ha permitido complementarnos y establecer el mejor sistema de conexión entre los pueblos. De los orígenes del comercio se tiene conocimiento, desde finales del Neolítico y se produce bajo un sistema de diversificación de tareas. Esto provoca la necesidad de realizar un intercambio de productos, necesarios para la subsistencia de familias, así pues se descubre como un verdadero instrumento para la transformación y avance de las sociedades existentes. En definitiva, esto que nace como un trueque de productos, sobrantes para unos y necesarios para otros, se va configurando como una actividad socioeconómica. Para que el comercio responda al continuo incremento de demanda, comienzan a establecerse rutas comerciales que descubren nuevos mercados y con ellos se producen más y nuevas necesidades; estamos ante una evolución, no solo de los individuos, también de los pueblos y sus formas de relación. El incremento del comercio y su peso y papel en la sociedad obliga a desarrollar nuevas fórmulas destinadas a realizar sistemas de transporte más eficientes, pues el tiempo y la seguridad exigen técnicas más garantistas. El intercambio/trueque pierde su capacidad y es el dinero lo que marca el valor de las mercancías. Al mismo tiempo, viajar con grandes cantidades de dinero, para realizar compras es muy peligroso y como derivación de esto, nace la banca que permite hacer operaciones escritas de un territorio a otro. Si llegamos a nuestros tiempos, nadie ya duda del potencial y la

capacidad del comercio, que hace realidad a la economía productiva y que permite sea la solución de dos de nuestras más principales demandas; la necesidad y el bienestar. Para que el mejor funcionamiento del comercio se garantice, hemos ido avanzando hacia la mayor consecución de un mercado global, con la todavía incipiente desaparición de fronteras; con más instrumentos con el que hacer cabalgar el mismo; el marketing que nos investiga oferta y demanda, haciendo ambas más próximas y más elásticas; la tecnología que configura nuevas fórmulas de mercados, así como sistemas financieros más dinámicos, todo ello apoyado en las redes de comunicación y sociales. También se conforman acuerdos de comercio entre países que comprometen modelos empresariales más responsables y en marcos jurídicos más estables, permitiendo de esta forma canalizar conocimientos e innovaciones que hagan más eficaz, competitivo y social este tan antiguo instrumento. No todo es positivo en la práctica del comercio, pues fórmulas ilegales de funcionamiento siempre han existido y es ahora, con todo más regulado, cuando las tecnologías rompen las garantías y conducen las transacciones por caminos oscuros. Pues bien, habiendo relatado en párrafos anteriores una breve historia del comercio, debo manifestar como una declaración absoluta que este es el mejor y más potente instrumento que los pueblos del mundo a lo largo de la historia han tenido como desarrollo y avance de los mismos. Además de cubrir necesidades y garantizar el bienestar de las personas, ha permitido la cada vez mayor comunicación entre diferentes territorios, ha dado a conocer las culturas, enriqueciendo intelectualmente a los individuos, ha permitido la transmisión de los avances, tanto de los que mejoraban la producción, como

aquellos que permitían desarrollos médicos para nuestra salud, en definitiva, el comercio ha sido generador fundamental de la evolución de nuestra especie. Ahora bien, también ha permitido y permite los capítulos más negros de nuestra historia, pues no debemos obviar, que al genérico comercio concurren operaciones funestas para la humanidad: drogas, prostitución, armas y un indeterminado número de tipos, pues comercio contra salud, tenemos historia pasada y presente y me temo que incluso futura, sirva como ejemplo el caso de la colza en España y la talidomida en muchos países. Por tanto, el comercio como vehículo integrador de los pueblos, también tiene sus culpas en muchas otras cosas, pero debemos entender que el instrumento nunca es el culpable, lo son las personas al hacer uso perverso de éste. El comercio hoy, se configura en un sistema de garantías ju-

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rídicas y políticas, que permiten establecer mercados transparentes al margen de vaivenes externos a los provocados por el funcionamiento de la oferta y la demanda; el ejemplo de lo sucedido con la Agencia del Medicamento, nos muestra cómo situaciones ya dadas como posibles, se pervierten por esas alteraciones, que ajenas al funcionamiento normal de su objeto, sin embargo provocan la intranquilidad necesaria para quienes deben decidir su instalación, decidan otro lugar que les permita trabajar sin alteraciones, esto supone además de una alta pérdida de puestos de trabajo, la no generación de mercados de los servicios, debemos aprender de manera muy radical esto. Asimismo, es preciso ser capaces de establecer los sistemas más adecuados para que los mercados no tengan otro objetivo que el mejor desarrollo de la espacie humana.

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creatividad + innovación + experiencia = diferencia

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