centro de exposiciones arte canal paseo de la castellana, 214 3 DE DICiembre DE 2015 8 DE mayo DE 2016
www.exposicioncleopatra.es
DOSIER DE profesores EDUCACIÓN INFANTIL
Organizan:
Colabora:
Indice 1. Datos de la exposición 2. Enlaces con el currículum de Educación Infantil 3. Objetivos generales 4. Propuesta didáctica
A. Actividades antes de la visita
B. Desarrollo de la exposición
C. Actividades después de la visita
5. Taller didáctico
1. Datos de la exposiciOn Canal de Isabel II Gestión pone a disposición de los docentes este dosier para planificar la visita a la exposición “Cleopatra y la fascinación de Egipto”, incluyendo actividades para realizar en el aula, que servirán para ampliar y profundizar en la experiencia educativa. Esta exposición, comisariada por los profesores Giovanni Gentili y Martín Almagro-Gorbea, es una oportunidad para descubrir a Cleopatra como figura histórica y aproximarse al momento que le tocó vivir. Las más de 400 piezas arqueológicas, procedentes de 80 museos y colecciones españolas e internacionales, cobran vida a través de una instalación que muestra una imagen de Egipto, y el Nilo, como gran cuna civilizadora; de Alejandría como encrucijada del mestizaje cultural; y de Roma como receptora de la influencia egipcia en aspectos que abarcaron desde la recaudación de impuestos a la introducción del culto a Isis.
2. Enlaces con el currIculum de EducaciOn Infantil Las áreas de conocimiento del segundo ciclo de la Educación Infantil con las que enlaza este dosier son las siguientes: • Conocimiento de sí mismo y autonomía personal. • Conocimiento del entorno. • Lenguaje: comunicación y representación.
3. Objetivos Este dosier constituye un recurso didáctico destinado a profesores y maestros de segundo ciclo de Educación Infantil: plantea un recorrido por la exposición, señalando los diferentes ámbitos y piezas destacadas Cada profesor puede personalizar la visita según necesidades e intereses del grupo. Para profundizar en la temática, el dosier sugiere actividades para desarrollar en el aula antes y después de la visita a la exposición, que contribuirán a desarrollar en las niñas y niños las capacidades que les permitan: • Observar y explorar su entorno familiar, natural y social. • Adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales. • Desarrollar la capacidad de observación dirigida. • Relacionarse con los demás y adquirir progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social. • Desarrollar habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión. • Iniciarse en las habilidades lógico-matemáticas, en la lectoescritura y en el movimiento, el gesto y el ritmo. • General nociones básicas del tiempo histórico. • Incitar a la curiosidad y a la observación.
4. Propuesta didActica Este dosier ofrece propuestas educativas para preparar la visita a la exposición “Cleopatra y la fascinación de Egipto”, que le permitirán incentivar la curiosidad de sus alumnos y motivar su implicación para el disfrute de la misma. • Actividades antes de la visita: con el objetivo de aprovechar al máximo la visita, se han desarrollado una serie de actividades previas, que requerirán de la adecuada adaptación por parte del profesorado en función del nivel y características de su grupo. • Desarrollo de la visita: con información del recorrido expositivo. • Actividades después de la visita: con el objetivo de ampliar la experiencia, el dosier sugiere actividades de reflexión para desarrollar en el aula después de la visita a la exposición. A. Actividades antes de la visita 1. Actividad. ¿Qué sabemos de Egipto? Muestre a sus alumnos un dibujo de una pirámide. De esta manera captará el interés sobre la temática de la exposición “Cleopatra y la fascinación de Egipto” a través del principio de aprendizaje significativo y servirá para introducir el tema expositivo. Lo primero que necesita saber es lo que los alumnos conocen: sus ideas previas. Realice una evaluación inicial preguntando a los niños lo que saben sobre Egipto: los alumnos se interesan más por sus propias observaciones que por lo que el adulto les pueda decir; una pregunta implica reflexionar e interpretar para construir una respuesta propia. Para ello proponemos algunas preguntas: • Egipto: - ¿Quiénes eran los egipcios? - ¿Cómo podemos llegar desde el lugar en el que vivimos a Egipto? - ¿Tiene ríos este país? - ¿Qué animales viven en el río de Egipto? • Faraones: - ¿Quiénes eran los faraones? - ¿Conocéis el nombre de algún faraón o rey egipcio? - ¿Había mujeres reinas en Egipto? - ¿Vivían los faraones en palacios? • Pirámides: - ¿Para qué servían las pirámides? - ¿De qué material se construían? - ¿Qué es un sarcófago y qué se guarda en su interior? • Jeroglíficos: - ¿Tenían letras los egipcios para escribir? - ¿Con qué objetos podían escribir, tenían lápices y bolígrafos?
Materiales necesarios para la actividad: • Mapamundi. • Imágenes de faraones, de pirámides y de jeroglíficos. 2. Actividad. Nuevas palabras. Busque información sobre algunas palabras relacionadas con la temática expositiva y trabaje la lectura global sobre ellas para ampliar el vocabulario de los alumnos: pirámide, Nilo, faraón, nemes, camello, esfinge, momia, desierto, amuleto, palmera, cocodrilo, sarcófago y retrato. Utilice el lenguaje cómo herramienta, siendo el principal objetivo de esta actividad que sus alumnos adquieran un vocabulario cada vez más rico. Esta actividad puede completarse con la lectura de algún libro o cuento sobre Cleopatra VII. 3. Actividad. Los animales en Egipto. Busque imágenes de estos animales: gato, halcón, escorpión, vaca, toro, cocodrilo, perro e ibis. Recoja estas imágenes y guárdelas en una caja. Prepare tres tarjetas de colores: una tarjeta azul para los animales del río Nilo, una tarjeta marrón para los animales del desierto y la tierra, y una tarjeta blanca para los animales del cielo. Los alumnos deberán clasificar uno a uno los animales seleccionados, según sean animales que habitan en el río, en el desierto o la tierra o sean animales voladores. Además puede introducir con esta actividad las representaciones en forma de animal de algunos dioses del Antiguo Egipto: • Gato - Diosa Bastet. • Halcón - Dios Horus. • Escorpión - Dios Serket. • Vaca – Diosa Hathor. • Toro – Dios Apis. • Cocodrilo – Sobek. • Perro – Anubis. • Ibis – Thot. Algunas de las piezas de la exposición relacionadas con esta actividad son: • Estatua de Ibis, ámbito 1. • Estatuilla del toro Apis, ámbito 2.4. • Estatuilla del dios halcón Horus, ámbito 2.4. • Estatuilla de Bastet, ámbito 2.4. • Estatuilla de Thot, ámbito 2.4. • Estatua-sarcófago para una momia de gato, ámbito 2.6. • Placa con pintura de Apis, ámbito 2.7. • Cocodrilo de mármol, ámbito 4.1. • Anillo con rostro de Hathor, ámbito 7.
Materiales necesarios para la actividad: • Fotografías, dibujos o juguetes de animales. • Tarjetas de colores: azul, blanca y marrón. • Una caja. • Imágenes de los dioses egipcios. B. Desarrollo de la exposición La exposición se organiza en 7 ámbitos y un espacio introductorio:
ÁMBITO 1 / Egipto, tierra del Nilo
ÁMBITO 5 / Cleopatra, inspiración de artistas
ÁMBITO 2 / Los Ptolomeos, reyes de Egipto
ÁMBITO 6 /Cleopatra y las artes escénicas
ÁMBITO 3 / La última reina de Egipto
ÁMBITO 7 / La fascinación de Egipto en España
ÁMBITO 4 / Egipto en Roma
0. Cleopatra y la fascinación de Egipto 1. Egipto, tierra del Nilo 2. Los Ptolomeos, reyes de Egipto 2.1. Alejandro y Egipto 2.2. Alejandría, la gran metrópolis 2.3 La dinastía de los Ptolomeos 2.4. El helenismo y la religión egipcia 2.5. Los sacerdotes y el culto 2.6. El mundo funerario 2.7. Las artes suntuarias 3. La última reina de Egipto 3.1. La imagen de Cleopatra 3.2. Cleopatra y las grandes figuras de su época 3.3. Los últimos Ptolomeos 3.4. La muerte de Cleopatra 3.5. Egipto, provincia romana 4. Egipto en Roma 4.1. Los temas nilóticos 4.2. Joyas y adorno personal 4.3. La “egiptomanía” en Roma 4.4. Roma y los cultos egipcios 5. Cleopatra, inspiración de artistas 6. Cleopatra y las artes escénicas 7. La fascinación de Egipto en España 7.1. Primeros objetos egipcios en la Península Ibérica 7.2. Egipto y la Hispania romana 7.3. Coleccionismo y Egiptología en España
0. Cleopatra y la fascinación de Egipto. Cleopatra es una de las figuras más populares de la Historia. Mujer culta y con innumerables atractivos, vivió intensa y apasionadamente en los agitados tiempos previos al nacimiento del Imperio Romano. Antes de alcanzar su dramático destino, fue testigo de las disputas entre Pompeyo, César, Marco Antonio y Augusto por el poder en Roma, y sus relaciones amorosas con dos de ellos han pasado a la Historia. Su vida ha inspirado a literatos y artistas de todas las épocas, quienes, al plasmarla en esculturas y cuadros, novelas y dramas, óperas y películas, han contribuido a agrandar y perpetuar su leyenda. Como última reina del Antiguo Egipto, constituye un epílogo de la fascinante cultura faraónica, desarrollada durante 3.000 años en las fabulosas tierras regadas por el Nilo, tan cargada de arte, de historia y de vida. Pieza destacada: • Cabeza retrato de Cleopatra VII Otros recursos: • Audiovisual dedicado a la vida de Cleopatra 1. Egipto, tierra del Nilo “Egipto es un don del Nilo”, afirmó el sabio griego Heródoto. Las crecidas anuales de este río interminable y generoso fertilizan las tierras del estrecho valle por el que fluye, rodeado de áridos desiertos. Allí, en el enorme oasis que forma el río desde el Mediterráneo hasta el corazón de África, surgió hace 5.000 años la alta cultura egipcia, una de las primeras de la humanidad. Las crecidas del Nilo favorecieron el desarrollo cultural de Egipto: permitían emplear ingentes cantidades de mano de obra en trabajos colectivos, como canales y monumentos, y dedicarse a actividades rituales y artesanales siempre controladas por el faraón, rey sagrado al frente de la sociedad. Al igual que estas fértiles tierras, el arte y la cultura del Antiguo Egipto siempre han seducido a todo aquel que se ha aproximado a ellas. Hoy, la singularidad de Egipto sigue despertando por igual la curiosidad de eruditos y profanos. Piezas destacadas: • Umbral con friso nilótico. • Pareja de esfinges.
2. Los Ptolomeos, reyes de Egipto La dinastía de los Ptolomeos representa el final de 3.000 años de historia del Antiguo Egipto. Tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.C., el general Ptolomeo, que gobernaba Egipto, se declaró independiente del imperio formado por el rey macedonio. Conocido desde entonces como Ptolomeo I Soter, inició en el año 305 a.C. una dinastía refinada y decadente, al estilo de los reinos helenísticos, que perduró hasta la muerte de Cleopatra en el 30 a.C. Los Ptolomeos, de origen macedonio, reinaron como auténticos faraones sobre el pueblo egipcio. De cultura y lengua griegas, modernizaron la administración y la economía en Egipto y establecieron su capital en Alejandría, que se convirtió en una de las principales metrópolis del mundo como gran centro comercial y también cultural, con su Museion y su legendaria Biblioteca. Subámbitos y piezas destacadas: • Estatua de soberano ptolemaico. 2.1. Alejandro y Egipto. Alejandro llegó a Egipto en el año 332 a.C., durante su enfrentamiento con el Imperio Persa, con la idea de apoderarse y controlar una tierra de gran riqueza y vital importancia estratégica. No es seguro que fuera coronado como faraón, pero es famoso su viaje al oasis de Siwa, tras desviarse muy al occidente de su recorrido. En ese remoto lugar un oráculo le confirmó su estirpe divina como hijo del dios Amón-Zeus, revelación que fue determinante para la legitimación de su poder y para ser considerado libertador de Egipto frente al dominio persa. En su estancia en Egipto, Alejandro fundó Alejandría, que acabaría convertida en la gran capital de Egipto y en el lugar en el que reposarían sus restos. • Retrato de Alejandro Magno. Otros recursos: • Mapa: Alejandro y Oriente. 2.2. Alejandría, la gran metrópolis. Fundada por Alejandro en uno de los brazos occidentales del delta del Nilo, esta estratégica ciudad pronto se convertiría en la residencia de los gobernadores y reyes de Egipto, la dinastía ptolemaica. Concebida como una ciudad griega, reunió a gentes de origen griego o macedonio, egipcios y emigrantes orientales y de muchos lugares del Mediterráneo. Su dinamismo y riqueza convirtieron Alejandría en símbolo de prestigio de la dinastía de los Ptolomeos; además, pronto destacó entre las urbes helenísticas por sus edificios y monumentos y llegó a ser el puerto más activo del Mediterráneo y el más importante centro científico y cultural de la época gracias a su museo y biblioteca. • Piedra con Isis Faria y el faro de Alejandría.
2.3. La dinastía de los Ptolomeos. Al morir Alejandro Magno sus generales se enfrentaron para repartirse el imperio y establecieron dinastías de gobernantes de los distintos territorios. Ptolomeo, que era el gobernador de Egipto, se coronó rey en 305 a.C. y bajo el nombre de Ptolomeo I fundó una nueva dinastía que practicaba el matrimonio entre hermanos para asegurar el linaje y que pronto se convirtió en una de las monarquías helenísticas más poderosas. Los Ptolomeos establecieron una estructura económica destinada a explotar al máximo los recursos naturales y comerciales del país y procuraron controlar las zonas de Oriente que tradicionalmente habían estado bajo influencia egipcia, lo que supuso continuas guerras y enfrentamientos. Con Ptolomeo III (246-222 a.C.) el nuevo reino alcanzó su máxima extensión, pues abarcaba Siria, Libia y el norte de Nubia, pero el poder disminuyó a partir del siglo II a.C. a causa de los problemas internos, la pérdida de territorios y, finalmente, a la dependencia creciente de Roma. • Busto de joven soberano ptolemaico, probablemente Ptolomeo VIII . • Tetradracma de Ptolomeo II y Arsínoe. • Retrato de reina ptolemaica. 2.4. El helenismo y la religión egipcia. La dinastía ptolemaica, de estirpe y lengua griegas, reconoció la importancia de las divinidades y creencias del Egipto de la época. Para mantener su crédito como gobernantes y salvaguardar sus intereses, los Ptolomeos mostraron reverencia a las deidades locales con un discurso ideológico que asociaba la herencia helénica clásica a las prácticas egipcias, como el culto a determinados animales sagrados que había adquirido gran popularidad. Los nuevos cultos sincréticos eran fruto de una reflexión teológica que aunaba aspectos comunes a las religiones griega y egipcia, y que se plasmaron en divinidades como Serapis, Anubis o Isis, muy veneradas por proteger al difunto en el más allá. Un elemento esencial fue mantener el culto a los antepasados de la dinastía para fortalecer su legitimidad en el trono, al afirmar que el soberano y su esposa descendían de los dioses, principalmente de Zeus, siendo reconocidos como divinidades de acuerdo con la tradición de los faraones egipcios. • Busto de Serapis. • Estatuilla de Isis con Horus. • Estatua del dios halcón Horus. 2.5. Los sacerdotes y el culto. Según la tradición del Antiguo Egipto el faraón, como rey y ente divino, era el intermediario entre los dioses y los hombres. En su nombre actuaban los sacerdotes, quienes se encargaban del culto diario en todos los templos y también del ceremonial funerario, de acuerdo con un complejo ritual que constituía la esencia de su trabajo.
En época ptolemaica los principales templos se convirtieron en importantes focos de actividad económica y en centros de producción de manufacturas, y sus sacerdotes se vieron favorecidos por los soberanos de la dinastía para atraerse y controlar a la población egipcia. • Estela funeraria de Tasherienbastet 2.6. El mundo funerario. En época helenística el culto funerario combinaba tradiciones griegas y egipcias, como se evidencia en la construcción y decoración de las catacumbas alejandrinas. Los Ptolomeos conservaron intactas costumbres griegas como la cremación, inconcebible para los egipcios, que consideraban que el cuerpo debía conservase momificado para renacer en el Más Allá una vez superado el juicio ante Osiris. Frente a Alejandría, en el interior del país permanecían las antiguas tradiciones y seguía practicándose la momificación. En época ptolemaica ya no se extraían las vísceras, pero las momias se recubrían de estuco pintado o dorado. El difunto momificado era depositado dentro de varios ataúdes decorados en un sarcófago, cuya calidad dependía de la riqueza y poder de su propietario. Ya en época romana destacan los retratos de El Fayum. Pintados a la encáustica sobre tabla, se colocaban sobre el rostro momificado del difunto y lo representaban en vida con un enorme grado de verosimilitud y detalle. • Sarcófago antropomorfo • Papiro funerario que contiene versión abreviada del Libro de los Muertos • Urna para momia de gato • Retrato de hombre procedente de El Fayum • Estatua de Ptah-Sokar-Osiris para Djedhor 2.7. Las artes suntuarias. Los escultores del Egipto ptolemaico poseyeron un gran dominio del trabajo de la piedra. Sus obras presentaban características egipcias, griegas o una mezcla de ambas, pues obras de estilo egipcio, más uniforme y hierático, contrastan con otras más individualizadas de influjo helenístico. Fue asimismo importante la elaboración de cerámica, así como de bellas figuras de terracota y objetos de fayenza, abundó la producción en bronce de estatuillas —de estilo egipcio tradicional o helenístico alejandrino— y destacó la técnica de acuñación de monedas. La orfebrería fue otra de las elaboraciones artesanales más valoradas del Egipto ptolemaico, pues se crearon anillos, pendientes, brazaletes y colgantes, a veces incrustados con piedras semipreciosas talladas, de singular belleza. Los talleres de vidrio alejandrinos se hicieron muy famosos fabricando frascos de ungüentos, copas, cuencos, platos o teselas de mosaico. Utilizaban procedimientos antiguos de molde junto al soplado de influjo próximo-oriental y a imitaciones de vasos de piedras semipreciosas —hechas con pasta de vidrio multicolor, la técnica conocida como millefiori— que se convirtieron en preciados objetos de lujo.
• Falo • Modelo de escultura con busto de soberano • Placa con dios Apis • Panel con Dionisio y Ariadna dormida • Alabastrón • Vaso con asas • Estatuilla de Isis-Afrodita Otros recursos: • Audiovisual de la gran metrópolis Alejandría • Audiovisual del templo de Debod • Árbol genealógico “La dinastía ptolemaica” 3. La última reina de Egipto Cleopatra Filopátor Nea Theá o Cleopatra VII nació hacia el 69 a.C. y murió el 30 a.C., tras la batalla de Accio. Hija de Ptolomeo XII, a los 18 años heredó el trono, que compartió con su hermano y esposo, Ptolomeo XIII, con quien mantuvo continuos enfrentamientos. Mujer culta, inteligente y refinada, supo vivir conforme a sus objetivos en una época turbulenta, cuando Pompeyo y César primero, y después Marco Antonio y Augusto se disputaban el poder en una Roma cada vez más poderosa, que ya dominaba Egipto. Con todos ellos se relacionó, y con César y Marco Antonio mantuvo idilios que le dieron descendencia. Tras la trágica muerte de la reina desapareció la dinastía de los Ptolomeos y Egipto quedó incorporado como una nueva provincia al Imperio Romano. Súbámbitos y piezas destacadas: 3.1. La imagen de Cleopatra El rostro de la enigmática reina ha sido identificado en algunas representaciones de estilo helenístico y egipcio, así como en acuñaciones monetarias. En las primeras, Cleopatra luce un tocado con la diadema típica de los gobernantes griegos, a menudo con varios mechones de pelo sueltos. Sus imágenes de estilo egipcio incluyen elementos de la tradición faraónica, entre los que destacan especialmente tres uraei o cobras sobre su frente y el tocado con plumaje de buitre que la vinculaban con las reinas y diosas egipcias de la Antigüedad. Sin embargo, son los rostros que figuran en las monedas de la época los que se consideran representaciones más “realistas” de la reina. Los rasgos físicos más sobresalientes de estos retratos son los grandes ojos y la nariz aguileña; y se muestra en ellos con la diadema que la identifica como reina, mientras luce un peinado “en forma de melón” —de moda en Grecia desde el siglo IV a.C. — y la vestimenta y adornos característicos de la realeza ptolemaica. • Cabeza retrato de Cleopatra VII
3.2. Cleopatra y las grandes figuras de su época La vida de Cleopatra presenta numerosas incógnitas: no se sabe con certeza cómo fueron su infancia y su juventud, y se desconoce la formación que recibió y si, como se ha repetido, hablaba diversas lenguas, pero sí puede afirmarse que aprendió a moverse con soltura en las altas esferas políticas, tanto en su país como fuera de él. En Egipto supo sobrevivir a las intrigas de la corte alejandrina y, después, sobreponerse a quienes le disputaban el trono, sus propios hermanos. Reinó con Ptolomeo XIII y XIV antes de hacerlo ella sola y trató siempre de buscar la alianza más favorable que asegurara su poder al frente de Egipto e incluso lo ampliase, como se deduce de las relaciones que mantuvo con Julio César y con Marco Antonio, los grandes hombres de Roma, convertida ya en la principal potencia del Mediterráneo. • Moneda de bronce de Cleopatra VII • Áureo • Ordenanza de Cleopatra VII a favor de Publius Canidius (Crassus), general de Marco Antonio 3.3. Los últimos Ptolomeos Cleopatra era plenamente consciente de que había nacido en un momento de decadencia de su linaje e intentó por todos los medios que recuperase el antiguo esplendor. El mejor ejemplo de las redes de alianzas que la reina fue trazando para apuntalar su dominio sobre el trono de Egipto es la descendencia que tuvo con los grandes generales romanos de su tiempo: de la relación entre Cleopatra y Julio César nacería Cesarión, un niño que habría reunido un gran poder de haber podido sobrevivir a su madre; con Marco Antonio la reina tendría a Cleopatra Selene y Alejandro Helios, mellizos, y a Ptolomeo Filadelfo. De todos ellos, sólo su hija conseguiría superar la turbulenta situación que se derivó del enfrentamiento de Egipto con la Roma de Octavio, en el que desaparecerían todos los familiares cercanos a la reina. Así, Cleopatra Selene, casada con Juba II de Mauritania, sería la única continuadora del linaje de los Ptolomeos, cuyo rastro es muy difícil seguir a partir de Ptolomeo de Mauritania, el nieto de Cleopatra VII. • Joven príncipe ptolemaico, probablemente Ptolomeo XV “Cesarión” 3.4. La muerte de Cleopatra Cuando Cleopatra huyó después de la derrota en la batalla naval de Accio, Marco Antonio creyó que le había traicionado o que estaba muerta; se causó entonces una herida mortal que le hizo exhalar su último suspiro en brazos de la reina, tras descubrir que estaba viva. Ante esta complicada situación, con Octavio ya en Egipto, Cleopatra, decidió suicidarse en unas circunstancias que aún hoy siguen siendo un misterio. Según parece, la reina, ayudada por sus sirvientas Iras y Charmion, encontró la muerte con la misma teatralidad con que vivió. Ni siquiera los antiguos concretan cómo se quitó la vida: Estrabón, Plutarco o Dión Casio plantean que pudo morir a causa de la picadura de una o varias serpientes, o simplemente envenenada. Los escritores de época augustea, Virgilio, Horacio y Propercio, hacen referencia a la picadura de serpiente, un rumor que rápidamente adquirió fuerza en Roma.
Con su calculado suicidio la última reina egipcia evitó que su enemigo Octavio pudiera llevarla presa a Roma para exhibirla en su triunfo o utilizarla para demostrar públicamente su famosa clemencia. • Camafeo “de Accio” • Pátera con alegoría a la fertilidad 3.5. Egipto, provincia romana Tras la muerte de Cleopatra y la eliminación de sus herederos, Egipto se convirtió en un territorio controlado directamente por Octavio, dada su importancia económica y por motivos de prestigio: el trigo y la cebada que proporcionaban las fértiles tierras de la nueva provincia aseguraban que no hubiera ninguna carestía en Roma que amenazase su credibilidad como emperador y desatase la ira del pueblo. En Egipto, los sacerdotes no tardaron en conceder los atributos del faraón a Octavio, quien acumulaba poderes que, salvando las distancias, podían compararse con los de un rey egipcio. Aunque Roma era la capital del mundo, Alejandría siempre tuvo especial significado para los emperadores romanos, que veían en Alejandro Magno un modelo a seguir. • Bajorrelieve con Augusto cómo faraón realiza ofrendas a Mandulis y a Thot Otros recursos: • Audiovisual que describe el encuentro entre Cleopatra y Marco Antonio en Tarso • Árbol genealógico “La descendencia de Cleopatra VII” • Mapa del Imperio bajo Augusto 4. Egipto en Roma A partir del año 31 a.C. Egipto pasó a ser provincia romana y la exótica personalidad de la cultura egipcia cautivó a Roma, a pesar del recelo que suscitaba por ser tan diferente de la tradición latina. En Roma se copiaron monumentos egipcios, como la pirámide de Cayo Cestio (12 a.C.), y monumentos y plazas de Roma y Constantinopla se decoraron con grandes obeliscos traídos de Egipto. Se pusieron de moda temas nilóticos en pinturas y mosaicos y las refinadas joyas y objetos suntuarios alejandrinos pasaron a ser productos habituales en los ambientes lujosos de todo el Imperio Romano. Especial influencia tuvieron los cultos egipcios, extendidos por todo el Mediterráneo desde época helenística, como el de dios Serapis y, en especial, el de la diosa Isis, cuya popularidad se mantuvo hasta el triunfo del cristianismo en el siglo IV. Súbámbitos y piezas destacadas: 4.1. Los temas nilóticos. El exotismo y la exuberancia de las tierras del Nilo pusieron de moda en Roma los temas egipcios, en especial los pintorescos paisajes inspirados en escenas imaginadas a orillas del río, con abundancia de plantas típicas, como palmeras y papiros, y animales exóticos, como garzas, grullas, hipopótamos y cocodrilos.
Estas composiciones, características del arte helenístico alejandrino, aunaban un gusto por lo pintoresco, cierto sentido bucólico y una gran fantasía: sobre los fondos vegetales y acuáticos aparecían pequeños personajes —como pigmeos o sacerdotes egipcios— que animaban las escenas. Los motivos nilóticos pasaron a ser muy populares en el arte romano, desarrollados en mosaicos de teselas diminutas y también en bellos frescos que decoraban las paredes de las ricas mansiones romanas. • Escena de jardín con pareja de esfinges 4.2. Joyas y adorno personal Alejandría se convirtió en un importante centro artístico y el lujo y la opulencia del mundo helenístico tuvieron un magnífico ámbito de desarrollo en las joyas y adornos personales, en los que la tradición helenística heredera del mundo clásico se sumó al gusto oriental, representado en Egipto por la orfebrería faraónica con temas como el uraeus o cobra y el disco solar. Oro y piedras preciosas y semipreciosas como granates, berilos, topacios, amatistas, cornalinas, ágatas, ónices, lapislázulis y turquesas daban color a suntuosas joyas decoradas con cabujones, filigranas y repujados. Magníficos artistas labraban medallones y entalles para anillos de piedras duras, en ocasiones imitadas en vidrio, con figuras de la mitología clásica y de dioses egipcios, como Isis y Serapis, a los que se añadían retratos de Alejandro Magno, los Ptolomeos y personajes famosos. Entre estas creaciones destacan los camafeos de ágata labrados en planos que aprovechaban la dicromía de la piedra para hacer contrastar las figuras. • Pareja de brazaletes con forma de serpiente 4.3. La “egiptomanía” en Roma En los últimos siglos antes de nuestra era Roma extendió su poder por todo el Mediterráneo, y sus crecientes contactos con los reinos herederos del imperio de Alejandro Magno favorecieron que se convirtiera en una gran metrópolis helenística. La fascinación ejercida por Egipto influyó en los nuevos gustos que cambiaron la Roma tradicional. Ésta había triunfado militarmente, pero el exotismo y los atractivos y riquezas egipcios se pusieron de moda en todo el Imperio Romano y crearon una tendencia conocida como “egiptomanía”. Esta moda egiptizante se observa en la arquitectura, pues se trajeron de Egipto, entre otros monumentos, soberbios obeliscos de granito rosa para decorar plazas y edificios de Roma y Constantinopla. También alcanzó a mosaicos y pinturas, inspiradas en los paisajes nilóticos, o a la orfebrería, con suntuosas gemas y joyas que transmitían el lujo de la corte de los Ptolomeos. Al tiempo, los cultos de origen egipcio se hacían cada vez más populares en la sociedad romana. 4.4. Roma y los cultos egipcios Tras la victoria de Accio, Egipto se convirtió en una provincia romana, pero su cultura ejerció en Roma una enorme influencia que también se extendió a la religión.
Los cultos sincréticos de Egipto, que asociaban creencias originarias del Antiguo Egipto con ideas del helenismo griego, se difundieron desde Alejandría, que era uno de los grandes puertos del Mediterráneo y el principal centro religioso bajo los Ptolomeos. Al principio en competencia con los cultos tradicionales y oficiales de Roma, estos nuevos cultos ganaron cada vez más adeptos por su capacidad de captación, hasta extenderse por todo el Imperio Romano. El panteón egipcio tenía divinidades mucho más humanas que la religión romana oficial, como Serapis o la diosa Isis. Sus ritos, con mayor vistosidad y participación, resultaban más atractivos para la descreída sociedad romana, pues estas creencias aportaban sentido a la vida y a la muerte y, a través de la iniciación, permitían alcanzar la felicidad en una vida eterna. • Estatua de Isis • Estatua de Serapis en su trono • Estatuas de los ríos Tíber y Nilo 5. Cleopatra, inspiración de artistas Desde el Renacimiento hasta nuestros días, literatos, pintores, escultores, dramaturgos y cineastas se han sentido atraídos por la extraordinaria personalidad de la última reina de Egipto. Al margen de los retratos de su época, Cleopatra ha sido representada por numerosos artistas de temperamento muy diverso, quienes de acuerdo con su propia sensibilidad y según los cánones estilísticos de cada época han plasmado en cuadros y esculturas su visión del personaje. Guiados por su inspiración, esos artistas han sabido abordar con intuición los episodios más atrayentes de la vida de Cleopatra —insuficientemente documentada por datos históricos—, en especial sus apasionantes relaciones personales y su dramática muerte. Pieza destacada: • La muerte de Cleopatra de Jean–Baptiste Regnault 6. Cleopatra y las artes escénicas. Cleopatra es uno de los personajes más recurrentes en las artes escénicas, protagonista de óperas y ballets, de representaciones teatrales, de producciones cinematográficas y televisivas. Su popularidad, que ya evidenciaron obras tan conocidas como la tragedia Antonio y Cleopatra, de Shakespeare (1607), la comedia Los áspides de Cleopatra, de Rojas Zorrilla (1645) o la ópera Giulio Cesare in Egitto (1723), de Händel, se ha mantenido en el tiempo. La Cleopatra del celuloide que dirigió Joseph Mankiewicz en1963, protagonizada por Elizabeth Taylor y con Richard Burton como Marco Antonio, es una de las superproducciones más famosas de la historia, y fue durante 30 años la película más cara jamás producida. Interpretar la compleja personalidad de Cleopatra ha sido un desafío al que se han venido enfrentando célebres actrices desde 1890 hasta nuestros días: Sarah Bernhardt, Theda Bara, Claudette Colbert,
Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Hildegard Neil, Monica Bellucci o Monika Absolonová, además de Lyndsey Marshal y Leonor Varela en la pequeña pantalla, han asumido la difícil tarea de darle vida. Actores, directores y productores, lo mismo que las grandes actrices de todos los tiempos, han quedado fascinados por el arrollador carácter de la última reina de Egipto, y por la época histórica que le tocó vivir. Recursos: • Escenario teatral: el sarcófago y el vestuario realizados por Léon Baskt y plataforma con el vestuario de la película de Joseph L. Mankiewicz. 7. La fascinación de Egipto en España. Los fenicios trajeron a la Península Ibérica en el
I milenio a. C. los primeros objetos egipcios: amuletos y figuras de divinidades. En tiempos de Roma, productos alejandrinos y cultos egipcios, testimoniados por templos, esculturas e inscripciones, aparecen en Hispania al igual que en otras áreas del Imperio. El coleccionismo egiptológico se inicia varios siglos después, ya en la época moderna. En España, la egiptología se desarrolló más lentamente que en otros países, aunque pequeñas colecciones y algunas creaciones literarias indican que desde el siglo XIX existe un interés por la cultura faraónica, como ya ocurría en el resto de Europa. El éxito de las Campañas de Nubia en la década de 1960 y la donación por parte del Gobierno de Egipto a España del Templo de Debod suscitaron un renovado interés en los temas nilóticos que ha cristalizado en
el creciente desarrollo de la egiptología española. Subámbitos y piezas destacadas: 7.1. Primeros objetos egipcios en la Península Ibérica En la Antigüedad, los fenicios difundieron por todo el Mediterráneo a lo largo del I milenio a.C. pequeños objetos egipcios, como escarabeos, amuletos y figuritas de bronce fabricadas en Egipto o de inspiración egipcia. Estos objetos llegaron a la Península Ibérica, donde han aparecido en colonias fenicias, como Gades (Cádiz), Malaka (Málaga) o Ebusus (Ibiza), y en yacimientos tartésicos e ibéricos, pues eran muy apreciados por sus propiedades mágicas. Los objetos más numerosos son los escarabeos, pues eran considerados amuletos muy valiosos, protectores de la vida y de la resurrección, a la vez que servían como sello y como marca de propiedad y símbolo de prestigio social. También han aparecido numerosos amuletos de fayenza y estatuillas de bronce, como la del dios Ptah con máscara de oro de Cádiz o la de Imhotep del poblado talayótico de Torre d’en Gaumés, en Mallorca. Entre los objetos egipcios hallados en Hispania destacan costosos vasos de alabastro con el nombre
de faraones de la dinastía XXII, fechados en el siglo IX a.C., que fueron utilizados como lujosas urnas cinerarias en las necrópolis fenicias. • Copia del Medallón de Trayamar • Estatuilla de esfinge alada • Isis de Clunia • El jardín de El Retiro hacia las tapias del Caballo de Bronce • Estatuilla del dios Ptah-Sokaris-Osiris 7.2. Egipto y la Hispania romana El Antiguo Egipto ejerció una evidente fascinación en todo el Imperio Romano, incluida la antigua Hispania, en la que han aparecido objetos traídos por comerciantes y devotos de las divinidades egipcias. Destacan inscripciones y esculturas que denotan la expansión de cultos sincréticos surgidos en Egipto por influjo helenístico, que se difundieron a través de Alejandría, convertida desde su fundación en uno de los grandes puertos del Mediterráneo y un gran centro religioso. En las principales ciudades romanas, como Clunia o Mérida, aparecen inscripciones y esculturas que atestiguan el culto a la diosa Isis. También el templo helenístico-romano de Serapis en Ampurias atestigua el culto a esta divinidad y en Ercavica, Cuenca, ha aparecido una escultura egiptizante del dios del tiempo Aión. Estos cultos serían traídos por comerciantes, navegantes y devotos, como los de la diosa Isis Pelagia, “la Salvadora”, que protegía las peligrosas travesías del Mediterráneo. 7.3. Egiptología y coleccionismo egiptológico en España España quedó al margen del desarrollo de la egiptología y la egiptomanía surgidas en Europa en el siglo XIX, cuando los grandes descubrimientos y excavaciones en Egipto y Oriente también fomentaron el coleccionismo de antigüedades como símbolo de prestigio social. Sin embargo, la alta burguesía española, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, reunió pequeñas colecciones de objetos egipcios, que en buena parte acabaron en el Museo Arqueológico Nacional, que completó sus colecciones con diversas adquisiciones. Entre todas las colecciones españolas de objetos egipcios destaca la formada por Eduardo Toda y Güell (1855-1941), cónsul de España en Egipto entre 1884 y 1886. Apasionado por la Egiptología, excavó la tumba intacta de Sennedjem, en Deir el Medina, que publicó en Madrid en 1889, y formó una bella colección, hoy conservada en el Museo Arqueológico Nacional. Ya en el siglo XX hay que destacar los numerosos objetos entregados por Egipto y Sudán a España como reconocimiento a su eficaz colaboración en la “Campaña de Nubia”, que han pasado a enriquecer diversos museos españoles. 7.4. El desarrollo actual de la Egiptología España no llegó a enviar ninguna expedición arqueológica a Egipto hasta la segunda mitad del siglo XX.
La participación de España entre 1961 y 1966 en la “Campaña de Nubia”, organizada por la UNESCO para el salvamento de los monumentos que iban a quedar sumergidos por la Gran Presa de Asuán, fue un notable éxito. Las excavaciones y estudios de la misión española dirigida por el Prof. Martín Almagro se vieron recompensadas por la generosa donación de Egipto a España del Templo de Debod en 1968 y por la concesión del yacimiento de Heracleópolis Magna para potenciar la Egiptología en nuestro país. Estos hechos dieron un impulso definitivo a nuestra Egiptología. A partir de los años 1990, diversos equipos españoles han desarrollado excavaciones y proyectos de investigación en Egipto, sumándose a otros equipos egipcios e internacionales. En este marco destacan las excavaciones de Heracleópolis Magna y de Oxirrinco y la misión hispano-egipcia que excava, restaura y publica la tumba de Djehuty, tesorero del faraón Tutmosis III (c. 1500 a.C.). De este modo, España se ha incorporado definitivamente a la brillante tradición cultural que representa la Egiptología, un ejemplo de colaboración científica y cultural internacional en nuestro mundo global. C. Actividades después de la visita 1. Actividad. ¿Qué recuerdas de la exposición? Proponga a sus alumnos que realicen un dibujo sobre la exposición. A través del dibujo, los alumnos trabajarán: la psicomotricidad, la escritura y la escritura, la confianza en sí mismo, la expresividad de emociones, sentimientos y sensaciones, la comunicación con los demás y consigo mismo, la formación de su personalidad y la madurez psicológica. Esta actividad servirá para reforzar los temas desarrollados en la actividad en la exposición. Materiales necesarios para la actividad: • Folios • Ceras blandas 2. Actividad. ¡Como los antiguos egipcios! Plantee a sus alumnos realizar un disfraz egipcio. Para ello recomendamos que esta actividad se desarrolle en varias sesiones: en la primera deben realizar una investigación sobre cómo vestían los egipcios y cuales eran sus costumbres a través de imágenes y libros; en la segunda sesión deben detallar los materiales a utilizar para la elaboración de los disfraces y en la tercera sesión, deben desarrollar el diseño del disfraz. El reciclaje puede tener gran protagonismo en esta actividad, utilizándose cómo tema transversal. Los objetivos de esta actividad son potenciar en los alumnos el disfrute con el trabajo individual y colectivo, enriquecer los conocimientos acerca de la cultura egipcia: modos de vida, costumbres y forma de vestir y recordar lo observado en la visita a la exposición. Materiales necesarios para la actividad: • Fotografías e imágenes de antiguos egipcios • Materiales reciclados: cartón, plástico y otros • Pegamento de cola • Tijeras • Ceras blandas
3. Actividad. Los escribas egipcios. En el Antiguo Egipto sólo unos pocos tenían acceso al aprendizaje de la escritura: los escribas. Ellos escribían signos sagrados, llamados jeroglíficos, dibujos con significados. En la época de Cleopatra se llegaron a utilizar 6.000 símbolos jeroglíficos, algunos de ellos para designar las mismas cosas. En el aula, sus alumnos pueden convertirse en pequeños escribas egipcios. Explíqueles el significado de los jeroglíficos, para qué y cómo se usaban. Proponga crear su propio alfabeto egipcio con la siguiente plantilla donde aparece el abecedario y espacio para que sus alumnos puedan dibujar símbolos jeroglíficos. El objetivo de esta actividad es que los alumnos trabajen la observación, la imaginación, la memoria y la experimentación, a través del recurso creativo. Materiales necesarios para la actividad: • Imágenes de jeroglíficos egipcios • Plantilla impresa • Ceras blandas • Lápices.
5. Taller didActico La exposición “Cleopatra y la fascinación de Egipto” dispone de un taller didáctico para que los alumnos de Educación Infantil puedan reforzar de forma gráfica conceptos y contenidos vistos durante la visita. • “Los locos jeroglíficos”. Los alumnos realizarán un bonito diseño egipcio a través de la técnica de transfer: jeroglíficos, flores de loto y otros motivos del Antiguo Egipto se utilizarán en este didáctico taller para crear pequeñas obras individuales. Objetivos: • Estimular el conocimiento sobre el Antiguo Egipto • Desarrollar habilidades creativas • Aprender a tener confianza en las propias elaboraciones artísticas • Participar activamente en el proceso creativo • Llevar a la práctica los procedimientos indicados por el educador • Estimular su desarrollo artístico
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