Edgardo Giménez por él mismo

2 sept. 2011 - co y docente de arte Jorge Romero Brest, que dirigió el Instituto Di Tella. “Muchas veces se confunde cultura con acumula- ción de información ...
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MARIA ARAMBURU

Artistas El libro de un pintor

Giménez en su casa y taller de Punta Indio. “Me gustan los artistas que no saben lo que significa la palabra ridículo”, dice

Edgardo Giménez por él mismo Publicará Carne valiente, una autobiografía en la que cuenta su historia desde los tiempos del Di Tella

E

l artista plástico Edgardo Giménez publicará antes de fin de año su autobiografía, Carne valiente, de cuatrocientas páginas más un CD con la voz del autor. “Es el primer libro antidepresivo de la historia plástica argentina. En la página que lo abras, te salva el día.” El recuerdo más temprano viene de la niñez: “Cuando era muy chico, pensaba que los grandes lo sabían todo. A los cuatro años estaba haciendo un dibujo, y como no me parecía perfecto le pedí a mi madre que me ayudara. Me devolvió un desastre. Eso me provocó una gran decepción. Ahí me di cuenta de que yo, tan chiquito, dibujaba mejor que mi madre”. En Carne valiente se habla de la influencia que tuvo sobre Giménez el crítico y docente de arte Jorge Romero Brest, que dirigió el Instituto Di Tella. “Muchas veces se confunde cultura con acumulación de información. Romero Brest decía que era posible ser culto con o sin conocimiento, con o sin dinero, porque ser culto es ir aprendiendo a vivir. Esa lección me ha acompañado siempre. La gente común tiene una sabiduría especial y una capacidad para la felicidad mucho más desarrollada que los intelectuales. Logran sostener ese estado con naturalidad. Además, las verdades no son más verdades porque se digan en serio. Si la verdad es importante y tiene peso propio, se puede decir en medio de una carcajada. El humor no resta”, dice Giménez. Para él, los verdaderos artistas son los que no miden las consecuencias de lo que hacen, los que simplemente ha-

cen, “los que no saben qué significa la palabra ridículo”. Dice que se identifica con esta frase del caricaturista Charles Crumb:“Qué perfectamente delicioso es todo, sin duda”, y que a pesar de que el mundo está patas para arriba todavía se puede ser muy feliz pintándolo. Giménez ganó dos veces el premio Konex en la categoría de diseño gráfico. Son célebres las imágenes que produjo para los afiches del Teatro San Martín. Hizo también decorados para cine y teatro, tapices, muebles y esculturas. “No creo que lo valioso esté en un solo lugar, sino que estamos rodeados de maravillas que nos acompañan todo el tiempo –dice Giménez–. Sólo hay que sintonizarlas sin prejuicios y comprobar que todo es ganancia. Uno aprende a vivir cuando no se priva de nada. Todo cuanto nos rodea sirve para nuestro deleite y formación. Me interesa lo que provoca la gente. Mi lista de favoritos incluye a Mae West, Albert Einstein, Moria Casán, Groucho Marx, Elizabeth Taylor, Jorge Romero Brest, Carmen Barbieri, Oscar Wilde, Olinda Bozán, Gilles Lipovetsky, Lewis Carroll, Fellini, Ramona Galarza, Andy Warhol, Tom de Finlandia, Miguel Ángel, Rita Hayworth, Walt Disney, Tita Merello, Philip Glass, Cecil B. DeMille y Doris Day. Estos ejemplos son suficientes para imaginar cómo funciona mi banco de sabiduría: todos los elegidos sirven para mechar ese peceto que es la vida. Puedo pasar naturalmente de lo refinado a lo simple, sé saborear una auténtica obra de arte. El secreto de la vida se pone a prueba estando en soledad. Cuando uno está solo y de todas formas se siente feliz, ha encontrado el secreto del éxito.”

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21 Viernes 2 de septiembre de 2011

POR LUCIANA OLMEDO-WEHITT Para La Nacion