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Edgardo Boeninguer

Universidad de Chile. En los ... Rector de la Universidad y un tiempo me correspondió ser el Secretario General de la misma. Eran ... Ricardo Lagos Escobar.
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Edgardo Boeninguer

Con Edgardo Boeninguer tuvimos una amistad por más de 40 años. Trabajamos juntos en la Universidad de Chile. En los días tumultuosos de la reforma universitaria se desempeñó como Rector de la Universidad y un tiempo me correspondió ser el Secretario General de la misma. Eran tiempos difíciles, pero Boeninguer como Rector demostró la aptitud para lograr consensos, que fue tal vez la principal capacidad que enseñó en la vida pública. Durante la dictadura trabajamos juntos en el período de la transición hacia un sistema democrático, pensando en cual debiera ser el Chile que se aproximaba, en cómo poder hacer de Chile un país más justo, un país más abierto al mundo, un país que acoge las demandas de su gente. No bastaba entonces con una democracia consistente en elegir autoridades, tenía que ser una democracia que, junto con hacer crecer la economía, pudiera realizar una mejor distribución. El concepto de “crecimiento con equidad” le adeuda mucho a Edgardo. En cada una de las tareas propias de la transición está presente la marca indeleble de lo que Chile le debe a Boeninguer. Sin duda que su capacidad de forjar acuerdos fue notable en el Gobierno de Patricio Aylwin, desempeñándose como su Secretario General en la Presidencia. Fui colega de Gabinete de Edgardo, supe de sus desvelos y de sus esfuerzos, cuando en algunos momentos tuvimos dificultades en mi cartera de Educación, fue un gran aliado para salir adelante. Luego llegó al Parlamento como Senador Designado. Eduardo Frei Ruiz-Tagle tuvo la inspiración para designarlo Senador de la República. Tengo con él una deuda personal de gratitud. Como Presidente de Chile, en muchas ocasiones, no sólo recurrí a sus consejos, apelé a sus buenos oficios para llevar adelante proyectos de ley que fueron fundamentales para cambiarle el rostro a Chile. Por ello creo que hoy, al momento de su fallecimiento, el país le debe mucho a Boeninguer. Yo en lo personal sólo gratitud por haber colaborado en cada una de las tareas que me tocó desempeñar. Sin duda alguna que con Edgardo Boeninguer se va un servidor público de excepción como pocas veces hemos visto en Chile a lo largo de nuestra historia.

Ricardo Lagos Escobar Septiembre, 2009