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espectáculos
| Jueves 13 de febrero de 2014
Downton Abbey desembarca esta semana en la gran pantalla estreno. Una versión de Romeo y Julieta escrita por el creador del ciclo y Un cuento de invierno, protagonizada por una de sus actrices Viene de tapa
Ahora, la actriz, de 24 años, es la protagonista de Un cuento de invierno, y a pesar de que en el film que presenta hoy Warner está rodeada por actores consagrados, como Colin Farrell, William Hurt y Russell Crowe, la británica es lo mejor de la película. Parece que la decisión de bajarse del éxito que la hizo figura conocida en todo el mundo fue la correcta. “No fue algo que me haya tomado a la ligera. Pero lo cierto es que tenía mucho más miedo a sentirme demasiado cómoda en ese papel que a dejarlo. No quería interpretar a Lady Sybil por años para luego descubrir que es lo único que puedo hacer. Esa perspectiva me parecía mucho más atemorizante que la posibilidad del desempleo”, decía Brown Findlay al diario británico The Telegraph hace unos meses, cuando apenas terminaba de filmar esta película y bastante lejos de la temida falta de trabajo. Aunque la actriz era una de las más jóvenes e inexpertas del elenco de la serie, para decepción y preocupación de sus seguidores y creadores ella fue la primera en animarse a dejarla. Poco después, el éxodo continuaría con la salida de Sio-
bhan Finneran –era la deliciosamente malvada O’Brien, una de las favoritas del público– y Dan Stevens. El actor que interpretaba a Matthew Crawley también decidió que después de tres años de habitar Downton Abbey era tiempo de explorar las oportunidades que se le ofrecían en Estados Unidos. Así, el creador de la serie, Julian Fellowes, se encontró con la difícil tarea de matar a dos de sus personajes centrales. Y, encima, con pocos capítulos de diferencia. “Cuando uno de los actores que interpretan a un sirviente quiere irse no hay demasiado problema, escribimos que consigue otro trabajo y listo. Pero cuando se trata de un integrante de la familia eso significa que tiene que morirse. Porque si no, ¿cómo hacemos creíble que Matthew no aparezca nunca para ver a su bebe y a su esposa? ¿Cómo explicar que no se lo viera más en la mansión de la que es el heredero? Así que no nos quedó otra opción que matarlo. A mí me dio tanta pena como a todos los demás”, explicó Fellowes a The New York Times cuando el ferviente público norteamericano todavía penaba por el trágico destino de Lady Sybil y Matthew.
Claro que es posible que tener que manejar la intempestiva despedida de dos de sus personajes centrales haya sido el mejor entrenamiento que el guionista pudo tener para encarar la adaptación de Romeo y Julieta. Acostumbrado ya a hacer el duelo por los jóvenes personajes muertos antes de tiempo, Fellowes decidió presentar una versión clásica de la obra de William Shakespeare. Aunque si bien el film dirigido por el italiano Carlo Carlei y protagonizado por Hailee Steinfeld (Temple de acero) y Douglas Booth no se animó a los extremos de aquel film de Baz Luhrman con Leonardo DiCaprio y Claire Danes en los papeles centrales, sí generó su propia controversia. Shakespeare para las masas “Cuando la gente dice que deberíamos haber filmado con los textos originales no me parece mal, es su punto de vista. Pero para ver el original sin modificaciones se necesita de un tipo de conocimiento académico de Shakespeare. Yo puedo hacerlo porque tuve una formación muy cara: asistí a la Universidad de Cambridge. No todo el mundo fue ahí y hay mucha gente inteligente que
Haliee Steinfeld y Douglas Booth, los nuevos Julieta y Romeo no está entrenada en las elecciones lingüísticas de Shakespeare”, declaró Fellowes a la BBC cuando los expertos en la obra del bardo pusieron el grito en el cielo por las libertades que el guionista se tomó con Romeo y Julieta. Es que, tal vez por estar acostumbrado a la escritura televisiva y tentado por la posibilidad de popularizar o reintroducir
a nuevos públicos una de las obras más populares y representadas de la historia del teatro global, Fellowes modificó mucho los textos originales y agregó varios diálogos de su cosecha para hacer más “accesible” lo que él consideraba complejo y difícil de entender en el original. La decisión provocó la indignación de los expertos en Shakespeare, que
CiNe
Una sutil conexión humana Philomena (Ídem, gran bretaña/2013, hablada en inglés). ★★★★ muy buena. dirección: Stephen Frears. guion: Steve Coogan y Jeff Pope, sobre el libro The Lost
Child of Philomena Lee, de Martin Sixsmith. fotografía: Robbie Ryan. música :
Alexandre Desplat. edición:
Valerio Bonelli. diseño de producción: Alain McDonald. elenco: Judi Dench, Steve Coogan, Michelle Fairley, Barbara Jefford, Anna Maxwell Martin, Mare Winningham, Sophie Kennedy Clark. distribuidora: Alfa Films. duración: 98 minutos. calificación: apta
para mayores de 13 años.
C
uando al flamante ex corresponsal extranjero de la BBC Martin Sixmith alguien lo pone al tanto del caso vivido por Philomena Lee, califica el relato como una historia de interés humano. Nada podría definir mejor el contenido de esta equilibrada realización de Stephen Frears. Que es bastante más que la dramática historia de la mujer que pasó medio siglo soñando con descubrir el paradero del hijo que le habían arrebatado de pequeño (para entregarlo en adopción), las monjas del orfanato en que estuvo recluida por su condición de madre soltera. Es la historia de la búsqueda que, con el periodista como aliado y guía, emprende una vez que ha confiado el “vergonzante” secreto a su hija, es decir la historia del libro que dio origen a este film. Por tratarse en buena parte
Dench y Coogan
alfa films
de esa búsqueda y de las sucesivas revelaciones a que conduce, conviene no detenerse demasiado en detalles. Pero el film no sólo avanza en esa dirección. También crece en el rico juego dramático que propone una pareja tan extraña y discordante como esta del profesional experimentado, escéptico y descreído, y la mujer sencilla, inocente y compasiva que a pesar de los todos los golpes sufridos conserva la fe y está más dispuesta al perdón que a la venganza. No puede haber concepciones del mundo y actitudes frente a la vida más opuestas que las que exhiben un personaje y otro y sin embargo –también por la increíble química que hay entre Judi Dench y el comediante (y aquí coguionista) Steve Coogan–, la sutil conexión humana que crece entre ellos y hasta parece hacerse visible constituye
una de las principales fortalezas del film. Algunos flashbacks alcanzan para recrear los orígenes del caso y al mismo tiempo abrir el relato en otra dirección, la misma que en Magdalene Sisters, aunque en feroz franco tren de denuncia, abordó como director Peter Mulan, el excelente actor de los films de Ken Loach: entonces también se trataba de uno los muchos hogares religiosos fundados en el siglo XIX en Irlanda para asilar a mujeres abandonadas por sus familias, víctimas de la condena social o prostitutas. Tales hogares (que ya no existen) habían sido convertidos en lavanderías, donde las internadas expiaban sus pecados trabajando sin paga, sin descanso y sin perspectivas de liberación en un régimen de disciplina extrema. De allí había visto Philomena cómo un auto lujoso se llevaba una mañana a su hijito, por el que ya no tendría derecho a reclamar. Con la ayuda de Sixmith y con mucho coraje llegará a conocer la verdad, lo que derivará en un tercer capítulo más breve, pero igualmente conmovedor. El mayor mérito del film reside precisamente en el rigor con que Frears esquiva todos los peligros que lo acechan: no hay manipulación, ni tintas cargadas, ni sentimentalismo. Sí en cambio, un inteligentísimo empleo del humor. Y por supuesto un admirable par de actores, lo que no sorprende en el caso de Dench, aunque aquí, sin abandonar el carácter, se muestre especialmente sensible y a ratos también deliciosamente graciosa.ß Fernando López
Collin Farrell y Jessica Brown Findlay
warner
CiNe
Entre el romance y la fantasía Un cUento de invierno (Winter’s tale, ee.UU./2014).★★ regular . dirección:
Akiva Goldsman. guión: Akiva Goldsman adaptado
de la novela de Mark Helprin. fotografía: Caleb Deschanel. música: Hans Zimmer. elenco: Colin Farrell, Russell Crowe, Jessica Brown Findlay, Jennifer Connelly. distribuidora: Warner. duración: 118 minutos. calificación: apta mayores de 13 años con reservas.
E
n 1983, cuando se publicó la novela de Mark Helprin en la que está basado este film, el crítico de The New York Times Benjamin De Mott escribió en su reseña: “Hacía tiempo que no leía un trabajo tan gracioso, reflexivo, apasionado o tan sentido. Bien usado, podría inspirarnos
y reconfortarnos. Un cuento de invierno es un gran regalo para tiempos de gran necesidad”. Lamentablemente, en esta adaptación del consagrado guionista y director debutante Akiva Goldsman es poco lo que queda de aquella maravilla literaria. Considerada una obra infilmable por los
buena vista
tampoco recibieron con demasiada alegría la esnob defensa del autor, que, luego de la experiencia cinematográfica, volvió a abocarse a su creación televisiva, que puede que no sea tan prestigiosa como adaptar al gran Will y puede que lo obligue a matar personajes cada tanto, pero al menos le garantizó el éxito que lo llevó a la gran pantalla. ß
elementos de realismo mágico y fantasía, además de los múltiples saltos temporales que llenan sus 700 páginas, la tarea de adaptar la novela parece haber superado las habilidades de Goldsman. Es que el experto guionista y productor de films como Soy leyenda y Una mente brillante, entre otras películas de gran éxito, quedó atrapado en el laberinto de los saltos de tiempo, el relato romántico y la historia de ángeles y demonios que decidió contar. En el centro de todo el enredo está la historia de Peter Lake, un bebe que en 1895 llega con sus padres inmigrantes a las costas de Nueva York, de donde son rápidamente expulsados por problemas de salud. Desesperados, los padres deciden transformar a su hijo en un moderno Moisés a bordo de un bote que lo llevará, literalmente, a buen puerto. Unos años más tarde, el huérfano es un ladrón con talento y más bondad que la que su jefe, Pearly Soames, puede aceptar. El muchacho es interpretado por Colin Farrell, un buen actor que acá debe superar el doble escollo de hacer creíble que tiene poco más de 20 años y evitar –sin éxito alguno– que el espectador se distraiga de sus conflictos por el espantoso peinado que le tocó en suerte. Perseguido por el malvado Soames, jugado con ridícula exageración por Russell Crowe, Peter Lake conocerá el amor encarnado por la bella y moribunda Beverly Penn, un personaje que gracias a la interpretación y la fotogenia de la británica Jessica Brown Findlay resulta lo mejor de la película. Y, de hecho, consigue que al menos por un rato Un cuento de invierno tenga sentido y hasta emocione con ese romance cruzado por el destino, un par de milagros y la lucha entre el bien y el mal. ß Natalia Trzenko
CiNe
Buscando una salida los desechables (argentina/2013). ★★ regular. dirección y guión :
Nicolás Savignone.
duración: 60 minutos. calificación:
apta para mayores de 13 años.
P
elícula sin duda atípica, Los desechables recorre las aventuras de tres jóvenes que luchan para lograr una mejor posición económica. El film, interpretado por actores totalmente anónimos, comienza cuando cada uno de ellos muestra su faceta amorosa al lado de otras tantas mujeres algo absorbentes. A través de fragmentos, los protagonistas demuestran la fugacidad de esas relaciones, y luego el entramado se fija en la oficina en la que el jefe y ellos comenzarán una casi amistosa conversación que, poco a poco, irá subiendo de tono hasta convertirse en una discusión en la que cada uno de ellos tratará de superar al otro mediante diálogos en los que quedarán abiertas las puertas de sus
La oficina que se transforma en infierno ambiciones, de sus cansancios y de sus frustraciones. El director Nicolás Savignone procuró convertir su film en un espejo de la problemática de la juventud de hoy, pero tropezó con el inconveniente de que su historia se aferra a lo teatral, lo que convierte al film, a pesar de su brevedad, en una constante suma de diálogos que explican, más que muestran, las desventuras de sus protagonistas. Poco más se puede decir de esta más que modesta producción que,
kiako anich
no obstante, procura insertarse en los desafíos que la vida les impone a los jóvenes. El resultado queda a medias entre el interés de su realizador por poner al descubierto las inquietudes de sus protagonistas y de lograr una película distinta destinada, sin duda, a un público dispuesto a visionar un producto que, sin duda, tiene su interés en esa franja de espectadores que concurren al cine a descubrir algo distinto. Y Los desechables les permite esa pretensión.ß Adolfo C. Martínez