Turismo
Página 12/LA NACION
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Domingo 19 de diciembre de 2010
AQUI NOMAS Villa Logüercio
Por Silvina Beccar Varela
Vecinos unidos junto a la laguna de Lobos Comidas caseras, camping, bicicletas y más encantos naturales en un pueblo que apuesta al turismo comunitario Dos sillas. Y como en un cuadro, estas sillas están dispuestas de forma tal que los comensales sentados en ellas mirarán hacia la bella laguna de Lobos. Su costanera serpentea la orilla donde descansan los biguás y crecen los eucaliptos, a 12 kilómetros de la ciudad de Lobos sobre la ruta 205, provincia de Buenos Aires. Son las butacas de la galería del sencillo restaurante de Claudia, en el Barrio Parque Villa Logüercio, con especialidad en pastas caseras. Desde estas sillas, en los días de semana se admira el paisaje bucólico del agua y su quietud, cruzando la costanera de tierra recientemente remozada que orilla la laguna. A Claudia se suman Yolanda, la de los panes; Marlene, la de las bicicletas; Daniel, el de la heladería; los artesanos… Y es que el encanto de este paraje lo construye su gente, sufrida como su laguna, que cuando se le antoja se seca y deja a todo el mundo patas para arriba sin saber qué hacer. Así de caprichoso, como la naturaleza, es este espejo de agua en cuyo barrio de calles de tierra regadas diariamente viven cerca de 50 personas, número al que se le agrega un cero los fines de semana. Allí sobreviven personajes como Yolanda, con su pelo rubio recogido por su cofia y su delantal de la Municipalidad de Lobos, siempre arreglada. Ella prepara incansablemente panes de campo, alfajorcitos, trenzas con salamín. Usa harina común o integral y sus dulces siempre tienen algún secreto, porque algún gusto, dice, deben tener: esencia de vainilla, cascarita de limón, naranja, lima… “Llegué hace cinco años. Dios tenía, se ve, este lugar escondido por ahí para mí. Acá nadie hacía panes caseros, comunes. Con la ayuda de Natalia Rosso (Municipalidad de Lobos) y el resto de los chicos logré salir ade-
lante”, cuenta agradecida. Está culminando su pequeño local. Mientras tanto vende sus panificaciones en la feria artesanal de la laguna los fines de semana. Todo sigue un tanto precario, aunque mucho más lindo que hace algunos años. Y lo realmente lindo es ir cuando hay poca gente y quedarse hasta que se pone el sol, cuando nadan los patos y las gallaretas, vuelan las tijeretas y los biguás descansan sobre los palos que encuentran. Se permite acampar en forma libre en algunos sectores de la costa de la laguna; en otros existen campings privados con todos los servicios.
DATOS UTILES
L Una noche con desayuno en algu
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Pertenencia y arraigo “Se relevaron seis pueblos del partido y la Municipalidad eligió éste para desarrollarlo en la categoría de Pueblo Turístico. Era conocido como Laguna de Lobos, pero el pueblo tiene nombre, había perdido su identidad. Por medio de talleres y capacitación se trabaja para crear sentido de pertenencia y vocación de servicio al turismo”, cuenta Mayte Garayalde, de la Municipalidad de Lobos. En los pueblos turísticos se fomenta el desarrollo del turismo comunitario que involucra a los lugareños, y logra el asentamiento y el arraigo de los jóvenes. Vicente Logüercio nació en Rosario el 30 de diciembre de 1892. Se recibió de médico cirujano y ejerció su profesión en el hospital de Lobos hasta su muerte, a los 49 años. Lo heredó su sobrina, Haydée Durán, que loteó las 250 hectáreas que hoy ocupan distintas familias. Este año se levantó un monolito en la plaza Dr. Vicente Logüercio (calle 36), con las placas de conmemoración del Bicentenario y del profesional que dio nombre a la población. La pequeña capilla Santa Isabel (calle 36) y el viejo ombú (calle 4 en-
Desde la costanera, un espejo de agua para disfrutar... sin agitarse GRUPO 44
tre 35 y 36) asoman en el recorrido de esta pequeña villa.
El fortín
La pequeña capilla, en pleno downtown Logüercio
La estación Fortín Lobos, casi un apeadero (calle 1), recuerda el verdadero origen de este sitio, construido en 1779 como Fortín San Pedro de Los Lobos. En esa época, las luchas entre los malones y los españoles se incrementaron, y la línea de fronteras fue reforzada por el virrey Vértiz y Francisco Betbezé mediante la construcción de fuertes; hoy puede verse una réplica. El fortín, del cual se sabe era habitado en 1792 por 16 milicianos, se erigió en la margen norte de la la-
na de las posadas u hosterías de la laguna: desde $ 150 por persona. Pastas caseras en Donna Bella, desde $ 30 por persona. Av. Costanera y Chile, Tel.: 02227494531, 0227-15628788. L Entrada a la laguna: $ 4 por auto; $ 8, camionetas. Camping: desde $ 15 por día. Yolanda Martínez, Panes QuimeyQuipan: Tel.: 02227-494302.
[email protected] L Club de Pesca Lobos: calle 50. Tel.: 02227-494089, camping, cabañas y casas rodantes para alquiler. www. clubdepescalobos.com.ar L Estancias para alojarse en la zona: Santa Rita: Antonio Carboni, partido de Lobos. Tel.: 02227-495026. www. santa-rita.com.ar La Candelaria: Tel.: 02227-424404. www.estancialacandelaria.com.ar LDirección de Turismo: Av. L. N. Alem Nº 149, Tel.: 02227-422275,
[email protected] guna de Lobos, llamada así, según dicen, por las nutrias que la habitaban antes de la llegada de la civilización. La ciudad de Lobos, a una decena de km, cuenta con un casco histórico digno de visitar por su patrimonio cultural: allí se encuentra la plaza 1810, la casa natal del ex presidente Juan Domingo Perón, la iglesia, el Club Social, la cruz jesuita de la misión que arribó en 1872, algunos solares que se mantienen. Y pueden rastrearse, a través de un excelente mapa-guía de la Dirección de Turismo, las placas conmemorativas de los sitios de interés como la ex pulpería La Estrella.