INFORMACION GENERAL
Domingo 13 de noviembre de 2011
I
CARRERAS URBANAS s TENDENCIA QUE CRECE
Una marea roja inundó la ciudad Más de 15.000 corredores participaron ayer de la edición de los 10K de Nike; la partida fue en Puerto Madero “El running es el único deporte que se adapta a tus tiempos.” “Los 10k de Nike son una cita impostergable.” “Es un deporte en el que dependés de vos mismo.” “Cada vez más gente apuesta a una vida saludable.” Con estas frases –y minutos antes de la partida–, los participantes de We Run Buenos Aires Nike 10k definieron la tradicional carrera que se realizó ayer por las calles de Puerto Madero y el centro porteño, que incluyó en su recorrido íconos urbanos como el Obelisco, la Catedral y el Cabildo. Una fiesta que se repite todos los años, con más de 15.000 fanáticos de un deporte que parece no tener techo. Antes del mediodía, las calles cercanas al parque Mujeres Argentinas, en Juana Manso y Marta Lynch, comenzaron a poblarse de remeras color rojo coral. Todos esperaban que el reloj indicara las 17, hora señalada para la largada y un momento en el que la adrenalina y las ganas de correr se unieron para dar rienda suelta a hileras y más hileras de runners que buscaron mejorar su tiempo o tan sólo disfrutar del desafío sin más expectativas. Simón Bermatov, de 18 años, contó: “Hace dos años que corro con mi papá y me sirve porque juego al rugby en San Cirano y lo uso como complemento. Además, el running es un deporte en el que vos sos tu propio límite”.
Siempre se trata de correr DAMIAN CACERES PARA LA NACION
FOTOS DE HERNAN ZENTENO
La habitual calma del barrio dejó paso a una marea roja que ayer inundó las calles de Puerto Madero
Fanáticos encuestados Como un “deporte favorito”, como “una adicción” y un “hábito fundamental en la vida”. Así describen los jóvenes aficionados al running lo que significa para ellos salir a correr por la ciudad. Según una encuesta online de TNS Gallup, que entrevistó vía mail a 817 jóvenes, de 17 a 30 años –inscriptos en la carrera de ayer– para cuatro de cada diez participantes correr es su deporte favorito. Según dijeron –hay que tener en cuenta que más del 50% de la muestra corre con una frecuencia que va de todos los días a tres veces por semana–, el running es, principalmente, “un cable a tierra”. Esa respuesta fue dada por uno de cada tres entrevistados. Para una proporción similar, correr es “una forma de estar en movimiento”. Mientras que para los “adictos al running”, que constituyen el 15% de los entrevistados, “es una necesidad. El cuerpo me lo pide”, aseguran. “Un momento para conectarme conmigo”, fue la expresión elegida por casi el 20% de los participantes,
es una cuestión que tiene que ver con “desafiar los límites y sentir adrenalina”. Los beneficios del running son muchos, pero la mayoría coincide en una trilogía básica: “Me cambia el estado de ánimo, me siento más alegre y de mejor humor”. ¿Qué usan cuando corren? La mitad de los participantes utiliza cronómetro, y el segundo dispositivo más popular es el MP3 y el iPod, ya que a más de un 30% le gusta escuchar música cuando corre.
Por una vida saludable
Triunfo de Alexander de los Santos y para sólo el 2%, el running es “una actividad social en la que se puede conocer gente y hacer amigos”. Cuando a los 817 entrevistados se les preguntó por qué corren, la frase más elegida fue “para sentirme bien”. Así respondió el 93% de los encuestados. “Despejar la mente”, “estar en forma” y “probarme y superarme”, siguen en la lista. En cambio, para los “adictos”
María Pizarro, de 45 años, corrió junto a su hija Josefina Culasso, de 16. Pizarro es neumonóloga y coordinadora nacional de la Alianza Libre de Humo (Aliar). “Es impresionante ver tanta gente que apueste por una vida saludable. Se veía a un grupo muy heterogéneo. Hay que seguir creando hábitos como éste para crear conciencia frente a enfermedades crónicas”, dijo. A su lado, su hija Josefina, debutante en este tipo de competencias, contó: “Es mi primera
carrera y quedé muy entusiasmada. Fue una fiesta durante todo el recorrido. Quienes no corrían te acompañaban en cada paso que dabas”.
En el podio En esta edición, el podio tuvo deportistas internacionales. El ganador de la competencia, en la categoría caballeros, fue el uruguayo Alexander de los Santos, con 00:30:24. El segundo puesto fue para el corredor keniano Julius Rono, con 00:30:31, mientras que el tercer puesto lo obtuvo el brasileño Leonardo da Silva, con 00:30:44. En la categoría damas, Rosa Godoy, con 00:34:12, fue la ganadora. También hubo categorías especiales, como silla de ruedas, donde el primer puesto para caballeros fue para Alejandro Maldonado, con 00:28:15, quien se llevó todos los aplausos del público cuando cruzó la línea de llegada. En la categoría no videntes, el primer puesto para los hombres lo obtuvo Leonardo Castro, con 00:44:24, y en la categoría damas, María José Macharelli, a los 00:58:24, cruzó la meta, emocionada por el desafío.
Correr, en gran medida, implica calzarse un par de zapatillas, ponerse ropa adecuada, dependiendo de la época del año, y salir a trotar. El tiempo se lo pone uno. El ritmo, también. Al principio, se trata de buscar continuidad, pero después aparecen los desafíos de autosuperación. En mi caso, hace poco más de seis años que corro y cada vez que participo en una carrera confirmo mi elección. Recuerdo que casi de casualidad conocí el mundo del running por una lesión de ligamentos. Tras pasar por el quirófano empecé a correr. El hábito se hizo cada vez más frecuente hasta que mi hermano me invitó a participar de los 10k de Nike de 2005. Allí debuté en este tipo de competencias y el sentimiento de ver a esa inmensa masa de personas con un mismo fin, con un mismo objetivo, me provocó admiración, respeto y más ganas por correr. Hoy, esa impresión se repite en cada carrera. Emociona ver a padres e hijos, amigos, parejas y personas de todas las edades que buscan superarse. Ayer, esas imágenes brotaban a cada paso, a cada kilómetro. Ayer el poema de Marciano Durán “Esos locos que corren” quedó representado a fuego con esos 15.000 fanáticos que desfilaron por las calles de Puerto Madero y el centro porteño. “Se anotan en carreras de ocho o diez kilómetros y antes de empezar saben que no podrán ganar, aunque falten todos los demás”, o “Disfrutan cuando pasan a otro corredor… pero lo alientan, le dicen que falta poco y le piden que no afloje”, puede leerse en la prosa del poeta uruguayo, quien, como uno, encontró en este deporte un cable a tierra, un espacio para encontrarse con amigos. Pero, sobre todo, un espacio para encontrarse con uno mismo. ¿Mi tiempo? El oficial, 46m29s. Más de cuatro minutos más que el año pasado. Una diferencia que hoy mismo intentaré enmendar en otra de las tantas carreras que habrá en la ciudad.
CAMPEONATO NACIONAL
El atalaje deportivo pisa fuerte en el país Se trata de una disciplina que utiliza caballos y carruajes; se desarrolla en una estancia de Pilar LAURA REINA LA NACION Equitación, polo, turf y... atalaje. Entre la amplia lista de disciplinas deportivas con caballos habrá que empezar a prestar atención al atalaje, una competencia que utiliza un carruaje tirado por uno, dos y hasta cuatro caballos, que combina la destreza del competidor –llamado látigo– y la fuerza de los equinos. Ayer, durante la segunda jornada del Campeonato Nacional de Atalaje Deportivo, que se desarrolla hasta hoy en la estancia La Yunta, en Pilar, se pudo ver la prueba más completa de la competencia: la maratón. Hoy será el turno de las de destreza, que son por puntaje. La maratón, que ayer fue vista por unas mil personas, consiste en un circuito en el que hay que sortear distintos obstáculos. Quien lo hace en menor tiempo es el ganador. Por cada falta que se comete, el competidor es penado con la suma de tiempo. El empresario y ex polista Mariano Paz, organizador del campeonato y uno de los 22 látigos que tiene la competencia, dijo a LA NACION que el armado del evento, que tiene competidores de Alemania, Suiza, Chile, Brasil, Austria y Argentina, demandó más de seis meses. Paz expresó: “Esto es mi vida. trabajo mucho para poder hacer estas cosas. Es un deporte que no es muy conocido en el país; por eso, trabajamos para que se conozca. Es una disciplina que acá no tiene muchos años, pero en Europa está muy afianzada”, dijo . La presencia del juez internacional Cristian Iseli, que diseñó la pista con obstáculos, también le dio jerarquía al evento. “El juez me dijo que parecía un campeonato del mundo por la calidad de los competidores y la dificultad de los obstáculos. Estamos muy satisfechos”, confió Paz.
Entre los látigos que participaron de la maratón estuvo Wolf von Buholtz, un destacado atleta europeo. El fue el que acaparó todas las miradas, ya que es el único que compite con un carruaje tirado por cuatro caballos, lo que aumenta considerablemente el nivel de dificultad. “Es un deporte que requiere mucho manejo y concentración, hay que mandar al caballo para adelante y hacer que haga lo que uno le indica. Esto no siempre es fácil porque el caballo se cansa mucho. Cuando él te responde, se hace la gran diferencia”, explicó el organizador.
Un encuentro social A pesar de las largas tradiciones campestres del país, el atalaje no es un deporte autóctono. Llegó a la Argentina en 1985 desde Inglaterra, donde se practica en alza desde 1970. Además de observar la destreza de los caballos y los látigos, para el público es un evento social que congrega a familias y a gente ligada al campo y al polo. Entre los asistentes estuvo el ex gobernador bonaerense, Felipe Solá quien, a pesar de ser un avezado jinete, reconoció que esta era la primera vez que iba a una competencia de atalaje deportivo. “Es la primera. Vine a apoyar a mi amigo Mariano Paz. Me gustan el campo, los caballos y los buenos jinetes, pero no soy muy adepto a la tradición campestre. De la competencia me sorprendió la energía que ponen los jinetes, y los caballos que hay, que son muy buenos”, dijo Solá. Los ganadores se conocerán hoy, cuando finalicen las pruebas de destreza en pista. Los premios consisten en un cuadro donado por el Banco Galicia, main sponsor del evento. Otros premios serán otorgados por Porsche, entre ellos, libros, látigos y objetos de atalaje. Y para seguir festejando, cajas de champagne de la bodega Escorihuela Gascón.
RODRIGO NESPOLO
Mariano Paz, organizador y uno de los 22 competidores del evento que se desarrolla en Pilar
EL ESCENARIO
Magia y tradición MARIANO WULLICH LA NACION
➾ Es la primera vez que vengo. Me gustan el campo, los caballos y los buenos jinetes. De la competencia me sorprendió la energía que ponen los jinetes y los caballos, que son muy buenos ➵ Felipe Sola EX GOBERNADOR BONAERENSE
Siempre es tiempo de atar. Atar caballos a una vieja chata cerealera, a una verdulera, a una amansadora, a un carruaje de estancia o hasta un elegante phaeton de parque. Así se hizo el país, así se hizo el campo y, todavía, cuando se puede, se cultiva como trabajo esto que vino de Europa, hasta convertirse en deporte. Los carruajes dieron todos los nombres de los automóviles, por eso algunos les dicen coches, y la tradición los volvió importantes como una voiturette o una simplísima rastra de patines como esos dos ruedas que enterraron sus camas en el barro hasta el mismísimo pescante. Sería largísimo contar de que se trata un dog cart, una baquet, un tiro de cuatro, un tandem o hasta un simple sulky. Sí se puede relatar en breve lo que significa una atada deportiva. Se perece mucho a una
competencia similar a la equitación. Es decir, consta de tres aspectos: en las pruebas de salto individuales existen la exigencia de los obstáculos variados, la pureza del adiestramiento y la espectacularidad de la prueba completa: cuyo máximo campeón fue el mayor Carlos Moratorio. Atar no se trata de otra cosa que atalajar (sería como ensillar) el animal al coche con todos sus arneses. Puede haber tiros de un caballo, siempre más ágiles para una prueba de obstáculos; de dos (un gran intermedio entre destreza y fuerza), de tres o de cuatro (siempre los más espectaculares y con los que suele atar ese gran animador de pruebas en San Antonio de Areco que es Don Pepe Guevara). Lo que sobra es el buen gusto pero, sobre todo, la pasión. La prueba completa es un rally a campo traviesa, con todos los riesgos que eso significa. Más allá y, por sobre todas las cosas, sigue superando esa palabra tan mágica en la Argentina que se llama tradición.
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