DIALOGOS DEL SITEAL Conversación con Sylvia Schmelkes
Educación y diversidad cultural Agosto 2013
Organización de Estados Iberoamericanos Para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación Sede Regional Buenos Aires
DIÁLOGOS DEL SITEAL
Sylvia Schmelkes1 Presidenta del Instituto Nacional Evaluación de la Educación en México
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«La democracia está fundada en el pluralismo y entre más potente es este pluralismo, más fuerte es la democracia» Es Socióloga, y Magister en Investigación y Desarrollo Educativo por la Universidad Iberoamericana. Se desempeña como investigadora de la educación desde 1970. Ha publicado más de 150 trabajos, entre libros y artículos, sobre los temas de calidad de la educación, educación de adultos, formación en valores y educación intercultural. Fundó y fue Coordinadora General de Educación Intercultural y Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública de México. Se desempeñó como presidente del Centro de Investigación e Innovación Educativa de la OCDE y como Directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Recibió la medalla Joan Amos Comenius, otorgada por la República Checa y por la UNESCO, en 2008. Actualmente es Presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México.
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La versión final de este texto fue realizada por Vanesa D’Alessandre a partir de los insumos elaborados por Carolina Duer y Florencia Urosevich 1
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Para comenzar nos interesa indagar sobre los sistemas educativos y la diversidad cultural ¿En qué consiste adecuar los sistemas educativos al reconocimiento de la diversidad cultural? ¿Es un tema presente en la agenda educativa de la región?
Considerando que a lo largo de su historia los sistemas educativos latinoamericanos han estado orientados a la homogenización, el desafío de atender a la diversidad implica un viraje de 180 grados2.
Cuando se crearon los Estados en América Latina, era muy importante trabajar por la unidad nacional y los sistemas educativos fueron sumamente importantes para ello. La construcción de una identidad nacional llevó consigo un enorme temor a cualquier tipo de reconocimiento de lo diverso. Se trataba de hacer ver lo que nos unía, resaltando que lo que teníamos en común era superior a cualquier cosa que pudiera diferenciarnos. Esta negación de lo diverso se extendió hasta hace relativamente poco. Recién hacia finales de la década de 1970, en los países con poblaciones originarias, se empezó a reconocer —tibiamente al principio— la necesidad de atender de manera diversificada a aquellos que tenían una cultura distinta y hablaban otra lengua. En un primer momento, la preocupación por lo diferente se reducía a la atención de la diversidad cultural y lingüística, pero con el tiempo esto se ha ido ampliando. Las declaraciones sobre educación inclusiva3 han hecho ver que la atención a la diversidad cultural y la atención a la diversidad de capacidades, tienen en común muchísimos principios filosóficos y pedagógicos. Actualmente, cuando hablamos de atención a la diversidad, nos referimos al reconocimiento de la enorme heterogeneidad de nuestra población en todos los sentidos y a la necesidad de que la educación reconozca estas diversidades y pueda atenderlas de forma tal que todos los alumnos aprendan a su máximo potencial.
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Para conocer más sobre la situación social y educativa de las poblaciones indígenas y afrodescendientes en la región latinoamericana puede consultarse el Informe de Tendencias Educativas 2011 del SITEAL “La educación de la población indígena y afrodescendiente” disponible en http://www.siteal.iipeoei.org/informe_2011 3
En referencia a estas proclamas, cabe destacar la conferencia internacional realizada en España, en el año 1994, la cual contó con la participación de representantes de 92 gobiernos y 25 organizaciones internacionales y concluyó con la denominada “Declaración de Salamanca”. A partir de esta resolución, se generaliza la inclusión como principio desde el cual la práctica educativa debe dar respuesta a la diversidad. La noción de inclusión sustituye a la de integración, para enfatizar la importancia de que la escuela responda a las necesidades de todos los alumnos, acogiendo y celebrando la diversidad, en vez de que sean los alumnos quienes deban adaptarse a un sistema educativo que normaliza y desvaloriza lo diferente. Para consultar la Declaración de Salamanca y el Marco de Acción sobre Necesidades Educativas Especiales ingresar a http://educacionespecial.sepdf.gob.mx/educacioninclusiva/documentos/PoliticaInternacional/DeclaracionSa lamanca.pdf
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Se trata de un cambio reciente, que no ha sido completamente comprendido por quienes toman las decisiones importantes en materia educativa. En este sentido, aún queda mucho por andar.
A nivel declarativo, el desafío de transitar hacia una interculturalidad incluyente claramente ocupa un lugar en la agenda educativa de la región. La pluralidad de nuestros pueblos ya se reconoce a nivel constitucional y en muchas de nuestras legislaciones educativas se explicita la necesidad de que la educación atienda a la diversidad. Estos constituyen pasos sumamente importantes. Se trata de avances relativamente recientes que se han dado, en su mayoría, a partir de los años ’90. Sin embargo, lo que sucede en las aulas todavía dista mucho de lo que se esperaría desde la perspectiva de una educación inclusiva intercultural. Como todos los cambios en educación, se trata de procesos sumamente lentos, a veces más a veces menos apoyados por los gobiernos, que no siempre comprenden estos planteamientos, aunque se hayan concretado a nivel declarativo e incluso legislativo. Por otra parte, es preciso distinguir entre la educación destinada a los pueblos originarios y la educación intercultural para todos. Respecto de la primera, el mayor desafío tiene que ver con la educación básica de los pueblos indígenas, la cual no ha logrado despegar desde el punto de vista cualitativo. En todos los países de la región, los pueblos indígenas están recibiendo una educación básica poco pertinente, sumamente deficiente, no están aprendiendo lo que necesitan para vivir una vida digna, mucho menos lo que necesitan para poder revalorar su cultura y fortalecerla. Por otro lado, es importante que nuestros países extiendan la cuestión de la pertinencia cultural y lingüística a otros niveles educativos y que consideren la interculturalidad educativa para todos. También es necesario que todos aquellos que toman las decisiones y operan en los diferentes niveles –inclusive en el ámbito del aula- comprendan que la educación tiene que ser inclusiva. Mejorar la educación básica que están recibiendo los pueblos indígenas, en términos de su calidad y pertinencia tanto cultural como lingüística, es fundamental.
¿Cuáles son las principales políticas orientadas a la educación inclusiva intercultural? ¿Qué contenidos debe tener una política de educación intercultural para toda la población?
La política más importante ha sido la de la atención en la propia lengua y el respeto de la cultura de los pueblos indígenas. Con diferentes fechas de inicio, los países de 3
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América Latina han establecido formas de adecuación curricular —a veces con subsistemas totalmente independientes, a veces desde el mismo corazón del sistema— que permiten la enseñanza en la lengua propia y la introducción de contenidos de la propia cultura en el currículum. La educación intercultural debe estar destinada a toda la población, para poder apreciar la diversidad que existe en nuestros países y de este modo eliminar el enorme racismo que explica por qué los pueblos originarios están social y económicamente postergados, entre ellos el educativo.
La educación intercultural se ha entendido como una educación para los indígenas, cuando es evidente que no se limita a eso. Tiene que ser para toda la población, sino no se puede llamar intercultural. Esto implica fundamentalmente tres cosas o pasos, que no son secuenciales, sino circulares. En primer lugar, el conocimiento de la diversidad. Los sistemas educativos ocultaron la diversidad durante mucho tiempo por lo que gran parte de nuestra población no sabe que en su propio país existen pueblos indígenas y desconoce sus aportes culturales. Se suele vincular la pobreza económica con la pobreza cultural, atribuyendo a la diferencia cultural la pobreza económica: “eres pobre porque eres indio, entonces el problema es que eres indio. La escuela te va a ayudar a dejar de ser indio”.
Como es muy difícil que alguien valore lo que no conoce, es importante que se conozcan los aportes culturales, las diversas cosmovisiones, que se descubran las diferencias que existen en el propio territorio como algo valioso y que pueda experimentarse que eso que es diferente, nos enriquece, nos enseña, nos da otras visiones del mundo, nos quita nuestras certezas. Junto con el conocimiento de las diferencias, del reconocimiento de su valor, es necesario generalizar la indignación por las condiciones sociales, económicas, educativas y por la vejación cultural de la que han sido objeto los pueblos indígenas. La indignación es un paso sumamente importante para desmontar el racismo y favorecer una toma de conciencia enteramente distinta acerca de lo que hay que hacer ante la diversidad. Otro paso sumamente importante es el del aprecio. Al ser enriquecido por el otro diferente, no podemos más que realmente apreciarlo, y transferimos el aprecio a los otros que son diferentes como él.
Hay un objetivo anti racista muy claro en la educación intercultural para todos, que conduce a que cuando los que ahora son nuestros alumnos, sean adultos y tengan que participar en decisiones importantes de su vida y de 4
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la vida política del país, puedan dejar a un lado las decisiones racistas que explican la situación de pobreza y de falta de acceso a los servicios que padecen nuestros pueblos originarios. ¿Cuáles son los aciertos y limitaciones de las políticas interculturales paralelas al sistema educativo formal?
En el caso de México, que es el que más conozco, cuando empezó la atención diversificada a los pueblos indígenas desde el punto de vista lingüístico y cultural, se creó un subsistema, una dirección general dependiente del Ministerio de Educación. En ese momento, era el año 19784, no hubiera sido posible que desde el corazón del sistema se atendiera a la diversidad. Todavía el paradigma de la homogeneidad era demasiado fuerte y se necesitaba una estructura aparte que pudiera funcionar haciendo foco en la diversidad. Hubiera sido difícil ofrecer una educación en lengua propia desde el corazón mismo del sistema. Desgraciadamente, lo que sucedió en el caso mexicano, y creo que en varios otros países, es que la segregación del sistema generó que este se fuera convirtiendo en un subsistema de segunda debido a actitudes racistas que hacían que lo indígena no importase, que no fuera necesario darle recursos ni fomentar su consolidación o su crecimiento. Poco a poco, se fue haciendo un subsistema con sus propias normas, inferiores a las regulares, sus propios esquemas de reclutamiento de docentes y una calidad educativa muy inferior. En el caso de México, todavía son bachilleres los docentes que ingresan en el servicio profesional, con un financiamiento mucho menor por alumno que en el caso de los alumnos regulares.
Considero que en lugar de segregar la atención educativa de los pueblos originarios, es conveniente atender todas las diversidades desde el corazón del sistema. Un sistema que debe asumir el paradigma de la heterogeneidad y de la inclusión educativa, dando autonomía a los profesores, a los directores y a las escuelas para adaptarse e innovar a partir de las condiciones locales.
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El Subsistema de Educación Indígena mexicano inicia sus funciones en el año 1978, con la creación de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI), institución que sustituye al Instituto Nacional Indigenista (INI) en el ámbito educativo. Para más información sobre la política educativa dirigida a los pueblos indígenas en México, se puede consultar: Hernández, Jani Jordá: “Un acercamiento a la realidad escolar indígena y propuestas de cambio” disponible en http://www.nacionmulticultural.unam.mx/Edespig/diagnostico_y_perspectivas/RECUADROS/CAPITULO% 207/2%20UN%20ACERCAMIENTO.pdf
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¿Cuál es su grado de acuerdo con aquellas iniciativas que promueven la adaptación del currículo al contexto local? ¿En qué medida considera que los contenidos deben ser establecidos a nivel nacional?
Actualmente, en la mayoría de nuestros países, el cien por ciento del tiempo curricular está centrado en el desarrollo de objetivos nacionales y considero que eso debería cambiar para que una parte importante de los contenidos sea generada regional y localmente. Tendría que haber más objetivos que respondan a las necesidades que son comunes a determinada región, pero también objetivos locales vinculados con las características específicas de una población. Esto implica que los maestros y los directores sean capaces de innovar, generando sus propios contenidos curriculares.
Se trata de pensar en un currículum que tenga claras las finalidades –un currículum finalista- que deje libertad en lo referido al modo de desarrollarlas y que además permita plantear otras finalidades desde los contextos regionales y locales. Es preciso reducir la dosis de conocimiento a memorizarse que todavía prevalece en nuestros currículos. Por otro lado, los objetivos de creación de ciudadanía, vinculados con la posibilidad de generar un pueblo participativo, democrático y responsable socialmente, deben partir de las experiencias que las propias escuelas puedan ir desarrollando en función de sus contextos locales, porque la forma de participar y la manera de entender la democracia no es universal. Tenemos que mirar el curriculum de manera que sean mucho más importantes las habilidades y los valores de ciudadanía y que, respecto a los conocimientos, haya más libertad para introducir contenidos locales5.
¿Cuáles son las principales demandas educativas de los pueblos indígenas? ¿Cómo responden los Estados a estas demandas?
Los pueblos indígenas han confluido en tres demandas fundamentales, que están recogidas por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas 6 . La primera es una educación cultural y lingüísticamente pertinente. Se trata de una demanda histórica que inicialmente aludía a la educación primaria y ahora se extiende a todos los niveles educativos, inclusive al superior y a la
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La noción de curriculum finalista, las limitaciones del currículum único en contextos de enorme diversidad cultural y otras reflexiones acerca de los problemas de equidad y calidad educativa en México, se encuentran más desarrollados en el artículo “Los grandes problemas de la educación básica en México” de Sylvia Schmelkes disponible en http://www.inidedelauia.org/2012/01/los-grandes-problemas-de-laeducacion.html 6
El texto completo de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada en el año 2007 se encuentra disponible en http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/documents/DRIPS_es.pdf
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formación de docentes. Anteriormente, las universidades interculturales y la formación de docentes para la diversidad no estaban incluidas en los planteamientos de la educación cultural y lingüísticamente pertinente a los pueblos indígenas. La segunda demanda tiene que ver con una educación intercultural para todos, que favorezca el conocimiento y la valoración de la diversidad. Con respecto a esto, algo se ha avanzado, tal vez más a nivel declarativo que real. La tercera demanda de los pueblos indígenas es poder ellos mismos administrar, darle contenidos y evaluar sus propios sistemas educativos. Ahí es donde menos se ha avanzado, puesto que los Estados se han resistido a ceder el control a las organizaciones indígenas para que estas puedan administrar, evaluar y darle contenidos a sus propios sistemas educativos. Sin embargo, se trata de una demanda clara de los pueblos indígenas y depende mucho de la fuerza de sus organizaciones qué tanto se pueda avanzar.
Es necesario abrir la política educativa a la participación de las organizaciones indígenas. Actualmente están presentes en las instancias de consulta pero muy pocas veces son convocados como actores relevantes durante el diseño e implementación de los contenidos y formas de las propuestas educativas. Es muy desigual el modo en que los diferentes países responden a este conjunto de demandas, algunos han avanzado notablemente en este proceso. El caso de Bolivia refleja la adopción por parte del Estado del compromiso de atender estas tres demandas. Con muchos tropiezos y con una serie de dificultades desde el punto de vista de los recursos humanos disponibles, pero con una voluntad política sumamente clara. Cabe destacar que Bolivia ha procurado la educación intercultural, inclusive bilingüe, para toda la población7. El caso de Perú es interesante; en su régimen antepasado8 hubo una intención de fortalecer la educación indígena y la educación intercultural para todos que fue frenada en el régimen anterior y que ahora debería de ser retomada. Habiendo sido un Estado pionero en los planteamientos legislativos y de concepción acerca de la educación intercultural, hubo una especie de derrumbe de su liderazgo y sería interesante que lo vuelva a retomar. Algo similar ocurrió en México, país precursor al momento de crear una dependencia específica para atender la educación de los pueblos indígenas. A lo largo de los años, México fue perdiendo su liderazgo regional en la materia, lo recupera cuando empieza a hablar de educación intercultural para
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La Ley de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez” puede consultarse en: http://www.minedu.gob.bo/index.php?option=com_content&view=article&id=87&Itemid=119. Un compendio de referencias a la cuestión educativa en la Constitución de la República de Bolivia puede consultarse en: http://www.minedu.gob.bo/index.php?option=com_content&view=article&id=86&Itemid=105 8
La entrevistada se refiere al gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), durante el cual se promulgó la Ley General de educación Nº 28044/2003. Esta ley puede verse en términos más auspiciosos para las poblaciones indígenas porque asume como una riqueza la diversidad cultural, étnica y lingüística del país, promueve la interculturalidad y se compromete a ofrecer Educación Bilingüe Intercultural en todo el sistema educativo. La Ley General de Educación del Perú puede consultarse en: http://www.minedu.gob.pe/normatividad/reglamentos/EducacionCalidadyEquidad.pdf
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todos y a ubicar esta demanda en los distintos niveles educativos. Luego vuelve a perder su liderazgo por falta de apoyo de las organizaciones indígenas.
En resumen, la situación es notablemente despareja entre países, lo que en gran medida depende de la administración en funciones y del grado de organización de los pueblos indígenas en cada país. Las organizaciones indígenas están sujetas a una dinámica histórica que hace variar su fuerza en diferentes momentos. No obstante, en términos generales se registra un avance regional, que incluye el reconocimiento de una pluralidad cultural y lingüística prácticamente en todas las constituciones de los países que tienen pueblos originarios. En algunos países, la atención cultural y lingüísticamente pertinente ha escalado a la educación superior. México, ya cuenta con diez universidades interculturales. Pero no es el único. Este proceso se ha venido extendiendo en la región y es muy importante para el desarrollo de cuadros indígenas capaces de tener influencia en la concreción de las demandas de sus propios pueblos.
¿Cómo afronta el sistema educativo el desafío de formar ciudadanos respetando el reconocimiento étnico de cada comunidad?
La formación de ciudadanos en ambientes multiculturales debe fundarse en el valioso aporte que ofrece la diversidad cultural a la democracia. La democracia está fundada en el pluralismo y entre más potente es este pluralismo, más fuerte es la democracia. Es preciso aprovechar las enormes diferencias para enriquecer las visiones del mundo, y de este modo contar con más opciones al momento de tomar decisiones para solucionar los problemas. La diversidad permite fortalecer la democracia. Es necesario fortalecer a las democracias locales para construir una democracia nacional fundada en la diversidad.
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