Lunes 15 de junio de 2009
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la columna de Juan Pablo Varsky
Para LA NACION- desde Sudáfrica
Sudáfrica 2010, un país
M
atthew Booth es blanco. Tiene 32 años y juega en la selección de Sudáfrica. Zaguero central, el público lo ama. Valora de él que pelee cada pelota como si fuera la última de su vida. El bueno de Matthew deja todo en la cancha, pero sus rivales sufren el rigor. Rústico hasta la médula, Booth raspa, cepilla y pega patadas. Capitán del sub 23 que compitió en los Olímpicos de Sydney 2000, regresó al equipo nacional tras tres años de ausencia, convocado por el actual seleccionador, el brasileño Joel Santana. Comenzó su carrera en Ciudad del Cabo y estuvo siete años en Rusia. Primero en FK Rostov y luego en Krylya Sovetov Samara. A principios de este año, volvió al país para sumarse al Mamelodi Sundowns. Lleva el número 14 en su espalda y es pelado. Mide 1,98 m y se parece a un patovica, a esos porteros de discoteca que asustan con sólo mirarte. Cada vez que toca el balón, el estadio emite un sonido muy similar al rugido de un tigre. “¡Boooooooo!”, gritan los aficionados. Lo escuché por primera vez viendo un DVD del amistoso Sudáfrica 3 vs. Camerún 2 modelo 2008. Inmediatamente, pensé que se trataba de una silbatina de rechazo por parte del público negro, inmensa mayoría en los estadios y en el país. Pocas veces estuve tan equivocado. Encontré la respuesta en el Nelson Mandela Square, un centro de compras situado en Sandton, un barrio residencial a 15 km del centro de Johannesburgo. Tiene excelentes restaurantes y su principal atracción es una imponente estatua del líder sudafricano. Allí, el peluquero que trabajó sobre mi cabeza me dijo: “Nada que ver. Ese ruido es de aliento. Amamos a Booth”. Históricamente, el rugby fue el deporte de los afrikáners blancos, mientras que el fútbol sirvió de refugio para la tan castigada población negra. Durante el apartheid, los negros querían que los Springboks, el seleccionado sudafricano de rugby, perdieran todos sus partidos. Hoy Sudáfrica es un hermoso milagro de convivencia entre negros y blancos. No estamos en el paraíso, por supuesto. El país sigue sufriendo injusticias, desigualdades, muertes por sida, asesinatos y episodios de corrupción. Pero todo ha cambiado desde el 11 de febrero de 1990, día de la liberación de Nelson Mandela. Para comprender la dimensión de este fenómeno político, cultural, deportivo y sociológico, les recomiendo leer el libro El factor humano, del periodista John Carlin. La historia empieza y termina el día de aquella final contra los All Blacks jugada en el Ellis Park de Johannesburgo: 24 de junio de 1995. Los invito a sumergirse en el maravilloso relato de
Carlin y los desafío a no llorar durante las últimas páginas. Yo no pude. Durante la presidencia de Mandela, Sudáfrica ganó el Mundial de Rugby 95 y la Copa de Africa 96. Los éxitos deportivos unieron al pueblo y ayudaron a cumplir en el país la premisa de Giuseppe Garibaldi, el patriota soldado que unió a Italia a mediados del siglo XIX. Al finalizar su misión militar, Garibaldi dijo: “Hemos hecho Italia, ahora debemos hacer italianos”. Nada hubiera sido posible sin Mandela, el presidente de toda la humanidad. Desde 2004, Sudáfrica sabe que organizará el Mundial de fútbol 2010, el primero en este continente. El 4 de diciembre de este año se hará el sorteo en Ciudad del Cabo, una de las nueve sedes previstas para el torneo. Hoy, todos los reflectores le apuntan a esta Copa de las Confederaciones, un certamen que nació de una idea del rey Fahd de Arabia Saudita. En 1992, invitó a todos los campeones continentales a jugar al patio de su casa, un fabuloso estadio con canillas de oro en los baños. No todos aceptaron la propuesta. La Argentina sí y se consagró campeona con brillante exhibición. Estábamos en pleno invicto del equipo de Coco Basile y en la mejor versión de ese seleccionado. En 1995, el monarca insistió. Allí estuvo, otra vez como campeón de América, el equipo argentino ya dirigido por Passarella. Perdió la final por 2 a 0 contra Dinamarca, sorprendente ganador de la Eurocopa 92. Lue go la FIFA se hizo cargo del certamen y lo organizó cada dos años en sedes rotativas. Como no encajaba en el calendario, decidió espaciarlo cada cuatro años. Desde 2005, se juega el año anterior al Mundial y en el país organizador de la Copa. El voto de los países africanos fue fundamental para el ascenso y la consolidación de Joseph Blatter en la presidencia de la FIFA. Blatter decidió premiar ese apoyo con la adjudicación del Mundial 2010. Este año, las tres competiciones más importantes se disputan en Africa: Mundial Sub 20 en Egipto, Mundial Sub
Blatter se puso la camiseta de la Copa del Mundo “No se pongan celosos ni siembren el miedo. Estamos comprometidos con Sudáfrica y el Mundial se hará aquí”, dijo Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, sobre la gran cita de 2010. Este año, Africa es sede de los tres torneos más importantes: la Copa de las Confederaciones de Sudáfrica, el Mundial Sub 20 en Egipto y el Sub 17 en Nigeria.
17 en Nigeria y esta Copa de las Confederaciones. Durante la conferencia de prensa del viernes pasado en el Nelson Mandela Square, los medios europeos tirotearon a Blatter con preguntas del estilo: “¿Está preparada Sudáfrica para organizar el Mundial?”. El suizo dejó de lado su habitual diplomacia y contraatacó: “No se pongan celosos ni siembren el miedo. Estamos comprometidos con Sudáfrica y el Mundial se hará aquí”. Ayer, tras la ceremonia inaugural, pronunció un discurso igualmente enfático y luego se abrazó con el presidente sudafricano, Jacob Zuma. Con sus palabras y sus gestos, Blatter despejó las últimas dudas. Sudáfrica deberá trabajar muchísimo para estar a la altura de la Copa del Mundo. Si bien hay mucha obra pública en construcción, aún no hay avances concretos en términos de infraestructura, servicios de transporte y caminos. Para esta Copa de las Confederaciones, el Comité Organizador de Johannesburgo decidió contratar a una empresa de seguridad para que se ocupe de los planteles, las personalidades VIP y de la vigilancia dentro del estadio. La policía local y la nacional se encargan de las adyacencias, los hoteles y, por supuesto, del resto de la ciudad. Unas 5000 personas llegaron desde diferentes países para esta Copa. Los organizadores esperan 400.000 para junio de 2010. El primer partido de la Confederaciones fue muy malo, horrible. En Ellis Park, los Bafana Bafana (así llaman a la selección sudafricana, quiere decir Los Chicos) tardaron muy poco tiempo en desencantar a sus hinchas. Nerviosos, imprecisos y muy limitados, empataron sin goles contra el Irak del simpático Bora Milutinovic, el hombre de los cinco mundiales con cinco seleccionados distintos y autor de la inmortal frase “en el fútbol manda pelota”. La dijo en una nota para El Gráfico en 1987, cuando era el DT de San Lorenzo, antes de escaparse para dirigir a Udinese. Favorecido por el sorteo como todos los locales (algún día alguien confesará que las bolillas frías y calientes existen), Sudáfrica debía superar a Irak y a Nueva Zelanda para meterse en semifinales. La tenía sencilla pero se complicó solito. Si el equipo no cumple con ese objetivo, Joel Santana perderá su trabajo. Están pensando lo mismo, ¿no? Ahí estará disponible Bora, siempre listo para encarar “el desafío más importante de su vida”. A los 30 minutos del segundo tiempo, Matthew Booth recibió otra ovación tras firmar un autógrafo con todos sus tapones en la rodilla del delantero iraquí Emad Mohammed. Luego del partido, un periodista francés le preguntó qué sentía ser uno de los pocos jugadores blancos del equipo. “No me afecta para nada. El color de piel ya no provoca diferencias en este país.” Hoy Sudáfrica tiene sudafricanos. Mandela lo hizo posible. Hasta da vergüenza contar que la mujer de Booth es… negra.
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RACING. De fiesta. Aplastó a Boca. Castromán cumplió con la ley del ex. Zuculini se estrenó en la red en el torneo. Grazzini hizo un golazo. Y Ricardo Caruso Lombardi está a punto de festejar su primer título en primera.
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VELEZ. A dos fechas del final, aprovechó la derrota de Lanús, le ganó por 2 a 0 a Newell’s y es el único líder del campeonato. Rodrigo López volvió a marcar un gol importante. En la última, recibe a Huracán.
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HURACAN. No ofreció su mejor
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JUAN MARTIN HERNANDEZ.
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JAVIER WEBER. El entrenador del
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ALTUNA-MARTINEZ. A bordo de un Fiat Línea, esta dupla ganó la quinta fecha del TC 2000 en Río Hondo. Fue la primera carrera de la Serie Endurance, un campeonato especial. Pero los puntos también valen para el premio grande.
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ANDY MURRAY. El talentoso tenista escocés se quedó con el título de Queen’s y se convirtió en el primer británico en levantar el tradicional trofeo pre-Wimbledon desde Benny Austin en 1938. ¿Podrá en el All England?
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CHACARITA. Fue el lunes
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FERNANDO TORRES. Después del espantoso Sudáfrica-Irak, se presentó España. El campeón europeo, que lleva 33 partidos sin perder, desplegó su fútbol y aplastó a los All Whites de Nueva Zelanda con tres goles de Niño.
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ROBERT FLORES. El uruguayo
versión pero le ganó el clásico a San Lorenzo con gol de Goltz. Depende de sí mismo para ser campeón. Si gana los dos que le quedan, da la vuelta. En la última, visita a Vélez.
De la mano y del pie derecho de su apertura, Los Pumas superaron 24-22 a Inglaterra en Salta. Se desquitaron de la derrota en Manchester y, sobre todo, mejoraron su rendimiento. Gran try de Camacho.
seleccionado argentino de voleibol tiene motivos para festejar. Tras 14 caídas seguidas, el equipo volvió a ganar un partido de Liga Mundial. Y de visitante, ante Corea, por 3 a 2.
pasado ante Platense pero vale su inclusión. El funebrero, campeón del Metropolitano 1969, vuelve a la máxima categoría del fútbol argentino tras cinco años de ausencia. ¡Buena, Chaca!
marcó un gol y le dio un gran pase a Falcao en el 3-1 de River sobre Tigre. Ogro Fabbiani metió su primer gol en el Monumental. En el sábado redondo, apareció ¡Bob Flowers!