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enfoques

| Domingo 18 De mayo De 2014

MI Mundo dIgItaL

Benjamin Lacombe

Ilustrador francés, autor de Swinging Christmas, Ruiseñor (en coautoría con Sébastien Pérez) y versiones de los Cuentos macabros, de Poe, y Nuestra señora de París, el clásico de Víctor Hugo. Recientemente de visita en Buenos Aires, confiesa que su gran recurso, tanto en lo personal como en lo profesional, es Facebook: “El efecto perverso es que finalmente, cuando me reúno con mis amigos, no hay nada que decirse porque ya compartimos todo en Fb”.

BLogs “A decir verdad, he desertado de los blogs, que no están muy de moda en Francia. ¡La gente no los actualiza! No obstante, visito siempre tres dedicados a corrientes artísticas que amo, como el lowbrow art, el pop o el surrealismo”:

http://roughdreams.fr http://hifructose.com http://www.juxtapoz.com

rankIng de twItteros

otros recursos

Instagram.com “Allí comparto mis fotos y veo las de los artistas que me gustan.”

1 @Plume2Rossignol “La cuenta de Sébastien Pérez, con quien trabajo. Me gusta su visión del mundo.”

www.liberation.fr “Estoy abonado a este periódico francés. Es agradable leerlo en cualquier parte del mundo con la tablet.”

2 @XDolan “Adoro al cineasta Xavier Dolan, alguien que no se muerde la lengua.”

https://www.facebook. com/BenjaminLacombeofficial “Para comunicarme directamente con los lectores, crear un verdadero intercambio con ellos.”

3 @HuffingtonPost “Lo sigo para estar informado, al tanto de las noticias.”

protagonistas

Sean Parker, el joven tecnomultimillonario que aspira a influir en la política norteamericana Cofundador de Napster y ex directivo de Facebook, apoya con su fortuna a políticos de todo el espectro, guiado por su propio equipo de asesores Juana Libedinsky PARA LA NACION

H

NUEVA YORK

asta las personas cuyo interés por la tecnología se limita a la manera en que Steve Jobs impuso la polera negra con jeans gastados y zapatillas New Balance grises como símbolo fashion/antifashion de la costa oeste sabe quién es Sean Parker. No porque fue el presidente de Facebook y cofundador de Napster. Ni siquiera porque Justin Timberlake lo interpretó en el film Red social. Toda fiel lectora (o lector) de la prensa de moda sabe sobre su casamiento. Realizado el año último en un parque nacional de California, tuvo a todos los invitados famosos (de Sting al gobernador) espectacularmente vestidos a lo El Señor de los Anillos, se mostraron videos un poco sangrientos y se ofrecieron conejos para quien luego quisiera acurrucarse con un animal. Se estimó que el costo de la extravagante fiesta fue de 10 millones de dólares. Más importante aún, para la ambientación se hicieron puentes y construcciones varias para imitar la saga, sin permiso de las autoridades. Según grupos ambientalistas, se dañó la zona protegida y estalló la furia. Parker y su mujer cancelaron su luna de miel y donaron dos millones y medio de dólares para restaurar la zona y que los niños sin recursos tuvieran un campamento cerca. Para algunos el escándalo quedó como símbolo de la envidia a los exitosos. Para otros, del hartazgo que tiene la gente de los llamados despectivamente “nerds tecnoutópicos”, que creen que pueden hacer lo que quieran si luego donan a la caridad. Un tercer grupo consideró que el verdadero atentado no fue tanto hacia la naturaleza como hacia el buen gusto. Pero lejos de desaparecer un tiempo prudente del ojo público, Parker dio por terminado el asunto y va por más: está decidido a ser un factor determinante en la política norteame-

ricana, y tiene una fortuna de más de 2000 millones de dólares, según el último ranking de Forbes, para lograrlo. Y aquí también está mostrando su personalidad. La mayor parte de los “nerds tecnoutópicos” suelen aportar exclusivamente a las campañas de centroizquierda. Pero a la manera de su ex jefe, el fundador de Facebook, Marc Zuckerberg –que hace un año apoyó al gobernador de Nueva Jersey, el republicano Chris Christie, y también al antiguo alcalde de Newark, el demócrata Cory Booker, en su carrera hacia el Senado–, Parker también ha estado coqueteando tanto con republicanos como con demócratas. Contra la polarización Recientemente fue visto, por ejemplo, con el senador por Kentucky, el republicano Rand Paul, y con el alcalde considerablemente más populista de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio. El momento es claramente el indicado: Parker, de 34 años, salta a escena cuando se prepara la maquinaria política de cara a las elecciones para renovar la mitad de los asientos en el Congreso de Estados Unidos. Como prueba de la seriedad de su compromiso, ya contrató a un ex jefe de gabinete del gobernador de California como su director de estrategia política y a un importante ejecutivo de la consultora fundada por el manager de la campaña de Obama en 2012. ¿Y cuál es esa estrategia? Por ahora parece basarse en el apoyo a políticas específicas, como la migratoria, o a estructuras como la creada por la congresista Gabrielle Giffords, víctima de un atentado en 2011, para regular la venta de armas. Todo apunta a que le interesan políticos sin miedo al bipartidismo, capaces de generar consensos y forjar acuerdos en reformas que están atascadas por la fuerte polarización política que se vive en Washington. Y además apoya una campaña para legalizar el consumo de marihuana. Sean Parker nació en Herndon, Virginia, en 1979. Su madre, Diane,

Parker se convirtió en una “celebridad” más allá de su talento para los negocios en la Web

quiéN es b Nombre y apellido Sean Parker b Edad 34 años b Generación de talentos Sin pasar por la universidad, creó Napster, profesionalizó Facebook e inició otros emprendimientos en la Web. Es director de Brigade Media, para aumentar el interés ciudadano por la política. b Izquierda y derecha Con una fortuna de unos US$ 2000 millones, apoya a políticos republicanos y demócratas por igual, financia causas sociales y armó una estructura profesional para asesorarlo.

vendía publicidad para la TV. Su padre, Bruce Parker, era un oceanógrafo que trabajaba para el gobierno y que le enseñó a Sean a programar en un Atari a los siete años. Para la adolescencia, el principal pasatiempo de Sean era hackear computadoras ajenas. Cuando tenía 16 años entró en el sistema de una de las principales empresas norteamericanas. Como su padre le confiscó el teclado antes de terminar de hacer log out, el FBI pudo rastrearlo y, como era menor de edad, fue sentenciado a servicio comunitario. En la escuela, logró convencer a las autoridades de que el tiempo que pasaba trabajando en el laboratorio de computación debía considerarse tiempo que le dedicaba a un idioma extranjero, y para cuando terminó el secundario, no sólo ganaba más de 80.000 dólares al año en distintos proyectos para particulares, sino que la CIA intentó reclutarlo. Con esto convenció a sus padres de que no necesitaba ir a la universidad, aunque siempre se refirió a su tiempo en Napster como “Napster University” por todo lo que tuvo que aprender allí sobre propiedad

intelectual, finanzas corporativas, derecho y emprendedorismo. Napster, un sistema que permitía compartir música online de manera gratuita y que hoy es considerado un precursor de iTunes, fue el primer gran emprendimiento de Parker. Lo fundó con Shawn Fanning (un chico que tenía 14 años cuando se conoció a través de la Web con Parker, de 15). Al año de su lanzamiento, Napster tenía decenas de millones de usuarios, pero las grandes empresas de música lo obligaron a cerrar. En 2004, Parker vio un flamante sitio web llamado “The Facebook” en la computadora de su novia, que estudiaba en Stanford. Se encontró con Zuckerberg y enseguida fue nombrado el primer presidente de la empresa. Según Zuckerberg, le debe a Parker el haber transformado un pequeño proyecto universitario en una verdadera empresa. Luego vinieron emprendimientos comerciales como Spotify, Airtime y Will Call, y otros que ya mostraban un interés por lo político, como Votizen. Según declaraciones de Parker, la política es “el área donde es más evidente” que existen disrupciones causadas por la

nyt

Web. El mes pasado puso casi 10 millones de dólares en Brigade Media, donde fue nombrado presidente, con el objetivo expreso de aumentar el interés general en la política y la administración de Estados Unidos. Además, varias ONG compiten por sus dólares. Ha donado activamente para la lucha contra el cáncer, la malaria y para que el agua potable llegue a todos. Es también el fundador de Causes, un servicio de filantropía que permite que distintas organizaciones tengan mayor divulgación online y se conecten con mayor facilidad entre ellas. ¿Un futuro político para sí mismo? Aunque es muy temprano para afirmarlo, y todo apuntaría a que más bien prefiere operar detrás de escena, nadie lo descarta. No le falta ambición, tiene los fondos propios para ser independiente y la estructura que está armando para asesorarlo en lo político es considerada seria y eficaz. Mientras que los aniversarios de casados que celebre con su mujer, la cantante y compositora Alexandra Lenas, no repitan el escándalo de la boda, todo es posible. ß

reaLIsMo trágIco (en dos MInutos)

La Conadep de la corrupción: Nunca Menos Diego Sehinkman PARA LA NACION

C

uando en respuesta a Pepe Mujica, que había dicho que los uruguayos no son corruptos, Oscar Parrilli retrucó con voz de póquer que “el gobierno nacional no es corrupto ni coimea”, desde Rumania, Drácula consideró la posibilidad de postularse como jefe del Servicio de Hematología del Hospital Floreasca, de Bucarest. “¿Y por qué no? –se dijo–. ¿Cuántos tienen un cargo más importante y mordieron más?” Al draculismo político argentino no se lo elimina buscándole el lado sensible, por ejemplo, diciéndole que “la corrupción mata”. ¿Por qué? Porque para morir de una estaca en el corazón primero hay que tener corazón, órgano esquivo en

muchos políticos como Ricardo Jaime, que sobre Once dijo hace poco: “Yo no siento cargo de conciencia, en absoluto”. Poder Ciudadano informó a fines del año pasado que en 2013 la Argentina experimentó una nueva caída en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), la herramienta que usa Transparency International para medir el grado de transparencia en las distintas partes del mundo. En ese examen moral, nuestro país obtuvo 34 puntos en una escala de 0 a 100 (las pruebas PISA de los grandes también dan mal). Salvo María Julia, que fue presa y a la que le remataron su famoso petit hotel, acá, nadie que las hace las paga. Como en un réquiem tragicómico, la “corpo política” desafía, a coro: “El que tenga pruebas que las presente a la Justicia”.

Hasta ahora, no sirvió. Tres ejemplos: ß En abril de 2005, estando presa hacía casi dos años, María Julia –seguramente sintiéndose abandonada por la “corpo política”– mandó una carta de lectores a la nacion contando cómo era el mecanismo de los sobresueldos. Dijo que era una práctica normal, que salían de los gastos reservados de la SIDE, que se repartían en sobres, y hasta que les habían pedido que los declararan en la AFIP. No pasó nada. ß En el juicio por las supuestas coimas en el Senado durante la presidencia de De la Rúa, a pesar de las revelaciones de Pontaquarto, el tribunal absolvió al ex presidente dejando un mensaje amenazante para todo aquel que quiera investigar a un jefe de Estado. Dijo que es “una

afrenta el hecho de que se hayan llevado a funcionarios de tan alta jerarquía a un juicio”. Otra vez, nada. ß El 12 de diciembre pasado, el Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público suspendió al fiscal José María Campagnoli, luego de que la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, lo acusara de modificar el objeto procesal de una causa que salpicaba a Lázaro Báez. La trama de la corrupción se complejiza cuando una encuesta de 2013 de la Universidad de Belgrano nos toca el hombro: “El 55 por ciento de los porteños tolera la corrupción si se mejora la economía”. Sonriendo, socarrón, el seleccionado de la política disfruta: “No somos un equipo. Somos un país”. La novedad la trae el Frente Amplio-UNEN, que integran radicales,

socialistas y otros, que proponen crear una Conadep de la corrupción. Consistiría en una comisión de notables que irían recabando información sobre irregularidades y denuncias por contratos, concesiones y patrimonios de funcionarios, para después presentarlas en la Justicia. La bolsa de Felisa Miceli, Skanska, Once, la mafia de los medi-

camentos, Ciccone, los subsidios truchos a los feedlots, los Sueños Compartidos de los Schoklender, Lázaro Báez... A 30 años de aquella Conadep del terrorismo de Estado, que se plasmó en el Nunca Más, esta Conadep de la corrupción tendría servido el nombre de su libro: el Nunca Menos. ß Twitter @diegosehinkman