Prólogo Por Antonio Delhumeau

4 ene. 2007 - persona que sufre anorexia nerviosa, una enfermedad propagada por el ... Ana Y Mía (la anorexia y la bulimia, respectivamente) y quienes las ...
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SOY TOTALMENTE MIA SOY TOTALMENTE ANA

Ensayos para princesas, príncipes y wannabes

María del Carmen Suárez Alcántara

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Soy totalmente Mía- Soy totalmente Ana Ensayos para princesas, príncipes y wannabes

Edición digital: 27 de 2017. Número de registro de INDAUTOR: 03-2009-010914022900-01

María del Carmen Suárez Alcántara Email: [email protected] Facebook: Mari Carmen Suarez Alcantara

Carátula de Jonathan Yair González Domínguez. Número: 5515032559 Facebook: Yair Gonzalez Correo electrónico: [email protected]

Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio, sin la autorización por escrito del titular de los derechos. Se permiten citas breves en referencias bibliográficas o artículos, en comentarios en los medios masivos de comunicación (prensa, televisión o radio) siempre que se dé crédito al autor de la obra.

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Agradecimientos por María del Carmen:

A DIOS por ser el todo de mi vida.

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Índice PRÓLOGO *SOY TOTALMENTE MIA ANA *LAS ARPÍAS, ANA Y MIA *UNAS CAUSAS MUY MIAS Y MUY ANAS *MEJOR MUERTA KE GORD@ *NACE UNA GUERRER@ *PARA TI MAMÁ O PAPÁ *ANEXOS *BIBLIOGRAFÍA

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Prólogo

Por Antonio Delhumeau El libro Soy totalmente Mía- Soy totalmente Ana es de verdad apasionante. Su autora describe los síntomas que observamos en la persona que sufre anorexia nerviosa, una enfermedad propagada por el mundo que va desde lo severo a lo atroz; donde la culpa, la autoconmiseración y el resentimiento toman la palabra atropelladamente. Hay un círculo vicioso infernal en las enfermedades adictivas, que son signo distintivo de nuestro tiempo. La niñez se define ahora por el abandono, la distancia y el desamparo de padres ensimismados en una sociedad ultracompetitiva, y se sabe que estos factores dejan heridas profundas y durables en las personas. Esta vulnerabilidad en un ser se compensa con un ego inflado y fatuo, ligado con instintos sociales, materiales, emocionales y eróticos que, precisamente, han sido vulnerados, desatendidos y desviados de sus causas naturales. La impotente búsqueda de satisfacción irracional, sin sentido claro o una dirección coherente, genera una ira que, al dirigirse a los demás, provoca sentimientos de culpa persecutorios o depresivos, y al orientarse hacia sí mismo se traduce en angustia indeterminada y fobias. Esos miedos y culpas vulneran aún más al niño interior y, al ser más frágil, acude de nuevo a la ficticia protección de un ego falto de soporte firme, confiable y real. Al no poder aceptar la realidad como tal, la persona enferma se aferra a una o más adicciones con las cuales pueda sostenerse en la fantasía, ya que la realidad le resulta inmanejable e incluso insoportable. En este contexto, María del Carmen Suárez Alcántara ubica la necesidad de las anoréxicas y las bulímicas de incorporarse a prototipos socialmente 6|Página

aceptados y huir de los rechazos y heridas lacerantes que han sufrido desde la infancia. Observa su ausencia de límites, de contención y de amor en la súplica expresada a gritos por Ana: “Creo en leyes irrompibles, en deberes y obligaciones que determinen mi comportamiento diario”. Existe una absoluta incapacidad de ser libre, ya que sólo creen “en el caos en el que [viven]”. Ana Y Mía (la anorexia y la bulimia, respectivamente) y quienes las visitan en su sitio web, ni siquiera aspiran a la indulgencia o la tolerancia de parte de los otros: ellas mismas se consideran radicalmente inaceptables. Esto las aleja de una auténtica capacidad para recibir la compasión y la compañía del otro, para sobrellevar su pasión y dolor. La autora dl libro define las páginas web como tiranas: buscan esclavas que, en vez de liberarse, quedan sometidas a quienes les ofrecen la liberación y el acceso a la tan anhelada aceptación social; y , con peculiar agudeza intelectual, da seguimiento al tortuoso laberinto de la página web que toma como punto de partida la anorexia y la bulimia, hasta decodificar los intereses de los publicistas ligados con las pasarelas y el consumo de la ropa, los accesorios de la imagen femenina y el maquillaje: una vez más “el diablo viste a la moda”. Las enfermedades adictivas son trifásicas: afectan el cuerpo, la mente y el espíritu. Las bulímicas y las anoréxicas (estadísticamente el imperio de la moda ha afectado en menor grado a los varones hasta ahora) dañan seriamente su salud física y mental, pues se abandonan en sentimientos de desamor y rechazo. Es la esclavitud a la moda y a la imagen la que promueve el malestar biopsicosocial ligado con los serios problemas derivados de una pésima relación con la comida; por ello las bulímicas y las anoréxicas se integran a los grupos de autoayuda de comedores compulsivos anónimos. Hay, por otro lado, una dialéctica de mutua atracción entre la mercadotecnia y la enfermedad. Es cierto, por ejemplo, que Barbie fomenta la anorexia y la bulimia, peros estos fenómenos también 7|Página

posibilitan el éxito de la muñeca. Y es que los medios de comunicación sólo refuerzan los patrones implantados por la familia en la más temprana infancia. Sigue siendo actual, entonces, la proclama de Engels primero y Sartre después, de que “es necesario educar a los educadores”. Las escuelas para padres siguen siendo un imperativo desatendido. Porque la pregunta esencial es: ¿el bebé fue atrapado desde la cuna por los deseos insatisfechos y los proyectos frustrados de los padres, ansiosos de que el hijo o la hija venguen las ofensas que han recibido y hagan suyos los resentimientos derivados de ellas? Si prevalece el amor, el bebé tendrá una relación con aquello que lo nutre; si domina la ansiedad de poder y control, el vacío afectivo lo llevará por un camino contrario, e incluso por una búsqueda orgiástica de un llenado sin fin, propia de la bulímica y del comedor compulsivo. Este extraordinario libro es un ir y venir entre diagnósticos sociológicos claros de situaciones complejas que la autora nos da a palpar, y aspectos específicos que definen las claves de la anorexia y la bulimia. El terrible afán de ser cómplices con otros a cambio de recibir alguna señal de aprobación, nos permite comprender que la raíz de toda adicción radica en un anhelo de control y poder, y que la búsqueda del amor ahí donde, precisamente, el amor no existe. El control es aferramiento, apego; la esencia del amor es la entrega, la capacidad de fluir, la aceptación de sí mismo y del otro en sus diferencias (enriquecedoras de la experiencia mutua, vital y vibrante): en una palabra, amor es desapego. Todo en las páginas web y en las enfermedades que tratan es un asunto de control, de víctimas en vías de ser victimarias; la comunicación que las define es el lenguaje del abuso de sí mismas y de las otras. Los que se han dedicado a los estudios sobre el cuerpo-mente-espíritu afirman que la anorexia y la bulimia han presentado rasgos en común: son manifestaciones de dificultades serias de las niñas para convertirse en mujer, revelan una oposición - de hecho inexistente- entre el espíritu y la materia; no logran la integración entre el cuerpo y los valores trascendentales, rechazan la de serenidad, oscilan entre polos opuestos; 8|Página

viven un conflicto entre el deseo y la “pureza” ( la represión erótica y la fobia sexual); tienden a considerar como irreductibles al egoísmo ( que puede tener dimensión social cuando se trata de autoprotección, como lo muestra con claridad este libro) y la entrega , ya que confunden a ésta con el ascetismo ( rechazo a los placeres de la vida); y comparten pensamientos de no merecimiento y una tendencia a diluirse en la nada porque se han sometido a mensajes hipercríticos y denigrantes des la infancia. El camino de salida a todas las mentiras que han vivido los adictos es la liberación, la independencia de criterio. Hay que romper el círculo vicioso de la enfermedad adictiva, sus obsesiones compulsivas y sus alergias, mientras el miedo que vulnera desde la infancia a nuestro pequeño ser interiorizado desaparece. Este libro define un camino, viable, accesible, para lograrlo.

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SOY totalmente MÍA Y ANA. Ya había escuchado comentarios referentes a una página de internet titulada Ana y Mía. Ayer la revisé y me encontré con varias sorpresas. La primera, Ana (anorexia nerviosa) te habla de tú en la forma más despectiva que te puedes imaginar.

“Credo Ana Creo en el control la única energía con suficiente fuerza como para ordenar el caos en el que vivo. Creo que soy la persona más rastrera, inútil y despreciable que haya existido jamás en la tierra y que soy absolutamente indigna del tiempo o la atención de nadie. creo que quienes me digan algo distinto son idiotas; si pudieran verme como soy realmente; me odiarían tanto como yo lo hago. Creo en leyes irrompibles, en deberes y obligaciones que determinen mi comportamiento diario.”1

Utiliza un lenguaje cruel, directo, especializado en manipular los sentimientos de rechazo o humillaciones suscitados por situaciones o experiencias que muy probablemente sufren o han padecido la mayoría de las personas que tienen un problema de sobrepeso y que en consecuencia han experimentado algún tipo de rechazo social por no ser el prototipo de 1

Anónimo. Escrito por princesita de Ana y Mia. ”Credo Ana”. [http://princesitadeanaymia.blogdiario.com/tags/AMIGA]Publicado el 4 de Enero del 2007, consultado en 2008.

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mujer u hombre que de un tiempo para acá a prevalecido en el mundo de las pasarelas (moda); en los melodramas (telenovelas); en diversas series de televisión (farándula) y por lo tanto en el imaginario social. Si bien dicha página está dirigida especialmente a adolescentes del sexo femenino, hay chicos que también la visitan. El primer objetivo de la página es aislarte emocionalmente, hacerte sentir inadecuado, hacerte creer que nadie en este mundo te valora tal como eres. Que tus amigos no lo son, que tus padres tienen la obligación de soportarte. Y que los tutores o profesores que acaso vean un potencial en ti están equivocados. “En el pasado ya has escuchado a todos tus profesores y padres hablando sobre ti. Eres "tan madura", tienes "tanto potencial" "45 en cuerpo de "inteligencia". ¿A dónde te ha llevado todo eso, si se puede saber? A ningún lado!! No eres perfecta, y no estás tratando lo suficiente, en vez de eso pasas tu tiempo pensando y hablando con tus amigos! Esos actos de indulgencia no serán permitidos en el futuro. Tus amigos no te entienden. No dicen la verdad, son mentirosos. En el pasado, cuando la inseguridad había ganado silenciosamente tu mente, preguntabas "¿Me veo....gorda?" Y ellos te respondían "no, claro que no" y tu sabías que mentían! Sólo yo digo la verdad. Tus padres, mejor ni empecemos! Tú sabes que te aman, y que se preocupan por ti, pero parte de eso es porque son tus padres y están obligados a hacerlo. Te voy a contar un secretito: en el fondo, están decepcionados de ti. Su hija, la misma

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que tenía tanto potencial, se ha vuelto una vaca gorda y floja.2 La meta a alcanzar según la página es lograr la perfección, es ser una princesa. Sin embargo el lenguaje utilizado en dicho espacio dista mucho de ser dirigido a una princesa, y se dedica a humillar, descalificar, ordenar, a lo que parecería ser un séquito de esclavas. Cuando acabes, volverás corriendo hacia mí, pidiéndome consejo porque de verdad no quieres volver a estar gorda. Rompiste una regla cardinal y comiste, y ahora quieres que vuelva. Yo te obligaré a ir al baño, te pondré de rodillas. Tus dedos se insertarán en tu garganta, y no sin dolor, tu atracón saldrá. Esto se repetirá y se repetirá, hasta que botes sangre y agua y sepas que todo se ha ido. Cuando te pares, te sentirás mareada. No te desmayes Párate ahora mismo. Vaca gorda, mereces el dolor! Tal vez la forma en la que elimines el sentimiento de culpa será diferente. Tal vez elija hacerte tomar laxantes, haciéndote sentar en el baño hasta las altas horas de la madrugada, sintiendo tus entrañas llorar. O tal vez se me ocurra que te tienes que hacer daño. Cortarte es efectivo. Quiero que veas tu sangre, verla correr por tu brazo, y entenderás que mereces cualquier dolor que yo te dé. Estás deprimida, obsesionada, adolorida, buscando ayuda pero no la encontrarás. A quién le importa? Tú te lo mereces, tu misma hiciste esto.3 La página es contradictoria en sí misma. ¿Una princesa qué es tratada como esclava? ; ¿Qué es dominada por Ana (anorexia nerviosa) y Mía (Bulimia)?; ¿Una princesa que permite que le llamen vaca gorda? ¿Una princesa que 2 3

Ibid. Ibid.

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necesita que una enfermedad Ana (anorexia nerviosa) la distraiga o la ayude a evadir los sentimientos o pensamientos de rabia, tristeza, o soledad? ¿Una princesa que está dispuesta a mutilarse física y emocionalmente para que la acepten y la amen? Oh, ¿es esto duro? No quieres que te ocurra? Soy injusta? Yo te ayudo. Yo hago posible que tú dejes de pensar cosas que te estresan. Pensamientos de rabia, tristeza, desesperación, y soledad cesan porque yo me los llevo y lleno tu cabeza con la metódica cuenta de calorías. Yo me llevo tu lucha por encajar con los chicos de tu edad, tu lucha por complacer a tus padres, tu lucha por complacer a los demás. Porque ahora, yo soy tu amiga, y soy la única a la que debes complacer.4 Ana se confiesa y acepta que la única debilidad que tiene es que la ¿princesa o esclava? Trate de luchar, comience a darse cuenta que no está sola, que esto es sólo una falacia,( que en realidad la vida es algo más que estar delgada), que aunque se haya refugiado en la cuenta de calorías o en la preocupación obsesiva de no aumentar de peso o de bajar de peso y llegar a la talla más pequeña, en realidad, ser delgado o delgada no es sinónimo de felicidad, no es garantía de amor incondicional, te darás cuenta que te han timado que el paraíso prometido, que la felicidad anhelada no llegan , aunque la báscula de el número más bajo. Que el dolor, la angustia, la tristeza no se quitan al contrario han AUMENTADO, porque al final la esclava se ha dado cuenta que todo lo que origina este sufrimiento no es estar gorda (o). Sino todo lo que gira alrededor. Es decir la baja autoestima, la familia disfuncional, el abandono de papá o mamá, la necesidad de ser aceptado legítimamente tal y como se es sin haberlo conseguido. Y quizás si algún día aceptaste seguirle el juego a un espacio como éste no fue sino para protestar calladamente, para decirle al mundo NECESITO que me amen, para demostrarte a ti mismo o misma tu valía, para 4

Ibid.

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poder controlar (la comida que ingieres o dejas de ingerir) algo de todo lo que se le escapa de las manos. (La escuela, los amigos, la familia, la soledad, la tristeza, la vergüenza, el miedo a perder el amor, el miedo al rechazo, a no encajar, a ser tú y no satisfacer a nadie, a la indiferencia, que el mundo no escuche su grito desesperado de ayuda, de éste soy yo y te den la espalda que parezca que nadie te escucha) Y la princesa o el príncipe de peso completo y diversa estatura. Decide convertirse en esclava(o) de lo que sea, de quién sea con tal de no enfrentarse a todo aquello a lo que le tiene miedo o que la(o) ha decepcionado (Un amigo, un novio, los padres, un hermano, los profesores, el sistema, el mundo, el mismo).O quizás la princesa o el príncipe decide en un arranque acallar las críticas mal sanas de los chicos en la escuela, de parientes y familiares mal intencionados, de extraños, o posibles “amigos” que no hacen más que molestar (porque todos nos dejamos embaucar con la creencia errónea de que debemos cumplir con los modelos ya hechos por los medios de comunicación). Es así como no cesan comentarios hirientes sobre su persona y claro sobre su peso. Con todo pasado el tiempo el príncipe y la princesa que se convirtieron en esclavos de las tiranas (Mía y Ana) se darán cuenta si temor a equivocarme que las críticas o las burlas, o el rechazo, aún cuando hayan perdido peso no terminan. Qué la gente siempre habla. Y que en esta vida sólo las monedas de oro son aceptadas por todos. Que si nunca se acepta él o ella misma, jamás será feliz. Ya sea gordo o flaco, bajo o alto, narizón, con pecas, lunares o barros, con los dientes grandes o chuecos, con las manos sudorosas o los cabellos rebeldes. Porque nunca vamos a complacer a todos los que nos rodean al 100% porque aunque los demás se deshicieran en halagos, nosotros al no aceptarnos, tal y como somos, jamás les creeríamos, pensaríamos que están siendo indulgentes e hipócritas. Si no podemos llenar el vacío de nosotros mismos. Nunca seremos felices. Porque si bien alguien nos vendió el cuento de que no valíamos la pena por ser como éramos, nosotros decidimos abalar la aplastante decisión. Así que la única forma de escapar de las garras de Ana 14 | P á g i n a

es mirarte al espejo, es aceptar que pese a quién le pese le duela a quién le duela eres maravillosamente perfecto. Siendo tal y como eres. Y que por lo tanto debes de cuidarte, alimentarte de espíritu, de corazón. Que debes estar con gente, libros, consejos, familiares, personas que te nutran de amor, paz, recomendaciones, silencio, que te acepten y te respeten tal y cual eres, que acudan a tu ayuda sin más. Si no es así ¿no se te ha ocurrido pensar? ¿Qué quizás tú no eres el inapropiado sino que estás en el lugar inadecuado? Que estás buscando elefantes en tierra de sirenas. Que le pides ayuda al enemigo en tu desesperación. Tengo un punto débil. Pero no debemos decírselo a nadie. Si tú decides luchar, contarle a alguien cómo te hago vivir, el infierno se liberará. Nadie debe enterarse, nadie debe romper esta máscara atrás la cual te he escondido. Yo te he creado, esta niña perfecta, delgada, cumplidora. Tú eres mía y sólo mía. Sin mí, no eres nada. Así que no luches. Cuando otros hagan comentarios, ignóralos. Olvídate de ellos, olvídate de cualquiera que trate de llevarme. Yo soy tú más grande logro, y pretendo dejarlo así. Sinceramente, Ana Y Mía5 Sin embargo y a margen de esto. Me cuestiono. ¿quién está detrás de una página cómo ésta? ¿Quiénes? ¿Para qué? ¿Por qué? Supongo que el juego del doble discurso sigue vigente entre las y (los) seudodiseñadores del mundo de la moda, empresarios, publicistas, comerciantes, medios de comunicación, etc. En donde según se busca erradicar a (Ana y Mía) de la sociedad y sin embargo a las modelos les exigen estar hiperdelgadas: “Modelos que medían 1,81 metros, pesaban 52 kilos y usaban una talla 34. Huesos y pellejos cuenta el reportero” 6 Javier Pérez de Albañiz que fue lo que vio en la pasarela de Cibeles del 2006.

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Ibid.

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Pérez de Albéniz, Javier. “Pasarela Anorexia”, en el mundo es [http://www.elmundo.es/elmundo/2006/02/21/descodificador/11404847 00.html ]. Publicado en Febrero del 2006, consultado en Enero del 2008. 15 | P á g i n a