Pasamos más tiempo juntos

de sus sueños. Era perfecta para ella, su marido y los dos hijos, que nacieron poco después: mucho espacio, mucho verde, muchos amigos... mucho viaje.
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SOCIEDAD

I

Domingo 18 de diciembre de 2011

El crecimiento de las urbanizaciones satélite Pese a los vaticinios que anunciaron el fin de los barrios cerrados, desde los años 90 siguen creciendo las familias que los habitan

Años setenta

Los noventa

➷ Un decreto que cambió todo

➷ Un símbolo de la época

Hicieron su aparición en los 70 gracias al decreto 8912/77 que favoreció su instalación. Sin embargo, entre los pioneros hay que señalar al Tortugas, de 1930, y al Mapuche, de 1963.



El 35% de la clase media alta porteña compró, en los 90, una casa para fines de semana. Había 30.000 viviendas, pero sólo una de cada tres, habitada en forma permanente.

El nuevo siglo

Hoy...

La poscrisis y el crecimiento de los countries Como inversión u opción al corralito, desde 2002 se expandieron. Se pasó a 125.000 habitantes permanentes y para 2005, el 63% de las casas ya era vivienda fija.

➷ Hay 288.000 habitantes Los countries fueron eje del crecimiento poblacional del último censo en Pilar y General Rodríguez (+28%), y en Ezeiza y Canning (+34%). El 80% de las casas son viviendas permanentes.

Calidad de vida | Pros y contras de vivir en las afueras

Countries, un ideal bajo la lupa Casi 290.000 personas viven hoy en forma permanente en 700 barrios cerrados; eligieron esa vida para disfrutar del verde y la paz de los suburbios; pero los tiempos de viaje al centro, los crecientes robos y los servicios sin subsidios ponen en duda los beneficios

“Pasamos más tiempo juntos”

EVANGELINA HIMITIAN LA NACION Hace tres años, Vanesa vendió su departamento en Villa Urquiza, compró un lote en un barrio cerrado y levantó la casa de sus sueños. Era perfecta para ella, su marido y los dos hijos, que nacieron poco después: mucho espacio, mucho verde, muchos amigos... mucho viaje. Llegó un día en que el gris del asfalto comenzó a ganarle la batalla al verde: pasaba más de cuatro horas diarias en la Panamericana. Cuando hizo el balance, concluyó que eso no era vida. Hace un mes y medio, decidió mudarse a Olivos, donde el jardín es más chico, pero puede disfrutarlo ya que pasa menos horas arriba del auto. Juan Pablo y Soledad Presas hicieron el camino inverso. Hace tres años dejaron su casa en Ramos Mejía y se instalaron en un country de la zona oeste. Están felices. El no niega que el viajecito al centro es lo peor de la jornada, pero el desenchufe que logra cuando llega a casa, bien lo vale. Cada mañana, los 288.000 habitantes permanentes de los 700 barrios cerrados y countries que hay en el país se reconcilian con la realidad de que vivir en un lugar alejado tiene sus pros y sus contras. Entre los beneficios figuran la vida lejos del ruido y la contaminación; la posibilidad de duplicar los metros cuadrados y de olvidarse, salvo excepciones, de la inseguridad. ¿Las contras? La distancia, las expensas y el aumento en el costo de vida y la más reciente: la quita de subsidios que prometen cifras astronómicas en el próximo invierno. Hoy, el 80% de las 90.000 casas que hay en estas urbanizaciones son viviendas permanentes, según cifras que aporta el presidente de la Federación Argentina de Clubes de Campo (FACC), Jorge Juliá. No obstante, la consultora Reporte Inmobiliario (RI) apunta que en los últimos seis años se desaceleró el ritmo de la apertura de nuevos emprendimientos. Sólo se sumaron unas 30 nuevas urbanizaciones, sobre todo en las zonas sur y oeste del conurbano, ya que la zona norte, con Pilar y Tigre a la cabeza, es la más explotada. En cambio, se revirtió el tipo de uso: dejó de ser una casa de fin de semana, algo que caracterizó a la explosión de este tipo de desarrollo inmobiliario en la década del 90. En 2005, el 63% de las casas en countries eran vivienda permanente, según RI. “A mucha gente se le hizo inviable mantener dos casas en funcionamiento. Por eso, o se instalaron en forma definitiva en el country, o en la ciudad”, apuntó Juliá. Claro que para tomar tal decisión, hay que hacer bien las cuentas y poner todos los elementos en la balanza. La que sigue es una lista de los aspectos positivos y negativos por observar a la hora de elegir este estilo de vida.

(+) Pensar en verde Lo primero que destacan quienes se mudaron a este tipo de vivienda es la cantidad de verde que rodea su vida. En promedio, los lotes tienen 800 m2 de parque.

(-) Una vida arriba del auto La principal contra es el tiempo arriba del auto. “Quien trabaja en el centro pasa entre 3 y 4 horas diarias en el auto”, dice Germán Gómez Picasso, gerente de RI.

(+) Los chicos van en bicicleta “Es lo que buscan las parejas que se mudan: que los hijos jueguen, anden en bicicleta y visiten a los amigos libremente”, dice Haydee Burgueño, de la inmobiliaria homónima.

(-) Accidentes en los accesos Hace diez años ingresaban en la ciudad

Wenceslao y Belisario Granato se arrojan a la pileta, mientras sus padres disfrutan la tarde en Santa Bárbara

Federico Granato soporta el extenuante tránsito diario

Las familia siente que ganó calidad de vida

Cuando se está acercando a su casa en Santa Bárbara, Federico Granato, de 44 años, tiene la sensación de que está llegando a un lugar de vacaciones. Después de haber pasado la vida en la ciudad y de jurarse el más convencido de los porteños, un día, hace ocho años, junto con su mujer, Marina Huello, se plantearon la necesidad de hacer un cambio de vida. “No fue que lo buscáramos, pero ya teníamos tres hijos y en el departamento de Montevideo y Marcelo T. ya no entrábamos. Necesitábamos un ambiente más”, cuenta, con mucha franqueza. Evaluaron alternativas y unos amigos les contaron que habían comprado un lote en Santa Bárbara. Fueron a averiguar. “Realmente compramos el lote muy barato y tuvimos la suerte de que una abuela nos prestara un lugar donde vivir hasta que termináramos de edificar. Cuando vinimos al barrio, eran apenas unas pocas casas por manzana”, cuenta. Eso fue hace siete años. Y, desde entonces, la vida le cambió, en todo sentido. Para ir a su trabajo, como jefe de control de gestión de una empresa en Barracas, tenía que madrugar. “Mis amigos me dicen que estoy loco de manejar una hora y media para ir y otra para volver. Afortunadamente, después, las cosas cambiaron y ahora trabajo en Munro, y viajo menos”, apunta. La mayor de sus hijas, Marina, ya tiene 15 años, y le siguen Wenceslao, de 13, y Belisario, de 9. “Cuando nos mudamos, ellos estaban como de vacaciones, había que perseguirlos para que estudiaran. Pero después te acostumbrás. Sentimos que ganamos mucho en calidad de vida y en tiempo compartido como familia. Pasamos más tiempo juntos”, dice, convencido. Saben que, en unos años, cuando ellos empiecen la facultad, tal vez tomen la decisión de volver a vivir a la Capital. “Hay que disfrutar y adaptarse a lo que es mejor para cada etapa”, concluye.

FOTOS DE RICARDO PRISTUPLUK

750.000 vehículos por día. Hoy, lo hacen 1.316.000. Esto hizo que aumentaran los accidentes. Sólo en la Panamericana, hay 400 por mes. “Los accesos están colapsados. Esto desaceleró la instalación de nuevos countries”, dice Gómez Picasso.

(+) Deportistas motivados Golf, tenis, salir a correr o a caminar, jugar al fútbol con vecinos. Parecería que tomar la iniciativa resulta más sencillo en un entorno amigable.

(-) El estigma del microcosmos Muchos vecinos de countries que están hartos de que se los llame habitantes de una burbuja. “Hay que dejar de hacer sociología. Hoy, el 90% de quienes viven en countries son personas de clase media que planifican sus gastos para llegar a fin de mes”, reclama Juliá.

(+) El fin de las rejas Vivir entre rejas o pendientes de los robos dejó de ser una preocupación en la mayoría de los casos.

(-) Los robos y la “sensación de seguridad” No obstante, casi todas las semanas se conocen noticias de robos en countries. “El índice de robos es de 0,003 por ciento. El más bajo del país”, asegura Juliá. Para incrementar la “sensación de seguridad”, en los ingresos se adoptaron medidas, que algunos visitantes consideran exageradas o antipáticas, como impedir la entrada de vehículos que no presenten el comprobante del pago del seguro.

(+) Se gasta menos en salidas En general, los gastos se incrementan al menos en un 20 por ciento, dice Burgueño. Algunos habitantes, dicen que se duplica. Las expensas oscilan entre los $ 900 y los $ 4000, según los amenities. Quien va a diario al centro gasta entre $ 100 y $ 150 diarios entre combustible, peaje y estacionamiento. El chárter de Pilar al centro sale $ 24, la combi escolar $ 200 por mes. Colegios como el Moorlands, St. Johns, Santa María y San Jorge o Los Robles rondan los $ 2500. Sin embargo, se equipara con gastos que no se hacen. “Se

sale menos en salidas y se disfruta más la casa, no se paga gimnasio ni cochera”, apunta Gómez Picasso.

(-) El presupuesto country El pintor, el piletero, el jardinero y las empleadas cobran entre 30 y 40% más.

(+) o (-) Al comienzo, muchas visitas Al principio, es la novedad: cuando uno recién se muda, todos lo quieren visitar y disfrutar de los amenities de su casa. Esto puede ser algo positivo o negativo. Pero, pasada la novedad, hasta los más allegados se convierten en familia lejana, sin más razón que la distancia.

(+) Triplicar los m2 y sumar parque “Por el valor de un departamento en Recoleta se compra una casa con cuatro dormitorios, dependencias, pileta y parque de 500 a 1000 m2”, dice Burgueño.

(-) Hay que tener dos autos o más Las distancias obligan a que haya tantos autos como habitantes independientes. Todo esto reduce la oferta educativa y hace

Cara y ceca del fenómeno

que muchos dejen el country cuando los hijos entran en edad universitaria.

(+) Edificar para autofinanciarse Comprar un lote y construir les permitió a muchos hacer su casa sin vender o sin endeudarse. Esta fórmula ahora está en duda, según RI, ya que hoy edificar cuesta US$ 1100 el metro cuadrado, con una inflación de los costos de construcción en dólares del 23% y del 31% en pesos.

(-) El fin de los subsidios La quita subsidios a los servicios en los countries preocupa a los dueños de casas con muchos ventanales y que consumen entre $ 500 y $ 800 pesos de gas en invierno. También, desde FACC cuestionan que se pagan tasas municipales por alumbrado barrido y limpieza, de las que no se hace uso. “Es la vida ideal, la que todos quisiéramos tener, pero que realmente disfruta quien puede resolver el tema laboral sin movilizarse o trabajando relativamente en la zona y haciendo todos los cálculos que este tipo de vida implica”, concluye Gómez Picasso.

Cuánto se tarda

¨María Luisa Ferrari, del Botánico a Fátima

§Alejandra Laffaye, de Fátima al Botánico

“Se casaron mis tres hijos, mi marido se autojubiló y entonces decidimos que era el momento para hacer este cambio. Dejamos el departamento en el Botánico y nos vinimos a vivir a CUBA Fátima”, cuenta María Luisa Ferrari de Segura. “Estoy feliz, acá me olvidé de cómo es el ruido, el tráfico. No me molesta salir con el auto, porque acá cerca tengo todo. Lo único que me impedía antes venirme era el infierno del tránsito, pero como mi marido ahora trabaja en casa, sigue con sus inversiones, vamos a Capital una vez por semana o menos. Eso sí, si voy a ver a mis amigas, no voy ni loca en auto. Me tomo la combi, llevo mi libro y voy feliz”, dice.

Todo tiene su etapa. Eso lo tiene en claro Alejandra Laffaye, que además de ser paisajista, de 52 años, es madre de cuatro hijos de 25, 24, 23 y 19 años. Cuando los chicos habían empezado el colegio primario, ella y su marido, decidieron mudarse a Fátima. Cuando el mayor empezó la facultad, las cosas se complicaron. Pero cuando los demás hijos empezaron sus carreras, decidieron que era hora de desandar aquel camino y volver a Capital. “Se pasaban el día en la Panamericana. Entonces decidimos mudarnos todos, para no separar a la familia. A lo mejor, cuando ellos ya se hayan independizado, nosotros decidamos volver al country.”

Alejandra, con dos de sus hijos, en su departamento de Palermo PATRICIO PIDAL / AFV

1.15 / 1.45

Zona Norte. En 1994, usaban la Panamericana unos 390.000 autos. Hoy son más de 800.000 y en hora pico se tarda 1.45 entre Pilar y la Capital. Hay 400 accidentes por mes.

Zona Oeste. Por el Acceso Oeste ingresan en la Capital 150.000 1.00 / 1.30 autos; se tarda, desde Moreno al centro, una hora y media. Zona Sur. En 2001, usaban la AU a La Plata 60.000 autos y llegar 1.30 / 2.00 desde esa ciudad demandaba 30 minutos. Hoy circulan 100.000 y demanda hasta 120 minutos.