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POLÍTICA
| Lunes 7 de juLio de 2014
el escenario
Alianzas ingenuas en la guerra contra EE.UU. Carlos Pagni —LA NACIoN—
Viene de tapa
Primero se denunció la voracidad desalmada de los “buitres”; después, la “extorsión” de Thomas Griesa; ahora, la contradicción es con Washington. El objetivo es que la Argentina integre un bloque contra los Estados Unidos, en una nueva pero dudosa Guerra Fría. Esta estrategia, si se la puede llamar así, tiene algunas deficiencias inquietantes. La primera es que supone que Daniel Pollack, el special master designado por Griesa, es sensible a la presión de la diplomacia. Pollack recibirá hoy en Nueva York a una comitiva de funcionarios argentinos: el ministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Finanzas, Pablo López; el secretario legal del Ministerio de Economía, Federico Thea, y el subprocurador del Tesoro, Javier Pargament. Es improbable que hablen de los pronunciamientos del G-77 o de las recomendaciones de la OEA sobre las reestructuraciones de deuda. Pollack ni siquiera ejerce una mediación: es el mero ejecutor de la sentencia de Griesa. La otra falla de la campaña oficial es que llegó fuera de hora. En el supuesto de que el Poder Judicial de los Estados Unidos sea receptivo de alguna sugerencia política, la del kirchnerismo es extemporánea. Las presentaciones internacionales de Kicillof y Héctor Timerman, igual que las advertencias de economistas extranjeros sobre el riesgo en que ha puesto Griesa a las finanzas globales, hubieran sido oportunas antes de que la Corte de los Estados Unidos rechazara la apelación argentina. La Presidenta tuvo más de diez años para realizar ese ejercicio. Pero recién se despabiló al advertir que sería ella, y no su sucesor, la responsable de pagar. Entonces ordenó saldar contra reloj todas las deudas –Ciadi, Club de París, Repsol–, y creyó que con eso alcanzaría para que los jueces norteamericanos no pu-
La indiferencia de la justicia neoyorquina pondrá a la Argentina en brazos de Rusia y de China sieran al país al borde del default. No funcionó. Ahora el esfuerzo diplomático es muy tardío. De nada sirve despotricar contra una sentencia firme. El kirchnerismo puso en funcionamiento sus creencias más atávicas. Primero, no hay decisión jurídica ni económica que no pueda ser doblegada por la política. Segundo, la independencia de los magistrados es tan ilusoria en los Estados Unidos como en la Argentina o Venezuela. Hay un tercer axioma, que se activará en los próximos días: el poder de Washington se sentirá menoscabado si en Buenos Aires deciden “irse con otro”. Néstor Kirchner giró hacia el chavismo en 2005, cuando advirtió que George Bush no sería su abogado frente al Fondo Monetario Internacional. Cristina Kirchner firmó su acuerdo con Irán, que hasta hoy no puede explicar, al convencerse de que, a pesar de su posición contra el terrorismo islámico, Barack Obama seguiría aplicándole sanciones comerciales. La indiferencia de la justicia neoyorquina pondrá a la Argentina en brazos de Putin y de Xi, que llegarán a Buenos Aires aprovechando que van a Brasil para la cumbre de los Brics. Contexto cambiado El idilio con el presidente ruso comenzó con la anexión de Crimea. La representante argentina en la ONU, que votó en contra en el Consejo de Seguridad, se abstuvo diez días después en el plenario. “No cambiamos nosotros, sino el contexto”, bromeó Timerman. Putin llega a Buenos Aires envuelto en la bandera antinorteamericana. El viernes pasado, Moscú canceló a Cuba una deuda color sepia con la Unión Soviética: US$ 35.000 millones, impagables. Además, desde que Estados Unidos y Europa la sancionaron, Rusia invita a sus socios a comerciar en monedas distintas del dólar. En la Casa Rosada confían en que esa fobia terminará dando un beneficio. ¿Habrá un aporte ruso al alicaído Banco Central? Cristina Kirchner quiere que, antes de que llegue Putin, el Senado trate un proyecto que otorga inmunidad a las reservas monetarias que otros Estados depositen en el país. Esa protección ya fue dada por la ley 24.488, de 1995. Aunque el
nuevo proyecto agrega un resguardo contra “cualquier medida coercitiva” –¿el embargo de un tercero?– y menciona entre los depositantes a “otras entidades monetarias”. Putin volará desde Buenos Aires hacia Fortaleza, donde el lunes 14 comienza la cumbre de los Brics: Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica. La innovación que esos países realizarán en el tablero internacional enfervorizará a la Presidenta: crearán un banco que cada uno capitalizará con US$ 10.000 millones. También formarán un fondo de reserva de US$ 100.000 millones, de los cuales China aportará 41.000 millones; Rusia, la India y Brasil, 18.000 millones cada uno, y Sudáfrica, 5000 millones. Los Brics ensayan una institucionalidad paralela a la del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Este nuevo régimen, alternativo al fundado en Bretton Woods, está diseñado, sobre todo, por los chinos, que no consiguen traducir su capacidad económica en poder en los organismos dominados por Europa y los Estados Unidos. ¿Será una de estas nuevas organizaciones la “otra entidad monetaria” a la que se refiere el proyecto que la Presidenta envió al Congreso? La reunión de Fortaleza se prolongará en Brasilia, adonde los presidentes de los Brics invitaron a sus colegas de la Unasur. Si supera la faringolaringitis, la señora de Kirchner se verá allí con Xi, que el 19 visitará Buenos Aires. El presidente chino anunciará el desembolso de US$ 10.000 millones para las obras del Belgrano Cargas y las faraónicas represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Esas centrales serán construidas por la china Gezhouba, asociada con Electroingeniería, de Gerardo Luis Ferreyra, un íntimo de Carlos Zannini. Los contratos se terminaron de iniciar el 13 de junio pasado. Es decir, 72 horas antes del rechazo de la Corte norteamericana. Los funcionarios argentinos leyeron esa anticipación como un respaldo. Para ellos todos los fenómenos están vinculados entre sí. Salvo las represas santacruceñas con el sistema eléctrico. Conectarlas costará varios miles de millones de dólares. Es un detalle. A los chinos les resulta simpático que se interprete su incursión en Sudamérica como una avanzada contra Washington. ¿Washington no viene sellando acuerdos militares con Japón, Vietnam y Filipinas? Pero el paradigma de la Guerra Fría es engañoso para interpretar la actualidad. Para China, el grupo preferido es el que integra con los Estados Unidos: el G-2. Ambas potencias coinciden en la agenda de largo plazo: terrorismo, energía, alimentación y medio ambiente. Se volverá a notar pasado mañana, cuando comience en Pekín la sexta ronda de diálogo estratégico y económico de los dos países. La ensoñación de construir un nuevo orden bipolar releva al kirchnerismo de explicitar una solución para un conflicto que, a diferencia del de Malvinas, tiene vencimiento el próximo 31. Los funcionarios que hoy visitan Nueva York esperan que Griesa despeje la muy discutible amenaza de la cláusula Rufo y de los “buitres” holgazanes, que no iniciaron juicio. Kicillof está atrapado por el dilema de Protágoras: pagando o dejando de pagar, siempre pierde. Así como los holdouts, que se cubrieron del default comprando credit default swaps, cobrando o dejando de cobrar, siempre ganan. Tal vez sea contraproducente insultar al magistrado. Pero la señora de Kirchner ve en Griesa al emergente de una gran conspiración. El miércoles pasado terminó de corroborarlo. Ariel Lijo fue el invitado más visible en la celebración nacional de la embajada de los Estados Unidos. Para el oficialismo hay una armonía tranquilizadora: a Griesa y Lijo los mueve el mismo titiritero. Además, en la fiesta también estuvo Héctor Magnetto. Todo cierra. Igual hay un problema: así como la militancia internacional no resuelve la encerrona de los holdouts, la existencia ostensible de un complot no libera al kirchnerismo del lastre en que se ha convertido Amado Boudou. Sobre todo si, como afirman algunas versiones de las últimas horas, aparecen conexiones entre la causa Ciccone y los fondos administrados por el santacruceño Ernesto Clarence, a quien Elisa Carrió denomina “el cajero de los Kirchner”. La Casa Rosada debería conseguir la licencia de Boudou. O la Presidenta tendrá más temas de los que no hablar.ß
Núñez Carmona se ocupó del pago para el levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone llamadas. El 3 de septiembre de 2010 llamó tres veces al abogado que ese día
recibió los $ 567.000; la “antena Casa Rosada” captó las comunicaciones Primer pago del salvataje
^ El socio de Boudou hizo el seguimiento para asegurarse que llegue el pago, a nombre de The Old Fund
^ La imprenta estaba en quiebra y Núñez Carmona (foto) fue uno de los encargados de salvarla
Hugo Alconada Mon LA NACION
A las 8.23, el abogado que esperaba los $ 567.000 en efectivo para comenzar la resurrección de la ex Ciccone Calcográfica recibió la primera llamada. “¿Y? ¿Llegó?” Del otro lado de la línea, quien preguntó por el motoquero que transportaba el dinero por las calles de Buenos Aires no fue Raúl Moneta ni Jorge Brito, los supuestos financistas detrás de The Old Fund. Tampoco ningún miembro de la familia Ciccone. Fue el socio del vicepresidente Amado Boudou, José María Núñez Carmona. La llamada ocurrió el viernes 3 de septiembre de 2010, según consta en los registros de comunicaciones entrantes y salientes del teléfono de Núñez Carmona que termina en 0923 y que obtuvo la nacion. Más aún: llamó desde la pequeña zona de las antenas que en la jerga de las telecomunicaciones se identifica como “Casa Rosada”. ¿Por qué? Porque abarca una pequeñísima porción de Puerto Madero, el Ministerio de Economía y, sí, la Casa Rosada. Ésa, sin embargo, no fue la única comunicación de “Nariga” esa mañana. Muy nervioso, llamó al menos otras dos veces. Todas las recibió un abogado, Patricio Glasberg, quien esperaba el dinero en la puerta de la sucursal Tribunales del Banco Ciudad, en la esquina de la avenida Corrientes y la calle Uruguay. Glasberg no estaba solo. A su lado estaba el presidente del misterioso fondo The Old Fund, Alejandro Vandenbroele. Las llamadas de Núñez Carmona aportan un nuevo indicio sobre el rol protagónico que asumió el socio de Boudou en la resurrección de la ex Ciccone, cuando la facción del Gobierno que procuraba estatizarla y colocarla bajo el control de la Casa de Moneda perdió terreno. Y refuerzan las sospechas sobre Núñez Carmona como verdadero gestor del dinero con que resurgió la imprenta con Vandenbroele como su rostro visible. De hecho, el supuesto testaferro de Boudou ya había recibido una
^ El depósito de $ 567.000 se hizo el 3 de septiembre de 2010, con el fin de levantar la quiebra de la imprenta
llamada de Núñez Carmona esa lluviosa mañana. Ocurrió a las 7.38, cuando Vandenbroele se encaminaba hacia la zona de plaza Lavalle. ¿Por qué llamó “Nariga” a Glasberg? Porque integra el estudio jurídico al que los Ciccone confiaron el levantamiento de la quiebra. Llegaron a ese buffet gracias a uno de sus clientes, Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical Group e íntimo amigo de Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone. Así fue como, referenciado por Belocopitt, el titular de ese estudio, Jorge Taiah, recibió un pedido para que evaluara cómo se podía levantar la recién declarada quiebra de la imprenta. Pero los letrados terminaron por presenciar el desembarco de Vandenbroele y The Old Fund en la compañía, con Núñez Carmona como negociador determinante. Ese desembarco registró un momento clave aquella mañana del 3 de septiembre, Glasberg y Vandenbroele veían pasar los minutos y, con el dinero aún sin aparecer, Núñez Carmona volvió a discar el número del primero de ellos desde su teléfono celular porteño, según verificó la nacion. Nervioso, el socio del entonces ministro de Economía llamó al celular de Glasberg –terminado en 2113– a las 8.25. Pero sólo se calmó dos minutos después, a las 8.27, cuando al fin apareció el motoquero, que mientras entregaba el paquete de una cueva con más de medio millón de pesos dejó una frase para el recuerdo. La frase se centró en la supuesta relación habitual del transportista con Núñez Carmona y su grupo. “Siempre trabajamos con ellos”, dijo. Y le dejó a Glasberg una tarjeta con sus datos de contacto, por las dudas de que también él requiriera sus servicios en el futuro. Ya con los $ 567.000 en sus manos, Glasberg y Vandenbroele ingresaron al Banco Ciudad, presentaron el efectivo por ventanilla y entonces ocurrió otra vuelta de tuerca. Al completar la boleta de depósito, el segundo indicó que el depositante era The Old Fund. Una impresora registró la hora oficial
Críticas y elogios al vicepresidente ^b^b^ El vicepresidente Amado Boudou ayer recogió críticas y elogios a su figura. La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, criticó a los sectores del kirchnerismo que no respaldaron con firmeza al vicepresidente. “A Amado lo dejaron demasiado solo”, dijo Bonafini sobre el vicepresidente, que fue procesado por la Justicia por la supuesta apropiación de la imprenta Ciccone. “Lo dejaron demasiado solo, cada uno sabe lo que hace en la vida. Yo nunca soy de grises, estoy acá o allá, si me equivoco, mala suerte”, afirmó Bonafini. ^b^b^ En tanto, el ex presidente Eduardo Duhalde se despegó del caso Ciccone, luego de que Amado Boudou lo señaló como uno de los responsables de la llegada de la empresa Boldt para controlar la imprenta Ciccone. “No tengo nada con Boldt. No me he hecho amigo de artistas, jugadores de fútbol y empresarios”, remarcó Duhalde. Además, el ex mandatario aseguró que algunos ministros que integran el gabinete de Cristina Kirchner no apoyan al vicepresidente en su intimidad. “Muchos ministros de este gobierno se callan”, sentenció Duhalde.
en que se completó el trámite: 9.05. Al salir del Banco Ciudad, caminaron rumbo al Juzgado en lo Comercial N° 8, donde tramitaba el expediente de la quiebra de la ex Ciccone, distante tres cuadras. Allí presentaron la boleta de depósito junto a un breve escrito. En esa boleta, sin embargo, Vandenbroele no consignó dato alguno vinculado al estudio Taiah o a Reinwick, al que ahora la defensa de los acusados señala como supuesto dueño –junto a su esposa, Lorena Ciccone– de esos $ 567.000. Por el contrario, quedaron asentados el domicilio y el teléfono de otro conocido estudio jurídico comercialista porteño: Fargosi & Asociados, en Tucumán al 100. Uno de los por entonces abogados de ese estudio, Oscar Bareiro, también se involucró en la resurrección de la imprenta. Y luego continuó como letrado de The Old Fund y de la nueva Ciccone, rebautizada Compañía de Valores Sudamericana. Y mantuvo conversaciones y reuniones con Núñez Carmona, según reconstruyó la nacion, aunque Bareiro lo negó ante sus colegas. Consultados para esta nota, desde el estudio Fargosi indicaron que Bareiro y su equipo –que fue el que llevó ese asunto– ya no trabajan allí, por lo que no podían hacer ningún tipo de comentario. Tanto Taiah como Glasberg, en tanto, indicaron a la nacion que no harían comentarios. Explicaron que los limita el secreto profesional, ya que fueron abogados de la ex Ciccone durante 2010, justo antes del desembarco de The Old Fund. Ante Lijo Taiah ya declaró como testigo ante el juez federal Ariel Lijo. Lo hizo el 2 de este mes. Pero su testimonial fue breve. Apenas pudo contar unos pocos detalles antes de que el abogado de Vandenbroele, Germán Soria, trabara su declaración al sostener que su cliente, la ex Ciccone, jamás lo relevó del secreto profesional. Para entonces, Taiah sólo había detallado que la ex Ciccone contrató a su estudio entre julio y agosto de 2010 para “obtener judicialmente la revocatoria del estado falencial”, es decir, levantar la quiebra, y que por eso conoció a la familia Ciccone, al socio de Boudou y a Vandenbroele, aunque nunca trabajó para The Old Fund. “Conozco a José María Núñez Carmona, Alejandro Vandenbroele, Guillermo Reinwick, Nicolás Tadeo Ciccone y Pablo Jorge Amato”, llegó a contar Taiah. Pero no le dejaron precisar cómo y por qué conoció a “Nariga” ni las reuniones que ocurrieron en su estudio jurídico ni las llamadas entrantes y salientes. El cerrojo que le impuso Vandenbroele también le impidió a Taiah dar detalles de las reuniones que mantuvo a pedido de sus clientes (Héctor y Nicolás Ciccone, y Renwick) con Núñez Carmona en el bar Francesca del Patio Bullrich, que pertenece a Reinwick, como así también en el bar Líber y Líber –en la esquina de avenida del Libertador y Libertad– y en el I Fresh Market de Puerto Madero, como detallaron los Ciccone. Silvia, la hija del fallecido cofundador de la empresa, Héctor Ciccone, aportó algunos datos sobre esas reuniones al declarar ante Lijo en diciembre. Dijo que en una de ellas la presionó Núñez Carmona. “Firmá, firmá”, le exigía el socio de Boudou, según su relato, hasta que logró su objetivo días más tarde, cuando The Old Fund tomó el control de la imprenta.ß
Vandenbroele intentó conseguir más fondos Falseó cesiones de créditos de la imprenta para levantar la quiebra y atrajo a inversores El viernes 3 de septiembre de 2010, Alejandro Vandenbroele se presentó en el Juzgado en lo Comercial N° 8, donde aún tramita el expediente por el concurso de acreedores y posterior quiebra de Ciccone. Presentó la boleta de depósito por $ 567.000 a nombre de The Old Fund y acompañó una larguísima lista de cesiones de créditos a favor del fondo por $ 13,4 millones de antiguos acreedores de la imprenta. Todo, para ayudar al levantamiento de la quiebra. Tras el estallido del escándalo,
sin embargo, la Justicia verificó que Vandenbroele falseó información en esas cesiones. En ellas aparecía como el receptor de esos documentos en 2004, cuando no se encontraba en la Argentina. Vandenbroele presentó entonces un escrito para defenderse. Dijo que esos certificados “fueron puestos a [su] disposición por la familia Ciccone” y que él se limitó a colocarlos a favor de The Old Fund. “Pero en realidad no fueron efectivamente adquiridos por esta sociedad, que yo represento”, añadió, ya que seguían siendo de la familia. “Insisto, ni The Old Fund SA ni yo a título personal aportamos suma alguna de dinero para adquirir esos créditos.” El único rostro visible de The
Old Fund también sostuvo ante la Justicia que el yerno de Nicolás Ciccone, Guillermo Reinwick, es el verdadero dueño de los $ 567.000 que iniciaron la resurrección de la imprenta, con dinero que le aportó su mujer, Lorena Ciccone, algo que Reinwick negó con documentos. Siete días después de ese primer depósito, la firma London Supply aportó otros $ 1,8 millones para colaborar con The Old Fund a levantar la quiebra, aunque seis días después recuperó ese dinero por fuera del expediente comercial y sin notificárselo al juez, ni al síndico ni a los acreedores de la quiebra. Citado por la Justicia, uno de los accionistas de London Supply, Miguel Castellano, contó que es amigo
de Mar del Plata de Amado Boudou y de José María Núñez Carmona, pero dijo que aportó el dinero para Ciccone a pedido de Vandenbroele, al que dijo conocer “del surf”. Sólo después de haber desembolsado ese dinero, según Castellano, la cúpula de London Supply analizó los potenciales beneficios y riesgos del proyecto, y concluyó que sumarse podría costar una fortuna. Íntimo del hermano del vicepresidente, Juan Bautista Boudou, con quien fue al colegio, Castellano llegó a emplear a un familiar de su amigo. Y London Supply es socia de la firma Searen SA, dueña del departamento en el complejo Madero Center de Puerto Madero en el que vive Amado Boudou.ß