espectáculos | 9
| Viernes 22 de agosto de 2014
Rossetto, Pauls, Politti, Casero, Gandini, Socas y Callau conforman este elenco de figuras
Fotos: Hernan Zenteno
Muscari presenta a su familia fallada
Así como se ama se puede dañar
estreno. El secreto de la vida tiene a un elenco multiestelar,
encabezado por Cecilia Rossetto y Manuel Callau Viene de tapa
La estética no es un elemento más para Muscari, no importa qué esté contando: “Es una obra muy fashion, están vestidos todos como para la tapa de Caras. La muerte no está tratada desde un lugar lúgubre. Tiene más de fiesta que de velorio y es, por un lado, la posibilidad de ver en algo muy sorpresivo a Manuel, y, por el otro, el pretexto para encontrar a Cecilia en algo distinto, muy distinto. Ellos tienen su nombre, no necesitan de mí, pero es un cruce genial”. –Muscari tiene un estilo, a veces cuestionado, por su faceta mediática. ¿Tuvieron prejuicios cuando analizaban ingresar en el proyecto? Cecilia Rossetto: –Sí, al principio. Me acerqué de modo precavido porque para ingresar en su mundo hay que quitarse esos prejuicios. Como viví fuera del país mucho tiempo, no conocía de modo exhaustivo su trabajo y lo primero que me llegaba de Muscari era su parte mediática. A veces, los círculos cerrados te hacen prejuzgar. Él pertenece a una juventud que hace cosas increíbles, como Santiago Loza o Javier van de Couter, con quienes trabajé. Tiene una capacidad brutal de trabajo muy superior a ese Muscari mediático, y además conoce mucho lo popular, que no es algo que me podría haber alejado de un proyecto, no me hace ruido ese concepto. Es más: le he
Nueve seres en pugna Augusto y Melania son interpretados por Callau y Rossetto. Muscari delineó bien el perfil de cada una de las criaturas de El secreto de la vida, producida por Javier Faroni. Este matrimonio –él, psiquiatra y ella, artista plástica– tiene tres hijos: Justina (Andrea Politti), Sofía (Brenda Gandini) y Rober (Nazareno Casero). La primera es una escritora de best sellers; la segunda es una asistente psicológica telefónica para suicidas; el tercero se recupera de su adicción a las drogas. Completan el elenco Gustavo Garzón, el mejor amigo de la familia, “un gay de colores atractivos y discurso convincente”, como define Muscari; Emilia Mazer, como Teté “la mucama todo terreno”; María Socas, como Ernestina, embarazada a través de inseminación artificial y pareja de Sofía, y Nicolás Pauls, como el novio-gigoló de Justina.
dedicado mi cabeza a lo popular. Manuel Callau: –A veces se mezclan dos conceptos, que son lo popular y la construcción mediática, y que no tienen nada que ver entre sí. En esta mesa estamos todos preocupados por lo popular desde un lugar profundo porque necesitamos conectar con la comunidad a la que pertenecemos. Sí tengo serias dificultades para conectar con la propuesta mediática que hoy es imperante, donde uno solo se puede vincular desde un lugar frívolo… tampoco es que me moleste la frivolidad, pero no la soporto todo el tiempo. Y mucho más por la tarea que tenemos. Nos paramos delante de la gente y eso genera una identificación, donde transmitimos valores e ideas. Esto exige una responsabilidad y una formación muy grande para estar delante de la gente. Actores de raza Resumir la carrera de ambos resulta imposible. Destacar momentos y trabajos memorables de estos dos actores de raza es también complejo. A grandes trazos hay que señalar que Rossetto es egresada del Conservatorio Nacional, fue vedette, trabajó con Antonio Gasalla y con Niní Marshall, recorrió el mundo con su voz –una mezzo única en su especie–, se subió a los escenarios de París de la mano de Alfredo Arias (Mortadela), compartió sus music hall entre Buenos Aires y
Manuel Callau y Cecilia Rossetto Barcelona durante años, brilló con el personaje de La Muerte en Mein Kampf, de Jorge Lavelli. Además, participó de Esperando la carroza, entre tantos otros éxitos del cine nacional. “Soy monogámica para el trabajo: cuando estoy con uno, abandono los demás para dedicarme a uno solo”. Callau interpreta a un personaje “fuera de sincro”. Por estos días se lo puede ver en un personaje desopilante, en Las 13 esposas de Wilson Fernández (TV Pública), donde interpreta a un barrabrava. Maestro de actores, discípulo de Raúl Serrano, con él fundó la Escuela de Teatro de Buenos Aires. Fue el marido de Roxi, en Gasoleros, labor por la cual obtuvo el Martín Fierro; ganó el ACE al mejor actor protagónico (Una bestia en la luna) y el María Guerrero (Por el placer de volver a verla), entre tantos otros premios. –Trabajar con al autor al lado, que además es director, ¿es más difícil? Rossetto: –Me costó, pero porque hace casi 40 años que trabajo en la autoría y en la dirección de casi todos los espectáculos que he hecho. Hacía casi 10 años que no trabajaba con un elenco tan grande, eso fue cuando hice La ópera de 3 centavos, dirigida por
Calixto Bieito…. Muscari parece un hermano joven de Calixto. –Ustedes, que dirigieron y dirigen, ¿qué aprendieron de este realizador? Callau: –José María es un apasionado que sabe poner en palabras esa pasión y darte los elementos para que vos puedas jugar. Está todo el tiempo con el motor encendido, y a la vez tiene la claridad del afecto y del estímulo para que los actores puedan construir. Me hace acordar a Carlos Timoteo Griguol, quien les golpeaba el pecho a sus jugadores cada vez que entraban a la cancha. José María te da ese aliento. Y así, para extender la metáfora futbolera, Muscari sale a la cancha con su dream team: “El trabajo de Cecilia y de Manuel, y el de todos los actores, es altamente superior al que yo imaginé como dramaturgo, a la hora de escribir la obra. Es un elenco de prestigio, popular y estelar. Ellos se adueñaron de El secreto… e hicieron algo mucho mejor de lo que soñé”. ß
El secreto de la vida De José María Muscari Miércoles y jueves, a las 20; viernes y sábados, a las 22; domingos, a las 21. Metropolitan Citi, Corrientes 1343.
“Los actores primero me tiene que gustar cómo piensan, y, después, si actúan bien, es un plus. En este elenco no hay nadie que parezca un pelotudo, a pesar de que es una obra comercial y me podría dar ese lujo, porque a veces las leyes del teatro comercial son otras”, dice Muscari. Este hombre orquesta, que además de estrenar El secreto de la vida, tiene su ciclo de TV, Muy Muscari (El Canal de la Ciudad), continúa de gira como actor con Los Grimaldi, y su espectáculo La casa de Bernarda Alba inicia una gira luego de dos temporadas en cartel. –En este caso, ¿escribiste pensando en los actores? –No escribí con ellos en mi cabeza, pero sí reescribí con ellos en mente, teniendo en cuenta la dramaturgia personal de cada uno. Había personajes que eran más chicos, pero que reescribí a partir de tener el sí de los actores, como el de Andrea Politti, o el Brenda Gandini o el de María Socas. Tenían situaciones menos atractivas en un inicio de lo que terminaron luego haciendo en escena. –¿Qué quisiste contar? –Cuando escribo nunca pienso qué quiero contar, porque no me gustan las obras que como espectador me quieren decir algo. Me llegan las obras donde veo que alguien está travesado por hablar de cosas que le pasan. Pero como persona, y por ende, como autor, no puedo dejar de hablar de algunas cosas que están en la obra: cómo uno puede hacerle mucho daño a alguien, a pesar de amarlo. ß