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Estrategias para satisfacer las necesidades de un alumnado diverso Adecuaciones curriculares1 -Primera parteEs un error suponer que la escuela tiene como función la de homogeneizar a los alumnos a partir de un modelo de formación dado. Sería desconocer la diversidad como una de las características que distinguen a los individuos en cualquier lugar y momento. Tiene, eso sí, la obligación de proporcionar las bases indispensables que permitan a los alumnos compartir una serie de conocimientos para comprender la realidad social y natural en la que viven, de tal manera que se identifiquen como integrantes de una sociedad y de una época. Tiene también el deber de ofrecer, en igualdad de circunstancias, los recursos para que desarrollen sus facultades intelectuales, emocionales y físicas. Debe distinguirse como una institución en la búsqueda de las mejores opciones para enriquecer la vida de sus alumnos, sin exclusiones de ninguna especie. De aquí que insistamos en la necesidad de asumir un punto de vista respecto al currículo que permita resignificar la práctica educativa y el papel del docente hacia un tipo de intervención más comprometido. La individualidad del alumno Partamos del principio de que todos los alumnos son diferentes, que sus necesidades educativas de igual forma son distintas, que no todos aprenden al mismo ritmo ni de igual manera, que sus capacidades y habilidades difieren, que sus intereses varían y sus expectativas hacia el conocimiento son consecuencia de la influencia de su medio ambiente. Ahora bien, convengamos que la escuela, como institución, asume un claro compromiso de facilitar que la población escolar adquiera las competencias para integrarse activamente a la sociedad. La atención y el respeto a la diversidad del alumnado no rompe con este compromiso, pues sería un retroceso que determinados alumnos y alumnas, en razón de su procedencia u otras condiciones personales o sociales, no adquiriesen las competencias que necesitarán para acceder a la vida adulta (sociales, profesionales, lingüísticas, culturales, etcétera). La adecuación del currículo La adecuación del currículo que hace el profesor no consiste solamente en su ajuste a determinadas condiciones individuales o sociales de los alumnos, sino en un esfuerzo por alcanzar los objetivos educativos a partir del reconocimiento de la diversidad del alumnado y de las necesidades reales experimentadas en cada centro escolar. Sólo en casos excepcionales, cuando los alumnos padecen graves discapacidades que hacen imposible adquirir las competencias o habilidades que mencionábamos antes, estaría justificado adecuar las expectativas de la escuela a las limitaciones claramente presentes entre estos alumnos, modificando el nivel de los objetivos educativos planteados. Pero aún en estos supuestos deberemos ser muy cuidadosos para no minusvalorar las posibilidades de progreso de estos alumnos cuando podemos ofrecerles un entorno educativo y unos métodos didácticos adecuados. Un currículo que integre la diversidad 1
Bajado de Internet por el Centro Nacional de Recursos para la Inclusión Educativa, en Junio de 2003, en la dirección: http://www.pasoapaso.com.ve/GEMAS/gemas_66.htm
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Por lo tanto, es indispensable visualizar un currículo que integre esta diversidad como eje central para su desarrollo, particularizando cada experiencia con base en las características de los educandos y de acuerdo con los medios disponibles. Con mayor fuerza estas consideraciones están presentes en el ámbito de la integración educativa. Sería prácticamente imposible garantizar la viabilidad de los esfuerzos para necesidades educativas especiales en un contexto escolar en el que prevalece prescriptivo, como una norma que define rígidamente sus metas, sus contenidos enseñanza. Del mismo modo, sería impensable una intervención docente que no respondan a la singularidad que distingue a cada alumno.
integrar a un niño con la idea de un currículo y los procedimientos de procure alternativas que
La identificación de las necesidades educativas de los niños Una de las razones por las cuales es indispensable asumir una postura más flexible con respecto al currículo, es que el trabajo educativo en el contexto de la integración se fundamenta en la identificación de las necesidades educativas de los niños en general y las necesidades educativas especiales, por lo que mediante la intervención pedagógica permanentemente se realizan ajustes a los procedimientos, a los materiales de trabajo, a los contenidos, etc. en función de tales necesidades. Estamos hablando entonces de que el maestro realiza adecuaciones al currículo. Adecuaciones que se justifican porque la medida de la acción escolar la constituye el alumnado. En el medio educativo mexicano las adecuaciones al currículo se tienen que basar en los planes y programas de estudio de los tres niveles de la educación básica, en cuanto a su orientación y finalidades generales, así como en relación con los contenidos y propósitos de las diferentes áreas de conocimiento. Asimismo, estas adecuaciones deben contemplar las condiciones del contexto escolar donde se lleva a cabo la actividad educativa y, también, las características y necesidades educativas de los alumnos. A partir de estos cuatro elementos, las adecuaciones se justifican y adquieren viabilidad. Planificación y programación En los planes y programas de estudio vigentes se observa un marcado interés para propiciar que el maestro del aula común planifique y organice el ejercicio de la enseñanza sin sujeciones a los lineamientos y a la estructura de éstos, de tal forma que los planes y programas de estudio pueden ser considerados como una propuesta curricular, como el punto de referencia inicial para que cualquier maestro pueda reflexionar sobre lo que debe ser su trabajo durante el año escolar. Dado que en cada nivel de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), los planes y programas establecen los objetivos que se pretenden alcanzar, los contenidos básicos indispensables, las orientaciones sobre las estrategias para conducir en el aula, los procesos de enseñanza y aprendizaje, los materiales educativos y los procedimientos de evaluación más convenientes, el maestro cuenta con las bases y elementos necesarios para planificar y organizar su trabajo y de esta manera llevar a cabo las actividades más convenientes para estimular el aprendizaje de los alumnos, facilitando de esta forma el acceso de todos los niños a la propuesta curricular. Consecuentemente, podemos reconocer la importancia de una planificación que permita organizar el trabajo educativo considerando, por un lado, los objetivos de un ciclo, de un grado, de una asignatura y, por el otro, las características y necesidades de los alumnos, las condiciones de trabajo, los recursos disponibles. Es decir, el maestro debe prever la realización de sus acciones de enseñanza para un determinado período. Al respecto, la idea de la programación nos puede dar elementos para la realización de esta parte del trabajo escolar. Zabalza (1987), nos habla de la programación entendida como un nivel de la acción escolar en el que se proyectan los programas de trabajo de manera particular por cada escuela, por cada grado y por cada profesor. Viene a ser una forma de mediar entre los planes y programas y la particularidad de cada escuela y de cada aula. Dicho de otro modo, la programación es una posibilidad para que un proyecto general, como serían los
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planes y programas de estudio, pueda ir bajando poco a poco a la situación concreta representada por cada una de las escuelas, ubicadas en un determinado contexto geográfico, social y cultural, con una estructura organizacional específica y con un cuerpo docente y alumnos particulares. Al decidir la programación, debe mediar una serie de reflexiones sobre las razones de manejar un determinado contenido y la forma de trabajar, así como las finalidades que se persiguen con las opciones decididas (justificación, racionalidad y coherencia de las decisiones). La importancia del trabajo colectivo Es de particular interés señalar que, en el contexto de la integración educativa, estas decisiones sean el resultado de una programación en la que ha intervenido el colectivo de profesores y el personal de educación especial, ya que es más factible mediante esta participación conjunta tener una visión que se vincula, tanto a los problemas que plantea la estructuración de un plan de trabajo por el cual se determinan objetivos, contenidos, estrategias de enseñanza, materiales didácticos o mecanismos de evaluación, como a las posibilidades reales de lo que se quiere y se puede hacer teniendo presente un proyecto educativo de carácter más general. Además, el trabajo colectivo incorpora la riqueza de la diversidad de experiencias y la heterogeneidad de los puntos de vista de sus integrantes, confrontando opiniones, recomendaciones y sugerencias. Se llega a acuerdos y consensos para que cada profesor pueda realizar su programación y las adecuaciones curriculares acordes a las características de su grupo. Adecuaciones curriculares -Segunda parteAspectos generales sobre la realización de adecuaciones curriculares Para llevar a cabo las adecuaciones curriculares existen cuatro elementos que sirven de base para lograr una mayor sistematicidad para la organización y el desarrollo de actividades efectivas en el aula:
El reconocimiento del plan y los programas de estudio vigentes en cuanto a su orientación y
objetivos.
El reconocimiento del plan y los programas en cuanto a los conocimientos escolares, capacidades, habilidades y actitudes que se pretende desarrollar, considerando las diferentes áreas de conocimiento. El reconocimiento de las condiciones institucionales para el ofrecimiento del servicio educativo El reconocimiento de las características del alumnado. En cuanto a la primera, es indispensable comprender la orientación y las finalidades generales de los planes de estudio, con el propósito de tener una visión clara de lo que el currículo propone para cada ciclo escolar y para cada grado respecto al tipo de atributos que se pretende que los niños tengan al término de sus estudios. Toda propuesta prioriza estas intenciones respecto a otras propuestas posibles, con base en los principios que la sustentan y en los propósitos que explicita. Respecto a la segunda, se realiza un reconocimiento de la propuesta de los programas respecto al tipo de finalidades que pretende por cada asignatura o área de conocimiento. Es un plano más particular, en el que cada maestro toma decisiones más directas en función de las características y necesidades específicas de sus alumnos y los contenidos propuestos. La tercera, implica tener presente en el proceso de realización de las adecuaciones curriculares las condiciones de trabajo a nivel institucional, cuestión que nos permite reconocer el tipo de recursos educativos con los que se cuenta para llevar a cabo con éxito la integración educativa. La idea es valorar lo que se tiene y lo que hace falta para realizar las adecuaciones curriculares con mayor objetividad. Este elemento se refiere a las características físicas institucionales, los materiales didácticos, las características del personal docente y la estructura organizacional de la escuela.
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En referencia a la cuarta hemos dicho que la heterogeneidad es una característica invariable a todo grupo escolar. Las diferencias individuales son producto de las particularidades de cada niño según el nivel de desarrollo que ha alcanzado, debido a las influencias familiares y del medio socio-cultural en el que vive, por sus antecedentes escolares, por sus expectativas, actitudes e interés hacia el trabajo educativo y por sus necesidades educativas. Un criterio básico, por lo tanto, es el de reconocer la situación de los alumnos como grupo y en lo individual, partiendo de una evaluación que posibilite tener un referente del desempeño global de la clase, de los requerimientos individuales para el aprendizaje y de las necesidades educativas especiales. Cuando un profesor trabaja atendiendo estos cuatro elementos, está de hecho adecuando el currículo a su contexto y a sus alumnos, lo que le permite dar una mayor atención al grupo como tal y también a la diversidad de intereses, capacidades, conocimientos previos, aptitudes etc. que se manifiestan de manera más individual en el grupo. Una vez hechas estas consideraciones, abordaremos el tipo de adecuaciones curriculares dirigidas a favorecer la integración de los alumnos con necesidades educativas especiales al aula común. Adecuaciones curriculares -Tercera parteTipos de adecuaciones curriculares Las adecuaciones curriculares se pueden clasificar por múltiples criterios, pero nos parece que es más útil hacerlo con base en el mayor o menor grado de modificaciones al currículo general que deberemos llevar a cabo, sin perder de vista que el propósito fundamental es que los niños con necesidades educativas especiales accedan al mismo currículo que el resto del grupo. Brevemente señalaremos el tipo de adecuaciones curriculares que se pueden realizar, para lo cual se han considerado dos categorías: adecuaciones de acceso y adecuaciones a los elementos curriculares.
Adecuaciones de acceso Adecuaciones a los elementos curriculares
Adecuaciones de acceso Las adecuaciones de acceso se encaminan a crear las condiciones físicas en los espacios y en el mobiliario para permitir su utilización por los alumnos con necesidades educativas especiales (n.e.e.) de la forma más autónoma posible y que, a la vez, le permitan el mayor nivel de comunicación e interacción con los demás. La idea subyacente es que con estas adecuaciones se puede ubicar mejor al alumno dentro del aula para compensar sus dificultades y para que pueda participar más activamente en la dinámica del trabajo escolar. En esta misma categoría se contemplan también las ayudas de carácter técnico que pueden facilitar el acceso al currículo, tales como: auxiliares auditivos, lentes especiales, aparatos para la locomoción, etc. Debemos tener presente que hay alumnos con discapacidades que, además de requerir adecuaciones de acceso, requieren que modifiquemos también elementos básicos del mismo, como veremos a continuación. Adecuaciones de los elementos curriculares Respecto a los elementos curriculares, se entienden como el conjunto de modificaciones que se realizan en:
los contenidos las estrategias de enseñanza los procedimientos de evaluación y los objetivos.
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Pueden ser poco profundas, de tal forma que no se modifique radicalmente la programación del maestro, o pueden ser más significativas, dependiendo de las necesidades educativas de los alumnos, lo que implica de cierta manera una individualización del currículo. Es en este caso cuando el maestro de grupo debe contar con el apoyo más directo del personal de educación especial para realizar las adecuaciones. Por lo que se refiere a las adecuaciones de las actividades de enseñanza, el maestro está en posibilidad de utilizar los métodos y materiales de enseñanza más diversificados en función de las necesidades generales del grupo, de las necesidades individuales y de las necesidades educativas especiales. Implican la utilización de actividades, grupales o por parejas, según la naturaleza del contenido, del aprendizaje que se pretende, o de los objetivos de una asignatura. El criterio general es que las actividades favorezcan la participación activa y que pongan en juego la iniciativa, el interés, la motivación, la creatividad y la autonomía, en la lógica del aprendizaje significativo. Pueden ser actividades dentro o fuera del aula, pueden realizarse en rincones, talleres o áreas específicas. Asimismo, suponen un manejo del tiempo de trabajo para cada actividad, teniendo presente las características del contenido, los recursos que se utilizan y el interés y motivación de los niños. En cuanto a los contenidos de enseñanza, las adecuaciones se caracterizan por priorizar contenidos, por modificarlos o eliminarlos, por introducir nuevos contenidos con el fin de lograr una reorganización de los mismos en cuanto a su momento de abordaje, secuencialidad, extensión y profundidad, todo lo cual se basa en las características, intereses y necesidades del alumnado. También existen las adecuaciones temporizadoras que se realizan tomando en cuenta el ritmo de adquisición de aprendizajes de los alumnos, dependiendo de sus dificultades específicas de aprendizaje o como consecuencia de un déficit intelectual. Estas situaciones suponen mayores complicaciones para los niños al tratar de asimilar determinados aprendizajes, lo que obliga no sólo a desplegar un mayor esfuerzo y más recursos didácticos sino también períodos de trabajo más amplios para el logro de los objetivos propuestos, como sería el caso de la adquisición de la lengua escrita o las matemáticas. Estas modificaciones deben aplicarse de tal modo que no excluyan al alumno de la dinámica de trabajo de la clase, ni que realice actividades totalmente diferentes a las del resto del grupo o trabajando contenidos que no sean los planeados para el grupo. Debemos procurar que en este caso se establezca un nivel de profundidad diferente al abordar un tema o tratar de alcanzar un determinado objetivo, de acuerdo con la secuencialidad de un contenido o bloque de contenidos. De esta manera, el alumno con n.e.e. trabajaría ciertos conceptos al ritmo y nivel en el que pueda asimilarlos, mientras que el resto del grupo estaría a un ritmo y nivel de profundidad de mayor complejidad. Las adecuaciones en la evaluación implican la aplicación de criterios y estrategias diferenciales, así como la diversificación de instrumentos evaluativos, en concordancia, por un lado, con las actividades de aprendizaje y el tipo de conocimientos, habilidades y actitudes a evaluar y, por el otro, con las necesidades de aprendizaje de los educandos. No hay que perder de vista que los resultados de la evaluación deben favorecer principalmente la reflexión sobre la experiencia educativa y el mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje. El problema de la evaluación representa un reto de tal magnitud, que hemos dedicado expresamente un Módulo para analizarlo. Finalmente, las adecuaciones a los objetivos establecen la necesidad de priorizar, modificar o eliminar objetivos, así como introducir nuevos, de tal forma que exista una coherencia entre la factibilidad de lograrlos, los apoyos y recursos didácticos disponibles y los intereses y características del alumnado. El criterio fundamental para realizar adecuaciones curriculares de determinada magnitud, profundidad, variedad y características, es el que toma como punto de partida las características de los contenidos escolares, los objetivos de aprendizaje propuestos, la realidad de una escuela, de un aula, de un profesorado y de alumnos concretos. Igualmente, la participación colegiada, en la que destacamos de manera particular la participación de
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los especialistas de educación especial, el apoyo de los padres y otros miembros de la comunidad escolar, es otro de los criterios presentes en este proceso, pues la comunicación permanente entre ellos ofrece mayores garantías para llevar a cabo una labor más sistemática en este contexto. Del mismo modo, se pueden aprovechar las ventajas de los actuales planes y programas de estudio y los materiales de apoyo a la enseñanza y al aprendizaje, sin dejar de lado la incorporación de otros materiales que contribuyan a reforzar las acciones escolares. Para finalizar este apartado, enfatizaremos los principales aspectos que entran en juego al realizar las adecuaciones curriculares indispensables en el contexto de la integración educativa:
El currículo se pone a prueba en las escuelas, lo cual permite satisfacer las necesidades educativas de todos los alumnos. Este punto es importante, ya que es aquí donde nos podemos percatar que el currículo se tiene que concebir como abierto y flexible, permitiendo de esta forma que sea una herramienta para el profesor con la cual pueda experimentar, cambiar, e indagar sobre su práctica educativa con la finalidad de satisfacer las necesidades de sus alumnos.
El punto de partida de las adecuaciones curriculares es el currículo general, es decir, es a partir de los planes y programas de estudio oficiales en los que los profesores se basen para realizar las adecuaciones curriculares en cualquiera de los elementos que lo conforman (objetivos, contenidos, actividades de enseñanza y de evaluación).
Las adecuaciones curriculares se plantean a partir de los objetivos generales de los planes y programas de estudio de cada ciclo y asignatura, del tipo de conocimientos, habilidades, actividades y actitudes a desarrollar en los alumnos; del medio social y cultural en el que está inserta la escuela; de los apoyos institucionales y los recursos didácticos disponibles; y, fundamentalmente, de las necesidades individuales de los alumnos.
Se reconoce que todos los alumnos tienen necesidades educativas. Esta cuestión nos hace reflexionar sobre el hecho de que en el aula podemos encontrar una población totalmente heterogénea y diversa, por lo cual el profesor debe ser un constante observador del comportamiento de sus alumnos, identificando así las características individuales y las necesidades educativas de cada uno de ellos. La percepción sobre el aprendizaje infantil es determinante para comprender la naturaleza de las necesidades educativas de los alumnos y propiciar situaciones didácticas que lo favorezcan.
En la determinación de las adecuaciones curriculares debe participar la escuela como una unidad, es decir, tanto el personal de educación regular, como el personal de educación especial y los padres de familia (es importante hacer notar que el trabajo en equipo o multidisciplinario es mucho más enriquecedor y fructífero que el trabajo individual o aislado). Es por tal motivo que la participación de todas las personas involucradas con algún niño con n.e.e., permitirá obtener una gama más amplia de datos y estrategias para el óptimo desarrollo del proceso educativo del menor en cuestión. Acordémonos que: ¡lo que no se le ocurre a uno, se le ocurre al otro! Todo lo anterior, se puede contemplar como un entramado en el que están presentes los principales factores involucrados en las experiencias de integración educativa, y que son la base para la puesta en marcha de las adecuaciones curriculares. Fuente: Seminarios de actualización para profesores de educación especial y regular. Módulo Tres."Currículo, didáctica y adecuaciones curriculares." Elaborado por el personal académico de la Dirección General de Investigación Educativa de la Subsecretaría de Educación Básica y Normal República de México Edita: Secretaría de Educación Pública, 1999 (México)
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