Los desafíos mediáticos del Vaticano

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espectáculos

| Domingo 17 De marzo De 2013

Entrelíneas Marcelo Stiletano

Los desafíos mediáticos del Vaticano H

ollywood no perdió el tiempo. Dos días después del anuncio que conmovió al mundo entero y que puso en marcha una verdadera revolución en la Santa Sede, desde la capital del entretenimiento se anunció –tras un reducido cónclave entre ejecutivos de la cadena Showtime– que la serie The Vatican ya tiene a su propio pontífice. Anteanoche, The Hollywood Reporter dividía el ancho de su página de Internet entre dos fotos: a la derecha, la del papa Francisco en su primer saludo a la multitud luego de ser elegido; a la izquierda, la del gran actor suizo Bruno Ganz, que será el ficticio papa Sixto VI en The Vatican, uno de los más ambiciosos proyectos televisivos de este año. A esa misma hora, otras publicaciones entraban en otra clase de divertimento fotográfico, por cierto muy popular en Hollywood. A la hora de jugar al casting de una futura película sobre el papa argentino, al lado de la sonrisa transparente del cardenal Jorge Mario Bergoglio aparecía la de Jeffrey Tambor, el magnífico comediante de Arrested Development. Y alguno ya pensó en Jonathan Pryce, el actor inglés que interpretó a Perón en la Evita de Alan Parker y Madonna. El momento de elegir de verdad un rostro para llevar al cine al papa Francisco inexorablemente llegará. Pero falta mucho tiempo

para eso. Vale la pena recordar, por ejemplo, que el retrato fílmico definitivo de Juan Pablo II arribó en 2005 a través de actores de alto perfil como el estadounidense Jon Voight y el alemán Thomas Kretschmann. Ese año llegaba a su fin el pontificado de Karol Wojtyla, iniciado en 1978. Seis años después llegó el primer acercamiento de ficción a la vida del papa polaco, un telefilm protagonizado por Albert Finney. Con The Vatican, Hollywood aceleró los plazos. En las últimas dos semanas no hubo día en que no se anunciara alguna incorporación al elenco o precisión sobre la trama que marcará el debut televisivo de Ridley Scott y tratará de aprovechar contra reloj la renovada expectativa mundial por los asuntos del Vaticano planteada desde la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI. Con todo, consciente de que se mete con una institución cuyos ciclos transcurren de un modo completamente distinto al resto, también hay prudencia para no adelantarse a los acontecimientos que por estas horas auguran una etapa de grandes transformaciones. Seguramente por eso, The Vatican eligió a un papa que hablará en inglés, pero a la vez tendrá visibles rasgos germánicos, en inevitable alusión al pontificado de Joseph Ratzinger. La serie fue caracterizada desde dicha publicación como “un thri-

Bruno Ganz será el ficticio papa Sixto VI en The Vatican, un ambicioso proyecto Aquí también el planteo central e inmediato está ligado a las redes sociales ller sobre espiritualidad, poder y política que transcurre en nuestros días” cuyo foco está puesto en las “maquinaciones políticas dentro de la Iglesia Católica” y se propone explorar “los vínculos y las rivalidades que se suman en el interior de esa institución a sus

misterios y milagros”. Nada demasiado alejado, a primera vista, de los enigmas ocultos y las conjuras planteadas con alto perfil en las sucesivas adaptaciones de los best sellers de Dan Brown (El Código Da Vinci y Angeles y demonios). Les tocará ahora a Scott y a un guionista tan hábil como Paul Attanasio (La suma de todos los miedos, Intriga en Berlín) la misión de darle mayor certidumbre y menos inverosimilitud al enfoque conspirativo que, se descuenta, ocupará el primer plano de The Vatican. ¿Cómo podría reaccionar de aquí en adelante el auténtico Vaticano frente a una ficción que promete dosis de realismo y libertad creativa propias de una producción concebida originalmente para el cable premium? Por lo pronto, ante la multitud de periodistas que lo escuchaban ayer, Francisco dejó en claro que su idea como Pontífice está en las antípodas de la imagen del Vaticano que vienen mostrando el cine y la televisión,

cuando dijo cuánto le gustaría una “Iglesia pobre y para los pobres”. Para lograrlo, deberá resolver lo antes posible varios interrogantes en cuestiones mediáticas. De nuevo en Hollywood, Variety, una publicación diaria históricamente conocida en todo el mundo como la biblia del espectáculo, se preguntaba el jueves último si el nuevo papa podrá afrontar los desafíos que en materia de comunicación plantea también para el Vaticano la era digital. El desafío de Twitter Nadie se pregunta ahora, como ocurría en tiempos de Juan Pablo II, qué repercusiones tendría en el Vaticano la presencia de un papa muy atento al aprovechamiento pastoral de expresiones artísticas propias del teatro y la música. Aquí también el planteo central e inmediato está ligado a las redes sociales y especialmente a Twitter. Variety recordó que en el momento de la renuncia de Benedicto XVI, la cuenta del Papa

(@pontifex) tenía tres millones de seguidores. Desactivada desde entonces, se rehabilitó con la proclamación de Francisco, y hasta ayer por la mañana era seguida por 1.848.225 personas, cifra que asciende a cada momento. Menos trascendencia tiene por ahora otro conjunto de iniciativas mediáticas impulsadas en su momento por Benedicto XVI (la creación de un canal vaticano dentro de YouTube, de un portal multimedia y de una aplicación paracelulares y tablets) que aguardan una señal para su continuidad y expansión. Nada parece definido aún, pero a partir de algunas huellas del comportamiento en la materia de Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires puede vislumbrarse alguna certeza sobre el futuro. La más significativa fue la puesta en marcha, en julio de 2006, de una señal televisiva propia (Canal 21). En su programación, integrada por documentales, talk shows, programas educativos y litúrgicos se destacó Biblia, un diálogo vigente, ciclo de 29 emisiones iniciado en octubre de 2010 en el que Bergoglio, el rabino Abraham Skorka y el evangélico Marcelo Figueroa (además conductor)intercambiaban ideas sobre temas de actualidad. ¿Llevará Francisco esa iniciativa a su papado? El Centro Televisivo Arquidiocesano, encargado de las emisiones de Canal 21, sigue la línea de aquel estudio de TV pionero que los jesuitas instalaron en la sede que la Universidad del Salvador tiene en Hipólito Yrigoyen al 2400, en el barrio de Balvanera. En esa línea, el corresponsal en Roma de la BBC David Wiley recordaba en la nota de Variety que Francisco, el primer papa jesuita, integra “quizá la más poderosa y capacitada orden religiosa de la Iglesia Católica en materia de comunicación”. Hay razones de sobra para prestar especial atención a los pasos mediáticos que dará el nuevo papa. Casi la mitad de la población italiana permaneció ante el televisor tras la fumata blanca del miércoles. Y entre nosotros fue notable a esa hora el triunfo del cable frente a la TV abierta. Lo más probable es que también en esta materia el papa Francisco nos sorprenda y tampoco quiera perder tiempo. ß

Lo que viene 16/3 al 23/3 los recomendados de la redacción

cine

Una mirada siempre azul

1

semana

Es el tiempo que falta para el cierre del festival Vive Latino, en México, donde se presentan más de 100 bandas de todo el mundo.

18 días

Son los que faltan para el estreno argentino de Más de 100 mentiras, el musical basado en las canciones de Joaquín Sabina, que se presentará en el Teatro Liceo.

15

canciones

Compuso (letra y música) Cyndi Lauper para Kinky Boots, un musical que se estrenará en Broadway el 4 de abril.

Si se cuenta a partir de Kidnapped, el film en el que hizo su primera aparición en 1960, son 93 los títulos que comprende la carrera de Peter O’Toole, que él mismo dio por terminada en julio último, poco antes de cumplir los 80, porque juzgó agotada una pasión que ya no podrá recuperar. Menuda tarea habrán tenido quienes programaron “Una mirada siempre azul”, el ciclo gratuito que el British Arts Centre le dedica los martes hasta fines de abril. No porque no haya habido fiascos en su carrera, sino porque a pesar de ellos son muchas las interpretaciones suyas que merecen integrar cualquier antología. Basta recordar que en el comienzo, tras el clamoroso triunfo internacional de Lawrence de Arabia (1962), que reveló sus excepcionales dotes además de una apostura física que lo convirtió en actor de moda de la noche a la mañana, vino una seguidilla de creaciones que lo colmaron de elogios y expusieron su ductilidad: Becket, Lord Jim, Qué pasa Pussycat? En un tiempo relativamente corto el caballero irlandés de origen humilde y porte aristocrático ganó en el cine tanto prestigio como el que tenía como actor shakespeariano en la escena británica. Y todavía faltaban títulos como El león en invierno, La clase dirigente, Mi año favorito, Venus. Algunos de los cuales lo pusieron ocho veces cerca de un Oscar que la Academia sólo le entregó, en forma honoraria, en 2003. ß Fernando López

Ciclo Peter O’Toole Pasado mañana, a las 17, Becket, y a las 20, Salvajes inocentes. BAC,

Suipacha 1333. Entrada libre.

televisión

Policías al borde

Algunos dicen que es el mejor y el menos reconocido de los dramas policiales. Otros insisten en que su nivel de realismo es tan alto que aunque resulta atrapante también es una de esas series que entretiene y deprime al mismo tiempo. Ambas consideraciones son bastante precisas y hacen del estreno de la quinta y probablemente última temporada de Southland una noticia a tener en cuenta. Desplazada de la TV abierta por sus bajos ratings, pero sobre todo por su crudo acercamiento al trabajo policial y las consecuencias psicológicas de pertenecer a las fuerzas del orden en una Los Angeles hiperviolenta, la serie es producida por Ann Biderman (Policía de Nueva York) yJohn Wells (ER), dos expertos en imponer vértigo a cada escena de sus programas. Héroes y demonios de moralidad flexible cuyo descenso a los infiernos queda representado por la trayectoria del oficial Ben Sherman (Ben McKenzie, hasta ahora conocido por el livianito drama juvenil The O.C.). En la primera temporada, Sherman era el novato que creía a rajatabla en lo que le habían enseñado en la academia un fuerte contraste con lo que se ve de él en el primer episodio de la quinta temporada, un ser que es capaz de mucho, demasiado, gracias al poder que le da tener un arma y el poder para usarla.ß

música

Dos motivos para una cita

Natalia Trzenko

En este regreso reciente, para festejar los veinte años de su lanzamiento, las canciones de El amor después del amor viajaron con Fito Páez por América y se plantaron el año pasado en el Planetario porteño en un gran concierto gratuito que emocionó a los miles y miles que lo presenciaron. Ahora llega el tiempo del cierre, y será en una medida más íntima que la de esas presentaciones multitudinarias. Con una banda aceitadísima tras meses de giras –según todos los que lo escucharon en esos conciertos y en el veraniego del Cosquín Rock–, Páez se despedirá de ese gran disco el viernes, en el estadio Luna Park. De sólo pensarlo, la lista estremece. En el aluvión de temazos estarán “Dos días en la vida”, “Pétalo de sal”, “Brillante sobre el mic”, “Un vestido y un amor”, “Tumbas de la gloria” y se podría seguir. Liberará entonces lo que viene. Porque el rosarino tiene varias cosas entre manos, según estuvo anunciando en estos días. Una novela y tres discos, nada menos. El primero de éstos es Sacrificio, en el que reúne canciones “sórdidas”, “malditas”, según su propia definición, que compuso entre 1989 y este año. Sólo se editará en forma digital (a través de iTunes), con la excepción de unos pocos miles de los viejos y queridos CD que tendrá quien vaya al show del viernes. Doble motivo para no perdérselo. ß Adriana Franco

Southland

Fito Páez

Estreno de la quinta temporada de la serie policial protagonizada por Ben McKenzie y Michael Cudlitz. Viernes, a las 21, por Space

Se despide de El amor después del amor Luna Park, Bouchard 557 El viernes, a las 21.

teatRo

Arturo Puig, director

clásica

Elogio de la constancia

El próximo viernes llega a la cartelera porteña Le Prenom (en español, El nombre), una pieza de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, que se consagró como un verdadero éxito de taquilla en Europa y que, en su versión argentina, traerá consigo un debút paralelo: el de Arturo Puig en el rol de director. El versátil actor, que logró inscribir su nombre en la historia de la televisión con el siempre recordado Grande, pá!, en esta oportunidad, comanda a un elenco más que prometedor, que integran Jorgelina Aruzzi, Germán Palacios, Carlos Belloso, Peto Menahem y Mercedes Funes. La pieza es esencialmente una comedia de personajes y explora lo que sucede cuando un grupo de amigos (con sus respectivas mochilas de vida, cargadas de rencores, sueños y frustraciones) se encuentran. Con el casi absurdo disparador de la búsqueda de un nombre para el bebé que espera una de las parejas del grupo, lo que parecía un encuentro cualquiera se convierte en el posible final de una larga amistad. Sin dudas, para Puig llegó la hora del arrojo. No sólo porque se atrevió a encarar la difícil tarea de dirigir, sino también porque, en televisión, se animó a entrar en la piel a un hombre maduro que “sale del placard” en Solamente vos, la tira de El Trece, logrando una composición que preserva la comicidad sin caer en excesos u obviedades. ß Carolina Amoroso

Que un ciclo de música llegue a la cuarta edición puede parecer poco, pero para una música como la contemporánea, en invariable estado de precariedad, resulta considerable. Ésa es la cifra que alcanzó el ciclo programado por Martín Queraltó en el Teatro Cervantes. El inicio de la temporada 2013 se mantiene en línea con los principios de programación de los años anteriores: primeras audiciones, segundas audiciones (que suelen ser en estas costas más improbables que las primeras) y una pieza emblemática del repertorio contemporáneo (para darse una idea, en el primero de todo el ciclo fue La barque mystique, de Tristan Murail). Por el lado local, vale la pena prestar atención a la siempre interesantes invenciones musicales de Marcelo Toledo y Diego Taranto (del primero se oirá Qualia; del segundo Territorio). Igualmente atractivo es el estreno argentino de Intarsimile, del alemán Klaus Huber –a cargo de otro alemán, el violinista Johannes Hasse– y de El colibrí, del chileno Christian Vázquez. Para el final está reservada una pieza de referencia de la música contemporánea argentina: Pablo Jivotovschii (violín), Martín Devoto (violonchelo) y Diego Ruiz (piano) tocarán Lunario sentimental, la maravillosa obra en la que Gerardo Gandini cruzó imaginariamente al poeta Jules Laforgue con Schönberg y Leopoldo Lugones.ß Pablo Gianera

Le Prenom

Comienzo de la temporada Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815. Miércoles, a las 21. Gratis.

Dirigida por Arturo Puig Desde el viernes En el Multiteatro, Corrientes 1283.

Música contemporánea