LAS ACTITUDES DEL MATRIMONIO PIADOSO, SEGÚN EL APÓSTOL PEDRO 1 Pedro3:1-7 Por Paco Jiménez Usado con permiso Los cristianos y matrimonios victoriosos, crecientes en el Señor son los que se preocupan más de su interior que de su exterior. ¿Por qué fracasan muchos cristianos y matrimonios en vivir la vida cristiana? Porque trabajan más con lo externo que en lo interno. Jesús, sobre este asunto dijo a los fariseos: “¡Fariseo! Ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato para que también lo de fuera sea limpio” (Mt.23:26). Entonces, parece que el secreto de la victoria está más en las actitudes del corazón (el verdadero yo, lo que somos en el interior), que en los actos externos (lo que queremos aparentar que somos) Hoy hablaremos de las actitudes del corazón que espera Dios de los esposos cristianos, según 1 Pedro 3:17. LAS ACTITUDES DE LA ESPOSA CRISTIANA: (3:3-6) Son actitudes de sujeción, donde se deja que el esposo sea el guía del hogar, tal como Dios lo estableció (Cf. Vv. 1-2). 1. Actitud que debe evitar: Una vestimenta externa centrada en el yo. (1 P. 3:3) A la esposa cristiana se le anima a no vestir centrándose en el yo, “con peinados ostentosos, adornos de oro, vestidos lujosos”. Los cuales llaman la atención (en los hombres para atraerles y en las mujeres como competencia) sobre ella misma. Esta exhortación no enseña que la esposa no se arregle, mas bien enseña que su arreglo no esté centrado en lo externo y lo ostentoso, es decir en lo que llama la atención a la gente [se visten así para aparentar riqueza y poder de ellas o de sus maridos], pero no a Dios. (Cf. Is. 3:18-24 y 1 Ti. 2:9) Aquí Dios llama a la mujer a la sencillez. 2. Actitud que debe cultivar y mostrar a su esposo. Una vestimenta interna que consiste en un espíritu afable y apacible. (1 P. 3:4-6) En contraste con la vestimenta centrada en sí misma, Pedro enseña que el vestido correcto de la esposa es “el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios”. Es incorruptible porque no se corrompe o se gasta como los vestidos materiales, aún lujosos. Afable, es agradable, dulce, suave en la conversación y en el trato. Apacible, es manso, dulce y agradable en la condición y el trato. Este vestido es la virtud y este es el vestido que toda esposa cristiana debe llevar con orgullo. Estas virtudes se pueden llevar a cabo genuinamente porque nacieron en lo interno de la esposa en su corazón, por lo tanto ahora su actitud y espíritu hacia su esposo se manifiesta en una sujeción afable y apacible. Este tipo de mujeres son tiernas y serenas. También esto se refiere a la mansedumbre y a la tranquilidad. Para animar a las esposas a tener estas actitudes, Pedro les pone de ilustración a las santas mujeres del A. T. que se vestían de un espíritu afable y apacible para sujetarse a sus esposos respectivos. Lo hacían así porque esperaban en Dios. (He. 11:13).Incluso menciona específicamente como Sara obedecía a Abraham sujetándose a su liderazgo. De la cual, les dice que ellas han venido a ser sus hijas si hacen el bien sin temer ninguna amenaza. (Ni vengarse por el mal trato que se le hubiese dado.

¿Cómo se cultiva la esposa el espíritu afable y apacible? Tomando muy en cuenta que este espíritu tierno y tranquilo es de gran valor a los ojos de Dios. Teniendo como ejemplo a las mujeres piadosas de la Biblia y fijarse también en el testimonio de las cristianas piadosas de hoy en día y dejar de fijarse o imitar a las mujeres mundanas de hoy (como las artistas , las líderes feministas etc.) LAS ACTITUDES DEL ESPOSO CRISTIANO. (3:7) Por él “igualmente”, estas también son actitudes del corazón. 1. Vivir sabiamente con su esposa (7a) Esto significa consideración y comprensión del esposo por la esposa. (Es paciente con ella, entiende de donde viene, su trasfondo su situación, su sexo , su debilidades). Lit. con conocimiento, refiriéndose a la comprensión personal de la esposa , que lleva al esposo a desarrollar un amor e interés por comprender a su esposa en todas las áreas del matrimonio. 2. El esposo le da el honor (el valor y la estima) que ella merece como vaso frágil. No la ve grotescamente como si ella también fuera hombre, sino con delicadeza y cuidado. También le da el honor de coheredera de la gracia de la vida. Esto manifiesta que para Dios el hombre y la mujer valen lo mismo (Gá. 3:28) Estas actitudes se deben aplicar en el trato con la esposa. Si no se aplican, Dios no oye las oraciones del esposo incomprensivo y brusco. ¿Cómo puede cultivar un esposo la actitud de comprensión y trato honorable para su esposa? Sabiendo que esto es un mandato directo a los esposos sobre cómo deben tratar a sus esposas. Comprendiendo que de este trato depende la respuesta de Dios a sus oraciones. Dios no responderá a las oraciones de un esposo que no ama a su esposa siendo incomprensivo y hostil con ella. Esposos, si desean un matrimonio que honre a Dios, dejen de ocuparse sólo en lo religioso y externo, es decir en el cristianismo de apariencias, y dejen que el Espíritu Santo trabaje en el interior de su corazón por medio de la penetración de la Palabra de Dios en él. (He. 4:12).

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