Turismo
Domingo 19 de junio de 2011
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LA NACION/Página 13
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Por Silvia S. González
Italia
Dutch East Indies. Lo que sí no tenía ni idea de los restaurantes y negocios argentinos. GeorgiAnna
Largo viaje por la Costa Amalfitana
Fantástico relato de un extraordinario actor y director de teatro. Añadimos que está realizando un papel memorable en la novela El elegido. ¡Por algo le dicen el Al Pacino argentino! silvia_gale
Haute Route Qatar, el oasis del siglo XXI Estuve en Qatar en 2006 y es fascinante, gente muy educada y un país precioso. Me imagino lo que habrá crecido en estos últimos 5 años. Ojalá pueda volver. Aldo
El castillo enigmático Lo visité en 2010 y la sensación fue encontrar una construcción muy rara dentro de un paisaje magnífico. El
¡NO SE P I E R DA N !
lugar es mágico y es uno de los tantos que me sorprendieron en La Rioja. ¡Me gustaría volver! jorgecarrasco
Amsterdam en siete pasos Como la casa de Anna Frank, el Museo Van Gogh, un paseo por los canales, las casas de diamantes. Mucho más para hacer y ver en Amsterdam. El Sea Palace no es chino, es un excelente restaurante con comidas de las
Es una ruta fantástica. Para los que no saben, el francés Jean Marc Bovin, fue el precursor del esquí en randonée y el extremo. Me deslumbró en su emblemático Tres Desafios al Cervin o Matterhorn. Guía de alta montaña, un extraordinario tipo que conocí en Francia. Un año después, luego de ascender el Aconcagua, descendió desde su cima en parapente. Se mató en los Andes de América del Sur hace unos años. A el mi humilde homenaje. Condorsensato
Por Carola Espain
Tres días en las cataratas de Canaima sajeros apretujados como sardinas, el colectivo partió a toda velocidad. Haciendo gala de su destreza al volante, el chofer conducía más y más ligero por el cerrado camino de cornisa y, sin pisar el freno, enfrentaba con valentía el tráfico de frente tocando la bocina. ¡Bravo! , se escuchaba a los locales, mientras miradas de creciente pavura se apoderaban de nuestra familia. En tanto seguían subiendo más y más pasajeros en cada parada, hasta que cuando las puertas ya no se podían cerrar se oyó la voz del conductor decir ¡Cosí, Io non parto! Como el tiempo transcurría sin cambio alguno, se oyó a un anciano lugareño gritar a viva voz Cosí, non parte. Como por arte de magia, todo el pasaje de pie dio media vuelta, se alineó uno detrás del otro, subieron los que estaban en el estribo, las puertas se cerraron y partimos a toda máquina. Después de un largo viaje divisamos las luces de Sorrento, nos abrimos ca-
mino y saltamos al aire puro de la noche mediterránea. Desde ya, viajar por la Costa Amalfitana en colectivo es una experiencia que recomendamos a todos los que se consideren amantes del buen turismo. ¿Descubrimientos para compartir? ¿Un viaje memorable? Esperamos su foto (en 300 dpi) y relato (alrededor de 3000 caracteres con espacios).
Compañeros de ruta
Si hay lugares en el mundo emblemáticos por su belleza es la Costa Amalfitana. Compramos nuestros boletos de colectivo en Sorrento y tuvimos los mejores asientos listos para disfrutar del espectáculo. Aun con todos los asientos ocupados, el colectivo seguía cargando más y más pasajeros, en su mayoría orientales armados con potentes cámaras fotográficas. Cuando nos pusimos en movimiento, divisar el azul Mediterráneo era toda una proeza. Pero el verdadero turista, el que es turista de alma, no baja los brazos y lucha por su objetivo hasta las últimas consecuencias. Así, en cada curva, cuando el paisaje sorprendía con sus acantilados nevados de casitas blancas, nos estirábamos a punto de tener una tortícolis para ver un cuadradito de azul por entre las cabelleras orientales. Delante de nosotros, una familia parisiense, liderada por un caballero alto, delgado y entusiasta como pocos estallaba en exaltados regarde y ohlalá que se volvían más y más vehementes, hasta que en un exabrupto de francesa emoción, el páter familias dio un brinco y reventó su frente contra el techo del vehículo. El resto de la travesía transcurrió entre carcajadas contenidas, pero del paisaje… ni noticias. Al caer la tarde, después de pasear unos pocos turistas y cientos de locales iniciamos el regreso a Sorrento. Esta vez, el micro se llenó mucho antes de que lográramos subir. Mi hijo Martín descubrió un par de asientos libres en la parte trasera del vehículo. ¡Allá se lanzó a la caza! En menos de dos minutos, Martín llegó lívido y nauseabundo a mi lado. –¿Qué pasó? –Inquirí inquieta–. ¿No te sentaste? –Está todo vomitado. Casi de inmediato un hedor rancio llegó desde el fondo para quedarse suspendido en los pocos centímetros cuadrados de aire que quedaban. Más y más gente subió. Cerraron las ventanas porque en enero hace frío y sacaron todo tipo de embutidos para ir comiendo durante el viaje. Las puertas se cerraron y con los pa-
Lito Cruz
Europa Busco formar un grupo para ir a Escandinavia y San Petersburgo para fines de julio, principios de agosto. Soy una señora de 60 años, viajo mucho y tengo buen humor. mujerviajera2011@hotmail. com
Con mucho entusiasmo y en busca de aventura partimos rumbo a Venezuela. Somos cuatro amigas que habitualmente viajamos juntas. El salto del Angel, una de las 7 maravillas naturales del mundo, era nuestro próximo destino por descubrir. Llegamos a Ciudad Bolívar desde donde tomamos una avioneta, cruzamos la gran sabana para finalmente llegar al Parque Nacional Canaima. Navegamos un par de horas el río Churún y nos dejamos encantar por la magia del Tepuy, montaña plana de gigantes paredes verticales y escala monumental. Tras una hora de caminata a través de la selva, disfrutando de una frondosa vegetación y con su sonido particular de fondo, finalmente llegamos al mirador desde donde teníamos una vista privilegiada del gran salto. Un lugar impresionante, imposible describir con palabras. Es la catarata más alta del mundo, con una caída de 979 metros. Estuvimos en el parque tres días y dos noches. La primera dormimos en hamacas frente al salto, con el so-
nido del río Churún y de la sabana de fondo. La segunda, en un refugio frente a otro salto de gran presencia y belleza del parque, el salto del Sapo. Recorrimos esta zona y sus otros saltos, cada uno con su encanto y magia que hicieron de estos días una experiencia inolvidable. Recomendamos probar la cachapa, especie de panqueque de maíz dulce que se come con queso.