La ucraniana Salomea Slobodian, de 18 años, empezó Periodismo y Filosofía en la Universidad de Navarra hace dos y fue la alumna más joven. Estudia, trabaja e imparte clases de violín a niños

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La ucraniana Salomea Slobodian, de 18 años y alumna de 3º de Periodismo y Filosofía, posa con su violín en la Universidad de Navarra.

LUIS CARMONA

La violinista que escribe poesía SONSOLES ECHAVARREN Pamplona.

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ALOMEA Slobodian acompañaba al órgano y al coro con su violín en las misas de la catedral de Kiev. Tenía 15 años y uno de esos domingos conoció a José Antonio Senovilla, un sacerdote español que vivía en Moscú (Rusia) y que una vez al mes viajaba hasta la capital de Ucrania a ayudar con el culto litúrgico. Este jienense, vicario del Opus Dei en Rusia y Ucrania, fue el que le animó a viajar hasta Pamplona para estudiar en la Universidad de Navarra. “He llegado aquí gracias al violín”, explica en la cafetería de la biblioteca de la UN, poco antes de entrar a una clase. Hace dos años, cuando tenía 16 (el Bachillerato se termina en su país a esa edad) aterrizó en Pamplona y se matriculó en la doble licenciatura de Periodismo y Filosofía. “Entonces era la alumna más joven de la universidad”. Hoy tiene 18 años, cursa 3º de carrera con una beca Alumni, trabaja en la administración del Colegio Mayor Belagoa (en labores de limpieza) y ha empezado a impartir clases particulares de violín a niños pa-

ra ayudar a pagar sus estudios y manutención. Menuda, su pelo corto castaño enmarca unos ojos claros y ávidos de saber. De música, de filosofía y de la vida. De la suya, que le ha hecho madurar rápido, y de la ajena.

Filósofa ‘de nacimiento’ Salomea cuenta que “nació filósofa”, incluso cuando era un bebé y “no sabía pensar”. “Siempre he tenido mucha curiosidad por saber, por buscar lo trascendente...” Y así se decantó por estos estudios. “Me encanta leer, escribir, el pensamiento... El Periodismo y la Filosofía se complementan perfectamente”. Amante de Crimen y castigo del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, de la poesía de Federico García Lorca o la literatura del Premio Nobel japonés Yasunari Kawabata, duda entre

Salomea duda entre trabajar como periodista en Ucrania o hacer el doctorado en Filosofía

ser cronista musical (como Roberto Herrscher, que le ‘fascina’), volver a Ucrania para ejercer como periodista o hacer un doctorado en Filosofía. “En mi país aún hay mucha influencia soviética y algunos medios de comunicación están manipulados y no dicen la verdad”. Ha publicado dos libros de poesía en Ucrania, Polvo de la colofonía (un tipo de resina) no filtrada y Rododendro dice y ahora reparte su tiempo entre sus clases, su trabajo (unas tres horas al día en el colegio mayor y algunas más los fines de semana), las horas de estudio, los ensayos con la orquesta de la universidad y las clases particulares a los niños. “¿Tiempo libre? Tengo muy poco. Alguna vez voy a los conciertos que hay en el Museo de la Universidad, que además tienen descuento para los alumnos. No salgo mucho”. Pablo Sarasate y Manuel de Falla son sus compositores españoles favoritos pero se quita el sombrero ante músicos románticos (Paganini) y, sobre todo, el barroco alemán Juan Sebastián Bach y sus conciertos de órgano. Como los que acompañaba con su violín en la catedral de Kiev.

Hija y hermana de músicos En la familia Slobodian, como en la mayoría de las ucranianas, la música clásica forma parte de vida cotidiana. El padre de Salomea toca el acordeón y el piano y dirige una orquesta; y su madre, violinista como ella, trabaja como filóloga eslava. Su hermano pequeño, de 11 años, toca el piano. “Yo empecé con una flauta tradicional a los 3 años y enseguida me pasé al violín”, relata. Su objetivo con las clases particulares es que los niños “sientan la música” y no aprendan “solo la técnica y la mecánica”. Y lo dice mientras saca su violín del estuche y se arranca con el Cantabile de Paganini en la explanada de la Facultad de Comunicación. Un lunes por la mañana sin más púbico que el fotógrafo, la periodista y algunos universitarios que la miran extrañados. Unas notas románticas para una alumna de sobresaliente.

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