LA SOCIALIDAD EN LA IGLESIA POSCRISTIANA ¿El acto de congregarse en principios del siglo XXI tiene el mismo significado que en la iglesia del primer siglo? Por Mauricio Toxqui P. ObreroFiel.comSe permite reproducir este material cuando noHoy se venda. Hubo tiempos en que Dios habitaba con normalidad en lasiempre cultura yoccidental. Dios es un ausente. Y lo más llamativo es que no se nota. No se hecha de menos a este huésped, que era lo necesario y fundamental para la vida de otros hombres en otras épocas
Manuel Fernández del Riesgo INTRODUCCIÓN Este breve escrito tiene la intención de reflexionar sobre el significado del acto de congregarse en iglesias locales. Sobre esta base se pretende hacer una distinción entre: 1. lo que es una congregación local bíblica como manifestación visible del cuerpo de Cristo y 2. lo que son los grupos societales o comunidades conviviales. Se pretende explicar que estos grupos conviviales (que aspiran a ser iglesias locales como se lee en Hechos 2:42) son en realidad el resultado directo de las influencias multiculturales que giran en torno a la posmodernidad. Estas influencias están configurando lo que se ha dado en llamar la iglesia poscristiana. Estas iglesias poscristianas desde la perspectiva del que escribe, no son lo que pretenden ser, pero sí son lo que dicen que no son.
LA ENSEÑANZA DE LAS ESCRITURAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA ¿PARA QUÉ SE REUNÍA LA IGLESIA PRIMITIVA? Las Escrituras hablan claramente acerca de las congregaciones que son las iglesias locales del primer siglo (Hebreos 10:25; Hechos 2:42; Filipenses 1:1). Estas congregaciones locales son la expresión visible del cuerpo de Cristo, el cual, está siendo edificado por Dios con aquellos que van siendo añadidos según leemos en 1 Corintios 12:12-13 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en [para formar] un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
La pregunta que se quiere poner a consideración es la siguiente: ¿Para qué se congrega la iglesia de Cristo en principios del siglo XXI? ¿Qué es lo que le da sentido al acto de congregarse? HECHOS 2:42 Leemos en Hechos 2:42 Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
En este pasaje podemos encontrar cuatro finalidades: 1. Se reunían para dedicarse a la enseñanza de Las Escrituras La congregación en Jerusalén según se narra en Hechos 2 se reunía en primer lugar para enseñar continuamente la doctrina de los apóstoles. El tiempo se ocupaba en la enseñanza de las Escrituras. Los apóstoles recibieron estas enseñanzas directamente del Señor durante un tiempo aproximado de tres años. Por ejemplo, leemos en Mateo 5:1-2 Y cuando vio [Jesús] las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:… Y en Marcos 9:31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
La doctrina a la que se dedicaban continuamente es la que se encuentra en las Sagradas Escrituras pues decía Jesús ellas son las que dan testimonio de mi (Juan 5: 39). 2. Se reunían para dedicarse a la comunión En segundo lugar la congregación en Jerusalén se reunía para dedicarse continuamente a la comunión. La comunión guarda una muy estrecha relación con la enseñanza de las Escrituras pues lo que se tiene en común (comunión) es precisamente el Espíritu Santo que une a los creyentes como lo dice Pablo en Efesios 4:4-6 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos
Maravillosas palabras que nos aproximan al entendimiento de la unicidad de Dios y por lo tanto a la unicidad de las finalidades que persiguen los hijos de Dios al congregarse con otros. Sobre esta base podemos decir que si una congregación no se está reuniendo para dedicarse con fervor a la enseñanza (exposición) de las Escrituras, entonces en esa congregación no hay comunión. Lo que hay tal vez, es solo socialidad o convivialidad (estos serán explicados más adelante) y por consiguiente, esa congregación, ya no puede recibir el nombre de iglesia sino que es tal vez, un grupo terapéutico (que procura bienestar para el individuo o la familia), o tal vez sea solamente una comunidad social (como las logias de los masones), o una agrupación con fines institucionales (como las escuelas) o un mero centro de convivencia (como los clubes sociales). 3. Se reunían para hacer memoria de Cristo La congregación en Jerusalén se reunía para partir el pan, es decir, para hacer memoria de la muerte, resurrección y de la segunda venida del Señor. Cuando Las Escrituras son explicadas a la congregación entonces se está dando testimonio de Cristo. El pensamiento de los convertidos y de los que no son convertidos es guiado por el Espíritu Santo para que entiendan quien es el Hijo de Dios. Solamente de esta manera hacer memoria de
Cristo tiene significado y por consiguiente resulta en un acto racional (1 Corintios. 11:29, Romanos 12:1-3). 4. Se reunían para dedicarse a la oración La congregación en Jerusalén se reunía para orar. La exposición de las Escrituras en la congregación es el acto sublime en el que el Dios trino habla a su pueblo, a los suyos, y como respuesta, la congregación eleva su pensamiento y su voz en gratitud al Padre por medio de la oración. La oración también guarda una muy estrecha relación con la enseñanza de Las Escrituras, de tal manera que si la congregación no está dedicándose a la enseñanza de las Escrituras, entonces las oraciones de esa congregación son absurdas (no tienen sentido). El acto de orar en estas comunidades que no se dedican a la enseñanza de las Escrituras es un mero ejercicio místico no muy diferente a las prácticas espirituales de Oriente como la meditación trascendental o el yoga.
LA SOCIALIDAD EN LA IGLESIA POSCRISTIANA ¿PARA QUÉ SE REÚNE LA IGLESIA POSCRISTIANA? El Dalai Lama (Líder religioso del Tibet) visitó México en este año 2004 y la plataforma de su mensaje fue algo similar a lo que sigue: El hombre es muy complejo y dentro de esa complejidad, una sola propuesta religiosa resultaría insuficiente para suplir sus necesidades, por esto, es necesario ampliar las opciones religiosas para asegurarnos de que las necesidades del hombre, sean satisfechas. Esto es lo que se llama un pensamiento antropocéntrico, es decir, una postura donde todas las religiones, las teologías, las iglesias son pensadas en torno a las necesidades sicosociales y trascendentales del hombre. Probablemente este pensamiento antropocéntrico en el ámbito religioso y teológico, esté haciendo la cama a la apostasía como la menciona el apóstol Pablo en 1 Timoteo 4:1 donde se lee: Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos [de estos obispos, líderes: ver contexto de 1 Timoteo] apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
LA IGLESIA POSCRISTIANA NO PIENSA EN TORNO A LAS ESCRITURAS SINO EN TORNO A LAS NECESIDADES DEL HOMBRE El día de hoy, los principios que guían la construcción del conocimiento (epistemología) están sufriendo cambios, también las cuestiones morales, pero a pesar de estos cambios dice Maffesoli (1994:104) En efecto, el ocaso de una moral universal, el relativismo moral que se observa de forma empírica [por la experiencia] la eclosión de formas de vida alternativas, todo esto no significa que no existan unos códigos específicos [es decir que hay códigos que guían el pensamiento poscristiano]
Estos códigos a los que hace referencia el autor giran en torno a la posmodernidad. Según Michel Maffesoli entendemos la posmodernidad de la siguiente manera: Como el conjunto de categorías y de sensibilidades alternativas a las que prevalecieron durante la modernidad (op. cit. pp. 104) Es decir, en la modernidad el deber ser era el imperativo categórico, la idea de progreso hacia ese ideal era el pensamiento rector del quehacer filosófico, científico y teológico. La racionalidad era la luz que hubiera podido guiarnos hacia lo que deberíamos ser, pero en la posmodernidad la racionalidad (el deber ser) está siendo sustituida por vías alternas que aspiran a darle sentido a la existencia. Al respecto continúa Maffesoli (op.cit., p. 105) Podemos decir, que el fenómeno culinario [la convivialidad], el juego de las apariencias, los pequeños momentos festivos, los paseos diarios, el ocio, etc. Ya no pueden considerarse como elementos frívolos o carentes de importancia de la vida social. Tanto en cuanto expresan emociones colectivas, constituyen una voluntad de vivir irreprimible [Freud, Nietzsche]. Hay una autonomía en las formas “banales” de la existencia que en una perspectiva utilitaria o racionalista [modernidad] carecen de finalidad, pero no por ello están vacías de significado. Estas vías alternas de la existencia corren paralelas al deber ser de la racionalidad, y en algunas ocasiones se oponen rotundamente a todo lo que suene a un deber ser y por consiguiente, a la idea de progreso. Estas vías alternas se están filtrando en el pensamiento teológico poscristiano que ya no se dedica a la enseñanza de las Escrituras (exégesis-exposición). El pensamiento de algunos líderes poscristianos que están en busca de vías alternas de existencia para la iglesia está llevandola a alejarse sutilmente, o contundentemente en algunos casos, de la enseñanza expositiva de la Palabra, dando como consecuencia vías alternas para hacer el ministerio. En el ámbito social, el deber ser se diluye y se manifiesta en la colectividad como dice Maffesoli (op. cit., 105): El estar-juntos moral o político, tal y como ha prevalecido en la modernidad, no es más que la forma profana de la religión. O incluso explica bien la historia de la salvación, la cristiana primero: espera el mileniarismo; después la progresista [modernidad]: mito del desarrollo particularmente fuerte en el siglo XIX. Pero a partir del momento en que el fundamento divino pierde substancia [el cristianismo], desde el momento en que se deja de considerar al progreso como un imperativo categórico [el deber ser] se devuelve la existencia social a su ser [la socialidad como fin]. La divinidad ya no es una entidad tipificada y unificada, sino que tiende a disolverse en el conjunto colectivo [la convivialidad] para convertirse en el “divino social”.
La fundamentación originaria como la leemos en las Escrituras se disuelve para dar paso a la socialidad como un fin en sí mismo (antropocéntrismo). Se quiere satisfacer las necesidades del hombre como una estrategia alterna que fundamente el ministerio (desarrollo humano, superación personal, familias de éxito y vías alternas afines a estas). La iglesia poscristiana es ahora otro satisfactor utilitario para el hombre. Se transforma la iglesia poscristiana en un recurso terapéutico (curativo) para las dolencias sicosociales y trascendentales (espirituales) del hombre.
La socialidad posmoderna explicaría la socialidad poscristiana como dice Maffesoli (op. cit., 105): Cuando el mundo [la iglesia poscristiana] vuelve a sí mismo, cuando vale por sí mismo, es entonces cuando se acentúa lo que me une al otro [la socialidad]; lo que se puede llamar la “reunión”.
Los fundamentos originarios que dieron sentido al acto de congregarse según se lee en Hechos 2: 42, están siendo sustituidos por la frivolidad del sujeto convivial: los paseos, el ocio, el fenómeno culinario, el juego, las festividades, es decir, un narcisismo social (narcisismo se entiende aquí como un enamoramiento de sí mismo) como forma alternativa de existencia poscristiana. Continúa Maffesoli al respecto: En este sentido [de la reunión convivial] interpreto la expresión de Nietzsche “la voluntad de poder en tanto que arte”. Desde la óptica moral, sólo Dios es el Gran Artista; o sus sucedáneos: Estado, Historia, Progreso, [Gurús, pastores, ancianos] lo que viene a ser lo mismo (…) Esto es lo que fundamenta la noción de poder que tanto nos obnubiló en los tiempos modernos. Esto es lo que constituye los últimos atisbos de racionalidad de la actuación sociológica. El mundo [la iglesia poscristiana] dejado a sí mismo va a apoyarse más en la fuerza intrínseca que lo constituye. La creación, en sus distintas formas, surgirá de una dinámica siempre renovada y siempre plural [la colectividad]. En la iglesia poscristiana se contempla el desarrollo (el deber ser) como preocupación por el presente como lo explica Maffesoli al afirmar que: Al futurismo le sucede el presenteísmo [no importa lo futuro, sólo importa el presente]. Esta socialidad al designar el fundamento mismo del estar juntos, es la que obliga a tomar en cuenta todo lo que era de rigor considerar como esencialmente frívolo, anecdótico o sin sentido. La socialidad también trae consigo el ansia por masificar la iglesia. Ya no se quieren comunidades pequeñas, se quiere la mega iglesia, la mega comunidad, al respecto dice Maffesoli (op.cit. p. 107) Desde esta perspectiva, el hombre, dueño y actor de su historia o de la historia social, es desplazado por el hombre que “es actuado”, el hombre que se pierde entre la multitud. [igle-crecimiento como necesidad poscristiana para la socialidad] Y añade: Lo que no depende de nosotros [libre albedrío] nos es indiferente [el humanismo de la poscristiandad] No es extraño notar que una de las enfermedades de las que adolece la iglesia poscristiana es el narcisismo como se señaló más arriba. La iglesia poscristiana es narcisista es decir, está enamorada de su propia imagen, de sus logros, de su éxito: La moda, el hedonismo, el culto al cuerpo, la prevalencia de la imagen se convierten en formas de agregados societales. UNA NOTA FINAL DE REFLEXIÓN
El ministerio del apóstol Pablo consistía en enseñar las Escrituras en la iglesia. De esta manera Pablo pudo dirigirse a los ancianos de Efeso con toda confianza: Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo [aquí no hay narcisismo] a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.(Hechos 20:24)
El evangelio es aquel al que hace referencia en Romanos 1, donde leemos: Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que El ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras…(Romanos 1:2-3)
Entonces podemos decir con confianza que Pablo se dedicaba a la exposición de las Santas Escrituras cuando daba testimonio del evangelio, ese era el fundamento de su ministerio como leemos en Hechos 17:1-2 Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos y por tres días de reposo discutió con ellos basándose en las Escrituras.
Sin embargo no todos los ministros se dedican a la exposición de las Escrituras en las iglesias locales, sino que sustituyen las Escrituras con vías alternas que no suenen a estudio, o predicación de la Biblia porque, dicen, la gente tiene otras necesidades que es importante suplir. Así, las comunidades conviviales son ese medio ideal para aliviar las dolencias del sujeto narcisista, hedonista, posmoderno. Estas comunidades conviviales no pueden recibir el nombre de iglesias locales por lo tanto no tienen sentido desde la perspectiva bíblica. El ministerio o mejor, las actividades que se desarrollan en estas comunidades también pierden sentido porque no hay fundamento bíblico, solo hay un fundamento societal o convivial es decir, tienen un fundamento antropocéntrico. De esta manera, fácilmente pueden dedicarse a escuchar a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. (1 Timoteo 4:1) BIBLIOGRAFÍA The Lockman foundation [1986], Biblia de Las Américas, , E.U.A VATTIMO, G; MAFFESOLI, M y otros [1994]. En torno a la posmodernidad, Anthropos, Barcelona Usado con permiso
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