La puesta, de cerca

papel que realizó Franklin Caicedo para la pantalla grande, dirigido por Carlos Or- ... Marcos Rauch, Fultas; Cynthia Manzi,. Laringe; Delfina Lanzani, Faringe, ...
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ESPECTACULOS

I

CLASICA

Miércoles 28 de marzo de 2012

((((( BUENO

!!

BAMBALINAS POR LAURA VENTURA

OPERA

L’amico Fritz y Cavalleria rusticana

WESKER

El deseo de Inda Hace 20 años, Inda Ledesma le pidió a Ana María Casó que tradujera el libro Cinque atti unici per sola donna, de Arnold Wesker, que cuenta a través de monólogos la historia de una mujer llamada Betty Lemon. Esta obra había sido estrenada en el Rond-Point de París en 1986, y un año después, el mismo Wesker la dirigió en Londres. Ledesma le anticipó por aquel entonces a Casó que ella sería la intérprete ideal para este unipersonal, dos décadas después. El tiempo pasó y ahora la artista cumple el deseo de la recordada Inda. En abril, en el Teatro Del Abasto, le dará vida a esta pieza, con dirección de Edgardo Millán. ¿POR QUE?

SILVANA COLOMBO

8

Cavalleria... fue notoriamente mejor lograda que L’amico Fritz

De la política a las tablas El ex gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, siempre tuvo inclinación por el arte. Le gusta pintar y también escribir poesía. El fin de semana último regresó en la ciudad puntana de Villa Mercedes a su antiguo amor: la actuación. El político trabaja en la obra de Carlos Gorostiza, El acompañamiento. Dirigida por Adriana Bazzano, y junto con Carlos Ferreyra, Rodríguez Saá interpreta a Sebastián, en el papel que realizó Franklin Caicedo para la pantalla grande, dirigido por Carlos Orgambide.

Juventus Lírica abrió su temporada con dos obras de Pietro Mascagni L AUTOR: PIETRO MASCAGNI L DIRECCION MUSICAL: ANTONIO MARIA RUSSO L PUESTA EN ESCENA: ANA D’ANNA L ELENCO: MARIANO SPAGNOLO, SONIA STELMAN, SANTIAGO TISCORNIA, DARIO SAYEGH, SABRINA CIRERA, JUAN SALVADOR TRUPIA Y RODRIGUEZ, SABRINA CONTESTABILE Y VERONICA CANAVES, ENTRE OTROS L INTERPRETES: ORQUESTA Y CORO DE JUVENTUS LYRICA L SALA: TEATRO AVENIDA.

Cada vez que se escucha Cavalleria... se reitera el poder de su vigencia, el secreto que suele molestar a eruditos estudiosos: inspiración melódica, canto intenso sin adornos, voces que alcanzan las zonas agudas en los pasajes de máxima tensión de la acción teatral. Y en la versión que se pudo apreciar los cinco personajes del drama ofrecieron un excelente trabajo: Sabrina Citera, una Santuzza turbada y expresiva en el canto; el tenor Darío Sayegh logrando una inteligente forma de emitir su voz, pero, en cambio, valorizando el fraseo musical aun en los pasajes de mayor dramaticidad; el barítono Juan Salvador Trupia fue un Alfio menos visceral y aparatoso del que ha marcado la tradición; una atractiva Sabrina Contestabile encarna a Lola y Verónica Canaves se convierte en doliente e impactante Mamma Lucia. La dirección musical de Antonio María Russo ofreció una versión expresiva de la orquesta conformada por músicos de gran experiencia, y además bien ensamblada con las voces del escenario, detalle que hace presuponer una acertada tarea en equipo. Como la puesta de Ana D’Anna facilitó que los momentos corales adquirieran el protagonismo deseado por el compositor, el conjunto coral de Juventus Lyrica, tanto el que actuó en la acción teatral, como el de voces desde el interno, cumplieron una labor merecedora del mayor elogio que el público celebró con un sostenido aplauso. Un detalle significativo se produjo cuando Russo como director de orquesta pero también de coros, encaró el momento musical del himno “Inneggiamo, il Signor non e morto...”, con el espontáneo entusiasmo del público.

Relativo a la versión de L’amico Fritz, ópera ofrecida en la primera parte del programa, otro de los títulos de Mascagni, pero de inferiores méritos a su Cavalleria..., se la apreció en una versión algo endeble, no sólo por la idea escenográfica rígida con sabor visual al ausente I Pagliacci de Leoncavallo, sino asimismo porque la obra desde el punto de vista musical no conlleva inspiración melódica ni frescura en el discurso,

pese a ser su segunda aportación para el teatro cantado y de escritura acaso algo más depurada en el largo dúo de soprano y tenor que tuvo a Sonia Stelman como una destacada Suzel y a Mariano Spagnolo como Fritz. El resto del elenco –Santiago Tiscornia, Griselda Adamo, Iván Meier, Juan Feico y Laura Benítez– tuvo correctas interpretaciones.

VISITA

Tim Robbins, en la Argentina Falta poco para que el ganador del Oscar, Tim Robbins, por su labor en Río místico, dirigida por Clint Eastwood, se presente en nuestro país, como director de la versión teatral de 1984, de George Orwell, adaptada por Michael Gene Sullivan. Robbins dirige la compañía The Actor’s Gang, que se presentará en la sala Martín Coronado durante tres noches consecutivas, a partir del 12 de abril. Este artista, director de Sueños de libertad, dará también una clase magistral para actores en el Complejo Teatral Buenos Aires.

Juan Carlos Montero

La puesta, de cerca El argumento de L’amico Fritz bien podría definirse como un cuento y así lo plantea la régie de Ana D’Anna, al presentar el carromato de una compañía de cantantes y marionetas, que se transforma en un retablo donde los títeres a varilla cuentan la historia del misógino Fritz. Estos muñecos, en el primer acto, se proyectan hacia el escenario para adquirir la dimensión humana, a cargo de los cantantes. Un recurso que, además de acompañar a los protagonistas sin entorpecer la acción, renueva la escena y agrega un valor lúdico atractivo. Con esta estética, la puesta puede transformar al carromato en la granja del segundo acto y en la casa de Fritz, en el tercero, permitiendo una continuidad de las secuencias sin interrupción. Una resolución espacial que no perjudica la trama y la labor de los cantantes al mismo tiempo que aporta, con las marionetas, un toque divertido. En L’amico Fritz, hay una cuidada marcación actoral y el

Edgardo Millán dirige a Ana María Casó

Rodríguez Saá, actor

ya estaba confirmado Carlos Perciavalle, en el papel de la Reina, se agregan Facundo Rubiño como la Liebre; Angel Hernández, el Gato; Roberto Peloni, el Sombrero Loco; Pablo Sultani, la Oruga; Julián Sierra, Gonza; Emiliano Gianotti, Lito; Santiago Ramundo, el Conejo; Marcos Rauch, Fultas; Cynthia Manzi, Laringe; Delfina Lanzani, Faringe, y Luly Ambrossini, Luna, y Juan Martín Delgado, Mamerto. Está dirigida por Corán Oria y coreografiada por Seku Faillace.

MUSICAL

Había una vez... Alicia

coro, que representa al pueblo, distribuido en el escenario, en los palcos avant scene y en la platea, permite romper con el estatismo que siempre se le adjudicó al cuerpo de cantantes. En cambio, en Cavalleria rusticana, apenas unos escalones, más la cúpula de la iglesia y algunos objetos de utilería sirven para ilustrar la tragedia de Turiddu con una síntesis encomiable, donde es el coro el que aporta una dinámica visual al integrarse en grupos con acciones particulares. Adquieren de esta manera mayor credibilidad y verosimilitud. En cuanto a la actuación, un buen trabajo de composición, a excepción de Darío Sayegh, quien no logra aflojar el cuerpo para darle mayor carnadura emocional al protagonista. La iluminación subraya acertadamente el estilo verista de estas óperas de Mascagni y el vestuario registra acertadamente la época de la historia.

Random Creativos es la productora que formó un equipo de jóvenes artistas del musical: Diego Corán Oria, Facundo Rubiño, Seku Faillace, Tadeo Jones y Roberto Peloni. Ya ultiman los detalles para estrenar Alicia en Frikiland, una versión moderna del cuento de Lewis Caroll, donde un conejo sorprenderá a la heroína cuando salte desde la pantalla de su iPad. Para esta puesta, que

Los muchachos de Random, con Carlos Perciavalle

Susana Freire

Tim Robbins, cerca de la Argentina

TEATRO

((((( MUY BUENA

DRAMA

Escandinavia

Rubén Szuchmacher regresó a la actuación con un texto de Lautaro Vilo

AUTOR: LAUTARO VILO L DIRECCION: RUBEN SZUCHMACHER Y LAUTARO VILO L INTERPRETE: RUBEN SZUCHMACHER DISEÑO DE VESTUARIO: JORGE FERRARI L DISEÑO DE LUCES: GONZALO CORDOVA L DISEÑO SONORO: BARBARA TOGANDER L ASISTENCIA DE DIRECCION: PEHUEN GUTIERREZ L SALA: EL KAFKA ESPACIO TEATRAL (LAMBARE 866) L FUNCIONES: VIERNES Y SABADOS, A LAS 21 L DURACION: 60 MINUTOS. L L

Un hombre solo en un espacio totalmente despojado. Comparte mínimos comentarios con alguna gente que su imaginación construye. Despide a unos, recibe a otros. En verdad, su mundo interior se ve alterado, convulsionado. Está en el velatorio de su pareja. El hombre con el que ha compartido una vida intensa, ha tenido un último deseo y habrá que cumplirlo. El relato en un comienzo es apacible. Se describen situaciones de una vida en común, pero, a medida que la acción avanza, los datos que aparecen hablan de la enfermedad del otro, los días de internación y de un acto muy vital que compartían, la lectura de una novela: Escandinavia, un best seller, cuyas palabras sostenían ese lazo familiar que fue desgajándose. El monólogo luego ingresará en una zona más oscura: el protagonista deberá concretar la voluntad del muerto. Un viaje real, que continuamente estará intervenido por cuestiones metafóricas. Allí el hombre atravesará situaciones tan inesperadas como desesperantes y no faltará

Szuchmacher, actor una cuota de humor negro que posibilitará que ese intenso cuento que se desarrolla en el espacio adquiera una creciente potencia. Como en otros relatos escénicos de Lautaro Vilo, el autor construye su texto de manera llana y va modelando en cada situación un elocuente disparador que impacta por su crudeza, pero, a la vez, resulta un signo determinante y conmovedor a la hora de reconstruirlo en el espacio. Ese dato es único y tan verosímil que no podrá escapar de la escucha del espectador. Y, en este caso particular, se tornará

más elocuente porque la actuación de Rubén Szuchmacher lo llevará a un grado de exposición tan sutil que definitivamente sorprenderá por su grandeza. Después de varios años de no plantarse sobre un escenario como intérprete, Szuchmacher demuestra una destacada performance. Su capacidad para recrear ese mundo sombrío es muy singular, toda vez que se repare en la cantidad de imágenes internas que va construyendo y como ellas se proyectan valorizadas a través de pequeños gestos, estudiados tonos de voz o una postura corporal que ayudará a recuperar el sentimiento justo de cada situación que transita. Una muerte es el germen de esta destacada creación, pero, en verdad, es la continuidad de la vida la que se descubre como leitmotiv. Hay mucha riqueza en ese juego que construyen Szuchmacher-Vilo. Hay un cuerpo en movimiento que, en última instancia, no hace más que hablar de un amor sincero. Y eso es inmensamente vital.

Carlos Pacheco