la pervivencia del imperio americano

18 oct. 2015 - Walter Russel Mead, Michael Mandelbaum ... la Unión Soviética, Herbert Franz Schurmann ... dense de la Presidencia de George W. Bush,.
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DE LA CULTURA Y LA CIENCIA / LIBROS

Sobre ‘Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos’, de Perry Anderson

LA PERVIVENCIA DEL IMPERIO AMERICANO El historiador británico Perry Anderson ofrece en su último libro, Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos (Ed. Akal, 2015), un detallado análisis sobre la hegemonía estadounidense y sus intelectuales. Pese a la emergencia en la escena internacional de actores como China o la renovada belicosidad de la Rusia de Vladimir Putin, Anderson no cree que el poderío de Estados Unidos esté atravesando una “crisis terminal”. De acuerdo con este profesor de Historia en la Universidad estadounidense de UCLA, en Los Ángeles, existe un “declive” de la superpotencia americana. Pero según la visión de este intelectual marxista, en Washington se gestionan aparentemente suficientes recursos para el mantenimiento del poder de Estados Unidos en el mundo. Por Salvador Martínez (Berlín)

dista The New Left Review, Verso Books ha sido una de las sólidas plataformas para Anna característica común de la derson, considerado uno de las figuras proizquierda no sólo es la crítica a minentes de la intelectualidad marxista conla hegemonía global de Estados temporánea. Extractos de su último libro Unidos, sino también la con- –sacados de las secciones que llevan por fianza en su declive, cuando no en su crisis título “Consilium” e “Imperium”– fueron, terminal”, aunque, “sin embargo la oposi- de hecho, publicados hace un par de años ción radical al imperio americano no re- en el número de Septiembre-Octubre de quiere el consuelo de su inminente colapso The New Left Review. o retirada”, escribe Anderson en su último Por libros como Imperium et consilium. libro. Como figura intelectual de la izquier- La política exterior norteamericana y sus teda, Anderson no ve cercano el final de la pax óricos a Perry Anderson se le considera “uno americana. Esto queda patente en su último de los grandes ensayistas de nuestro tiemlibro: Imperium et consilium. La política ex- po en cuestiones políticas, históricas y liteterior norteamericana y sus teóricos. rarias”, según los términos del Times LiteEse volumen se compone de una colec- rary Supplement, el suplemento literario del ción de ensayos recopilados por Verso diario conservador británico The Times. El Books, una empresa que se reivindica co- mensual independiente del Reino Unido mo “la mayor editorial radical” del mundo The Prospect, que publica desde hace una anglosajón. Fundada por los trabajadores década una lista con los pensadores más inde la publicación de pensamiento izquier- fluyentes a nivel mundial, ha incluido en

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El neoimperialismo ruso que encarna Vladimir Putin (dcha.) sirve para cu

recientes ediciones de este ranking a este historiador especialista del área académica que es la “historia intelectual”. Precisamente a este campo pertenece su último trabajo, centrado en el último siglo de la política exterior estadounidense y, sobre todo, en quienes la pensaron para abrir un abanico de posibilidades estratégicas tan amplio como amplia es la influencia de Washington en el devenir de la realidad internacional. En una primera parte, Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos sobrevuela la actividad del poder estadounidense fuera de sus fronteras desde el nacimiento de la república constitucional que es Estados Unidos hasta la actual presidencia de Barack Obama. Después, el libro analiza en profundidad los planteamientos intelectuales de los pensadores en activo más influyentes para la política exterior estadounidense. Entre ellos se encuentran Zbigniew Brezezinski, otrora consejero

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ra cuestionar el modelo imperante de supremacía política de los Estados Unidos que lidera Barack Obama (izda.).

Perry Anderson es considerado uno de los grandes ensayistas políticos de nuestro tiempo.

del presidente estadounidense James Carter, Francis Fukuyama, politólogo y ensayista de éxito o los también académicos renombre Walter Russel Mead, Michael Mandelbaum o John Ikenberry. Sin embargo, esos no son los únicos nombres que destacan en el libro de Anderson. Desde sus primeras páginas, tienen cabida en el análisis del volumen del historiador británico intelectuales como Nicholas John Spykman (1893–1943), considerado el padre de la política de “contención” frente a la Unión Soviética, Herbert Franz Schurmann (1926–2010), o el fallecido el año pasado Gabriel Kolko (1932–2014). Antes de que estos intelectuales entraran en escena, Perry Anderson subraya la relevancia de figuras seguramente desconocidas para los no iniciados en la historia intelectual del imperialismo estadounidense. Por ejemplo Alfred Thayer Mahan (1840–1914), un militar, geoestratega e historiador al que se ha llegado a considerar “el estratega más importante del siglo XIX”. La relevancia de sus reflexiones contenidas en el libro publicado en 1890 The Influence of Sea Power Upon History: 1660-1783) –La influencia del poder naval sobre la historia: 1660-1783– constituyen, de acuerdo con Perry Anderson, “la entrada de Estados Unidos en la arena de la Weltpolitik” a nivel intelectual. A finales del siglo XIX y principios de XX, Mahan y su amigo Brooks Adams, otro influyente historiador, ya veían el potencial imperial de su país. “En dos generaciones, los intereses” de Estados Unidos “cubrirán el Océano Pacífico, que será mantenido como un mar interior”, planteaba en este sentido Adams en su ensayo America’s Economic Supremacy –La supremacía económica de Estados Unidos–, un libro aparecido en 1900. Por una casi interminable lista de publicaciones y autores recorre Anderson años de análisis de política exterior estadounidense para destilar una visión de largo alcance sobre quiénes han pensado la acción internacional de Estados Unidos. Para el historiador británico, tiene sentido centrar sus esfuerzos en todas estas figuras habida cuenta del tradicional “provincialismo” del electorado estadounidense, dotado de unos “conocimientos mínimos del mundo”, y debido a un “sistema político que –en una estridente contradicción con el diseño de sus funnº 1126. 12–18 de octubre de 2015

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dadores– ha dado un creciente poder virtualmente sin trabas al Ejecutivo para que conduzca la política exterior, liberando a las presidencias” para “actuar sin presiones” fuera de sus fronteras. De este modo, mientras los electores estadounidenses siempre han dejado vía libre a la Casa Blanca para actuar fuera de sus fronteras, otro grupo de personas –cuyas ideologías son analizadas por Anderson en su libro– han planteado y plantean los caminos que debe o debería seguir la acción internacional estadounidense. Del amplio elenco de estrategas sometidos a la observación de Perry Anderson, cabe hacerse mención especial a George Frost Kennan (1904–2005), de quien dijera Colin Powell, otrora secretario de Estado estadounidense de la Presidencia de George W. Bush, que era una “fuente de inspiración”. En su país se ha reconocido a Kennan su voluntad de derrotar a la Unión Soviética en la Guerra Fría tratando de evitar toda confrontación sangrienta o nuclear, cosa que le ha servido para pasar a la posteridad como uno de los “sabios razonables” de aquella época. Sin embargo, Anderson describe al que fuera consejero del Gobierno de Estados Unidos con fama de hombre manso como alguien más irritable de lo que se tiene asumido. Así, en 1927, de la boca de este diplomático y escritor supuestamente tranquilo salían epítetos más bien encendidos contra la Unión Soviética, cuyos bolcheviques eran, a sus ojos, “un pequeño grupo de judíos rencorosos y parásitos”. Tras la Segunda Guerra Mundial, defendería el intervencionismo estadounidense para “frenar, tanto tiempo como fuera necesario,” el “imperialismo rojo” en regiones como Indochina. Estas consideraciones ayudan a relativizar las ideas predominantes sobre este personaje del que hay, sobre todo, recuerdo de sus críticas a la Guerra de Vietnam. Habiendo quedado como única superpotencia en la escena planetaria tras la Guerra Fría, en Estados Unidos hay motivos para plantearse hoy si existen graves debilidades en su dominador modelo. El auge chino, por ejemplo, o el regreso de la influencia rusa en el este de Europa, son especial motivo de preocupación en suelo estadounidense. También hay otro tipo de inquietudes, como las planteadas en 52

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NOAM CHOMSKY

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Christopher Layne, al igual que otros intelectuales que en Estados Unidos llevan tiempo haciendo ostensibles esfuerzos críticos contra la hegemonía de su país –como el lingüista Noam Chomsky o el economista David P. Calleo –, también tienen cabida en Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos. Aunque, eso sí, Anderson no les dedica tanta atención como aquellos pensadores que, por no ser disidentes, probablemente tengan más influencia sobre los políticos estadounidenses responsables de moldear la política exterior. Sin embargo, queda en forma de tributo a esta tradición que, al final de su libro, Perry Anderson aluda a Chalmers Johnson (19312010), profesor emérito de la Universidad de California. Su último libro se titula Dismantling the Empire: America’s Last Best Hope –Desmantelando el imperio: la última y mejor esperanza de America–. En dicho volumen, este intelectual se manifestaba a favor del cierre de la CIA y de las innumerables bases del Pentágono. 2011 en el ensayo That used to be us –Eso solíamos ser– firmado por Thomas L. Friedman, columnista del The New York Times, y Michael Mandelbaum. A saber, el curso actual de la globalización, la revolución tecnológica o la consumición energética, entre otros factores.

Sin embargo, en el último libro de Perry Anderson no hay atisbos de alarmismo en lo que respecta a las presiones a las que está sometida la hegemonía estadounidense. Porque el historiador observa como, en Oriente Próximo, “el gobierno clerical de Irán” ha estado “dando señales de resignación al diktat estadounidense”. Entre esas señales puede figurar el acuerdo alcanzado este verano por el que se ha limitado el programa nuclear de Teherán a cambio de levantar las sanciones internacionales y multilaterales. En Europa, frente a la crisis en Ucrania, Anderson recuerda que Estados Unidos y Europa tienen, entre otras cosas, la posibilidad de hacer “un jaque mate económico” a Rusia. Porque, según se recuerda en Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos, Moscú depende “de las inversiones y de la estabilidad financiera de un sistema bancario controlado por Estados Unidos”. Aquí se observa la relevancia que da Anderson a los factores de orden económico o a aquellos pensadores estadounidense que han evaluado las posibilidades internacionales de su país a la luz de la economía. En esta lógica, China aparece descrita en el libro del historiador británico como la “nación más dependiente entre las grandes potencias de materias primas y de los mercados exteriores”. En definitiva, según se observa en Imperium et consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos, Pekín y Moscú son sólo voces “discordantes”, pero en ningún caso amenazas reales para la pax americana. En ésta, “los acuerdos de libre comercio son una prioridad estructural para los Estados Unidos”, según Anderson. De ahí la presión para que Europa firme la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, propuesta todavía en discusión también conocida por las siglas inglesas TTIP. Respecto a las negociaciones de ese tratado, convendría que en el Viejo Continente se tuviera presente aquella cita del teórico de las relaciones internacionales estadounidense Christopher Layne que saca a relucir Perry Anderson en su libro: “Las potencias hegemónicas benevolentes son como los unicornios –no existe tal animal–. Las potencias hegemónicas se aman a sí mismas, pero el resto las temen –con motivo–”. ●