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EXTERIOR
I
La boda real
Sábado 30 de abril de 2011
Los estilos y la cobertura
Moda de día
Guillermo de Orange y la princesa Máxima, la única argentina presente
Carole Middleton, la madre de Kate, al llegar a Westminster
La socialite británica Tara Palmer-Tomkinson
Victoria, heredera de la corona sueca, y Daniel
David Beckham con su esposa Victoria Adams
La princesa Ana, hermana de Carlos
La reina Sofía de España y los príncipes de Asturias; el rey estuvo ausente
Pippa, la hermana de Kate, atrajo las miradas
Charlene, novia de Alberto II
FOTOS DE REUTERS, AFP, AP Y EFE
Kate y su vestido, mezcla de tradición y modernidad
Por TV o Internet, la audiencia fue global
El traje, de corte clásico, fue diseñado por Sarah Burton, sucesora de Alexander McQueen
MARCELO STILETANO
Unos 2400 millones de personas en todo el mundo siguieron la boda desde sus pantallas LA NACION Las tres décadas que separan a las dos últimas grandes bodas reales británicas no hacen más que agigantarse si las comparamos a través del lente televisivo. El casamiento de Carlos y Diana, en julio de 1981, fue seguido por una audiencia global estimada de 750 millones. Ayer, proyecciones confiables hablaban de 2000 millones de televidentes, más un “adicional” de 400 millones frente a otras pantallas: YouTube, Yahoo!, Google. La Argentina se sumó a esa suerte de red virtual integrada por 300 cadenas de 180 países con un madrugón catódico. Desde las 6, casi todas las señales informativas y un par de canales de aire tomaron la señal de la BBC y trataron de marcar diferencias con los comentarios y algún detalle visual, ya que la imagen fue la misma para todos. Por más que Marcelo Bonelli, en El Trece, se jactara de una “transmisión exclusiva”. Fueron útiles en tal sentido los aportes de Martín Wullich (C5N) y el modisto Benito Fernández (El Trece/TN) Justamente, estos dos canales funcionaron en tándem. Compartieron equipos periodísticos, pero con gráficas diferentes. Y hubo un momento en que “Llegó William” se leía por TN y, simultáneamente, “Llegó Guillermo”
POR FELICITAS ROSSI LA NACION
@HilaryAlexander “You look beatiful” fueron las primeras palabras que le él dijo al verla. Y el príncipe Guillermo no se equivocaba: Kate Middleton logró combinar en su vestido de novia la tradición de la cultura británica con la modernidad. Para esto apostó por una firma con buen peso en la industria de la moda, nada más y nada menos que Alexander McQueen. La responsable del diseño fue Sarah Burton, directora creativa y la cara visible de la marca desde que McQueen se suicidó, en febrero de 2010. Inspirada en el vestido que usó Grace Kelly cuando se casó con Rainiero de Mónaco, en 1956, Kate estuvo involucrada en todos los detalles y se dice que trabajó codo a codo con el equipo de la casa McQueen. El resultado fue un vestido romántico, de corte clásico y estilo vintage. Su cintura bien afilada y las caderas con volumen son, sin duda, un guiño a la tradición victoriana y a la identidad de McQueen. Está totalmente realizado en satén marfil y blanco, con corset de escote corazón y canesú de encajes Chantilly y Cluny, manga larga. Si bien el primero de esos dos tipos de encaje es de origen francés, ambos fueron realizados por artesanos de la Real Escuela de Costura del Reino Unido). La falda simulaba una rosa florecida y la cola medía 2,70 m. Bien podría haber sido más larga y tener así mayor presencia en la imponente Abadía de Westminster. Quizá Kate quiso ahorrarse la incomodidad que vivió Lady Di el día de su boda con Carlos, en 1981 cuando, al subir a la carroza, los pajes tuvieron que intervenir para ayudarla a enrollar los 7,60 metros de tela que tenía la cola de aquel opulento vestido de boda. El velo, por su parte, fue realizado con capas de tul de seda color marfil con recortes de flores bordadas a mano. La tiara de Cartier es de 1936 y fue comprada por el duque de York, quien luego se convirtió en el rey Jorge VI –recordado en este último tiempo por el film El discurso del rey–, para su mujer, la reina madre. Fue ella quien se la cedió a su hija –la reina Isabel II– al cumplir 18 años. La reina decidió dársela a Kate para el día de la boda con su nieto. La mala noticia es que fue un préstamo, no un regalo. Los aros fueron diseñados por Robinson Pelham, son de diamante y fueron el regalo que le hicieron los padres a Kate por la boda. Si bien Kate estaba impactante, las miradas se las llevó Pippa Middleton, de 27 años, hermana y dama de honor de la novia. Tenía un vestido escote nube, línea sirena, diseñado también por Sarah Burton para McQueen. El protocolo le permitió estar de blanco y ser la única con vestido largo, además de la novia, claro está.
HILARY ALEXANDER DIRECTORA DE MODA DE THE DAILY TELEGRAPH
“200 años de historia real / tradición británica arte manualidades en un vestido, con la elegancia de las princesas Grace, Margarita + Sarah Burton ¡Bravo!”
@ninagarcia NINA GARCIA DIRECTORA DE MODA DE MARIE CLAIRE
“ Nuestras oraciones fueron escuchadas. ¡Sarah Burton! ¡Preciosa!”
@wgsn WGSN CENTRO DE INVESTIGACION DE TENDENCIAS DE MODA
DIA NOCHE
“Bien hecho el equipo de McQueen, también diseñó los zapatos y el vestido de Kate y Pippa #royalwedding.”
por El Trece. En este último caso mediante gráficos negros e innecesariamente grandes, que tapaban casi toda la parte inferior de la pantalla y que, por suerte, se quitaron no bien empezó la boda. También hubo dúplex constante entre América y su equivalente del cable, A24. La rigidez del protocolo hizo casi inútil el aporte de los enviados de los canales, limitados, como Roberto Funes Ugarte (C5N) y Mario Massacessi (El Trece/TN), a breves e irrelevantes comentarios desde posiciones fijas y alejadas. Otra enviada, Cristina Pérez (Telefé), ni siquiera tuvo esa suerte, porque el canal no alteró su programación: de 6 a 9, sólo hubo infomerciales. A las 10, el programa AM parodió sin mucha fortuna la boda con un paso de comedia que tuvo escenografía y vestuario acordes a la ocasión. Canal 9 arrancó a las 6.50 con Paka Paka y Canal 7 mantuvo su grilla informativa: ambos pasaron por alto lo que ocurría en Londres. También resultó dispar el eco de la boda entre las cadenas internacionales que se reciben en la Argentina. La siguieron al detalle CNN (en español y en inglés), BBC World, Fox, Deutsche Welle, Galicia TV, Antena 3 y el canal E!. Ocurrió lo contrario con TVE, RAI, TV5 y Televisión Nacional de Chile.
Glamour y alta cocina en la embajada británica
@RevistaOHLALA REVISTA OHLALA REVISTA FEMENINA
“Máxima, la única argentina de la boda real. ¿Te gusta su look?”
La sede diplomática organizó un almuerzo En una reunión glamorosa a la que asistieron algo más de 200 personas, la embajada de Gran Bretaña celebró la boda del príncipe Guillermo con la ahora duquesa Kate Middleton. La reunión fue ayer a partir del mediodía en la residencia oficial de la embajadora Shan Morgan, y comenzó con un cóctel en los jardines, donde el cuarteto de Martín López Camelo ejecutaba piezas de jazz. Entre los asistentes estaban la embajadora de los Estados Unidos, Vilma Martínez; embajadores del commonwealth de naciones británicas; Jorge Fillol Casas, presidente de la fundación Impulsar, organización vinculada al Prince’s Trust que colaboró con la organización del evento; el fotógrafo Aldo Sessa; el empresario vitivinícola Carlos Pulenta; el escritor Federico Andahazi; la directora ejecutiva de la Asociación Argentina de Cultura Inglesa (AACI), Ofelia Veltri; Luis Ovsejevich, presidente de la Fundación Kónex, y un gran número de empresarios de compañías tanto argentinas como inglesas. Pasadas las 13, las gaitas de los pipers prenunciaron el discurso de la embajadora Morgan, que agradeció a los presentes que la acompañaran en el festejo y leyó una carta enviada por el príncipe de Gales, padre del novio, a la fundación Impulsar por su labor en la formación y apoyo a jóvenes emprendedores mediante
Por la noche, la ahora duquesa de Cambridge también eligió un vestido –de satén, sin breteles– de Sarah Burton para McQueen.
Empuje a la industria La boda dejará un alentador empujón económico para la firma que diseñó el vestido (coincidentemente pasado mañana se inaugurará, en el Metropolitan Museum de Nueva York, Savage Beauty, una exposición en honor a Alexander McQueen) y también para la industria textil inglesa. Con esta intención, Clarence House (residencia oficial de Carlos) puso ayer énfasis en que todo fue realizado por proveedores británicos y en la confección hecha a mano del encaje. Incluso señaló que los artesanos se lavaban las manos cada 30 minutos para mantener limpios los hilos. La que quizá no saque un rédito económico en lo inmediato pero sí una alta exposición es Burton, de 36 años. Nacida en Manchester, se mudó a Londres para estudiar en Central St. Martins College of Art and Design; allí conoció a McQueen, enfant terrible de la moda, con quien trabajó durante 12 años. La flamante duquesa la eligió para figurar en la historia de los diseñadores de la realeza. Y todo parece indicar que el puesto le quedó cómodo.
la educación, capacitación y apoyo económico. El almuerzo se sirvió en los salones del primer piso, donde se podía ver, en la entrada, una réplica de la torta de boda bajo un retrato del flamante matrimonio. Alrededor de las mesas, más de una decena de pantallas repetían las románticas escenas vividas ayer en Londres, mientras se reiteraban los elogios hacia la belleza, elegancia y sobriedad de la novia. Uno de los temas predominantes del encuentro fue la serenidad que trasmitió la celebración en todo momento. Un chef argentino, a quien la embajadora presentó a los postres como Gaby, fue el responsable del delicioso menú: texturas de mar (centolla y langostinos) como primer plato; luego un lomo a la Wellington, con caviar de berenjenas, vegetales salteados y ensalada de hojas baby, y de postre un bavarois de whisky y avellanas con corazón de chocolate y crema de almendra. Los vinos y la champaña, de Catena Zapata. Al retirarse los invitados recibieron como suvenir una pequeña réplica de la torta real. En tanto, en la sede de la Cultural Inglesa, en Suipacha 1333, se organizó un “desayuno real”, al que asistieron, desde muy temprano, profesores, empleados y alumnos para seguir minuto a minuto el casamiento.
FOTOS DE AP Y REUTERS
Los sombreros
Isabel II lució un sombrero de corte clásico amarillo
Camilla, con uno de los modelos más tradicionales
Color impactante para Miriam, mujer de Nick Clegg, vicepremier
Zara Phillips, nieta de la reina, entre la vanguardia y lo clásico
Justine, esposa del jefe del laborismo, con look conservador
Beatrice, nieta de la reina, con el diseño más audaz y criticado
La hija de Charles Spencer, con color neutro y look recargado
Samantha Cameron, esposa del premier, la única sin sombrero FOTOS DE REUTERS, AFP Y AP