domingo 20 de abril de 2014

enfoques enfoques www.lanacion.com/enfoques @LNenfoques Facebook.com/lanacion [email protected] www.lanacion.com/enfoques @lnenfoques facebook.com/lanacion [email protected]

Izquierda / Derecha ¿De bandera del relato a rótulo vacío? Las categorías que servían para entender quién es quién en el tablero político están resultando poco eficaces en la Argentina: gobierno-oposición, populismoinstitucionalismo, K-antiK, parecen ordenar mejor el escenario, mientras muchos votantes se sienten más interpelados por la gestión que por las ideas. Sin embargo, las distinciones ideológicas siguen influyendo, sobre todo a la hora de pasar de las convicciones a las políticas concretas. De cara a 2015, ¿puede ser la transparencia en los principios más necesaria que nunca? Raquel San Martín LA NACION

U

sted apoya el matrimonio igualitario, la Asignación Universal por Hijo y la nacionalización de YPF? Usted es de izquierda. ¿Al mismo tiempo le preocupa la inseguridad, votaría a alguien que promete “solucionar los problemas de la gente” y le molesta no poder ahorrar en dólares? Raro: ahora parece de derecha. Hay preguntas aún más inquietantes: ¿usted es progresista? ¿De derecha o de izquierda? ¿K o anti K? ¿Por derecha o por izquierda? ¿Le cae bien el populismo? ¿El de derecha o el de izquierda? No es raro que la mayoría de las encuestas de opinión pública en la Argenti-

na ya no pregunten por la identificación ideológica. De la mano de tradiciones partidarias generosas para incorporar de conservadores a progresistas, de la pérdida de influencia de los partidos para representar a los ciudadanos y del propio kirchnerismo, que se construyó sobre bases ideológicas, pero ganó elecciones por lo que hizo, la izquierda y la derecha parecen haber perdido significado como categorías para explicar el escenario político argentino. Otras clasificaciones –gobierno-oposición, K-anti K, populistas-institucionalistas, el clásico peronistas-antiperonistas– se han vuelto hoy más descriptivas para organizar los fragmentos en los que se empieza a armar el tablero electoral para suceder al kirchnerismo en 2015.

Continúa en la página 4

martín balcala

El muNdO

El pERfIl

Carlos Reboratti. “La relación de la gente con la ciudad es suicida: no la mejora, sino que contribuye a empeorarla”

San Pablo, en vías de ser la Nueva York del Sur La creciente inmigración está transformando a la ciudad brasileña Página 5

REAlISmO TRágICO

Hinchadas Unidas Argentinas, del choque al amparo

ENTREVISTA CON

Diego Sehinkman analiza los encuentros entre la justicia y los barra bravas

Pietro Parolin, el diplomático vaticano que es mediador en Venezuela

Página 6

Página 6

El geógrafo, experto en las relaciones entre sociedad y ambiente, advierte los perjuicios de la falta de planificación en el país y señala que el Gobierno “no tiene ningún interés ambiental”

Astrid Pikielny PARA LA NACION

Aunque tardía y lentamente, como suele suceder en un país siempre sobresaltado por las urgencias económicas y políticas, ha comenzado a asomar cierta conciencia ambiental de la mano de un actor nuevo y activo, que dio sus primeros pasos en el conflicto de las pasteras en Gualeguachú y colocó la problemática ambiental en el ojo de la discusión pública: el ambientalismo. “En Gualeguaychú perdió. En Famatina ganó”, afirma el geógrafo Carlos Reboratti, docente e investigador principal del Conicet.

Según Reboratti, un especialista en las relaciones entre ambiente y sociedad, la Argentina tiene hoy tres grandes problemas ambientales: la contaminación de los ríos, que afecta a buena parte de la población del Gran Buenos Aires; la deforestación y el corrimiento de la frontera agrícola (algo positivo en el siglo XIX y hoy valorado negativamente por la degradación de las tierras debido a la explotación de la soja), y la enorme cantidad de basura: sólo en la ciudad de Buenos Aires, cada habitante produce un kilo de basura por día. Con la siempre invocada y nunca concretada urbanización de las villas, la ciudad de Buenos Aires po-

dría asemejarse peligrosamente, afirma el geógrafo, a una ciudad como Nairobi, en donde la mitad de la población vive en una situación de informalidad. “No hay que pensar que la villa miseria es una de las formas de habitar: es una mala forma de habitar”, agrega, enfático. Para Reboratti, el abuso de una política de parches, excepciones e improvisaciones –siempre atravesada por intereses políticos e inmobiliarios– y una dirigencia política sin ninguna conciencia ambiental caracterizan el estado de cosas en un país en el que la planificación es hoy por hoy pura retórica. Continúa en la página 3