Fig.13 - Oye Deb

tiempo, tanto para decisiones de negocios como ... Esfuerzo se refiere a cuánto tiempo y trabajo me ... hasta que llegues a respuestas que te hagan saltar el.
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Fig.13 • TO M A D E C I S I O N E S •

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DE C IMOTERCERA D OSIS TOMA DECISIONES

Tomar decisiones es una de las cosas más difíciles de la edad adulta. La más difícil, diría yo. Apoderarte de tu vida y tomar decisiones conscientes respecto a todos los asuntos que la componen es agotador y complejo. Pero es la parte bonita de ser adulta, ¿verdad? Si no nos dejasen tomar decisiones seríamos siempre niñas de tres años pegadas a las faldas de nuestras madres. Y por más que a veces apetece volver a la comodidad del no tener que decidir, no queremos regresar a ese punto. Lo que queremos es tener la habilidad para elegir bien. Tengo una buena noticia: elegir bien o elegir mal no es posible.  A veces hacemos cosas de las que nos arrepentimos, pero han formado parte de nuestra vida y nuestro camino y probablemente nos serán útiles en algún momento o han traído experiencias asociadas a las que sacaremos partido más adelante, así que NO, no hay que saber elegir BIEN. Hay que saber elegir con sentido, escuchándonos a nosotras mismas de una forma honesta y transparente.

En este punto del camino por  El Ideatorio, espero que hayas llegado a conocerte bastante mejor de lo que te conocías al principio y hayas descubierto cosas maravillosas en ti. Como lo has apuntado todo (o eso espero) ahora tienes tu hoja de ruta base, tu Receta de la Felicidad, lista para ser consultada en cualquier momento. Esa hoja de ruta es más de lo que tiene cualquiera. Es como si fuera de oro puro. Ahora tienes el poder de, cada vez que tengas que tomar alguna decisión, mirar en tu Receta de la Felicidad y ver si el camino por el que te llevará tu elección encaja con tus valores, tus objetivos, tu personalidad, tus deseos. O simplemente recordarlos y volver a recuperar la confianza y el sentido de la dirección, si te sientes algo perdida y el caos y la ansiedad se han apoderado de ti. Además de la Receta, te voy a mostrar varios métodos que he encontrado útiles a lo largo de este tiempo, tanto para decisiones de negocios como

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para decisiones personales. Te sugiero que pruebes cada una de las ideas que te han salido en el brainstorming con estos ejercicios y simplemente observes qué pasa con ellas. ¿Cuáles te apetecen más? ¿Cuáles te encajan mejor? ¿Cuáles te hacen decir sí? ¿Cuáles mueven algo dentro de ti? El objetivo es que puedas filtrar y quedarte con las mejores. Si puede ser, con una sola. Al menos a efectos de continuar con el curso, porque en las próximas dosis trabajaremos sobre una de ellas, sin que ello quiera decir que tengas que renunciar a las demás o que tengas que firmar ningún papel para casarte con ella. La idea que escojas no tiene por qué ser perfecta ni definitiva en tu vida y ni siquiera tiene por qué llegar a ponerse en práctica en el mundo real. Espero que entiendas esto para evitarte angustias innecesarias. Simplemente usa los ejercicios siguientes para que te ayuden a elegir una idea con la que trabajar a partir de ahora.

En la primera columna, describo el proyecto, o le doy un nombre sencillo. En la segunda, escribo “Esfuerzo”, en la tercera, “Impacto”, en la cuarta “Rentabilidad”, en la quinta pongo “Encaje” y en la última “Total”. Esfuerzo  se refiere a cuánto tiempo y trabajo me costará sacarlo adelante. Ten en cuenta que aquí la numeración va al revés, siendo un número bajo mucho esfuerzo y un número alto poco esfuerzo (para que al sumar junte más puntos un proyecto que lleva menos esfuerzo que otro que te deja seca de energía). En Impacto tienes que pensar en cómo afectará este proyecto a tu carrera, a tu negocio, a tus clientes, a tu meta. Rentabilidad  se refiere a si te saldrá a cuenta o no monetariamente, si da buen dinero en comparación al tiempo que te hace trabajar, si lo valoras bien económicamente.

JUGAR A EUROVISIÓN Este método lo uso cuando tengo diferentes proyectos que se solapan, se me ocurren o me proponen a la vez y necesito priorizar.  Hay que recordar que descartar algo en un momento determinado no significa que lo estés desterrando para siempre. Cada cosa exige su momento, así que yo intento encontrar el momento perfecto para cada cosa. Funciona así: Me hago una tabla de 6 columnas y tantas filas como proyectos o posibilidades. Se trata de dar puntos (si quieres de 0 a 10 pero yo lo hago de 0 a 5) a cada proyecto en la medida en que case con estos criterios.

Encaje tiene que ver con tu visión, tu personalidad, lo que deseas y lo que no deseas. ¿Va contigo? ¿Va con tu misión, sigue tu hoja de ruta? Si yo quiero testear, por ejemplo, las fotos que me pidieron hacer para un libro sobre localizaciones de cine en París y otros veinte proyectos propios y ajenos distintos, haría algo así con cada uno: Si pienso en las fotos de París, escribo el nombre en la primera casilla. Luego, en términos de esfuerzo le doy un 1 (que sería prácticamente el máximo esfuerzo, ya que supone irme dos semanas fuera de casa y

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aprender bastantes cosas, porque no soy profesional de la fotografía). En impacto le doy un 1 también (aunque en este caso no está cerca del máximo sino del mínimo, porque el hecho de hacer fotos no aporta nada a mi “carrera” real, la que construyo en Oye Deb, así que mal). En rentabilidad tiene el mínimo, que es un 0 (pagan poco, lo estoy haciendo para el proyecto de una amiga y me saldrá más caro pasar quince días en París sin poder trabajar en mis cosas y el montón de horas que tendré que dedicar después a retocar las fotos que lo que me pagarán realmente). En encaje, sin embargo, le doy un 4, hacer fotos es una aventura interesante, me permite aprender, conocer una ciudad nueva, salir de mi rutina, no tengo horarios, entrego prácticamente cuando quiera y tengo total libertad para hacerlas como me plazca, así que bien, encaja conmigo y además me apetece. La suma es un triste 6.

RESULTADOS POSIBLES Otra forma de tomar decisiones, sobre todo cuando el miedo acecha y estamos llenas de inseguridad, es haciendo un análisis de los posibles resultados de hacer o no una cosa. No sólo de las consecuencias inmediatas (que a veces nos frenan, por ejemplo: “mis padres dirán que estoy loca y me desheredarán durante diez días”) sino más a largo plazo: ¿Qué es lo más probable que suceda si hago esto? ¿Qué es muy poco probable que suceda si lo hago? ¿Qué resultados podría tener en mi vida si no eligiera este camino? ¿Qué resultados podría tener si lo eligiera? ¿Cómo me sentiré si lo hago? ¿Y si no lo hago? LOS INFINITOS PORQUÉS

Si repito lo mismo con los demás proyectos es muy probable que saquen más puntuación. ¿Quiere eso decir que descarte lo de París? En este caso no, porque como me conozco sé que en este proyecto entran en juego muchas cosas personales y decido que lo voy a hacer aunque gane cero y me desvíe momentáneamente de mis auténticos objetivos profesionales. Al fin y al cabo, también hay que vivir, ¿no? En este caso es una decisión tomada con el corazón, previamente pasada por un sistema que te obliga a pensar en cómo una elección te afecta y en en qué medida le das importancia o valor a lo que te atrae. Los métodos no son para que elijan por ti, sino para que al ponerlos en práctica puedas reflexionar y elegir en consecuencia.

Esto es una técnica pensada para resolver problemas pero que también sirve para clarificar tus razones. Se trata de preguntarte por qué una y otra vez, en bucle, hasta que llegues a respuestas que te hagan saltar el corazón. Por ejemplo: ¿Por qué debería dejar mi trabajo en el banco? Porque llevo ya diez años allí y los últimos cinco no me quiero levantar por la mañana. ¿Por qué? Porque ese trabajo me desgasta y no me llena. ¿Por qué? Porque no es creativo, no me deja estar sola y desarrollarme, no me deja ser yo misma. ¿Por qué? Porque soy diferente, no estoy hecha para trabajar en ese entorno. ¿Por qué? Porque lo único que me hace feliz es dibujar y estar en mi estudio. ¿Por qué? Porque cuando dibujo siento

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que me comunico y que doy algo importante de mí al mundo. ¿Por qué? Porque es mi manera de llegar a tocar y a hacer felices a los demás. ¿Por qué? Porque sé que soy buena y que llego. ¿Por qué? Porque soy una artista, siempre lo he sido. Y después, por ejemplo: ¿por qué una artista como yo lleva diez años trabajando en un banco? Por dinero, por seguridad, por costumbre. ¿Por qué?.... Bueno, y así infinito, hasta que encuentres cosas que te sirvan. Podrías seguir intentando explorar todos los caminos, variando ligeramente los porqués. Tú verás hasta dónde puedes bucear. Al final se trata de llegar a una conclusión limpia, al menos a la idea última que se esconde detrás de tus miedos. EL DESCARTE Cuando la decisión no es si perseguir algo o no sino qué cosa perseguir entre muchas, o cómo elegir entre diferentes opciones, prueba lo siguiente. Escribe cada una de las opciones en un folio, bien grande. Cada folio, una opción. Colócalos todos en el suelo, como quieras, a tu alrededor, separados entre ellos. Ponte de pie junto a uno, el que quieras. Míralo con atención y escucha a tu cuerpo. No pienses en razones ni motivos, no analices nada, no hay que pensar. Desconecta el cerebro. Siente con el cuerpo lo que te transmite esa cosa, esa idea, y después registra mentalmente tus sensaciones al respecto. ¿Qué notas? ¿Excitación? ¿Miedo? ¿Cosquilleo? ¿Frío? ¿Calor? ¿Tensión? ¿Alivio? Hazlo con todas las opciones,

permaneciendo el rato que necesites con cada una de ellas hasta que conectes y puedas identificar lo que te transmite. Si te parece innecesario ponerte de pie y moverte por la habitación y prefieres hacerlo sobre un pequeño papel sentada en tu mesa, NO me seas vaga. Moverte es útil para tomar decisiones, porque te ayuda a conectar con el cuerpo y el cuerpo sabe lo que quieres, así que ponte de pie y hazlo como te digo :) Luego sepáralas en dos grupos. El criterio es a tu elección, tú mandas. Puedes separarlas como mejor te parezca, como primero se te ocurra. Y una vez separadas, tienes que elegir entre uno de los dos grupos. Míralos de nuevo, sintiendo con el interior. Escucha a tu cuerpo, hay sensaciones que podrás reconocer. Todas las opciones del grupo no elegido se van a tomar por saco. Rompes los papeles. De verdad, los ROMPES (sé que duele, pero hazlo). Del grupo elegido haces dos grupos (o si quedan pocas porque no había muchas, empiezas a descartar de una en una). Tienes que acabar quedándote con una y romper las demás. Es un ejercicio que, al menos a mí, me dio un subidón y un miedo ASOMBROSO. No quería romper ninguno, no quería deshacerme de nada, todos mis proyectos e ideas me parecían igual de importantes, ¡todos tenían razones de ser! Curiosamente, me quedé con uno que ni siquiera tenía mucha importancia en aquel entonces, que tenía incluso una forma distinta. En el folio ponía “TEH”, y se refería a “Tu Empresa Handmade”. El cuerpo me estaba diciendo que ESO me hacía ilusión,

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me daba una vibración nueva y fresca, muy limpia, muy segura y tranquila. Y lo había puesto por encima de todas las otras cosas que tenía en marcha, cosas que tenían sentido, proyectos nuevos que parecían interesantes, grandes y emocionantes. Así empezó todo. Así empezó Oye Deb. El ejercicio también me enseñó a desconectar el cerebro de vez en cuando, y que la información que me da mi cuerpo y mis emociones también es válida y tengo que escucharla imperativamente. Más que la mental, que muchas veces es un embrollo caótico de opciones, ideas, variables y dudas. VIDAS INFINITAS Déjame que añada una propuesta más para ayudarte a comprender cuál de todas tus ideas de negocio, (o profesión o proyecto) es más interesante para ti, te llama más o te hace más feliz. ¿Recuerdas la visualización del día perfecto que te propuse hace unas dosis? Ahora se trata de que adaptes la misma idea de visualización, pero en lugar de ser un día perfecto, así sin más, que sea más concreto: imagínate cómo sería tu vida si a partir de mañana (o de un tiempo si el mañana, tan inmediato, te da agobiazo) tuvieras un negocio perfectamente montado y rodando. Pero no un negocio cualquiera, no. Uno de los que han salido en estas ideas que te rondan ahora por la cabeza. Por ejemplo, si una consiste en montar un negocio de estética a domicilio, relájate, respira, concéntrate, e imagina cómo sería tu vida si ese negocio estuviera en marcha ya. Cómo te levantarías

por la mañana, qué es lo que harías a cada hora, qué tareas llevarías a cabo, qué harías al salir del trabajo, cómo llegarías a casa por la noche, con quién interactuarías a lo largo del día, con qué tipo de personas, cómo te sentirías... en fin, todo lo que salga, como siempre, con el máximo de detalles posibles. Anota lo que has visto y lo que has sentido, fíjate en el estado de ánimo que te ha provocado meterte en esa nueva vida. Y ahora repite con otra idea, con otra vida. Y ahora con otra. Y con otra. Hasta que no tengas más. Y luego trata de sacar tus propias conclusiones. A veces no es tanto hacer listas de pros y contras (desde la cabeza) como tratar de sentir, de vivir (desde el cuerpo), esas vidas infinitas que se ponen a tu alcance cada vez que tienes una idea nueva.

Como ves, en realidad hay mil formas de tomar decisiones, tantas como personas. Se han inventado millones de técnicas con nombres raros. Yo me he inventado unas cuantas y seguro que tú también tienes las tuyas. Podríamos no acabar nunca de nombrarlas. Y al final, creo que todo se resume en preguntarte: ¿Qué quiero? ¿Por qué lo quiero? ¿Qué siento al respecto?

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Y como a veces estos ejercicios se entienden mejor si se visualizan, he pensado grabarte dos vídeos como ejemplo, para que veas exactamente cómo funcionan estos métodos de tomar decisiones sobre ideas o proyectos. Porque, además, los podrás usar el resto de tu vida, infinitas veces. ¡Yo los uso y me ayudan un montón!

EUROVISIÓN DESCARTE

Un abrazo,