GÉNESIS: LECCIONES SENCILLAS, Sección 08 LA VIDA DE ABRAM (01) Por Wayne Gute Usado con permiso INTRODUCCIÓN: En los primeros once capítulos de Génesis hallamos un breve pero suficiente historia del mundo desde su creación hasta la repoblación de la tierra después del gran diluvio. Luego se notó, a grandes rasgos, el desarrollo de las naciones. Ahora, en el capítulo 12 se comienza la historia de la nación de Israel. Esta historia ocupa la atención de todos los escritores bíblicos desde Moisés hasta Malaquías. La nación de Israel reconoce un hombre llamado Abram, o Abraham como el hombre principal en toda su historia. Abraham fue hombre de gran fe. Jesucristo es descendiente de Abraham. Es conocido en las Escrituras como “amigo de Dios”. La fe de Abraham es el gran ejemplo de fe en Dios para todo creyente. Ahora, antes de comenzar los estudios sobre Abram, conviene recordar lo siguiente. Primero, en Gn. 1-11 Dios habla acerca de todos los pueblos y todas las naciones. Pero, comenzando con Gn. 12:1 y terminando con Mateo 12:45, el tema de la Biblia, por decirlo así, es la nación de Israel; los descendientes de Abram y Sarai. Casi no hay ninguna referencia a nosotros, los gentiles del Nuevo Mundo. Es porque no somos judíos. Somos extranjeros, no somos descendientes físicos de Abram. De entre todas las naciones, Dios escogió a Abram y a sus descendientes como el medio por el cual iba a bendecir a todas las naciones de la tierra. Aunque el Antiguo Testamento no fue dirigido directamente a nosotros, los gentiles, contiene mucho que provisiones que son para nosotros. En Romanos 15:4 San Pablo escribió: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos esperanza.” En 1 Corintios 10:6-11 escribió el apóstol Pablo “que estas cosas sucedieron como ejemplos . . . para amonestarnos, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” Todo esto quiere decir que en el Antiguo Testamento, en la vida de los judíos, hallamos grandes hombres y mujeres de fe, dignos de imitar. Por otro lado, el Antiguo Testamento revela la conducta de los israelitas que debemos evitar. El estudio de toda la Biblia es muy provechoso y trae grandes bendiciones a nosotros. En 2 Ti. 3:16-17 el Apóstol Pablo dice que la Escritura es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, y para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto [esto es, maduro] enteramente preparado para toda buena obra.” Nota: Cuando el apóstol escribió estas palabras solamente existió el Antiguo Testamento, la Biblia de los judíos. Por esa razón nos conviene estudiar la vida de esas personas que encontramos en el Antiguo Testamento. //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
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LECCIÓN 34 EL LLAMAMIENTO DE ABRAM POR DIOS El tema de la lección: Abram llamado por Dios. El propósito de la lección: Para que conozcamos algo de la vida de Abram antes de obedecer el llamamiento de Abram, y qué fue la promesa que Dios le dio Un versículo para memorizar: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”, Hebreos 11:8. La introducción a la lección. En esta lección queremos estudiar [1] en primer lugar, un poco acerca del pueblo donde nació y en dónde vivía antes de hacer caso al llamamiento del Dios; [2] segundo, pensemos en las palabras que Dios usó para llamarle; y [3] luego, hablar uno poco sobre las acciones de Abram al oír la voz de Dios. I. COMO SE DESCRIBE EL PUEBLO NATAL DE ABRAM CUANDO ÉL SALIÓ DE UR. Abram nació en Ur de los caldeos. Su padre era Taré; los hermanos menores de Abram eran Nacor y Harán, Gn. 11:26-28. Ur de los caldeos era una gran ciudad, ubicada a la orilla del gran río Éufrates, más o menos 160 kilómetros entre esta ciudad y el Golfo Pérsico; bien lejos de la tierra de Canaán, el lugar a dónde Abram iba bajo la dirección de Jehová. Halló Abram su esposa en Ur; su nombre era Sarai. Harán tuvo un hijo llamado Lot. Antes de salir Abram de Ur, murió Harán, padre de Lot, [Gn. 11:28]. En la época en que vivía Abram, la población de Ur era de unas 500,000 personas. Pero entre toda esa muchedumbre casi nadie conoció a Dios, y no le rindieron culto. Pero, sí tuvieron muchos dioses, muchos ídolos. Rindieron culto al agua, eso es, la lluvia [o posiblemente, al gran rio Éufrates]. Adoraron al aire, manifiesta en las brisas y en las tempestades. Dieron culto a la tierra y al sol. Los caldeos pensaban que esos fueron los dioses que hicieron la gente, esto es, la raza humana. Se asemejan a los dioses de los mayas: el sol, la lluvia, el aire [brisa, tempestad] y el maíz. Según ellos, los primeros seres humanos fueron hechos por esos cuatro “dioses”. Ya entendemos que Abram nació en una gran ciudad. Posiblemente era comerciante. Allí vivía con su padre y sus hermanos menores. Halló su esposa en esa ciudad. Todos ellos eran idólatras. No conocieron al Dios verdadero. Pero llegó un día cuando Dios apareció a Abram, y comenzó a hablar con él. II. ¿CÓMO FUE EL LLAMAMENTO DE DIOS A ABRAM? Parece que Dios llamó a Abram dos veces. Primero, cuando vivía en Ur [Nehemías 9:7; Hechos 7:1-4], antes de llegar a Harán. Luego, la segunda vez, cuando vivía en Harán, Gn. 12:1]. A. “. . . El Dios de gloria apreció a nuestro padre Abraham estando en Mesopotamia [Ur de los Caldeos], antes que morase en Harán, y le dijo: ‘Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra yo te mostraré. Entonces salió de la tierra de los caldeos, y habitó en Harán”, [Hch. 7:2-3]. Esto fue el primer llamamiento: de salir de su pueblo natal y de toda su parentela. Sí, obedeció Abram la voz del Señor, pero su obediencia no era cabal, porque no dejó atrás toda su familia y parientes. Tampoco llegó al mero lugar que Dios le prometió. Nacor fue otro pariente que acompañó a Abram y Sarai, según la escritura que dice que Nacor vivía en Harán.
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B. CUANDO ABRAM ESTABA EN HARÁN TARÉ MURIÓ. Luego apareció Dios a Abram y le dijo: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, y la tierra que te mostraré”, Gn. 12:1. Gn. 12:5 hace claro que este traslado era para irse a la tierra de Canaán. Este fue el segundo llamamiento. Hermanos, es bueno recordar que la ciudad de Harán fue una gran ciudad, tanto como Ur. Los habitantes de esa ciudad adoraron a la luna, e hicieron un gran edificio en donde adorar la luna. Muchas personas vivían en ese lugar, y Dios no estaba de acuerdo con la “parada” Abram en ese lugar. Luego hizo otro llamamiento para salir de Harán para irse a Canaán, la mera tierra prometida. C. EL PACTO [GRANDES PROMESAS] QUE HIZO DIOS CON ABRAM, GN. 12:2-3. Dijo Dios a Abram estas palabras: -- De ti haré una nación grande -- Te bendeciré y engrandeceré su nombre -- Y serás bendición -- Bendeciré a los que e bendijeren, y los que maldijeren, maldeciré -- Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. D. OBEDECIÓ ABRAM LA PALABRA DE DIOS, GN. 12:3-8. -- Obedeció Abram la palabra de Dios. Salió de Harán, llegó a la tierra de Canaán, Gn. 12:3-6. -- Dios apareció a Abram y le dijo: “A tus descendientes daré esta tierra”, v.7. -- Cuando Abram oyó y vio esto, adoró al Señor, v. 8. E. ¿CUMPLIÓ DIOS CON LO QUE PROMETIÓ A ABRAM? SÍ, CUMPLIÓ. -- Los descendientes de Abram llegaron a ser una nación grande. -- Abram fue bendecido en gran manera, con riquezas materiales, con sabiduría, y más. -- Abram llegó a ser una persona de gran importancia entre los pueblos de su tiempo. -- Aun hasta la fecha es considerado importante por muchísima gente. -- Y por su descendiente más importante, Jesucristo, ya ha venido gran bendición a una muchedumbre de personas en todas partes del mundo. CONCLUSIÓN: Palabras de aplicación a vida de cada uno. Hermanos, hemos estudiado un poco acerca de Abram. Es un gran ejemplo para nosotros. Nosotros debemos tener fe en Dios, como la tuvo Abram. Nosotros debemos obedecer la Palabra de Dios, como lo hizo Abraham. Debemos dejar la adoración a dioses ajenos, y a los ídolos. Debemos siempre servir y adorar al Dios vivo y verdadero. Debemos crecer en nuestra fe, tal como Abram hizo. Hay que recordar que Abram creció en su confianza en el Señor. //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// LECCIÓN 35 CUANDO ABRAM VACILÓ EN SU FE El tema de la lección: Aunque Abraham llegó a ser gran ejemplo de fe, al principio vaciló. El propósito de la lección: Para que recordemos siempre que es necesario crecer en nuestra fe
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tal como Abraham tuvo que crecer en su fe. Un versículo para memorizar: Santiago 1:6 La Introducción a la lección: Abram oyó el llamamiento de Dios. Por fe hizo caso a la voz del Señor, y salió de la ciudad de Ur para llegar a Harán, camino a Canaán. Estando en Harán Dios le dio otro llamamiento. Después de la muerte de su padre Taré, Abram hizo caso al nuevo llamamiento y agarró camino para irse a Canaán, acompañado por Lot, hijo de su hermano. Al no más llegar Abram en Canaán, se le apareció Dios a él nuevamente, y le dijo: “A tu descendencia daré esta tierra. Y [Abram] edificó un altar a Jehová, quien le había aparecido”, Gn. 12:7. Ese altar fue muy diferente a los altares que usó en Ur de los Caldeos, y aun en Harán, cuando sirvió a otros dioses. Obedeció y adoró al Dios vivo y verdadero. En un sentido, Abram era como un nuevo creyente. Ahora, ¿Qué haría Abram si le viniera pruebas? Este es el tema de esta lección. Veremos dos casos en los cuales Abram dudaba que Dios le fuera a bendecir en Canaán, y procuró resolver el problema a su modo. I. CUANDO ABRAM FUE A EGIPTO, GN. 12:10-20. A. En el mero tiempo cuando llegó Abram a Canaán hubo hambre y carestía, escasez de alimentos para gente y animales, Gn. 12:10. Por ese motivo fue Abram a Egipto para quedarse una temporada en ese lugar. Vea esto, hermano. Antes, Abram obedeció la voz del Señor. Luego, le vino un problema. Quiso Dios probar la fe de Abram, por medio de la carestía. Así, a veces, hace el Señor con nosotros. Nos manda pruebas, seamos nuevos hermanos, o ya maduros en la fe. B. Cuando llegó Abram a Egipto acompañado de Sarai, le entró miedo de los egipcios a causa de la misma Sarai, porque era una mujer de hermoso aspecto. Quiso Abram esconder el hecho que Sarai era su esposa. Quiso quedar bien ante los egipcios, declarando que Sarai era su hermana, no su esposa. Dijo Abram a ella: “Tu eres mujer de hermoso aspecto; cuando te vean los egipcios, dirían; su mujer es; y me matarán a mí. Y a ti reservan la vida. Di que tú eres mi hermana. . .”, Gn. 12:12-13a. C. Entendieron los egipcios el pensamiento de Abram. Imposible. Gn. 12:14-15. Aceptaron la palabra de Abram que ella era su hermana. Ellos pensaron que la palabra de Abram era la verdad. No cabe duda dijeron: “Esta linda mujer será del rey; será su esposa”. El mismo rey, Faraón pensó lo mismo. D. Los egipcios aceptaron la mentira de Abram como palabra verdadera. Llevaron la esposa de Abram al palacio del rey, y se puso Faraón, el rey, muy contento al tenerla en su hogar, Gn. 12:14-17. 1. A causa de Sarai, el Faraón hizo grandes favores a Abram y le dio muchos regalos [Era como cosa de “precio” por ella], v. 16. 2. Pero a causa de Sarai Dios envió un gran castigo a Faraón y a todos de su casa, v. 17. 3. Por medio de esa enfermedad Faraón se dio cuenta que Sarai no era hermana de Abram, sino que era su esposa; y le vino un gran enojo hacia Abram. E. Faraón reprendió Abram de una manera muy fuerte por hacer uso de la mentira, y por no declarar que Sarai era su esposa. No cabe duda que ellos se sintieron avergonzados ante ese rey pagano. A la fuerza Faraón expulsó de su nación a Abram con todo sus posesiones. Entonces, para Abram no resultó bien hacer uso de la mentira para defenderse de los egipcios.
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II. LA SEGUNDA VEZ QUE ABRAM VACILÓ EN SU FE, GN. 20. Cuando Abram llegó a la tierra de Abimelec dudaba del poder de Dios para protegerle. Abram pensó: “No hay temor de Dios en este lugar”, Gn. 20:11. Otra vez Abram tuvo miedo de la gente. Nuevamente Abram hizo uso de la mentira para defenderse. Declaró a Abimelec y a su gente que Sarai era su hermana. Pensó que era buena idea. Pero no resultó así. A. ¿Resultó bien el uso de la mentira cuando la usó en Egipto? No. Como vimos en Gn. 12, el Faraón le reprendió severamente, y Abram salió de Egipto avergonzado. Pero esto sucedió cuando Abram era nuevo en la fe. B. Ahora, en el caso de Abimelec, Abram ya era más maduro en su fe. En Egipto, cuando Abram negó que Sarai fuera su esposa, solamente tuvo 75 años cumplidos. Ahora, al llegar al terreno de Abimelec había alcanzado los 99 años. Ya había caminado mucho tiempo con Dios. Aunque fue así, ¿qué hizo Abram?, según Gn. 20. 1. Gn. 20:2: Estando en ese lugar, en el terreno de Abimelec, dijo Abram a Sarai: “Di a la gente que eres mi hermana”. 2. Gn. 20:2: Hizo el rey Abimelec lo mismo que hizo Faraón antes. Llevó a Sarai a su casa, con la intención de tomarla como esposa, eso es, de casarse con ella 3. Gn. 20:3-8: Por medio de un sueño Jehová habló a Abimelec, y Abimelec llegó a entender que Sarai era la esposa de Abram, no su hermana. Luego a Abimelec le entró al corazón gran temor; no solamente a él sino también a todos los suyos. 4. Gn. 20:9-10. Abimelec llamó a Abram y le preguntó: “¿Por qué me has hecho todo esto?”, dijo. 5. Gn. 20:11-13. La respuesta de Abram a Abimelec: “Porque dije para mí: ‘Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar; me matarán por causa de mi mujer’” Así comenzó Abram a explicar por qué declaró a Abimelec que Sarai era su hermana. Como hizo en el caso de los egipcios años anteriores, hizo lo mismo con Abimelec . Aunque Abram había experimentado grandes bendiciones de Dios durante 23 años desde su salida a Egipto, volvió a usar el mismo engaño con Abimelec y tambaleó en su fe. C. Gn. 20:14-17. Pero Abram entró en un acuerdo con Abimelec, y quedó en ese lugar con toda su gente. Abimelec concedió permiso a Abram quedarse en su tierra; se le entregó ganado y dinero. Y Dios sanó a todas las mujeres de la casa de Abimelec. CONCLUSIÓN: ¿Qué dicen, hermanos? ¿Fue correcta la forma de actuar de Abram cuando entró en una prueba? A veces Abram quedó firme en su fe. A veces dudaba de la protección y presencia de Dios. Cuando era nuevo en su fe, a causa de la escasez, abandonó Canaán, la tierra prometida y lugar de bendición, y fue a Egipto. Y estando en Egipto, dudaba la protección de Dios, y confiaba en la mentira para evitar un problema. Por un lado la declaración que Sarai era su hermana fue cierta: tuvieron el mismo papá, pero diferentes madres, [Gn. 20:12]. ¿Fue salvo Abram por declarar que Sarai era su hermana, o porque Dios manifestó su poder en la casa de Faraón? En otra ocasión, años después, le vino a Abram miedo de los de la tierra de Abimelec. Otra vez usó la media-mentira, por decirlo así, para negar que Sarai fuera su esposa., y para defender su propia vida. Otra vez, manifestó Dios su poder en la casa de un rey para defenderle a Abram. UNA PREGUNTA: ¿Qué dicen mis hermanos? ¿Es mejor tener confianza en cualquiera situación? O. ¿Es mejor hacer uso de la mentira? ¿Es mejor declarar que somos creyentes en cualquier circunstancia? O, a veces, ¿es mejor mentir para evitar “problemas”? //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
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LECCIÓN 36 CUANDO SE SEPARÓ ABRAM DE LOT, GN.13 El tema de la lección: Para no poner toda nuestra confianza en la riquezas que este mundo nos ofrece. El propósito de la lección: Para que entendamos qué hacer en caso que entramos en un lío por un terreno, una propiedad, o una herencia. Un versículo para memorizar: “Porque donde está tu riqueza, allí está tu corazón”, adaptado de Mt. 6:21 La introducción a la lección: A veces surgen líos entre los hermanos, cuando uno tiene algo contra otro. A veces se pelean por un poco de terreno, o una herencia. A veces el problema crece, y resulta en una división de una congregación o una iglesia. Y el diablo se pone contento. ¿Verdad? hermanos. Si en verdad ésta es una realidad en una congregación o iglesia, nosotros debemos pensar cómo se resolvió un problema entre dos grupos que deseaban el mismo terreno o pastura para su ganado. Se trata del problema que surgió entre los pastores de Abram y los de Lot, hijo de su hermano. En este caso vemos la fe de Abram, quien confió en las promesas de Dios. Dice Hebreos 11:10: “Esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Quiso Abram una patria mejor, esto es, “celestial. . .”, He. 11:16a. Abram pensó en la patria celestial. En cambio, Lot puso su confianza en las riquezas que ofrece el mundo, tomó el terreno fértil del valle del río Jordán, y comenzó a acercarse a Sodoma. Entonces, pensemos un poco en la conducta de Abram cuando se levantó una gran disputa entre sus pastores y los pastores de Lot. No fue un problema entre pobres, sino entre ricos. Es un ejemplo en que pensar. I. LA DIVISIÓN O SEPARACIÓN ENTRE ABRAM Y LOT, GN. 13:1-13. -- Abram consiguió grandes riquezas durante su estancia en Egipto, Gn. 13:1-4. -- También, Lot llegó a ser rico en Egipto, Gn. 13:5. -- El lugar a dónde llegaron en Canaán no era suficiente para dar alimento a todo el ganado que ellos trajeron de Egipto, Gn. 13:6. -- Luego surgió un gran pleito entre los pastores del ganado de Lot y los de Abram, y esto delante de los cananeos incrédulos del lugar, Gn. 13:7. -- Dijo Abram a Lot: “No haya altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos”, Gn. 13:8. -- Entonces, Abram le dio a Lot la oportunidad de escoger el terreno que él quería: la montaña o a la orilla del río Jordán. Para Abram, lo mismo eran los dos lugares, Gn. 13:8-9. -- Lot escogió el terreno bueno y fértil, la planicie a la orilla del Jordán, Gn. 13:10-11. II. AL FIN DE TODO, ¿QUÉ SUCEDIÓ EN LA VIDA DE ESTAS DOS PERSONAS? A. ¿Qué sucedió en la vida de Lot? -- Lot fue a vivir entre gente completamente entregada al pecado y el vicio, Gn. 12:3. -- Posiblemente Lot, por un tiempo, gozaba de su situación. Hubo buenas cosechas. Su ganado se puso gordo, y no se enfermó. -- En Sodoma él fue recibido bien al principio, y logró ocupar el puesto de juez en aquella ciudad, Gn. 19:1.
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-- Más tarde él mismo sintió gran tristeza por la conducta malísima de sus vecinos, 2 Pedro 2:7-8 -- “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego, de parte de Jehová de los cielos, y destruyó las ciudades, y toda la llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra”, Gn. 19:24-25. Fue una destrucción total para Lot. -- Son estas las consecuencias para Lot de haber escogido Sodoma: 1] La destrucción total de todas las riquezas que él logró a obtener en Sodoma. 2] La muerte de sus yernos por el fuego. 3] La muerte de su esposa, al mirar atrás al salir de la ciudad. Se cambió en estatua de sal, Gn. 19:26. 4] Según dice Gn. 19:31-36, las hijas de Lot, que lograron salir con él, quedaron en cinta por medio de su propio padre. (Posiblemente algo que aprendieron de los de Sodoma.) -- Muy, muy triste la historia de Lot. Fueron destruidas por fuego todas sus obras. Fue como un creyente ante el tribunal de Cristo, cuando se quemarán todas las malas obras, 2 Co. 5:10 ss y 1 Co. 3:12-16. Pero, vea 2 Pedro 2:7 donde dice: “y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados”. B. ¿Qué sucedió en la vida de Abram después de separarse de Lot? 1. Después de la separación de Lot, Jehová hizo grandes promesas a Abram en Gn. 13:14-17. -- Dios le prometió a Abram toda la tierra de Canaán como su herencia, Gn. 13:14-15. -- Dios le prometió a Abram que iba a tener muchos descendientes, tantos en número como el polvo de la tierra, Gn. 13:16-17. (Observación: La primera promesa señalada arriba todavía no se ha cumplido. Se cumplirá cuando viene Cristo a establecer su reino. La segunda promesa tiene ya su cumplimiento, tanto en su “semilla” o descendencia física de las diferentes naciones o razas, y su descendencia espiritual en la gran multitud de los creyentes en Cristo, su gran semilla principal.) 2. Abram llegó a la ciudad que deseaba mucho, al cielo con su Padre y con Jesucristo, He. 11:13-16. CONCLUSIÓN: Hemos estudiado las experiencias de dos creyentes. Eran familiares, descendientes de Taré. Vivieron juntos en Ur, también en Harán, y luego en Egipto y, por último, en Canaán. Estando los dos en Canaán surgió entre los pastores de Lot y Abram una disputa, porque al aumentarse los rebaños de los dos ya no alcanzaron los campos para alimentar tantos animales. Para resolver esto, Abram hizo la sugerencia de separarse, dejándole a Lot escoger dónde iba a quedar. Lot escogió el plan a la orilla del Jordán, dejando los cerros y la montaña a su tío Abram. Lot puso su atención en lograr más de lo que el mundo ofrece. Abram dispuso confiar en el Señor y vivir como peregrino en la tierra prometida. Dios bendijo a Abram en gran manera. La vida de Lot, a fin de todo, fue muy triste. Una gran diferencia entre la vida de esos dos hermanos. Es claro a quién debemos tomar como ejemplo para la vida espiritual. //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
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LECCIÓN 37 EL PACTO QUE HIZO JEHOVÁ CON ABRAM, GN. 15 (En este capítulo se repite algo que ya vimos en cap. 13. Es un pacto incondicional que Dios hizo con Abram.) Tema de esta lección: Dios prometió una descendencia grande y prometió que Canaán iba a ser posesión perpetua de Abram y sus descendientes. El propósito de la lección: Para que tengamos fe en la Palabra de Dios, tal como tuvo Abram, sabiendo que Dios cumple con lo que promete. Un versículo para memorizar: Abram fue “plenamente convencido que Dios era poderoso para hacer todo lo que había prometido”, Ro. 4:21. Introducción a esta lección: Repetidas veces habló Dios a su siervo Abram. [1] Cuando le llamó a salir de su ciudad y dejar atrás sus familiares, Dios mismo prometió a Abram que iba a hacer de sus descendientes una nación grande, Gn. 12:2. [2] Al llegar Abram a Canaán Dios prometió que la tierra de Canaán iba a ser la posesión perpetua de los descendientes de él, Gn. 12:7. [3] Cuando Lot se separó de Abram en Canaán, dijo Jehová a Abram: “Te doy la tierra de Canaán”, Gn. 13:15. [4] Y otra vez, cuando el rey de Sodoma quiso darle un regalo por ayudarle en su guerra Abram no lo recibió, diciendo que Dios era el que le servía y esperaba su recompensa de él, Gn. 14:21-22 [5] Cuando Dios apareció otra vez a Abraham, como dice en Gn. 15, Dios mismo le dio nuevamente las mismas promesas acerca de su descendencia y el terreno, esto es, la tierra de Canaán. Vemos otra vez la promesa del Señor expresada en estas palabras: “No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”, v. 1. Después de oír otra vez esas promesas, Abram hizo dos preguntas a Jehová. [a] “¿Qué me vale todo lo que me has prometido, siendo que no tengo hijo?”, Gn. 15:2. [b] “¿Cómo puedo estar seguro que yo y mis descendientes heredarán esta tierra?”, Gn. 15:8. Entonces, en esta lección vamos a pensar en esas dos preguntas y las contestaciones que Dios dio. I. LA PRIMERA PREGUNTA QUE HIZO ABRAM A DIOS, Y LA CONTESTACIÓN DEL SEÑOR. “Y respondió Abram: ‘Señor, ¿Qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?’”, Gn. 15:2. ¿Qué dicen, hermanos? ¿Abram hizo buena pregunta? Sí, buena pregunta. Nos revela el pensamiento de Abram. Era ya grande Abram, con 85 años cumplidos, y su esposa Sarai, 75 años. Como no entendió el plan de Dios, él pensó que en vista de no tener hijo, que su siervo Eliezer iba a ser el heredero de todo lo que él poseía. [Más tarde pensó en Ismael.] ¿Qué fue la respuesta del Señor? “Este Eliezer no va a ser tu heredero, sino su propio hijo te heredará”, Gn. 15:4. En el pensamiento de Abram, según la costumbre entre la gente que le
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rodeaba, Eliezer iba a ser su heredero. Luego, en v. 5, vemos lo que sucedió: “[Dios] Lo llevó fuera y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contestar. Y le dijo: Así será tu descendencia”. La fe de Abram: “Creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”, v. 6. En Romanos 4:16b-24, el apóstol Pablo explica la fe de Abram con estas palabras: “Abraham… vino a ser el padre de todos aquellos que creen en el Dios, en quien Abraham también creyó; como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas gentes”. Pues Dios da vida los muertos, y hace existir las cosas que todavía no existen. Aunque no había esperanza Abraham, creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser “padre de muchas gentes”, conforme a lo que Dios le había dicho: “Así será el número de tus descendientes”. Abraham tenía casi cien años, pero no perdió su fe al recordar que tanto él como Sara eran como muertos, por ser ya demasiado viejos para tener hijos. No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que tuvo más fe y confianza. Alabó a Dios, y tuvo completa seguridad de que Dios tiene poder para hacer todo lo que promete. Por esto Dios consideró su fe como suficiente para aceptarlo”. Nuevo Testamento, Versión Popular. Dios explicó a Abram en dónde y cómo se multiplicarían sus descendientes, Gn. 15:13,14,16 Dios predice el tiempo cuando los descendientes de Abram irían a Egipto, como quedarían allí 400 años, y como volverían a la tierra de Canaán con muchas riquezas. Lea y piense en este pasaje; pues que se cumplió al pie de la letra. **Para un comentario sobre este pasaje, lea Hechos 7:5-27, el mensaje de Esteban. EN EGIPTO SE MULIPLICARON LOS DESCENDIENTES DE ABRAM DURANTE 400 AÑOS, Y LUEGO VOLVIERON A CANAAN. Comenzaron con 75 personas. Al salir 400 años después, ya eran más de l,000,000 [un millón]. II. LA SEGUNDA PREGUNTA DE ABRAM, GN. 15:8. Preguntó Abram: “Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?” Dios le contestó al ordenarle preparar unos animales, partiendo sus cuerpos, dejando un “camino” en medio de las mitades, de acuerdo con la costumbre de la gente de esa época, al celebrar un contrato o pacto. Después de preparar los animales las personas pasaron, o caminaron en medio de las piezas. Al hacer esto, ambas confirmaron el pacto. En este caso, fue solamente Dios que pasó en medio de las piezas como vemos en v. 17. Vea también vv. 11-12. El pacto incondicional que hizo con Abram y sus descendientes--que tiene que ver con la extensión de tierra que iban a heredar los hijos de Abram. Los versículos 18-21 dan los límites o colindancias de esta tierra. Aun hasta la fecha los hijos de Israel no han recibido toda esta tierra. Queda para el futuro, pero se cumplirá. Si quiere uno estudiar más a fondo este pacto con Abram, puede seguir las notas en la Biblia Anotada de Scofield, pp. 23-24, nota 2 [Spanish Publications 1966/1967]. CONCLUSIÓN: Dios cumplirá con el pacto que hizo con Abram y sus descendientes. Aunque tarde su cumplimiento, según nuestros pensamientos humanos, pero sí, se cumplirá. Dios no puede mentir, y nunca se le olvidará de sus promesas. Confiemos en la Palabra de Dios. “Os es necesario la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”, He. 10:36. Hablando de los siervos de Dios del antaño, dijo el Señor: “Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido, proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para
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que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”, He. 11:39-40. Luego, San Pedro escribió: “El Señor no retarda su promesa . . . ”, 2 Pedro 3:9. //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// LECCIÓN 38 ABRAM E ISMAEL, GN. 16:1-6; 17:18 El tema de la lección: Cuando Abram dudó otra vez de las promesas de Dios. El propósito de la lección: Para que entendamos la necesidad de confiar siempre en las promesas de Dios, y en Dios mismo, para no actuar de acuerdo con nuestra voluntad y nuestros pensamientos. Un versículo para memorizar: He. 10:36 Introducción a la lección: En la lección anterior vimos que Abram mostró mucha confianza en la Palabra de Dios, y en las promesas que hizo Dios. Ahora, en el caso de Ismael, vamos a ver que Abram dudó de lo que Dios le prometió antes. Hermanos, tenemos que tener paciencia al esperar las bendiciones que Dios nos ha prometido. A veces la obra de Dios en el corazón de una persona va muy lenta. Lo mismo en nuestro corazón. Si somos humildes y sumisos, a veces Dios hace la obra de inmediato. Si somos duros de corazón, y orgullosos, la obra del Señor va muy lento. En el caso de Abram, vemos que era una persona mansa, pero lento, a veces, para comprender la voluntad de Dios. Abram hizo caso de la sugerencia de su esposa, y le vino a él, y aun a ella, una prueba dura. La sugerencia de ella estaba de acuerdo con la costumbre de la gente que les rodeaba, pero no de acuerdo con la voluntad de Dios. I. LO QUE HIZO SARAI PARA LOGRAR EL NACIMIENTO DE UN HIJO DE ABRAM, GN. 16:1-6. Lea el pasaje. Como ya hemos visto, Abram obedeció todo lo que Dios le mandó, a pesar de no recibir de inmediato lo que Dios le prometió. No cabe duda Abram explicó a su esposa Sarai la promesa de Dios, de que ellos dos iban a tener descendientes tan numerosos que las estrellas del cielo y los granos de arena del mar. Como Sarai ya era muy avanzada de edad y que todavía no quedó en cinta, ella pensó lograr un hijo de Abram de otra manera, esto es, por medio de otra mujer. Tal vez ella pensara que esa idea estaba de acuerdo con la voluntad de Dios. Esa fue la práctica de la gente que les rodeaban, por eso, en el pensamiento de ellos hacerlo no sería pecado. En caso que una esposa era estéril, no pudiendo dar a luz un hijo, ella traería otra mujer a su marido, para que él se juntara con ella, para lograr un hijo para el marido. Es considerado también hijo de la mujer estéril. Sarai no vio problema con ese arreglo, tampoco Abram. Más bien, pensó Sarai que esto era la voluntad de Dios; lo mismo pensó Abram. Entonces, Sarai le entregó Hagar su criada a Abram para juntarse él con ella. Abram obedeció la palabra de su mujer. Tuvo relaciones sexuales con ella, con el resultado que quedó embarazada. Abram y Sarai siguieron la costumbre de la gente que les rodeaba. Sin duda, pensaron que así era la voluntad de Dios. Pero lo que hicieron no salió bien. Desde el principio de la raza Dios dijo a Adán que el hombre dejara a su padre y madre para unirse a su esposa--y que los dos serían una sola carne, Gn. 2:24.
Abram
Como ellos no obedecieron la Palabra de Dios, vino problema y división en el hogar. Porque cuando la sirvienta Agar se dio cuenta que estaba encinta, comenzó a burlarse de Sarai, su ama [patrona]. Lo que en el principio fue un gozo, llegó a ser motivo de división y desacuerdo, hasta que Abram se sintió obligado a despedirle a Agar del hogar. II. EL CRECIMIENTO DE ISMAEL EN EL HOGAR DE ABRAM YSARAI Y LO QUE ABRAM PENSÓ DE ÉL. Creció Ismael en la casa de Abram. Al nacer Ismael Abram tuvo 86 años cumplidos. Pero, Abram tuvo 99 años cumplidos cuando Dios se le apareció otra vez. Como no tuvo otro mensaje de Dios, Abram pensaba que Ismael iba a ser su heredero, y en Gn. 17:18 dijo a Dios: “Ojalá Ismael viva delante de ti”. III. DIOS LE EXPLICA A ABRAM LA FORMA EN QUE ÉL IBA A SER PADRE DE MUCHA GENTE, GN. 17. Jehová le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”, Gn. 17:1b-2. En vv. 4-5 dice: “He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes, y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes”. Luego en vv. 15b-16 Dios agrega más: “. . . a Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.” CONCLUSIÓN: Hermanos, muchas veces pedimos de Dios que bendijera nuestro plan, nuestra petición. Pero a veces va en contra de la voluntad de Dios. Vemos esto en el caso de Abram y Sarai cuando resolvieron el problema de obtener hijo en su casa siguiendo las costumbres de la gente. No cabe duda que antes que Abram se juntara con Agar no oraron a Dios pidiendo su dirección. Dios iba a hacer un milagro en la matriz de Sarai y en el cuerpo de Abram. En nuestro tiempo puede haber un padre de familia que desea ver casada su hija; así piensa ella también. Pero, en lugar de orar y buscar un varón creyente, arreglan el casamiento con una persona incrédula, que va contra la voluntad de Dios. Un creyente no debe casarse con uno que no sea creyente. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.