Entre Ríos: el dueño de un campo donde se producía

acetona. Los detectives antinarcóti- cos evaluaron que si los precursores químicos estaban en ese lugar, en la zona debía haber un laboratorio o. “cocina” para ...
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SEGURIDAD | 15

| Lunes 15 de abriL de 2013

SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Fernando Rodríguez | www.lanacion.com/seguridad

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Entre Ríos: el dueño de un campo donde se producía droga, a juicio fruto del azar. La caída de una avioneta con cocaína en la

chacra permitió descubrir la producción; otros dos acusados Gabriel Di Nicola LA NACION

El hallazgo fue obra de la casualidad. Si una avioneta no hubiera caído el 8 de agosto de 2011 en un campo de Paraná, en Entre Ríos, quizá nunca se hubiera descubierto el laboratorio de cocaína situado en una tapera, a 500 metros del casco de un establecimiento rural de 200 hectáreas, y los narcos hubieran seguido produciendo droga. Pero el accidente posibilitó el inicio de una investigación que ahora llevó a tres personas al banquillo de los acusados. Comenzó en los tribunales federales de Paraná el primer juicio en Entre Ríos por el delito de fabricación de estupefacientes. Así lo informaron a la nacion fuentes de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), dependiente del Ministerio Público Fiscal de la Nación. Según informaron a la nacion fuentes judiciales, se sospecha que aquel laboratorio descubierto por azar proveía de cocaína a narcotraficantes de distintas provincias. Las personas que llegaron a juicio acusadas de tenencia de estupefacientes y materias primas para su fabricación y comercialización son Vicente Bioletti, propietario del campo; Ramón Palavecino, encargado del establecimiento rural, y José Sterz. “El imputado Sterz tiene antecedentes penales por narcotráfico”, dijeron a la nacion fuentes judiciales. Los mismos informantes señalaron

g

que un cuarto sospechoso, identificado como Claudio Luna, se encuentra prófugo. Bioletti, Palavecino y Sterz llegaron al juicio en libertad. El propietario y el encargado del campo fueron excarcelados por la Cámara de Casación. En cambio, el tercer sospechoso fue liberado por el Tribunal Oral de Paraná, a cargo del debate. Durante las primeras audiencias del debate, que finalizará el viernes próximo, declararon Bioletti y Sterz, que dijeron no tener relación con los hechos investigados. “El dueño de la chacra fue interrogado por el fiscal del juicio, José Ignacio Candioti, y no dio una explicación razonable de cómo pudieron haber ocurrido los hechos sin que él lo supiera. Sterz dijo que estaba de casualidad en el campo, que había ido a pescar a la zona y se le había «quedado» la moto”, explicó a la nacion una calificada fuente judicial que participa de las audiencias. El juicio Durante la primera semana del juicio, que contó con la presencia del titular de la Procunar, Félix Crous, declararon una treintena de testigos. Fueron un aporte importante, según explicaron las fuentes judiciales, los testimonios de un perito de la Gendarmería Nacional, que explicó que se trataba de una “cocina” importante por la magnitud de cocaína que podía producir, y el del comisario Pablo Retamar, que sostuvo que el laboratorio no lo pudo haber ins-

talado cualquier persona porque el dinero invertido en el lugar podría calcularse en unos 500.000 pesos . El campo de Bioletti está a diez kilómetros de la ciudad capital de Entre Ríos y a pocos metros del río Paraná. En sus 200 hectáreas tiene una propiedad principal, la casa para el encargado, una pileta y una plantación de maíz. Como se dijo, la investigación comenzó el 8 de agosto de 2011, cuando una avioneta cayó en el campo de Bioletti y sus dos tripulantes murieron en el acto. Ante la posibilidad de que la aeronave transportara estupefacientes, se hizo presente en el lugar personal de la Dirección de Toxicología de la policía de Entre Ríos, que a 400 metros de donde ocurrió el accidente observó que había una especie de pozo ciego “abierto y sin tapa” y, a pocos metros, una tapera con una tapa de madera cerrada con candado. En el interior del pozo ciego los policías hallaron varios bultos envueltos en bolsas de consorcio negras: se trataba de recipientes de acetona. Los detectives antinarcóticos evaluaron que si los precursores químicos estaban en ese lugar, en la zona debía haber un laboratorio o “cocina” para producir estupefacientes. En ese momento comenzó, por parte de la policía y la justicia federal de Entre Ríos, una investigación que incluyó tareas de inteligencia en el interior y en las cercanías del campo donde había caído la avioneta.

Los dos tripulantes de la narcoavioneta murieron en el accidente La noche del 9 de agosto de 2011, los investigadores observaron movimientos de varias personas en el casco y en la propiedad de Palavecino. A las 20, los detectives vieron que dos personas se dirigían hasta la tapera cercana al pozo ciego donde habían encontrado la acetona y, al rato, salieron con “bultos de grandes dimensiones”. La misma situación se produjo durante las primeras horas del día siguiente. Ante la posibilidad de que los vigilados estuvieran intentando deshacerse del material sospechoso, la justicia federal ordenó el allanamiento

del casco principal, de la casa donde vivía Palavecino y de la tapera. En la casa del casero y en la “vía pública” se secuestraron dos prensas hidráulicas para 1500 kg, dos balanzas digitales, dos máscaras de gas, barbijos, precursores químicos, botellas vacías de acetona con el número de lote borrado y 20 “panes de una sustancia blanca, compactada y embalados con un cinta transparente”. Los peritajes determinaron que los “panes” eran 26,7 kilos de cocaína. “Finalmente, frente al cuadro probatorio colectado, es posible concluir sin dificultad respecto de

archivo

la responsabilidad penal y asociada que les cabe a Palavecino, Bioletti y Sterz en relación directa con los ilícitos por los que vienen siendo requeridos. En tal contexto, ha quedado formal y suficientemente demostrado el vínculo que unía a todos ellos con el material estupefaciente y demás productos y/o elementos vinculados para la fabricación de estupefacientes, lo que comúnmente es denominado «cocina» de drogas”, sostuvo el fiscal federal de Paraná Mario Silva cuando firmó el requerimiento de elevación a juicio de esta investigación.ß

Zampieri temía que se quedaran con su negocio

Chocó y terminó en una pizzería

revelación. El empresario se lo dijo a un amigo un día antes de su misteriosa muerte Gustavo Carabajal LA NACION

télam

Un auto terminó incrustado en el frente de una pizzería del barrio porteño de Balvanera tras haber chocado con otro. Uno de los conductores quedó gravemente herido. Según informaron fuentes policiales a la agencia de noticias Télam, el choque se produjo pasadas las 8 en la esquina de la avenida Rivadavia

cañuelas

Se quisieron “colar” a un casamiento y mataron a un invitado Un hombre de 30 años fue asesinado de un tiro en el pecho cuando un grupo de jóvenes intentó ingresar sin permiso en el casamiento de un amigo de la víctima, en Máximo Paz, partido de Cañuelas. El hecho ocurrió a las 6 de ayer en Pereda al 500. Como consecuencia del enfrentamiento entre los allegados al novio y los que quisieron irrumpir en el festejo también resultaron heridas cinco personas, tres de bala y dos a pedradas. Los agresores huyeron y anoche eran intensamente buscados por la policía, según informó Télam.ß

y Azcuénaga, entre un Chevrolet Astra gris y un Volkswagen Gol negro. Por causa del fuerte impacto, uno de los conductores quedó atrapado dentro del vehículo, gravemente herido. La víctima, tras ser retirada por los bomberos y atendida por personal del SAME, fue trasladada al hospital Ramos Mejía, donde ayer permanecía

internada. En tanto, fuentes policiales informaron que ninguno de los comensales de la pizzería Kentucky recibieron lesiones derivadas del impacto del Chevrolet Astra. Tras el accidente, y para facilitar las tareas de emergencia, Rivadavia quedó cerrada al tránsito en esa zona hasta el mediodía.ß

rosario

Murió otro preso por el incendio en la alcaidía Un preso que había sufrido graves quemaduras en el incendio ocurrido el viernes en la alcaidía de la jefatura de policía de Rosario murió ayer, y ya suman tres los reclusos que perdieron la vida tras los incidentes entre internos que derivaron en el siniestro. Fuentes oficiales y de salud informaron a la agencia Télam que otros siete detenidos permanecen internados. El tercer muerto fue identificado como Darío Escobar, de 30 años, que estaba alojado en el Hospital de Emergencias de Rosario con graves quemaduras en su cuer-

po. Además de Escobar ya habían fallecido Miguel Ángel Saboldi, de 35, y Guillermo Benavente, de 32. Con respecto a la muerte de Saboldi, el director del Servicio Público de la Defensa Penal de Santa Fe, Gabriel Ganón, explicó: “La perito forense Silvia Cavallini aseguró que la víctima murió por asfixia, al respirar monóxido de carbono en alta concentración y caliente”. Norma Acosta, esposa de la víctima, había denunciado que el siniestro fue provocado justamente para ocultar el asesinato de su pareja.ß

violencia

Llegan a 70 los homicidios en Rosario, en 2013 SANTA FE.– En lo que va del año, ya se registraron 70 homicidios en Rosario. Se llegó a esa cifra ayer, con el caso de un joven de 30 años que fue ultimado a balazos por dos personas que se trasladaban en moto, en el barrio Puente Gallego, situado en la zona sur de esa ciudad. La víctima fue identificada por la policía como Alejandro Simón Sanhueza. El hecho ocurrió ayer, aproximadamente a las 5, cuando Sanhueza tomaba cerveza con amigos a metros de su casa y fue baleado desde una moto.ß

“El día antes de su muerte, tomé un café con Mirco y me dijo que tenía miedo de que se quedaran con su fábrica de pastas. Me avisó que, para evitar que eso sucediera, al día siguiente se reuniría con su abogada para llevarle un poder sobre las acciones de la empresa.” Esta charla entre el empresario italiano Mirco Zampieri y su amigo se concretó el 3 de enero pasado a última hora de la tarde. Al día siguiente, el ex socio del restaurante Harry Cipriani y propietario de una compañía dedicada a la elaboración de pastas y pizzas gourmet apareció muerto de un tiro en la cabeza en el palier de su departamento de Libertad 1637, en el barrio de Retiro. Como publicó la nacion, los efectivos de la comisaría 15ª que intervinieron ese día caratularon inmediatamente el caso como un suicidio; Zampieri tenía una pistola Glock calibre 40 en la mano izquierda. Pero esa versión estaría a punto de derrumbarse, y la investigación viraría a la de un asesinato, debido a que las inconsistencias en la labor policial y los dichos de varios testigos pusieron en crisis la hipótesis primaria. Luego de que el fiscal de instrucción Martín López Perrando decidiera exhumar el cadáver de Zampieri debido a las serias irregularidades advertidas en el sumario policial, los amigos de la víctima fueron llamados a declarar. Uno de esos allegados se refirió a los temores del empresario; dijo, por ejemplo, que la persona que figuraba como titular de la fábrica situada en Pilar querría quedarse con la empresa aprovechando que Zampieri había puesto el establecimiento a su nombre. Por tal motivo, según declaró el amigo de la víctima a la nacion, Zampieri había decidido reunirse con una abogada para ejecutar el poder que indicaba que podía expropiar la fábrica y ponerla a nombre de uno de los allegados en los que podía confiar.

Esa reunión estaba pautada para el viernes 4 de enero a las 10.30 y nunca se concretó. Cuatro horas antes, el cuerpo del hombre de negocios, de 61 años, nacido en Venecia, Italia, apareció con el cráneo destrozado en el palier del departamento en el que había vivido, con su esposa y su hija, hasta hacía pocos días. “Yo sé a quién le tenía miedo mi amigo, pero, por ahora, no lo voy a decir. Que vayan y se fijen a nombre de quién está la fábrica de Pilar”, explicó aquel allegado. Según este conocido de Zampieri, el empresario le había pedido la Glock calibre 40 en diciembre pasado, cuando surgieron las noticias sobre los saqueos en la zona norte del Gran Buenos Aires. “Andaba con la recaudación encima y no quería que lo asaltaran. Además, tenía miedo de que saquearan la fábrica”, dijo a la nacion el amigo de Zampieri, que solicitó mantener su nombre en reserva por su seguridad. Este mismo amigo fue quien reveló a los investigadores de la Policía Metropolitana que Zampieri nunca podía tener la pistola en la mano izquierda porque era diestro y que además usaba una pistola que cuenta con una corredera para la expulsión de las vainas que sólo pueden usar los derechos. Esa revelación se sumó a una serie de elementos, como inconsistencias en las declaraciones de los testigos del procedimiento del hallazgo del cuerpo, que permiten sospechar que la escena de la muerte habría sido manipulada para encubrir un homicidio. A esto se suma la serie de contradicciones de algunos familiares del empresario que, durante el sepelio, afirmaron que Zampieri había fallecido de un ataque al corazón y no mencionaron nada del tiro en la cabeza ni del suicidio. Las sospechas sobre el montaje de la escena de la muerte se fundaron también en el hecho de que los policías de la comisaría 15ª no realizaron el dermotest en las manos de la víctima en busca de la pólvora que deja un disparo.ß