CARLOS REYNOSO Universidad de Buerws Aires
El surgimiento de la antropologfa posmodema es, en sentido estricto, un proceso de transformacion experimentado pol' una de las tantas corrientes intemas de la disciplina, la llamada antropologfa interpretativa. Tras una fase tibia de "antropologfa simb61ica" en las decadas de 1960 y 1970, y luego de un falso arranque bajo las banderas de la fenomenologfa (demasiado escolasticas, trascendentales y solemnes para los tiempos que corren), los interpretativos hallaron en un posmodemismo que algunos reputaran predigerido y fragmentario su marco de referencia mas afln. A despecho de la naturalidad con la que los posmodernos asumen su propia transicion en el relevo de las modas, la polemica que se ha desarrollado en tomo del movimiento es una de las mas tensas y clelicadas de la histori3 disciplinar; no hay mas que asomarse alas revistas antropo16gicas recientes: sucede casi como si todo otro tema hubiera sido postergado en espera de su resolucion. Digamoslo enseguida con otros matices y adoptando otro angulo de mira. Despues de algunos anos en que no se pudo hablar a ciencia cieI1a de ningun paradigma dominante, la antropologfa mundial ha sido ganadapor 10 que pareceria ser una nueva moda intelectual que responde alas premisas del posmodemismo. Desplegaremos mas adelante la caracterizacion de los aspectos mas puramente antropologicos de este movimiento, es decir, la obligada semblanza de la antropologfa posmoderna. Primero corresponde caracterizar el posmodernismo en sent.ido amplio, como movimiento intelectual generico, en el cual se inspira -'--en teoriala antropologfa que lleva su nombre. Hay que hacer, eso sf, una salvedad, pues algunas facetas de la cuestion han sido fatigadas en exceso y las not.as que siguen no quisieran ser redundantes. La avent.ura del posmodernismo se puede contar siguiendo innumerables t.rayectorias, variadament.e validas; la forma que aqui elegimos apunt.a a resalt.ar cieI1as Hneas (las que conciemen alas ciencias sociales) en det.rimento de ot.ras (las que tienen que vel', pol' ejemplo, con la lit.erat.ura, la filosofla y el art.e), que acostumbran ser mucho mas cOIiocidas. Examinemos ahora el posmodemismo en general subrayando los aspectos que se refieren a nuestra disciplina especlfica, echando sobre el una mirada antropologica; y hacia el fondo del articulo int.ent.aremos mostrar de que manera los ideales del posmodemismo como filosofla de una epoca se han reformulado en t.erminos de una concepcion de la antropologfa, de su objet.o y de sus practicantes.
De 10 que no cabe ni sombra de duda es de que el termino "posmodernismo" (igual que "postestructuralista") se origina en los Estados Unidos; en sus inicios, parece haberse acuiiado a prop6sito de cierto giro paradigmatico ocurrido en el seno de las tendencias intemas de la arquitectura, en la que se comenzo a poner en tela de juicio el concepto de vanguardia. Pero la idea de una condicion "posmoderna" tiene una gestacion compleja: arbitrariamente comenzaremos pOl' los postulados de Bell, aunque dejando constar que (dado que 10 que se analiza es un movimiento de convergencia) el punto de partida podria haber sido cualquier otro. En 1973 Daniel Bell publico un extenso libro de prognosis social, a caballo entre la economfa, la ciencia polftica y la sociologfa, en el que anunciaba el advenimiento inminente de la sociedad postindustrial. Esta modalidad societaria involucraria primordialmente no tanto un cambio en la infraestructura, sino una metamorfosis de fondo en toda la estructura social. Los procesos que permiten diagnosticar esta transformacion, segiln Bell, se encuentran mas avanzados en los Estados Unidos que en cualquier otro pafs. EI libro de Bell no es el primero en llamar la atencion sobre el particular, pero sf 10 es en alcanzar amplia difusion. Como siempre, han surgido querellas poria precedencia: Bell asegura que el introdujo el concepto de sociedad postindustrial ya en 1962, 10 que a la escala de esta especie de neosociologfa es fecha temprana; posteriormente descubrio que un socialista ingles (Althur Penty) ya habfa utilizado la palabra en 1917 para referirse a una sociedad artesanal del futuro, descentralizada y que ennoblecfa el trabajo, contraria al "estado de ocio" que anunciaban otros futuristas. Bell admite que otros nombres Ie hubieran cabido igual: "s.ociedad del conocimiento", "sociedad de la informacion" 0 "sociedad profesional". Pero en aquel entonces, cuando acuiio el termino, se encontraba bajo la influencia de Ralf Dahrendorf, quien habfa hablado de la "sociedad poscapitalista". La sugerencia de que algo tan dominante como la industria 0 el capitalismo estuvieran en retirada era peculiarmente desafiante e invitaba al desciframiento de signos; yen esa fascinacion consistio el exito de un prefijo que no haria mas que extenderse desde entonces. EI argumento global estructurado pol' Bell es simple, aunque la argumentacion sea espaciosa: el maximo detalle en los segmentos, la maxima simplicidad en el conjunto. Dice Bell que la sociedad occidental esta en camino de un gran cambio historico en el que las relaciones sociales (que se asenta .. ban en la propiedad), las estructuras de poder existentes (centrada en elites reducidas) y la cultura burguesa (centrada en la represion y en la renuncia a la gratificacion) se desgastan rapidamente. Las Fuentes del cataclismO' son cientfficas y tecnologicas, pero tambien culturales. La cultura ha obtenido autonomra en la sociedad de Occidente. En parte es pol' ello que no esta para nada claro cuales habran de ser las formas de esta nueva sociedad. lCuales son, sin embargo, los signos de la transformacion? veamos ini-
cialmente uno. Una cosa es segura: la clase obrera industrial -contabiliza Bellesta disminuyendo en numero, y su importancia en la economfa de los pafses mas avanzados tiende a ser marginal. Ni hablar del campesinado. Es diffcil que el futuro presencie la "dictadura del proletariado" cuando el proletariado, como qui era que se 10 defina, se muestra en trance de desaparicion. En el discurso de Bellia construccion del objeto evoca las grandes configuraciones parsonsianas, similares a las que se encuentran en la base de ciertas vertientes de la antropologfa simb6lica. A su juicio, la sociedad se puede dividir en tres Rmbitos: la estructura social, la polftica y la cultura. La estructura social comprende la economfa, la tecnologfa y el sistema de trabajo. La polftica regula la distribucion del poder. La cultura es el reino del simbolismo expresivo y de los significados. Una de las transformaciones basic as que se estan produciendo concieme a la burocratizacion creciente de la ciencia y a la ::specializacion del trabajo intelectual en parcelas muy pequeiias. Ademas, como la sociedad postindustrial aumenta la importancia del componente tecnico del conocimiento, obliga a los cientfficos, ingenieros y tecnocratas a competir con los polfticos 0 a convertirse en sus aliados. A vista de pajaro, conviene distinguir cinco dimensiones a 10 largo de las cuales se esta manifestando el cambio:
1. Sector economico: el cambio de una economia productora de mercanC£asa otra productora de servicios. Colin Clark, hacia 1940, habfa dividido la economfa en los sectores primario (agricultura), secundario (manufactura, industria) y terciario (servicios). En el mundo no occidental, la importancia del sector primario es aun abrumadora (70% de la fuerza de trabajo); en los Estados Unidos la proporcion es la inversa. Pero nose trata de cualquier servicio, sino de servicios relacionados con Rmbitos especfficos: educacion, investigacion y gobiemo. Estos servicios involucran un nuevo tipo de tecnologfa y una nueva intelectualidad.
2. Dis.tribucion ocupacionaL: Lapreeminencia de La clases projesionaLes y tecnicas,/ A todas luces, estan desapareciendo los blue-collars (los trabajadores de mam~luco) en beneficio de los white-collars (Ios tI:abajadores de saco y corbata). Mientras la tasa de crecimiento de la clase profesional y tecnica en general ha sido el doble de la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo, la de los cientfficos e ingenieros ha sido el triple de la tasa de la poblacion trabajadora en su conjunto. --
3. Principio axial: la centralidad del aesarrollo teorico como fuente de innovacion y jormulaciOn pol£tica de la sociedad. Las relaciones entre la ciencia y la tecnologfa estan cambiando. Casi todas las grandes indus trias que hoy existen (siderurgia, energfa electric a, telefono, automovil, aviacion) ya habfan surgido a fines del siglo XIX, pol' obra de inveptores, chapuceros inspirados y hombres practicos que no posefan mayor conocimiento teorico. Pero la evolu-
c~on ulterior d~Ia electricidad en electronica y otros desarrollos semejantes solo fueron poslhles cuando la,evolucion tecnoI6mca se fund' I' . ., I I ,.,,: 00 en a mveshgaCIO~y e. ane~mIento t~onco.!La ideologfa de las corporaciones hacia Ill.inveshgaclOn ha Ido camblandocon el tiempo: el paradigma de I ., d h b .d US S . a corporaClOn pue e a er Sl 0 teel en el primer tercio del siglo, la' General Motors en el segImdo y Ill.IBM en el tercero.
y
~~~rientacionfutura: el control de la tecnolog£a y de Las contribuciones t~cnologzcas. Hasta h~~e p~o las nuevas tecnologfas simplemente se introdu~Ian, prestando atenclOn solo a los efectos primarios: el motor de combustion mte~~, .el aerosol, los detergentes. Es posihle que en el futuro se preste mas atenclOn al control de la tecnologfa, 0 que se desarrollen nuevas tecnolo 'as para reparar el efecto pemicioso de las precedentes. gI
5. Toma de decision: la creacion de una nueva "tecnolog£a intelectu al"
Las estructuras de todos los ordenes de Ill.nueva sociedad pertenecen I 'mb .' t d I" I "d d . " a a 1o e ~ c.o~p eJI a orgamzada, que funciona de una manera hasicamente con~ramtuztlVa: En el siglo XIX todo se movfa aun conforme a dos variables: capIt~1 ~ trahaJo, oferta y demanda. Desde 1940 ha florecido todo un campo espeClahzado que se ocupa de la complejidad: teorfa de Ill.informacion ciber netic a, teorfa de la decision. Para resolver los nuevos tipos de calcul 'h faIt ,. 'd os acen d a maqumas mas po erosas, en relacion directa con Ill.complejidad y cantid ad de proble~as a tr~tar. ~a inteligencia no puede apropiarse directamente e todas las vanables slmultanemente en juego.
. Las comp~ejas teorfas en t?mo de la toma de decisiones tecnicas en un sIstema complejo se pueden eshmar como Ill.contrapartida de las ideol ' . a 'II f d I 'I ul . oglas. que as. son. ~to e ca coy henen una funcion instrumental; estas son fruto de la mtmclOn y ~seen una funcion expresiva. De allf que se haya proclamado El fin de Las zdeolog£as en un libro del propio Daniel Bell (1960). EI problema fundamental de Ill. sociedad postindustrial tal vez sea -s ' Bell- el de conciliar Ill.direccion anti-institucional de Ill.cultura c legun t t 'al d' . 'da ' on . a esruc ura SOCI ,lflgI yor ~flentaciones tecnocraticas y economicistas. Esto ha sldo, en smteslS, Iii caracterizacion que hace Bell de un t' d . d d nuevo 1po e socle a que se encuentra en trance avanzado de formacion' Bell . be d d' , eSCfles e una postu~a amblgIIa, que ha ·sido descrita como neomarxista por algunos y como neohberal por otros. Llamativamente, aunque Bell promueve un nuevo concepto sobre Ill.articulacion de Ill.realidad social y aunque en obra h ay co~ponentes met 00 0I'OgIcos ' ' su que no siempre se encuentran en el discurso de los mtelectuales, su influencia directa y explfcita en la antropologfa ~a d~ ~er escasa: O~r~s autores sacaran de este panorama las conclusiones fllosoflCas y soclOlog~ca~ que han sentado las bases del posmodernismo; y e~ de. ~llos, tortuosa, mduectamente, de quienes la antropologfa tomara inspuaClOn.
La caracterizacion que Bell hace de Ill.sociedad postindustrial pronto repercute en otros ordenes, junto con otras formulaciones semejantes. Ideas parecidas muy pronto estan en el aire y Ill.intelectualidad se concentra alrededor de un puiiado de'motivos conductores. Gianni Vattimo, un filosofq italiano que esta entre los primeros que se han definido como posmodemos, realiza a fines de la decada de 1970 una apologfa del nihilismo y una celebracion de la muerte del pensamiento hmnanista, acordes con Ill. idea de que estamos en una nueva clase de sociedad, experimentando una condicion diferente. EI pro.,. ceso referido es el mismo, pero mientras Bell subraya las transformaciones de Ill. infraestructura, Vattimo se concentra en las rupturas que ocurren en el saber. Los referentes de Vattimo son, en Ultima instancia, Heidegger y Nietzsche. Uno y otro -dice Vattimopusieron radicalmente en tela de juicio la herencia del pensamiento europeo, aunque se negaron a proponer una "superacion" crftica, pues ella habrfa significado seguir prisioneros de Ill.logica del desarrollo, propia de ese pensamiento. La modernidad se puede caracterizar, en efecto, como una forma de pensamiento dominada por Ill.idea de una historia del pensamiento, entendida como progresiva "ilmninacion" que se desarrolla mediante una apropiacion cada vez mas plena de los "fundamentos". La modernidad se caracteriza a veces como Ill."epoca de la historia", en contraste con la mentalidad anti gull.0 primitiva, dominada por una idea naturalista y cfclica del curso de las cosas. Pero si Ill.posmodernidad implica una superacion de esta idea, lno se esta incurriendo en la misma falacia? Decir que estamos en un momento ulterior respecto de Ill.modernidad y asignar a este hecho un significado decisivo presupone aceptar 10 que mas especfficamente caracteriza el punto de vista de Ill. modernidad: Ill.idea de historia con todos sus corolarios, el concepto de progreso y el de superacion. Para Vattimo, esta sena una objecion vacfa e inconsistente, caractenstica de 108juicios puramente fornIales. En la posmodernidad las categorfas de 10 nuevo y de Ill.superacion ya no tienen vigencia. Lo posmo- , demo no 8010 se caracteriza como novedad con respecto a 10 modemo, sino' tamhien como disolucion de Ill. categorfa de 10 nuevo, como experiencia del "fin de lit historia", Ill.cual no se representa, por lo'tanto, como una etapa superior de Ill.historia misma. La historia ha terminado porque Ill. idea de una historia como proceso unitario ya no es convincente; en Ill.existencia concreta se instauran condiciones efectivas (Ill.amenaza nuclear pnmero que nada, yen segundo lugar los sistemas de informacion), que Ie confieren una especie de inmovilidad historica. Fuera de elaboraciones periodfsticas como las de Fukuyama, que han hecho estallar el escandalo, hallaremos ecos de Vattimo en el antrop6logo Crapanzano, cuando este considere fracasada una etnograffa interpretativa solo por el hecho de ya no ser convincente, y sobre todo en Stephen Tyler, quien considerara en proceso de extincion justa 108ohjetos y fenomenos mas proliferantes.
Decfamos que antes de Vattimo, los pensadores que echaron las bases de la no-historicidad han sido Nietzche y Heidegger, a quienesaquel recupera por espasmos, por jirones de textualidad. El desarrollo de sus ideas --dice-permitini superar las sospechas de que 10posmodemo es meramente una moda entre otras. La posmodemidad es un discurso legftimo, porque 10que mejor describe la experiencia que tenemos de la actual sociedad occidental parece ser la categorfa de posthistoria. Esta fue introducida en la terminologfa cultural por el antrop6logo filosofico Arnold Gehlen, quien figura tambien entre los precursores de Berger y Luckmann. Para Gehlen, el concepto de poshistoria implica la condicion en la cual el "progreso se convierte en rutina": la "novedad" ya no, tiene nada de revolucionario ni de renovador, es simplemente aquello que permite que Ias cosas marchen siempre de la misma manera. El desarrollo de la tecnica ha secularizado, vulgarizado, vaciado, la idea de progreso. El ideal de progreso es algo vacfo, pues consiste en las condiciones en que sera posible un nuevo progreso, y asf hasta el infinito. Frente a este estado de cosas, 10 6nico que cabe es el nihilismo, y Vattimo realiza una prolija y exaltada reivindicacion de esta filosoffa desmovilizadora por definicion. La historia (afirman los nihilistas) carece de sentido; 10que ellos piensan sobre la posibilidad y la necesidad de transformarla es desde ahora imaginable. La incidencia indirecta de Vattimo en la antropologfa (ecos de.ideas en expansion, reflejados tal vez a partir de otros intelectuales en el campo de una intertextualidad enredada) arroja menos interes que la lectura que ha hecho el filosofo de la antropologfacomo ciencia, lectura restringida a un libro de Remo Guidieri y .a un artfculo ignoto de America ind£gena. Vattimo descree de la eventual fusion de antropologfa y hermeneutica, y aparentemente desconoce que ese maridaje ya se materializo: a la antropologfa como descripci6n cientlfica de las constantes de la cultura, profundamente condicionada por la idea metaffsica de ciencia, no se Ie puede oponer -aseverael ideal de una antropologfa como lugar del encuentro autentico con el otro. Cualquiera haya si-. do el exito de sus otros vaticinios (los posmodemos son dados a augurar), el caracter unanimemente interpretativo de la antropologfa posmodema no hace mas que desmentir las prohibiciones del fil6sofo.
A esta altura debe caer de suyo que no pretendemos construir la historia del posmodernismo. Pero toda sfntesis serfa incompleta si no seiialara algunos de sus precedentes mas notorios. En los primeros tiempos, cuando s610unos pocos hablaban de posmodemismo, la vanguardia intelectual estaba rerresentada por un puiiado de pensadores franceses, mas 0 menos estrechamente relacion~dos con Tel Quel, que escribfan en 10que podrfamos caracterizar como un dialecto del frances de Pans con rotundas inflexiones lacanianas. La \ unidad de ese movimiento, sumamente laxo como tal, era en efecto mas bien estilfstica, 0 por 10menos mas estilfstica que ideologica 0 metodol6gica.
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Despues Frank Lentricchia llam6 a ese movimiento postestructuralismo, y unanimemente se reconocio en el a una especie de vanguardia del pensamiento posmodemo. Con.los postestructuralistas surge una nueva clase de in. telectual institucionalizada. La que comenz6 siendo, tal vez, una especie de , extensi6n de la crftica literaria hacia los dominios de la filosoffa, acab6 convirtiendose en una practica que habrfa de decretar (entre otras cosas) la crisis de la raz6n y de la ciencia. El inventario de los postestructuralistas varia segUn la 6ptica de los distintos autores, pero todo el mundo reconoce a Foucault como uno de los orientadores principales. Lo que pueda haber escrito concretamente Foucault no viene al caso en este preciso momento; baste decir que difundi6 un fuerte escepticismo hacia ciertas categorfas analfticas de las ciencias sociales y de la ciencia en general, resaltando la relatividad y el caracter construido de nociones aparentemente tan basicas como "enfermedad mental", "hombre", "poder" y "conocimiento". ~u relativismo, mas temporal que culturol6gico, habra de realimentar y otorgar nuevo rigor a viejas corrientes de la antropologfa. Una de las ideas centrales de Foucault es la de la arbitrariedad de las epistemes (un termino que compendia, por asf decirlo, las connotaciones de "concepci6n del mundo" y de "paradigma"). Cada una de ellas define no solo los objetos mas importantes para cada epoca, sino que los construye: el "hombre", por ejemplo, como problema filos6fico y como entidad sobre la que se pudiera hablar, no existla hace algunos siglos, y probablementevuelva a no existir \ dentro de poco. Cada episteme define 10que es pensable y 10que no, y cada episteme disfruta de coherencia intema y de una especie de autonomfa. De esta forma, el pensamiento evolucionista de Darwin tiene que ver mas con otras ideas y premisas de su epoca que con la "biologfa"de los siglosprecedentes. Foucault, fue, quiZ8s, el primer autor frances lefdo casi masivamente por Ios antrop610gosnorteamericanos, con la posible excepci6n de .Levi-Strauss. Sea como fuere, con el se inicia algo que no se habfa dado con mucha frecuencia: que los pensadores franceses, caracterfsticos por sus profundos conocimientos de filosoffa y por su erudici6n comparativamente enciclopedica, comenzaran a ejercer influencia directa sobre la comunidad antropo16gicade Ios Estados Unidos. Por primera vez, quiza, los antrop610gosnorteamericanos exploraron literaturas de ensayo extranjeras ajenas a la disciplina. Cabe reeonocer unas pocas excepciones a la escasa apertura de esos profesionales, y sobre todo una: Clifford Geertz, representado en esta compilaci6n por "Blurred Genres"; por 10 demas, antes del advenimiento del posmodemismo, ni siquiera los cientfficos sociales inclinados hacia la fenomenologfa acostumbraban leer ensayos que no pertenecieran al mismo cfrculo de ideas filos6ficas que el que ellos frecuentaban. Aunque Ia dominancia de su civilizaci6n tome artificioso hablar de provincianismo, se percibe que los antrop61ogos norteamericanos modemos no eran, antes de asimilar a Foucault, genuinos cosmopolitas. Tomemo,?nota de algunos signos tenues del influjo foucaultiano. En el artfculo de Richard Shweder "La rebeli6n r01pantica de la antropologza contra el iluminisT1W", que luego reproducimos, se encu.entra una referencia Ii la fa-
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mosa clasificaci6n de John Wilkhis"
zoolOgica invent dB' " de Ot . . ~ .a por) orges (vease EI idioma analftico , ras tnquvnczones . esa clasifi ., caslo extrem~ de arbitrariedad, categoria ti;ica de la cIl~aclO~ sedexIpone co~o na . Ahora blen la cita de Bo ' enSlOn e 0 no-raclO_ . . ' rges no esta tomada de sus b I't . , slgmficativamente de Las palab !as d 0 ras I eranas, SInO por este mismo texto de B ras y cos~ e Foucault, lID ensayo inspirado smo despliegue de arbitrariedad. Con los alios la infl~:~~~: r~este cana reciente se hizo enorme L e o~ca t sobre la antropologla norteameri_
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el prolijo detalle de la carac;eri::~:~: asi~lado de. su obra no e~ tanto marse la arqueologla del sabe (. epistemes m 10 que podna lIatoria siempre se escribe retro:p:t::~~~~t~rd:uperar el ~echo de que la hissituando alas teorias a los libros I " 'fi sde un clerto punto de vista, contrario, 10 que. se ha tornado y a ~tSc~enh lcosdcomo protagonistas); por el , mayon anamente e Fou ult ' van ante un poco ' f d d I ca no es sino una d . d I mas re Ina a e relativismo que situa Ia "verd d" I pen enCla e a multiplicidad de epistemes d' I a en (ebre de verdades, todas ellas vaIidas. ..y a lsue ve en una muchedum-
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Otro pensador frances que ' a teamericana, incluso con mayor ;~~e~~ d xenetrai en la intelectualidad norques Derrida, otrora cultor del m un ~ a que.e pr~~io Foucault, fue JacaOlsmo. 0 bre su IrrupclOn evoca Lentricchia:
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En algun momento de principios de Ia decada de 1970 por dogmiilicode nueslro sueno fenomeno16 ico d nos desperlamos del sonueva presencia se habfa asentado en nueS!i';' p