EL CONFESIONARIO con el Padre Cruz
3 MITOS & VERDADES 1
La Biblia relata pestes y desgracias enviadas como castigo a pueblos que no siguieron la voluntad de Dios. Cuando leemos desgracias encontramos que fueron causadas por el mismo pueblo a causa de su desobediencia y rebelión hacia Dios.La Biblia nos enseña que Dios moldea a su pueblo para perfeccionarlo. Si obedecemos en cumplir la voluntad de Dios, entonces Él nos demostrará su amor y su misericordia eterna.
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¿Dios castiga?
El
amor de Dios no es incompatible con el castigo divino, al igual que Su misericordia no es incompatible con Su justicia. Recordemos que el castigo está relacionado con la justicia. El diccionario define “castigo” como “una pena impuesta al que ha cometido un delito o falta”. Una de las verdades mejor atestiguadas en la Sagrada Escritura, es el hecho de que Dios impone penas a los culpables del pecado. Los padres de familia también aplican castigos a sus hijos para corregirlos cuando éstos cometen faltas que lo ameritan. Un padre que no castiga jamás a sus hijos, hagan lo que hagan, no demuestra amor por ellos, sino una indiferencia o falta de autoridad. La fe cristiana nos enseña que Dios castiga porque Él es amor; castiga a los pecadores porque los ama y por-
El padre Cruz A. Calderón es el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Escríbale a padrecruz@ olphdallas.org que quiere que también ellos y todos los hombres alcancen su fin: la unión con Dios mediante una libre opción de fe, esperanza y amor por Él. Por eso es importante vivir y amar nuestra fe, por supuesto, cumpliendo las leyes que Dios nos ha regalado, viviendo lo mejor posible por cumplir los Mandamientos divinos que son diez. Con la ayuda de Él y tomados de Su mano, lo podemos lograr sin ningún problema.Los invito a que empecemos a vivir una vida meramente cristiana.
Decir que no hay castigo divino, es negar el ‘temor de Dios’. El temor de Dios es una actitud de reverencia y respeto hacia Dios. Sí debemos tener temor de Dios y esto se traduce en reconocer que somos pecadores y con acercarnos a Dios para pedirle perdón a través del Sacramento de la Confesión. Dios está dispuesto a perdonar todos los pecados que cometemos cuando los confesamos con sinceridad.
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Debemos aceptar el castigo como una vía de redención, como el paso necesario a la ‘renovación’ interior. Dios nos ama y quiere que busquemos nuestra redención, por eso nos invita a vivir el ejemplo de Jesucristo, que por amor entregó su vida para salvarnos, no para condenarnos. Pero recordemos lo que dicho en Gálatas 6:7: “No se engañen, nadie se burla de Dios: al final cada uno cosechará lo que ha sembrado”.
REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2014
EL CONFESIONARIO con el Padre Cruz
3 MITOS & VERDADES
1. La Eucaristía debe ser distribuida por manos ungidas en la ordenación. El sacerdote ordenado es quien consagra el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la celebración de la Eucaristía. El ministro extraordinario solo ayuda en la distribución especialmente en ocasiones en que se presentan largas filas de fieles que esperan comulgar. Este ministerio de laicos se creó precisamente para ayudar al sacerdote a distribuir la sagrada Comunión.
ARCHIVO RC
PREGUNTA
¿Es menos válida la Eucaristía cuando se recibe de manos de un ministro laico? RESPUESTA No. Es absolutamente válido recibir la Eucaristía de manos de un ministro extraordinario de Comunión. Se trata de un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y estipulado en el Canon 230,3 del Derecho Canónico que dice: “Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden los laicos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, dar la sagrada Comunión, según
la prescripción del derecho”. Y en el canon 231 establece que para ejercer este ministerio se requiere de la debida formación, conciencia y generosidad. Lo anterior significa que el ministro extraordinario de Eucaristía es una persona comprometida a vivir una vida ejemplar, dando testimonio de su función. De esta manera los laicos pueden ayudar en una forma activa a los párrocos en la distribución de la Comunión, tanto en la Misa como fuera de ella.
El padre Cruz A. Calderón es el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Escríbale a padrecruz@ olphdallas.org
2. Cuando un sacerdote me da la Comunión siento que es Jesús quien a través de él se entrega. En verdad es el mismo Jesús que se entrega a través de la sagrada Eucaristía, pero no hay diferencia en recibir su Cuerpo y Sangre de parte de un ministro ordenado o de uno delegado por el párroco. Jesús siempre está allí. 3. No acepto tomar la Eucaristía en la mano y llevarla a mi boca, siento que degrado su valor. Recordemos las palabras que repetimos en la Santa Misa: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. La Eucaristía tiene el mismo valor tanto si la recibimos en la boca como si lo hacemos en la mano, pues es Jesús Sacramentado a quien recibimos. Los invito a que meditemos cómo podemos recibir a Jesús Eucaristía en el corazón, con todo el amor y el respeto que Él se merece.
REVISTA CATÓLICA • JUNIO-JULIO 2014
EL CONFESIONARIO con el Padre Cruz
3 MITOS & VERDADES
MITO: Siento que el rosario se torna monótono y aburrido para los más jóvenes. VERDAD: Es muy importante que eduquemos y expliquemos a los jóvenes y pequeños lo que significa el santo rosario, para que entiendan y así le encuentren sabor a la oración. Si entienden se van a enamorar de la devoción. ¿Cómo podemos hacer que nos agrade algo si no lo entendemos? Vamos a inculcarle la devoción a toda la familia sin importar edad, desde el más pequeño hasta el más adulto. MITO: Todos podemos rezar el rosario. No hay que ser católico para hacerlo.
CNS/TONY GENTILE
PREGUNTA
¿Por qué rezamos el rosario si no está en la Biblia? RESPUESTA Los católicos rezamos el rosario para meditar en la vida de Nuestro Señor Jesucristo por la intercesión de nuestra madre, la Virgen María. ¿Dónde encontramos la vida de Jesús? en el Nuevo Testamento de la Biblia. Si hay una oración que tenga profundas raíces bíblicas, esa es precisamente el rosario. La Biblia nos brinda varias razones para rezarlo: Porque Dios Padre manda al ángel Gabriel a saludar a la Madre de su Hijo: “Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo”, (Lucas 1:28); porque el Espíritu Santo así inspiró alabar a María y a Jesús: “Isabel se llenó del Espíritu Santo y clamó con fuerte voz: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre’”,(Lucas 1:48), y porque Jesús nos recomienda orar sin intermisión, (Lucas 18:1). Es verdad que este mandato se cumple con cualquier oración, pero el rosario facilita su cumplimiento. Por lo tanto, si tenemos una petición que hacerle a Dios, debemos rezar el rosario para obedecer al mandato del Padre, a la recomen-
dación del Hijo y a la inspiración del Espíritu Santo. Los misterios del rosario son: Gozosos, donde meditamos desde el Anuncio del ángel a María hasta el nacimiento y la presentación del Niño Jesús en el Templo. Dolorosos que nos recuerdan la Pasión de Jesús desde el camino de la Cruz hasta la Crucifixión. Gloriosos en los que entramos en la victoria y alegría de ver a Jesús resucitado, y los Luminosos con los que aprendemos del misterio de Jesús, llevando la Buena Nueva del Evangelio y salvación para todos. El padre Cruz A. Calderón es el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Escríbale a padrecruz@ olphdallas.org
VERDAD: Cierto. Todos podemos rezarlo para meditar en la vida de Jesús y pedir la intercesión de la Virgen. De acuerdo a las palabra de San Juan Pablo II: “Recitando vuestro misterio o decena, seguís la inspiración del Espíritu Santo que, instruyéndolos interiormente, os lleva a imitar más de cerca a Jesús, haciéndonos rezar con María, y sobre todo, como María”. Personalmente conocí a un hermano separado que rezaba el rosario pues decía que un hijo siempre cumple los deseos de la madre, así que Jesús escucha siempre a María. MITO: Sólo se ofrece el rosario si tenemos una petición poderosa para hacerle a María. VERDAD: Lo podemos ofrecer en cualquier petición, pues si nos damos cuenta entramos en la Vida de Jesús descrita en el Nuevo Testamento de la Biblia. La presencia de María en nuestra vida y en el rosario, nos enseña que ella estuvo presente en cada momento, siempre guardando todo en su corazón y haciendo la voluntad del Padre. Por eso rezamos repetidamente el Padre Nuestro y el Ave María, para concientizar y vivir con la misma fe y el mismo amor de María.
REVISTA CATÓLICA • MAYO 2014