declaración del doctorado de estudios sociales (des). universidad

respaldo a los acuerdos de La Habana. * Doctorado de Estudios Sociales (DES). Universidad Distrital. Francisco José de Caldas. Bogotá.. Directora Claudia ...
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MEGAFÓN Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Conselho Latino-americano de Ciências Sociais

La batalla de las ideas N* 7 | Septiembre 2016

UN ROTUNDO SÍ A LA PAZ Doctorado de Estudios Sociales (DES). Universidad Distrital Francisco José de Caldas*

El camino que queda despejado, para las transformaciones hacia una mejor vivir de todos los ciudadanos y ciudadanas colombianos, es de grandes proporciones, pues la guerra ha constituido el principal obstáculo que en muchos sentidos se ha interpuesto en la vía de nuestro avance cono proyecto de nación y territorio apto para la vida. El acuerdo, por supuesto no es perfecto, pero es el mejor acuerdo de paz que jamás se ha firmado en nuestra larga historia de conflictos armados y, en muchas materias, crea uno de los más altos estándares comparado con múltiples experiencias internacionales. Estamos en la era de la paz imperfecta, que quiere decir que acuerdos de esta naturaleza simplemente dejan abiertas las puertas para una construcción continua de la convivencia pacífica por sociedades civiles liberadas de la amenaza armada. Sin duda, se crea un nuevo espacio político que convoca a la ciudadanía a hacerse partícipe de la construcción de un futuro en el que se transformen las condiciones de vida para los campesinos, en cuyo seno se han incubado las peores inequidades sociales que han sido caldo de cultivo para la guerra. En el que se acoja y reivindique la dignidad de los más de ocho millones de víctimas directas de la agresión armada. En el que se discutan formas de reorganización democrática que pongan fin a un régimen de exclusiones. En el que se reforme la justicia para que no haya impunidad y prevalezcan la verdad, la reparación y la reconciliación, sin dejar de atender la naturaleza transicional

del período. En el que se vuelvan a pensar nuestras ciudades y se busquen alternativas a la violencia del narcotráfico que ha alimentado a los actores armados. Además hay que concluir el ciclo de los acuerdos con las guerrillas, en particular el proceso pendiente con el Ejército de liberación nacional (ELN), para que se generen así las condiciones para una paz consolidada con todos ellos. Como esto significa impulsar un nuevo sentido de la política, el primer ejercicio que tenemos por delante es el de la preparación para una deliberación abierta y honesta del plebiscito de ratificación de los acuerdos que ha sido convocado por el Gobierno nacional para el 2 de Octubre. Allí se juega una parte importante de la necesaria legitimación del pacto suscrito. Nuestra tares es la de una gran campaña de pedagogía por la paz; promover el conocimiento de los acuerdos y su análisis; contribuir a que los ciudadanos y ciudadanas lleguen a la hora de las decisiones con suficiente información y capacidad para discernir su opinión política, criticando las leyendas y falseamientos que algunos sectores de opinión echan a rodar de manera irresponsable. Nadie en la comunidad universitaria puede ser indiferente ante tamaño desafío. Que la gente vote a conciencia del tamaño de los acuerdos, que incluyen reivindicaciones para los dos contendientes, pero también reformas que beneficiarán a millones de personas. El plebiscito debe ser una ocasión de reconciliación, un esfuerzo por deconstruir el dualismo amigo-enemigo, una oportunidad para humanizar a los contendientes y disponerrnos a recibirlos en el seno de una sociedad que se piensa la reconstrucción del vínculo social. Por eso decimos categóricamente sí a la paz, sí al respaldo a los acuerdos de La Habana.

* Doctorado de Estudios Sociales (DES). Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá.. Directora Claudia Piedrahita.

NÚMERO 7 | SEPTIEMBRE DE 2016

E

l próximo 26 de Septiembre, en la ciudad de Cartagena de Indias, se formaliza ante el país y el mundo, el Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera suscrito por el Gobierno Nacional y las Farc- EP. Este acontecimiento ha estado precedido de la entrada en vigencia del cese del fuego bilateral y definitivo entre las partes. Dar por terminado un conflicto de 52 años de duración, que causó tantas pérdidas al país y tantos sufrimientos a sus comunidades y familias, constituye un hito histórico que responde al deseo de paz del pueblo colombiano.