¿Cuáles son dos peligros que afrontamos en el ministerio? Artículo escrito por: Yoan García ….para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.(2Co 2; 11. RV 1960) Escribirles a misioneros es todo un reto y a la vez un privilegio, ya que pienso que son esa especie en extinción de hombres y mujeres que cada día salen al campo de batalla a darlo todo por la obra de Dios. Me fascina esa combinación misteriosa de valor, fe, entrega, dolor, pasión, amor por los perdidos que vive en cada consiervo. Por esto quisiera hablarles a todos aquellos que hoy sin ánimo de ostentar grandes ministerios, sin deseos extremos de gloria o de ser tratados como reyes, reconocen que solo son los mensajeros del Rey, a estos va dirigido este mensaje, solo a ese grupo de hombres y mujeres que luchan cara a cara con el enemigo de las almas. Quisiera exponer dos peligros que afrontamos en el ministerio Primero: Desenfocarnos del sentido original de la misión.(Fil. 3:12-14. RV. 1960) Estos versos nos hablan de dirección; "prosigo a la meta”, tener claro hacia dónde vamos, en fin estar enfocados en lo que Dios nos envió a hacer donde quiera que estemos. Algo muy común entre los misioneros, es que si no se ha obtenido todo el resultado deseado o las circunstancias aparentemente no le favorecen estos se desenfocan y el enemigo con astucia les entretiene en otras cosas que son importantes pero no son el objetivo principal por el cual Dios les ha llamado aquel lugar. Recordemos que el Señor“nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”(2Co 5; 19 b) y que no hay nada más importante para nosotros que predicar las Buenas Nuevas a los perdidos. Amados nuestra misión es la de rogarle a los hombres que ellos se reconcilien con Jesucristo. El diablo tratara por todo los medios que perdamos de vista lo que Dios nos ha llamado a hacer. Podemos ver a un Israel en su camino de Egipto a Canaán desenfocado del plan original de Dios,cuando llegaron al Sinaí y experimentaron un poco de soledad fueron arrastrados por el deseo de sustituir la adoración a Dios por un becerro,aún habiendo visto y experimentando las señales y prodigios del YO SOY que los había sacado"con mano poderosa"de la esclavitud, estos decidieron sacar su mirada del Salvador y ponerla en algo que provocaba la iraDios, sin saber que mientras más tardamos en aprender la lección más se dilata o se puede perder lo que esperamos en Dios. Teniendo este ejemplo de ingratitud de Israel, todavía somos capaces cuando experimentamos soledad, tristeza, desánimo o parece que la repuesta de Dios se demora, de sustituir lo que Dios ha dicho por algo que nosotros creemos que será mejor. Olvidando que jamás nuestros planes serán mejores que los planes que élSeñor tiene para nosotros, aprendamos del hijo prodigo que decidió irse de la casa del Padre porque en su desenfocada manera de ver lo que el Padre tenía previsto para el, decidió aventurarse hacia una travesía de desilusión y fracaso por creer que su manera de vivir era mejor que aquella que su amoroso Padre había designado para él (Lc15:12-32). Misionero no comprometas tu fe, no permitas que unos momentos de prueba usurpen de ti, la fe, la esperanza, el valor o el anhelo por hacer la voluntad de Dios.Conservemos como extranjeros en esta tierra la máxima de "Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe,"(Heb. 12. 2 a NVI) "y teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Heb. 12. 1 b). Segundo: Tu llamado no es el llamado de un solo hombre. (Ec. 4: 9-12). Me explico: a lo largo de nuestros ministerios tenemos una serie de fracasos cometidos o procesos en los cuales hemos aprendido una verdad de forma dolorosa; pero te aseguro algo, sí examinamos
cada uno de los golpes dados, podremos entender que casi todos se deben a no querer consultar con nadie las decisiones a tomar. Vamos amados; que todo no lo podemos hacer nosotros, que necesitamos de otros para que nuestras misiones vayan adelante, recordemos; somos una iglesia rica en dones y cada cual jugamos un papel importante en el cuerpo de Cristo. El problema de algunos es que juegan al misionero orquesta y quieren hacerlo todo ellos, estos evangelizan, cantan, predican y hasta recogen la ofrenda y esta manera de misionar tiene varios problemas; uno es que le damos la espalda a la congregación, segundo no dejamos que otros que Dios ha puesto a nuestro lado se puedan desarrollar en aquello para lo que son útiles. Recordemos como Pablo por un momento prescindió de Juan Marcos y aún dice el texto "y hubo tal desacuerdo" entre Bernabé y Pablo que ellos se separaron. Ahora Pablo le comunica a Timoteo "toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio" (2Ti. 4:11) dándonos esto una enseñanza poderosa; la ayuda que desprecias hoy te servirá mañana. Por tanto no desechemos a esos hombres y mujeres que nos rodean y porque no lo hacen igual a nosotros eso no significa que Dios no los haya puesto a nuestro alrededor para complementar su obra en el lugar.Perpetuemos la épica, la trascendental batalla de Amalec contra Israel en Refidim, donde el pueblo obtuvo la victoria porque Dios peleo su batalla pero hubieron dos brazos sostenidos por dos hombres de Dios que hicieron posible también aquella victoria(Ex. 17:8) Estos ejemplos en la Palabra no son para que solo lo leamos y lo veamos como historia antigua sino que aprendamos que necesitamos de otros para que nos sostengan "las manos" en el ministerio.
Amados misioneros cuidémonos de no ser presa fácil del enemigo por descuidar estas áreas de nuestros llamados. Recordemos que en este largo viaje en la voluntad de Dios podemos tropezar y aún caer, pero que estas caídas no sean por falta de que nadie nos haya dicho como conducirnos en el ministerio. ¡ADELANTE VALIENTES DE JESÚS!
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