lunes, 04 de marzo de 2013
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO PUEDE SUPERAR LA ESTUPIDEZ NATURAL Esta expresión anónima, encontrada en las 101 citas célebres del mundo de la informática, estimo que se relaciona con la impotencia de los desarrolladores de software frente al comportamiento irracional de algunos usuarios de las computadoras. En el XVI Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática de 2012 en la UDLA, se presentó el resultado de una investigación académica en la que se establece que el 75% de los estudiantes de Derecho son incompetentes en su interacción con cualquier sistema de información. El primer escenario supone la existencia de individuos que no poseen un nivel mínimo de inteligencia que les permita interactuar con la tecnología. El segundo, supone la existencia de individuos que poseen un nivel normal de inteligencia (que les habilita para ser estudiantes universitarios), pero que no disponen de las destrezas y habilidades para la interacción con las tecnologías. Para el primer escenario, no hay solución. La idiocia es un básicamente una condición genética. Para el segundo, la solución es el desarrollo de habilidades específicas que transformen a un individuo incompetente en competente. La competencia para ejercer una profesión es en síntesis, la suma del saber teórico y el saber hacer: los conocimientos, junto a las habilidades y las actitudes. Varios trabajos académicos recientes -generados a partir de la reforma a la educación superior- se enfocan en el diseño de modelos educativos que parten de la construcción de perfiles de competencias de los futuros profesionales, porque las mayores deficiencias del profesional en ciernes, se localizan en la carencia de habilidades básicas de razonamiento lógico y el uso del lenguaje. Una gran mayoría de aspirantes al título son conocedores de las bases teóricas de su profesión, sin embargo son incapaces de comunicarse oralmente y por escrito. No pueden redactar un simple documento lógicamente estructurado, que sea capaz de transmitir con precisión un pensamiento, un concepto, una tesis, o una opinión. Este hallazgo ha producido una profunda reformulación de las mallas curriculares, para que el pensum incorpore los mecanismos capaces de promover y desarrollar dichas habilidades, que constituyen una parte fundamental del perfil del profesional competente. Por ello, se están agregando -a nivel universitario-, materias que debieron haberse completado y aprobado en el nivel secundario. Hoy, en pleno siglo XXI, nos ahogamos en océanos de información disponible. El problema consiste en convertir dicha información en conocimiento útil; y ello requiere de habilidades específicas para interactuar con sistemas de información. Desde 1999 se han descrito varias metodologías para el desarrollo de habilidades para la explotación de sistemas de información. Aquel que mayor éxito ha obtenido, es el modelo BIG 6, que consiste en la formulación de la siguiente estrategia:
1.- ENFOQUE: ¿Cuál es el problema? Definición precisa de lo que busco 2.- PLANEAR LA BUSQUEDA ¿Cómo debo buscar? Bibliotecas, Palabras clave, fechas, tipos, nombres
3.- CLASIFICAR ¿Qué obtuve? Ordenar cronológicamente, por tipo, etc. 4.- SELECCIONAR ¿Qué es lo importante? Descartar lo irrelevante 5.- SINTESIS ¿Cómo presento los resultados? Texto, resumen, listado, compendio. 6.- EVALUACION ¿Que aprendí? Cómo buscar mas rápida y precisamente Los dos primeros puntos son los mas importantes: 1.- La definición precisa de lo que busco: Ej. ¿En que norma se cambió el IVA del 10% al 12%? 2.- ¿Dónde buscar? En normas derogadas, en específico, en la Ley de Régimen Tributario. ¿Cuáles con las palabras clave? TARIFA IMPUESTO VALOR AGREGADO 3.- ¿Qué obtuve? Un listado. Lo ordeno cronológicamente. 4.- ¿Qué selecciono? Descarto los últimos diez años y los de la primera mitad del siglo pasado. 5.- ¿Con que me quedo? En los documentos seleccionados reviso solamente los artículos que contienen la tarifa del IVA, e identifico la norma en la que se produce el reemplazo de la tarifa. 6.- ¿Qué aprendí? Que hay formas eficientes y rápidas de localizar información relevante. Moraleja: La interacción eficiente y eficaz con sistemas de información, para obtener de ellos conocimiento útil, es producto de la aplicación de habilidades y destrezas en donde se combina el correcto uso del lenguaje y el razonamiento lógico. Ambas son habilidades que se aprenden fácilmente. Se trata en definitiva, de comprender y aplicar simples reglas que permiten traducir nuestro pensamiento (palabras, conceptos, nombres, instituciones, fechas, autores, títulos, etc.), en instrucciones que sean comprensibles por la máquina. A partir de esas instrucciones se obtienen determinados resultados. Una pregunta mal formulada produce resultados impertinentes, inesperados, o la simple ausencia de resultados. La inteligencia artificial -actualmente- solo nos provee de recursos para visualizar resultados relevantes, aplicar filtros, clasificadores, catálogos, etc., y de la vinculación -mediante links- entre documentos. Desafortunadamente, el “auto fantástico” solo existe en la ciencia ficción.
Leonardo Hernández Walker, MBA, MPA Presidente Ejecutivo LEXIS S.A.