Campo
Página 8/Sección 5/LA NACION
(
( DISTINCION )
GIRA POR ESTADOS UNIDOS
2
)
3
Sábado 26 de septiembre de 2009
El mal momento de la lechería
California busca su propia receta para salir de la crisis El exceso de producción y las crecientes regulaciones ambientales son los obstáculos que los tamberos estadounidenses quieren resolver en el mediano plazo Por Mercedes Colombres Enviada especial
DOW ARGENTINA
Jorge Romagnoli, del Grupo Romagnoli, recibe el premio Dow AgroSciences en la categoría Pymes. Entre otras labores, la firma premiada se dedica a la obtención, procesamiento y venta de semillas.
FOLSOM.– “Con la crisis ya desapareció el 15% de los productores de leche del Estado. Si no hacemos nada, para fin de 2009 ya habrá desaparecido otro 15%.” Estas palabras no pertenecen a un tambero cordobés ni santafecino, sino a Douglas Maddox, el ganadero de registro Holando más grande del mundo y propietario de la Granja Maddox, uno de los puntos de EE.UU. visitados por un tour de periodistas y empresarios organizado por la empresa comercializadora de semillas de alfalfa Forratec. Si bien las 5000 hectáreas de uvas, almendras y tambos de la próspera Granja Maddox no acusan exteriormente los efectos de la crisis que sacude a EE.UU., Maddox está preocupado. “Hoy vivimos gracias a los frutos de las vides y las almendras. Con la lechería perdemos”, lamentó el empresario. Con este contexto en el que muchos tambos vecinos están pereciendo por la crisis, Maddox decidió ponerse en acción, y como ex presidente de la Asociación Holstein golpeó todas las puertas políticas que tuvo a mano para difundir su polémico proyecto de solución a la crisis de la lechería: poner cuotas de producción. “Proponemos al gobierno determinar cuánta leche hará falta en el mercado interno y poner una base de producción a cada tambero para que se mantenga ahí. Si logramos mantener este modelo para salir de la crisis de la lechería, sentaremos precedente en todo el mundo”, dijo Maddox, que ya logró que su iniciativa llegará al Congreso, adonde espera ser debatida en los próximos días. “Se trata de quién y cómo maneja nuestro futuro y nuestra industria, y todo tiene que ver con el precio. O los granjeros tomamos el control del negocio y tratamos de fijar nuestro precio o nuestra oferta, o lo harán las grandes industrias”, agrega Maddox.
Douglas Maddox, líder mundial en registro de vacas Holando FORRATEC
“Estamos tratando de imitar a Canadá, que hoy tiene un precio de 75 centavos por litro con un costo de 26 a 35 centavos por litro”, explicó el tambero. Para Maddox, otra política clave para la supervivencia del sector es especializarse en determinada producción. “Nueva Zelanda es líder en leche en polvo, bueno, hay que buscar algo en lo que nosotros seamos los primeros”, insistió. A quien lo quisiera escuchar este productor repetía que si tuviera 20 años menos “pondría un tambo en la Argentina, porque va a ser el número uno en el futuro”. A pesar del empuje con el que se mueve, Maddox sabe que tiene tres grandes enemigos en su batalla por limitar la producción y mantener cierto nivel de precios: la Organización Mundial del Comercio (OMC), que resiste a capa y espada el sistema de cuotas, y los procesadores y consumidores, que pujan por un precio barato de la leche. Aunque saben que la batalla será difícil, Maddox y sus colegas saben que de esta lucha depende la supervivencia de la producción lechera y de
los granos que se usan para alimento para las vacas de tambo. “No hay buen panorama para la alfalfa, que esta muy ligada al mercado lechero y ganadero. Si los tambos sufren, también van a sufrir mucho los productores de alfalfa”, pronosticó Dan Putman, experto en forrajes de la Universidad de California Davis.
El problema ambiental Pero el problema de los tamberos californianos no es meramente económico ni productivo, sino también ambiental. Con regulaciones estatales cada día más estrictas alrededor del uso del agua y el manejo de efluentes, hoy el cumplimento de las leyes ambientales es uno de los costos más altos de la producción. “Uno de los desafíos que tienen hoy los productores locales es minimizar el impacto de los costos ambientales, que pueden llegar a ser de 40.000 dólares por hectárea por año para cumplir las regulaciones”, explicó el científico argentino Alejandro Castillo, que se desempeña como consultor en lechería de la Universidad de California Davis.
Para Castillo, la clave no sólo es ser sustentable, sino también rentable. “La sustentabilidad es muy importante, pero también debe tenerse en cuenta la viabilidad de los sistemas de producción. La lechería orgánica no es mala, pero si quisiéramos alimentar al mundo con ella no alcanzaría a cubrir la demanda de leche. Hay que buscar sistemas viables y lo más respetuosos del medio ambiente posible”. Dentro de la tendencia de buscar las opciones ambientalmente más respetuosas, por las regulaciones oficiales en California son cada día más los establecimientos lecheros que desarrollan el free stoll, sistema de dormideros donde las vacas comen y duermen, que está desplazando a los tradicionales corrales abiertos. “El free stoll permite manejar mejor el estiércol. Acá el estiércol debe ser reutilizado para hacer compost y con el agua sobrante se lavan los establos y se fertilizan los campos. Ahora también están estudiando manejar el estiércol con carbón activado, lo que permitiría reutilizar el agua para que la beban los animales”, detalló Castillo.