Bernard Madoff: auge y caída del estafador oculto

está en la prehistoria; casi todos los medios on line ofrecen lo mismo por- .... protestante Ponzi o el italiano. Ponzi. Sin embargo es el judío Madoff. ¿Por.
531KB Größe 49 Downloads 68 vistas
6

ENFOQUES

I

Domingo 15 de marzo de 2009

::::

Perfiles

Micropagos por noticias, ¿una opción?

Bernard Madoff: auge y caída del estafador oculto

GASTON ROITBERG LA NACION

Tras la fachada de generoso benefactor, padre de familia y marido ejemplar parece ocultarse, como en Dr. Jeckyll, la otra naturaleza del hombre capaz de protagonizar uno de los mayores fraudes de la historia. ¿Pero era Madoff en realidad un Mr. Hyde? JUANA LIBEDINSKY

Quién es

LA NACION

NUEVA YORK n el vestuario del Palm Beach Country Club –cuenta un habitué argentino–, en cuanto se destapó el escándalo, un grupo de socios arrancó el nombre de Bernard Madoff de su locker, y el club inmediatamente tapó el espacio con una nueva chapa de bronce en la que se lee, en su lugar: “Para invitados”. Cualquier recuerdo del hombre que robó millones a los miembros de las institución, que dejó a viudas en la calle y acabó con las entidades de beneficencia que sostenían es, claramente, demasiado doloroso”. En efecto, la declaración de culpabilidad de Madoff en los juzgados neoyorquinos, el viernes pasado, no sirve para cerrar el indignante capítulo. Al haber aceptado todos los cargos en su contra, Madoff no irá a juicio, con lo cual evitará una larga investigación en su contra por parte de la fiscalía. Por un lado, poco podrá saberse así sobre si realmente actuó solo, como declara. Pero además, sin la investigación se estará más lejos de saber quién es en realidad “Bernie” Madoff, un auténtico Dr. Jeckyll y Mr Hyde, según el jefe de sus oficinas en Londres. Porque detrás de la fachada de patriarca respetable, amigo fiel, profesional impecable y generosísimo benefactor de distintas obras de caridad, lo que había era una de las mayores estafas de la historia, que destruyó, por ejemplo, una de las grandes ONG norteamericanas de lucha contra el cáncer. El origen y la historia de Madoff parece un reflejo del sueño americano. Nacido hace 70 años en el seno de una familia judía de clase media baja en Queens –barrio cuyo acento aún conserva–, empezó su compañía, Bernard L. Madoff Investment Securities, con 5000 dólares que juntó trabajando de bañero e instalador de sistemas de riego. Se casó con Ruth, una compañera del colegio secundario con la que tuvo dos hijos y desarrolló una intensa vida familiar y filantrópica. Con esfuerzo, estudio y sin la ayuda de nadie llegó a ser el presidente del Nasdaq, el mercado electrónico de acciones. “Parece innecesario decir lo obvio: un número considerable de chicos pobres con historias no muy distintas a la de Bernie Madoff han ganado premios Nobel y han establecido la grandeza de Nueva York”, escribió Marie Brenner en Vanity Fair. Aun cuando ya era parte del establishment financiero, Madoff nunca actuó como un arribista. Por el contrario, los testimonios coinciden en describirlo como un hombre correcto y callado, centrado en su familia, que salía poco y no ostentaba. “Lo crucé un par de veces en el club –continúa el profesional argentino consultado, cuya familia política estadounidense fue damnificada–, siempre vestido con pantalones pinzados y chomba pastel, el uniforme de todos. Se mantenía en los márgenes. Pero, de haber querido, con su poder él y su mujer podrían haber presidido cualquiera de los eventos de caridad, que son el eje de la vida social en Palm Beach”. En Madoff, todo era bajo perfil y discreción. De hecho, llegó a ser un símbolo de confianza absoluta. Rechazó a muchos de quienes querían invertir con él aduciendo que no quería sobreextenderse para poder cuidar bien de quienes ya le habían confiado sus ahorros. Y siempre dio a los inversores un 12 por ciento de interés, aun en los años de auge, cuando sus rivales ofrecían retornos más altos. En el Palm Beach, club donde se concentra buena parte de los clientes de Madoff, circulan

Nombre y apellido: BERNARD MADOFF

E

Edad: 70 AÑOS Establishment financiero: Nació en 1938, en el seno de una familia judía de Nueva York. Dedicado a las finanzas, creó la firma Bernard Madoff Investment Securities y durante años fue un exitoso exponente del establishment financiero. La estafa y las víctimas: La estafa que protagonizó, y que saltó a la luz a raíz de la crisis, comenzó en los 90 y consistió en un esquema piramidal. Entre sus víctimas hay famosos y fundaciones benéficas. Está casado y tiene dos hijos.

las historias sobre maridos que, en sus últimas horas, les indicaban a sus mujeres que pasaran todo su dinero a Madoff, garantía de que estarían bien cuidadas cuando ellos ya no estuvieran vivos. Grandes ONG e instituciones de caridad fueron igualmente seducidas. Cuando, al principio de la crisis, varios bancos que ofrecían mayores retornos empezaron a fundirse, muchos pasaron todo su dinero a Madoff, una alternativa que a veces era menos rentable pero que era considerada tan segura como los bonos del tesoro norteamericano (T-Bond). “Incluso a Madoff se lo llamaba el ‘Jewish T-Bond’” –agrega el padre de familia argentino, que pidió permanecer en el anonimato–. Uno de los errores que se repiten en los medios es señalar al caso como un ejemplo de castigo a la codicia. Fue todo lo contrario: se castigó a los inversores más conservadores”. Mucho se ha dicho y escrito respecto a que Madoff fuera judío, al igual que buena parte de sus víctimas, entre las que estaba Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto y Premio Nobel de la Paz. Madoff no sólo robó su dinero personal sino también el de su fundación.

En una mesa redonda pública organizada por la revista Portfolio, a Wiesel le preguntaron si creía que el hecho de que Madoff fuera judío era relevante. “En absoluto –respondió–. Cuando se descubrió el fraude de Ponzi, los diarios no hablaban del católico Ponzi, el protestante Ponzi o el italiano Ponzi. Sin embargo es el judío Madoff. ¿Por qué hacemos eso? Hay algo que posiblemente permanezca en el subconsciente de mucha gente, Shylock y las clásicas acusaciones de que los judíos están ligados al dinero. Esto no tiene nada que ver. Madoff es simplemente un ladrón, un delincuente, un villano. No es lo judío en él, sino lo inhumano en él lo que le hizo creer que podía arrebatar todo lo que tenían ancianos para vivir, o las beneficencias para ayudar”. Una cuestión de autoestima Con él concuerda Stanton Samenow, uno de los principales psicólogos clínicos especializados en comportamiento criminal de EE.UU. y autor del libro “Inside the Criminal Mind”. “Quienes se embarcan en este tipo de fraude –explicó a LA NACION– suelen buscar sus víctimas, , en general, entre la gente del grupo del que son parte. Pero personajes como Madoff cometen un crimen no porque necesiten el dinero, odien a la humanidad, hayan tenido una infancia terrible, una madre sobreprotectora o sean creyentes. Lo que tienen en común es algo más básico. Su autoestima

Conectados

sube o baja a expensas de terceros. Bernard Madoff comparte rasgos de personalidad con embaucadores y asesinos seriales”. El viernes, Madoff declaró arrepentirse de lo que había hecho. Cierto o no, ¿habrá tenido sentimientos de culpa mientras embaucaba a sus víctimas? “Una persona así –dice Samenow– se considera un buen ser humano. Quienes cometen fraudes penetran la vida de los otros, ganan su confianza, olfatean su vulnerabilidad, y luego se aprovechan de ellos. Pero no consideran que estén haciendo nada malo”. Quienes conocían a Madoff o trabajaron con él también señalan como una de sus características su extrema prolijidad. En el vestidor de su departamento en Manhattan, toda su ropa –impecable– era prácticamente igual. Sus oficinas en Londres fueron hechas para ser un calco de las de Nueva York. El viernes, en el juzgado, algo que llamó la atención de los periodistas fue la precisión de cada uno de sus movimientos, incluso para abrir la botella de agua mineral. Otro gran interrogante es su familia. Los hijos de Madoff, Mark y Andy, siempre parecieron a quienes los conocían algo ingenuos. El centro de atención permanente, con sus humores y requerimientos continuos, era Bernie. Y si bien es difícil saber si el hecho de entregar a su padre a las autoridades, como lo hicieron, fue parte de un circo preparado, pocos ponen en duda que Madoff adora a sus hijos y que los ha protegido, así como a su mujer. En eso, señaló a LA NACION Terry Leap, autor de “Dishonest Dollars: The Dynamics of WhiteCollar Crime”, a quien más se parece Madoff es a Don Corleone. La comparación con el capo mafia creado por Mario Puzo, además, ayuda a responder la otra pregunta recurrente respecto de Madoff, que es si no habría un elemento de locura en su accionar. “Don Vito Corleone –recordó Leap, profesor de análisis del crimen de guante blanco en la Universidad de Clemson– era un capo de la mafia que, del mismo modo en que podía ordenar que se ejerciera violencia y se provocara la muerte de sus rivales, podía ser un devoto padre y marido. Había cierto encanto en él, a pesar de su forma impiadosa de hacer negocios. Corleone posiblemente no fuera un psicópata, sino un ejemplo del llamado comportamiento antisocial adulto. Madoff, por otra parte, ha sido a menudo descripto como un psicópata. La mayor parte de la gente lo encuentra deleznable y sin ningún encanto. Pero los psicópatas no suelen ser padres o esposos responsables y es llamativo como, hasta el último momento, Madoff protegió a su círculo más íntimo: podría haber intentado recibir una condena reducida a cambio de información, pero no hizo nada para alivianar su sentencia para no implicar a su mujer e hijos”. En la corte, además, Madoff dijo que había empezado el esquema Ponzi durante una recesión en los 90, para no defraudar a sus inversores y pensando que sería algo temporario. ¿Qué pasó entonces? “Intelectualmente sabía que podía ser descubierto –continúa Leap–. Pero a medida que pasan los años y se van saliendo con la suya, los personajes como Madoff se vuelven más confiados y continúan engañando”. Y, quién sabe, ironías del destino, en el mercado se comenta que, de haberse mantenido la bonanza económica que sostenía al esquema Ponzi, o si la recesión que desencadenó todo no hubiera sido tan dura, quizá Madoff hubiese llegado al final de sus días como el patriarca respetable, amigo fiel, profesional impecable y generoso benefactor que se lo consideró hasta hace muy poco tiempo.

En los últimos días revivió en Internet un viejo debate sobre la viabilidad o no de un sistema de “pagar para ver” los contenidos periodísticos digitales. El disparador fue un artículo publicado por Walter Isaacson, un ex editor de la revista Time y ex CEO de CNN. Su propuesta es, siguiendo el modelo del sitio de venta de música on line iTunes, que los usuarios utilicen un sistema para desembolsar pequeñas sumas de dinero por piezas periodísticas específicas (textos, videos, fotogalerías, audios, etc.). El sistema de micropago (tal el nombre del sacrilegio en la era de la “noticia commoditie” y la exaltación de la gratuidad) permitiría que, en unos pocos clicks o a través del envío de mensajes de texto, el usuario acceda a un contenido que valora tanto como un tema musical, un e-book (libro electrónico) o una aplicación para el iPhone. Y sería una fuente de ingresos alternativa a la publicidad tradicional. El viejo anhelo de los medios de cobrar por sus contenidos choca de frente con la idea que tienen las generaciones más jóvenes sobre la –para ellos– incuestionable esencia gratuita de Internet y algunas experiencias de fracaso anteriores (el Times Select de The New York Times, por ejemplo). Entre las pocas excepciones a esta regla están The Wall Street Journal y el Financial Times, pero se trata de productos periodísticos considerados de “nicho”. El problema es el ecosistema actual: la nueva plataforma todavía está en la prehistoria; casi todos los medios on line ofrecen lo mismo porque privilegian la última noticia por sobre las producciones especiales; los nuevos públicos encuentran de una u otra manera lo que buscan y no se detienen en un medio cuando están frente a la pantalla. “Amo el periodismo y considero que ofrece un valor a sus consumidores”, afirma Isaacson, y completa la idea: “El cobrar por un contenido fuerza a la superación de los periodistas para producir más de lo que la gente valora […] Esto permitirá a los medios poner otra vez su brújula sobre la verdadera esencia del periodismo: ofrecer contenidos relevantes”. La única certeza, como marca registrada de esta era, es que la decisión siempre está en el usuario. [email protected]

Más información. Enlaces, videos y otros contenidos multimedia www.lanacion.com.ar/diario-dehoy/ suplementos/enfoques

Recomendados

1

http://technorati.com/search/ content+micropayment Qué se dice en los blogs sobre el artículo de Isaacson. Technorati.com incluye más de 300 reacciones.

2

http://periodistas21.blogspot.com/ El periodista español Juan Varela escribe en su blog sobre los nuevos modelos de negocio de los medios.

3

http://www.nytimes. com/2009/03/08/business/ media/09askthetimes.html En Talk to the Newsroom, Martin Nisenholtz, del área digital del NYT, explica por qué se cerró Times Select.

© LA NACION

Terapia (arriba también se sufre)

Hoy, Aníbal Fernández DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION

Aníbal: (Zambulléndose) Frente a frente no. Diván. ¿Sabe lo que es para mí estar 50 minutos sin poner la cara? Terapeuta: (Se ríe.) A: (Mitad sonriente, mitad quejoso) Dicen que en el diccionario kirchnerista Aníbal Fernández se define como “funcionario multipropósito, capaz de defender las más absurdas causas, sin alteraciones faciales manifiestas”. T: Qué bueno que se lo tome con humor... A: ¡Y qué voy a hacer! Un amigo de toda la vida de Quilmes, un médico que enseña anatomía en La Plata, me cuenta que a sus alumnos les dice así: “Algunos músculos de la cara son el orbicular de los párpados, el superciliar y el piramidal de la nariz... Siempre la movilidad depende del individuo... En un extremo está Mister Bean... Y en el otro Aníbal Fernández”. T: Que tenga una habilidad no significa que esté obligado siempre a practicarla...

A: (Mira al terapeuta y se queda un instante como congelado.) Bueno... (se arregla la corbata) Acá estamos. Con la presión un poco alta. Aunque parezca mentira, el temita éste de los famosos inseguros me estresó. (Suspira.) Susana Giménez opina, Tinelli opina... (Irónico) ¡Por fin reaccionaron! Yo pensé que esta gente sentía inseguridad solamente abajo de los 20 puntos de rating... T: ... A: Encima ahora están con lo de la marcha del 18 contra la inseguridad. Yo ya expliqué que el crimen no aumentó. Que nos mantenemos en el índice de hace 15 años. ¿Con qué índice lo medimos? (Baja la cabeza avergonzado.) Con el único que nos queda. El otro índice nos lo cortaron los delincuentes para usarlo de prueba de vida... T: Así que estresado... A: Ahora Stornelli empezó con que en cualquier momento nos volvemos productores de drogas sintéticas. (Resopla.) Tiene que quedar claro: la Argentina es un país de tránsito... El problema es que hay diez carriles de cada mano...

T: ¿Cuándo empezó a sentirse estresado? A: Le dije. Los famosos y la inseguridad. ¿Recién ahora se avivan de que atrás del polarizado pasan cosas? T: Usted dio la cara por temas más grandes en los últimos años. ¿También se sintió antes estresado, le subió la presión...? A: (Rascándose el bigote.) Mmm... no. No recuerdo. T: ¿Hubo algo estos días que lo haya angustiado? A: (Piensa mientras plancha su bigote.) T: ... A: Un sueño. Hace un par de días soñé algo que me dejó mal. (Se mordisquea el labio, nervioso.) Soñé que reventábamos un desarmadero. No me pregunte por qué yo estaba en el operativo. Y mientras se lo llevaban esposado, un gordo me decía: “Aníbal, después de 2011 estás muerto. Sos el paragolpe abollado del kirchnermóvil”... T: Ajá... ¿Y qué lo angustió? A: (Se ríe nervioso.) Es obvio, ¿no? T: Obvio es que está preocupado por su futuro. Lo que no es obvio es por qué usted acepta

ese lugar de choque... A: ... T: ... un lugar tan... A: ¿ingrato? (Se rasca la cabeza.) A mí no me molesta tanto tener esa habilidad de poder ser el paragolpes... como que el presidente –perdón, el ex presidente– crea que es mi “única” habilidad... T: ¿Y cómo...? A: (Interrumpiendo.)... Además de la fidelidad, claro está... T: ¿Y cómo sabe usted que él cree que es su única habilidad? A: (Hace una mueca mientras se estruja la oreja) Yo en 2006 le dije a él que quería ser gobernador de la provincia... (mira al terapeuta) Y él lo eligió a Scioli. T: ... A: ... Tampoco se me mencionó jamás para ningún otro gran cargo electivo... T: Ajá... A: ¿Usted recuerda que yo fui intendente de Quilmes, no? Bueno. La cosa ahí no terminó del todo bien. Me acusaron de varias cosas. De fraguar contratos, de malversar fondos...

Era el año 94. Fue tanta la bronca conmigo que al final del mandato, para que la gente no me viera, terminé escapándome de la municipalidad en el baúl de un auto... T : ... A: ... ¿Sabe recién con quién pude años después volver a la política? (Baja la voz.) –Sí, con Duhalde también estuve- (Sube la voz.) Pero alta exposición, recién pude volver a tener con Néstor. Cuando me puso en el Ministerio del Interior... T: ... Lo sacó del baúl.... A: (Se muerde el bigote, nervioso.) T: ¿Por eso su agradecimiento y fidelidad eternos? A: (Se queda en silencio.) T: ... A: (Mira al terapeuta con expresión desvalida.) Preferible el paragolpes al baúl, ¿no? T: ...Pareciera obligado a permanecer a bordo... A: ... (Suspira, levantando las cejas.) T: ... A: ...Tarde para bajarse... T: Dejamos acá...