Ciencia/Salud
Domingo 26 de agosto de 2007
LA NACION/Página 21
Culpan a la inestabilidad de los aparatos y al uso de mesas inadecuadas
Aumentan los accidentes con televisores Pediatras y neurólogos infantiles advierten sobre su incremento, que afecta principalmente a chicos de entre 1 y 3 años Por Sebastián A. Ríos De la Redacción de LA NACION Eran las 17.15 del martes 22 de mayo último cuando Silvia Marín fue a abrir la puerta a uno de sus hijos que volvía del colegio y dejó a Milagros, su hija de un año y cuatro meses, en el living, mirando los dibujitos animados. “Fue un segundo –recordó Silvia–. Oímos el ruido, fuimos a ver y Milagros no respiraba, estaba completamente inconsciente.” A Milagros se le había caído el televisor de 29 pulgadas sobre la frente. Bastó un segundo para que, en ausencia de Silvia, la pequeña trepara al cajón de la mesa que soportaba el televisor; sus 12 kilos de peso fueron suficientes para derrumbar al gigante de 48 kilos. “Lo más alarmante es que el número de estos accidentes va en aumento”, advirtió el doctor Roberto Jaimovich, jefe de Neurocirugía Pediátrica de Fleni y médico principal del hospital Garrahan, que atendió a Milagros. Aunque no existen estadísticas nacionales a las que recurrir para confirmar esta afirmación, lo cierto es que numerosos especialistas consultados por LA NACION coincidieron con la percepción de Jaimovich. “Toda la vida se han caído televisores sobre los chicos, pero este año hubo una cantidad enorme de casos graves por esta causa”, comentó el doctor Mario Massaro, jefe del Departamento de Neuropediatría de Fleni. “En los últimos tiempos estamos viendo un incremento de estos accidentes asociados a la caída de televisores”, confirmó el doctor Elías Entín, jefe de Pediatría del Sanatorio de los Arcos. ¿A qué se debe el aumento de este tipo de accidentes? “Creo que se debe a dos factores –respondió el doctor Edgardo Rodríguez, jefe de Pediatría de Fleni y terapista intensivo pediátrico del hospital Garrahan–. Cada vez hay televisores más grandes y con pantallas más extensas, mientras que la gente ni se imagina que un chico puede llegar a tirar uno de estos televisores.” “Los televisores han sido progresivamente manufacturados de mayor tamaño, con un mayor peso en la pantalla, lo que modifica su centro de gravedad, que se desplaza hacia la parte anterior –señaló Jaimovich–. Es habitual que los consumidores compren equipos con pantalla cada vez mayor, pero también es habitual que continúen usando los soportes o mesas de equipos más pequeños.” “La mesa donde teníamos el televisor era una mesa apropiada para un televi-
sor de 29 pulgadas –apuntó Silvia–, pero su diseño era el peligro: tenía ruedas y un cajón. Nadie se puso a pensar que si un chico abre el cajón y se sube puede tirar un televisor de 48 kilos.”
Volver de la muerte “Milagros estuvo 5 días en estado crítico y con pronóstico reservado, y al sexto día resucitó –recordó Silvia–. Ahí empezó a mejorar gradualmente, hubo varios intentos de sacarle el respirador pero fallaron, y debieron hacerle un traqueotomía. Hasta entonces estuvo en coma farmacológico.” Con su despertar, la pequeña y su familia emprendieron el duro camino de la recuperación. “Milagros había sufrido un traumatismo de cráneo por aplastamiento –recordó Silvia–; la veíamos con muchas secuelas neurológicas, pero no les dábamos trascendencia porque teníamos a nuestra hija viva.” Por aquel entonces, la pequeña no podía mover el lado izquierdo de su cuerpo y el derecho sufría movimientos involuntarios; su mirada se perdía fija hacia la izquierda. “Ella fue mejorando día a día, de la mañana a la tarde recuperaba pequeñas cosas –contó Silvia–. La evolución fue muy buena. Hoy ella camina de nuestra mano y su mirada está perfecta, aunque todavía está traqueotomizada.” Fueron cinco las semanas que Milagros pasó internada en el Sanatorio de los Arcos y otras cinco las semanas de internación en Fleni para rehabilitación. Allí, Silvia conoció otros casos de accidentes como el que sufrió su hija y se encontró con la preocupación de los médicos por el creciente número de accidentes protagonizados por televisores de gran porte. “Nosotros siempre fuimos muy precavidos: cocinábamos en las hornallas de atrás, teníamos reja con candado en la pileta y puertas arriba y abajo de las escaleras –dijo Silvia–. Pero jamás pensamos que el televisor se podía caer encima de Milagros, aunque después conocimos otros casos como el nuestro.” Hoy sigue habiendo televisor en la casa de los Marín, aunque tomaron varias medidas aconsejadas por los expertos en accidentes para reducir el riesgo (ver ilustración). Milagros sigue en rehabilitación, aunque ahora lo hace en su casa, donde recibe las periódicas visitas de los terapistas. “Ella tiene una lesión en el lóbulo frontal, que tiene que ver con el comportamiento y la actitud social; cómo se va a manifestar a futuro es todavía una incógnita”, concluyó Silvia.
LAURA SZENKIERMAN
Milagros Marín, de un año y medio, en su casa de Hurlingham, junto a sus hermanos Tomás, de 8 años, y Francisco, de 6
Cómo reducir el riesgo Los expertos coinciden en que las siguientes medidas ayudan a evitar estos accidentes No colocar el televisor al borde de la mesa
No dejar el control remoto sobre el televisor
Preferir mesas sin cajones ni estantes a los que se pueda trepar el niño
Usar mesas con un tamaño adecuado al televisor
Elegir las mesas fijas, no las que tienen ruedas
Elegir mesas que permiten fijar el aparato de televisión
LA NACION
Lesiones características, de extrema gravedad “Los accidentes en general constituyen la principal causa de muerte entre el primer año de vida y los 17 años, y aquellos que ocurren en el hogar representan un tercio del total”, dijo a LA NACION el doctor Elías Entín, jefe de Pediatría del Sanatorio de los Arcos. Los accidentes que involucran televisores suelen revestir bastante gravedad por el peso del televisor. “Suelen ser traumatismos severos, con alta posibilidad de mortalidad y de morbilidad”, agrega Entín. “En general se producen con chicos de entre uno y tres años”, completó la doctora Cecilia Chede, coordinadora de Pediatría del citado sanatorio. “La caída de un televisor sobre un
chico también puede ocasionar una lesión muy característica en el abdomen, que es la ruptura del duodeno por aplastamiento. –dijo el doctor Jorge Fiorentino, jefe del Departamento de Urgencias del Hospital de Niños–. Ocurre en los casos en que los chicos logran correr su cabeza cuando ven caer el televisor y éste los golpea en el abdomen. Son lesiones muy graves.” Es el mismo tipo de lesión, recordó Fiorentino, que años atrás ocurría con otro elemento hogareño. “Antes era muy común que los chicos se colgaran de los piletones que había en los patios, y éstos se desprendieran y se les vinieran encima. Antes eran los piletones, ahora son los televisores.”