AFTER 12DAYS AT THE ORPHANAGE,JACINTA ENTERED

low-cut dresses. “What is it all for?” she asked the Mother Superior. “If they only knew what eternity is.” During her time in the hospital, Jacinta manifested a ...
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P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 46 AFTER 12 DAYS AT THE ORPHANAGE, JACINTA ENTERED the Dona Estafania Hospital in Lison on February 2. She was very sad to leave the orphanage because of the easy access to the Blessed Sacrament and the constant presence of the dear Mother Superior. At the hospital, she was often alone and could not easily visit the hospital chapel. She was also saddened by the worldliness of the visitors to the hospital, often dressed in low-cut dresses. “What is it all for?” she asked the Mother Superior. “If they only knew what eternity is.” During her time in the hospital, Jacinta manifested a particular love for and devotion towards priests. One day some visitors were discussing the faults of a certain priest in her presence. He had been forbidden to celebrate Mass. The little child began to weep and exhorted them not to talk about priests but to pray for priests. She made prayer for priests one of her central tasks, a work that she continues in Heaven. Jacinta also made bold to exhort the physicians who would come to examine her. These wellintentioned men and women The Martos, parents of Jacinta and Francisco [from Ignatius Press book, Fatima Mysteries] often thought only of natural means and the conclusions of their medical art. She exhorted them to keep in mind also the primary causality of God over all matters. “Pity doctors. They have no idea what awaits them. Doctors do not know how to treat their patients with success because they have no love for God.” (Her words are confirmed in the life of St. Giuseppe Moscati, for example, who often healed his patients with prayer.) One day a particular physician asked Jacinta to pray for a special intention. “I will pray for you,” she replied, “but just remember that you are going to be taken away, and soon.” She prophesied the same for another physician and his daughter. During her time in the hospital, Jacinta received the great consolation of a visit

from her father. Manuel Marto had been the first to believe in the veracity of the apparitions. He could not stay long with Jacinta because he had left the other children at home sick in bed. Mr. Marto was heartbroken to see his saintly daughter alone in the large hospital and even more heartbroken to have to leave her to die alone. He had full confidence that Out Lady was taking care of her and he entrusted himself entirely to her Heart. †

DESPUÉS DE 12 DÍAS EN EL ORFANATO, JACINTA ENTRÓ en el Hospital Dona Estafania en Lison el 2 de febrero. Ella estaba muy triste de dejar el orfanato porque era fácil el acceso al Santísimo Sacramento y a la constante presencia de la querida Madre Superiora. En el hospital, a menudo ella estaba sola y no podía visitar fácilmente la capilla del hospital. Ella también estaba triste por la mundanalidad de los visitantes al hospital, a menudo iban vestidos con vestidos cortos. - ¿Qué es todo esto? -preguntó a la Madre Superiora. –“Si ellos sólo supieran lo que es la eternidad.” Durante su estancia en el hospital, Jacinta manifestó un amor particular y una devoción hacia los sacerdotes. Un día algunos visitantes estaban discutiendo sobre las faltas de un sacerdote en su presencia. A él se le había prohibido celebrar la Misa. La niña empezó a llorar y los exhortó a no hablar de los sacerdotes, sino a rezar por los sacerdotes. Ella rezó por los sacerdotes como una de sus tareas principales, una obra que continuaría en el Cielo. Jacinta también se atrevió a exhortar a los médicos que iban a examinarla. Estos hombres y mujeres bien intencionados a menudo sólo pensaban en los medios naturales y en las conclusiones de su arte médico. Ella les exhortó que tuvieran en mente también la causalidad de Dios sobre todas las cosas. “Pobres doctores. Ellos no tienen ni idea de lo que les espera. Los doctoes no saben cómo tratar a sus pacientes con éxito porque no tienen el amor a Dios "(Sus palabras se confirman en la vida de San Giuseppe Moscati, por ejemplo, que a menudo sanaba a sus pacientes con oración). Un día, en particular un médico le pidió a Jacinta que orara por una intención especial. "Yo rezaré por ti", respondió ella, "pero recuerda que tú te vas a ir, y muy pronto". Ella profetizó lo mismo para otro médico y su hija. Durante su tiempo en el hospital, Jacinta recibió el gran consuelo de una visita de su padre. Manuel Marto había sido el primero en creer en la veracidad de las apariciones. No podía quedarse mucho tiempo con Jacinta porque había dejado a los otros niños en casa enfermos en la cama. A el señor Marto se le destrozo el corazón al ver a su santa hija sola en aquel gran hospital y aún más desconsolado por tener que dejarla morir sola. Tenía plena confianza en que Nuestra Señora que estaba cuidando de ella y se confió enteramente a su Corazón. †