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LUNES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2016 abc.es/conocer

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Medio centenar de estudiantes de la Universidad de Navarra ayudan a integrarse a los refugiados

«En España nos tratan mejor que en Alemania» PABLO OJER PAMPLONA

ací en la guerra de Kuwait, crecí en la guerra con Estados Unidos y ahora tenemos la guerra con el Daesh». Con este panorama, Yousef Alrubaie optó por un futuro mejor y en febrero decidió dejar su Bagdad natal y embarcarse rumbo a Europa. Atravesó la frontera con Turquía en un coche. Allí permaneció dos meses y ante lo mal que eran tratados, se metió en un barco sobrecargado para intentar llegar a Grecia. «Nos decían que tiráramos las mochilas al agua para que cupiera más gente», explica. El pasado mes de junio, según los acuerdos de España con la Unión Europea, Yousef fue trasladado a España. Concretamente a Pamplona. Y en la capital navarra aseguró sentirse feliz. «La gente en España es muy amable. Nos tratan mejor que en Alemania», aseguró porque según los amigos que tiene en el país germano, allí cuando los ciudadanos ver a refugiados en el transporte público, sitúan sus bolsos o mochilas delante del cuerpo para tenerlos controlados por temor al robo. «Hoy mismo, para venir aquí he preguntado al chófer del autobús y me ha explicado la parada que en la que tenía que bajarme tranquilamente».

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Coordinados con Cruz Roja Un grupo de estudiantes, con la Cruz Roja, se encarga de atender a los refugiados trasladados a Pamplona La labor que desarrollan «Ofrecemos conversaciones en castellano, les ayudamos a entender el idioma, pero también es darles calor» mas para alquilar el piso porque van con velo, no hablan el castellano o que les está costando más. Nosotros les acompañamos a las inmobiliarias», explica Santiago Martínez, profesor del departamento de Historia, Historia del Arte y Geografía y coordinador de AUNOM. Los refugiados que llegan a Pamplona, como a otras partes de España, tienen residencia tutelada y manutención los seis primeros meses de estancia. Luego tienen que ir buscándose la vida todavía con ayuda del Ministerio del Interior. En este aspecto entra la búsqueda de un piso. Por eso, ahora que se han cumplido 5 meses desde su llegada a España, muchos se encuen-

Tomás Gómez Acebo y Yousef Alrubaien, durante la charla de AUNOM tran en esa labor. Y no son pocos los que se encuentran con serias dificultades.

«Sólo voluntad» La AUNOM está integrada por unas 50 personas, en su mayoría estudiantes,

Estudiantes Yousef Alrubaie impartió el pasado miércoles una charla en la facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra en un acto organizado por la Agrupación Universitaria por Oriente Medio (AUNOM). Se trata de un grupo, en su mayoría de estudiantes, que, en coordinación con Cruz Roja, se encarga de atender a los refugiados que han sido trasladados a Pamplona, unos 60. La labor de AUNOM es, aparentemente muy simple, acompañar a los refugiados. Pero el papel que cumple en la integración de estas personas resulta fundamental. «Nuestro papel es casi hacer un traje a medida. Ofrecemos conversaciones en castellano, los sábados quedamos a tomar café. Les ayudamos a comprender mejor el idioma, pero también es cercanía, darles calor. Otras personas tienen proble-

Futuros sacerdotes y ciudadanos musulmanes con un objetivo común P. O. PAMPLONA

Si hay una imagen gráfica de la labor que realiza AUNOM y de la integración que se consigue es el partido de fútbol que juegan todos los domingos en las instalaciones de la Universidad de Navarra: seminaristas estudiantes de Teología y ciudadanos musulmanes detrás de un balón con dos objetivos: marcar gol y pasárselo bien. «Fui a dar una charla a un colegio mayor donde viven un centener de seminaristas de todo el mundo. Al finalizar me dijeron que querían hacer algún tipo de labor fija porque cuando sean sacerdotes tendrán que hacer muchas cosas al mismo tiem-

po. Esto puede ser una buena forma de ir acostumbrándose», explica Santiago Martínez. La misma convivencia cultural que se ve los domingos también se puede comprobar el resto de días porque los voluntarios de AUNOM toman café, pasean para enseñarles la ciudad, incluso en algunos casos se entremezclan en las clases universitarias a las que acuden algunos refugiados para aprender mejor el castellano. De hecho, Yousef ha hecho grandes avances en los cinco meses que lleva viviendo en Pamplona y ya se defiende perfectamente en el idioma de Miguel de Cervantes.

P.O.

pero también hay profesores o médicos de la Clínica Universidad de Navarra. Personas que dedican parte del tiempo libre que les dejan sus ocupaciones para ayudar y socializar con las personas que tienen dificultades. «No se necesitan dotes especiales de los alumnos, sólo voluntad y ganas», explica el vicerrector de alumnos, Tomás Gómez Acebo. Pero no se trata sólo de prestar parte del tiempo libre. También es mucho lo que se recibe y lo que se aprende. Los refugiados llegados a Pamplona tienen procedencia muy diversa. Sólo en el piso donde vive Yousef se encuentran dos iraquíes, dos sirios, un somalí y un malí. En otros pisos tutelados o residencias también hay personas de Camerún o, incluso, de Azerbayán. «Somos de culturas muy distintas», explica el bagdadí, «y convivimos perfectamente. Porque tenemos un objetivo común: empezar de cero una nueva vida». Cuando un alumno de la Universidad de Navarra le preguntó a Yousef qué era lo que le resultaba más difícil de España, el refugiado dejó claras sus intenciones: «Lo primero yo quiero trabajo». Y, para ello, cuenta con un título de economista.