Dos hermanos, un destino común

11 oct. 2011 - actor, cantante, bailarín y direc- tor siente campanitas adentro, muy adentro de su corazón. Las siente, las baila, las contagia y las enciende ...
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ESPECTACULOS

Martes 11 de octubre de 2011

I

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DANZA s HERMAN Y ERICA CORNEJO

MAXIMO PARPAGNOLI/COLON

Noche de emociones Los manes de aquellos artistas que sucumbieron en 1971 impregnaron la atmósfera del Colón durante la Gala Conmemorativa del La primera sábado, por los 40 años cumvez de Herman y plidos ayer de la catástrofe. Erica Cornejo en el Un momento de intensidad Teatro Colón, en el emotiva fue la evocación de que les gustaría José Neglia, uno de los nueve reincidir bailarines que cayeron al Río de la Plata aquel trágico domingo; su hijo Sergio, desafiando a sus 47 años, volvió a encarnar a aquel PATRICIO PIDAL/AFV “niño brujo” que el coreógrafo Jack Carter remodeló sobre el cuerpo de su padre, uno de los más vigorosos primeros bailarines del Ballet del Colón en el siglo XX. La actual compañía del Teatro, a la que pertenecían los nueve ausentes, les rindió homenaje cerrando la Gala con el tercer acto de La bella durmiente. Habían abierto el programa la espléndida Sol Rourich y Leonardo Otárola (del Ballet Contemporáneo del San Martín), con En los doce años que llevan bailando en los Estados Unidos, los un sutil dúo de Mauricio Wainrot Cornejo pasaron por todo el resobre Chopin. Del emblemático pertorio académico. El año pasado Adagietto, de Oscar Araiz, volvió The New York Times consagró a a vibrar la difícil levedad de slow Herman “el mejor bailarín clásico motion, ahora con Lara Delfino y de Nueva York”. No obstante, los dos Sebastián Arias, del Ballet Naciotransitan por el contemporáneo, a nal del Sobre de Uruguay, que dirige veces juntos: “Hicimos Diversión Julio Bocca (presente en la sala). of Angels, de Martha Graham, en Vladimir Malakhov (director del pareja –apunta él– y en Petite Mort Staatsballett de Berlín) sorprendió [de Kylian] bailamos en distintas con los diseños de una “Muerte parejas de la obra”. del cisne” en versión masculina. El año pasado, en el Festival Dance Y, con Diana y Acteón, los hermaOpen de San Petersburgo, Herman nos Cornejo fueron ovacionados: Erica por sus fouetés y Herman probó otra dimensión: “Tango y yo, un solo con música de Piazzolla, por sus grands jetés en tournant fue mi primera coreografía. Nunca y su impresionante curvatura en pensé coreografiar, pero a los 30 años, los saltos. después de miles de Quijotes, sentí Una Gala para rememorar el pasado y, de paso, afirmar valores la necesidad de explorar el propio del presente. cuerpo”.

Dos hermanos, un destino común

Con exitosas carreras en el exterior, estos excepcionales bailarines debutaron –tardíamente– en el Colón NESTOR TIRRI PARA LA NACION En el mundo del ballet la marca “Cornejo” depara un dossier de premios internacionales, compañías variadas y altísimas calificaciones. Se reparte entre los hermanos Erica y Herman, extraordinarios bailarines argentinos (puntanos ellos) que dejaron el país muy jóvenes. Ya no son chicos (32 ella; él, 30) y, más allá del lazo familiar, mantienen contacto porque los dos bailan en los Estados Unidos, ambos como principal dancers, ella en el Boston Ballet y él, en el neoyorquino American Ballet Theatre, donde Julio Bocca tuvo un rango legendario y donde aún brilla otra argentina, Paloma Herrera. A veces bailan integrados en pareja, como en su reciente visita a

Buenos Aires: participaron de la Gala del sábado en el Colón (ver aparte), homenaje a los bailarines del Ballet Estable que murieron en el accidente aéreo en el Río de la Plata, del cual ayer se cumplieron 40 años. Lo insólito es que es la primera vez que bailan en el Colón. “A los 30 años, acabo de debutar en mi propio Teatro, el que me vio crecer”, comprueba con asombro Herman. “Pero –acota Erica– nos gustaría bailar con la compañía del Colón, por nuestro origen, ya que somos egresados del Instituto Superior del Teatro. Del Instituto yo pasé al Ballet Argentino.” En efecto, ya a los 16 años allí fue partenaire de Julio Bocca durante cinco temporadas. Herman también se inició profesionalmente en el Ballet Argentino; poco después, en 1997, se alzó con

la Medalla de Oro de Moscú (la misma que había obtenido Bocca en 1985), único caso de un ganador de 16 años. Y en 1998 partieron a la aventura internacional. Poco después, ambos revistaban en una de las dos grandes compañías neoyorquinas: “Conocimos el ABT por Julio –aclara Herman–. Audicioné con un tango que me había puesto Ana María Stekelman para competir en Moscú”. Herman Cornejo está casado con la bailarina Carmen Corella, solista del Ballet de Castilla y León que dirige su hermano, Angel Corella. Angel, a su vez, sigue bailando en el ABT como invitado y, a veces, coincide con Herman. Un puzzle; uno de esos casos en los que la vida familiar y el acontecer artístico se entrecruzan. Erica bailó en el ABT hasta 2006, cuando se

((((( MUY BUENO

MUSICA

¡Babooshka!

Carlos Casella, voz de varón para canciones de mujeres (o de marineros con bíceps tatuados) RECITAL

¡BABOOSHKA!, CANCIONES DE MUJER, CON CARLOS CASELLA L MUSICOS: PEDRO ONETTO, NICOLAS RAINONE, FACUNDO TORRES Y ALEJANDRO TERAN L DIRECCION MUSICAL: ALEJANDRO TERAN L LUCES: JULIAN GOMEZ L SALA: TEATRO MAIPO

L

“Bébeme, hazme sentir real”, ruega una canción de Björk. Quien la canta es Carlos Casella. Quien recrea esos aires musicales es Alejandro Terán y sus excelentes músicos. Se trata de ¡Babooshka!, canciones de mujer. Dicho de otro modo, un espectáculo armado a partir de una sucesión de temas –temazos– que trazan un personal y sutil viaje que comienza con la canción de esta dama islandesa y culmina con una de Lía Crucet, nuestra dama de Avellaneda. En el recorrido –tome nota– se alinean otras canciones que compusieron o hicieron famosas mujeronas del porte de Mina, Rita Pavone, Libertad Lamarque, Olga Guillot y Ramona Galarza, entre otras. Carlos Casella ya había interpretado “Campanita”, by la voluptuosa Crucet, hace años. Fue en Hermosura, cuando era un integrante del grupo El Descueve. Aquella vez estaba acompañado por tres actrices que bailaban por el sueño de convertirse en especies de vedettes descontroladas

del Maipo, la otrora catedral de la revista porteña. Años después (¡una década después!), presenta ¡Babooshka! en el Maipo, pero en la sala chiquita, la de arriba. Allí –en ese minimísimo escenario– el actor, cantante, bailarín y director siente campanitas adentro, muy adentro de su corazón. Las siente, las baila, las contagia y las enciende iluminando la noche. En este sutil espectáculo su fina estampa, sus tenues y precisos movimientos, la variedad de detalles de su impecable vestuario, su constante corrimiento hacia la ironía y los virtuosos arreglos musicales dan cuerpo a estas canciones que, en su totalidad, tejen una delicada dramaturgia interna sobre el amor de mujer cantadas por una voz de varón. En realidad, hay otro entrelazado: el del amor de marineros (o ese tipo de atracción entre marineros tan Fassbinder). “Intoxícame ahora, con tu amor, ahora”, grita la desbocada de Britney, otra de las figuras “visitadas” por Casella en esta aguda reflexión sobre

un mismo amor con los mismos derechos (y pasiones, y desgarros, y desenfrenados encuentros o fuleros sinsabores). Hay que reconocer que arriba de un escenario él hace lo que pocos se atreven. Lo hace con convicción y con una enorme libertad interna porque debe saber que, al final, todos amarán –como solía cantar Gloria Trevi– a este rebelde porque el mundo lo ha hecho así. En medio de estas historias una infinidad de imágenes, seguramente, darán vueltas por la mente del espectador. ¿Será que unos besos brujos circulan por la sala? ¿Será que en ¡Babooshka! un torrente de desdicha, de amor y de plenitud viene todo en un mismo combo? Puede ser. De última, qué importa del mundo cuando todas esas imágenes están cerca de uno. Algo así cantaba Rita Pavone. Algo así, maúlla Casella. Y todos lo miran, lo miran, lo miran, y la noche ya no era oscura: era de lentejuelas.

Alejandro Cruz

ANGELINA GONZALEZ

Historias de amor a la luz de un tenue y sutil corrimiento interpretativo

incorporó al Boston Ballet, al que a veces Herman acude como invitado. “El repertorio del Boston es parecido al del ABT –indica Erica–; manejamos todo: neoclásico y contemporáneo, y un repertorio clásico bonito. Ahorita mismo hacemos Cranko y Forsythe [su acento centroamericano indica que una relación íntima le ha modificado el habla: «Sí, estoy casada con un colombiano»].” –¿Qué maestros locales frecuentaron en etapas tempranas? Erica: –Vasil Tupín y Mercedes Serrano fueron nuestros grandes maestros. Herman: – Y Raúl Candal y Kathy Gallo nos dieron el gran empujón. “Yo era muy tímida –agrega Erica–; Raúl me desinhibió y me dio carácter. El ángel, en cambio, lo recibí de Tupín.”