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De rivales a aliados, Barrionuevo y. Moyano se unen y ... lla en esta ciudad por los crímenes co- metidos en el ... guerra no convencional, una guerra sucia”.
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POLÍTICA

| Viernes 2 de noViembre de 2012

En defensa de la isla Demarchi ^b^b^ Sindicalistas, legisladores de la oposición y trabajadores coincidieron ayer en una audiencia en el Congreso en defensa de la isla Demarchi, donde el Gobierno quiere levantar un polo audiovisual. El diputado Claudio Lozano anunció que presentará un proyecto de ley para derogar el decreto que ordena el desalojo de la isla.

Pablo Moyano, en nombre de su padre, se abrazó con Luis Barrionuevo, ayer, en la Plaza de Mayo

Foto: emiliano lasalvia

De rivales a aliados, Barrionuevo y Moyano se unen y llaman a un paro

gREmIOS. Las CGT opositoras se movilizaron juntas para reclamar por los fondos de las obras sociales y por una suba del impuesto a las ganancias; preparan una huelga para fin de mes

Nicolás Balinotti LA NACIoN

Sólo faltó la foto que escenificara la alianza. Después de cuatro años de furiosa rivalidad, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo unificaron sus fuerzas para protestar en contra del Gobierno. Dieron ayer el primer paso: movilizaron una numerosa tropa hasta la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS) para reclamar los fondos de las obras sociales sindicales que les adeuda el Estado. El próximo avance será convocar a un paro nacional para el 20 o el 22 de este mes, del cual también serán

parte la CTA de Pablo Micheli y los estatales de ATE. Después del abrazo simbólico entre Barrionuevo y Pablo Moyano, que marchó en representación de su padre, la letra fina de la flamante coalición gremial se acordó en la sede que la CGT Azul y Blanca tiene en la avenida de Mayo. Barrionuevo transpiraba a mares cuando Ricardo Cirielli le alcanzó un celular. “Es Hugo”, le anticipó. Del otro lado se escuchó la voz de Moyano. Hablaron durante casi diez minutos. Comentaron la protesta por las obras sociales y coincidieron al advertir “la preocupación

general del país”. Se dieron el lujo de bromear con la actualidad deportiva de Independiente, club del cual ambos son hinchas. El intercambio futbolístico despertó la carcajada fácil de Pablo Moyano y Cirielli, que compartían la oficina con el gastronómico. Al final de la charla, se comprometieron a unificar sus demandas en una huelga nacional, en la que también participará el sector disidente de la CTA. Está previsto para la semana próxima un encuentro entre los hombres de mayor confianza de Barrionuevo con los de Moyano. La gestión corre hasta ahora por cuenta de los dirigentes Norberto Latorre y

Cirielli, por el lado del gastronómico, y de Abel Frutos y Juan Carlos Murgo, por el camionero. No se descarta que la reunión sea en la CGT con base en Azopardo. Aún resta definir cómo será la modalidad del paro y calmar algunos chisporroteos internos por la alianza con la CTA. Hay sindicatos de la CGT que mantienen disputas de encuadramiento con la tropa de Micheli. Algunos dirigentes, como los líderes de los bancarios y de los canillitas, ya plantaron bandera: adherirán a los reclamos, no así al cese de actividades. Gente de Barrionuevo tiene la misma disyuntiva. A pesar de estas diferencias, Mi-

cheli mantuvo ayer firme su postura del paro. Es más, se animó a precisar una fecha posible: el 20 de este mes, justo cuando está previsto que se abra la licitación de los terrenos en los que el Gobierno quiere construir un polo audiovisual y cuando se celebra el Día de la Soberanía. “Éste es el primer paso hacia el paro nacional”, reconoció ayer Frutos, número tres de la CGT moyanista, mientras marchaba a la par de Barrionuevo rumbo a la Superintendencia. La incertidumbre sobre el cobro de la deuda que mantiene el Estado con los gremios y la letra chica de la resolución 1200, que ajustó los valores de los reintegros, impulsó a las dos CGT a unirse en la calle. “Es vergonzoso que la Presidenta haya firmado ese decreto que cercena el derecho a muchos trabajadores con hijos con capacidades diferentes”, criticó Pablo Moyano la medida en la que se limita la cobertura médica para chicos con discapacidad. Desfilaron por la puerta de la Superintendencia unos 12.000 manifestantes. Moyano aportó una numerosa columna de camioneros. Pero Barrionuevo dio la nota al anclar 15 ambulancias a metros de la Plaza de Mayo, además de movilizar a los 27 sindicatos que integra la CGT Azul y Blanca. “Quieren quedarse con el dinero de la salud de los trabajadores”, fue la consigna más repetida. También hubo panfletos y banderas que exigían eliminar el impuesto a las ganancias y un aumento a los jubilados. El giro de Moyano y Barrionuevo fue una muestra de pragmastismo gremial.ß

EL ESCENARIO

Cristina vuelve a golpear a la CGT oficialista Carlos Pagni —LA NACIoN—

Viene de tapa

De hecho, ayer los gastronómicos se llevaron 4 de los 17 millones que se liberaron desde el Tesoro. Balance: la Presidenta acaba de consagrar a su odiado Barrionuevo como un gestor eficiente de las conquistas sindicales. Todo sea para que durante la manifestación nadie coreara el nombre de Korenfeld de manera irreverente. Si se mira más allá de lo anecdótico, la reticencia a satisfacer las demandas pecuniarias de los sindicatos confirma la decisión del kirchnerismo de avanzar sobre el negocio de la salud. La señora de Kirchner no se conforma con administrar el dinero de las obras sociales como un suero. En la Super-

intendencia comenzó a registrarse un desembarco de militantes de La Cámpora, sobre todo en las gerencias encargadas de auditar las prestaciones médicas. Korenfeld, una subordinada de toda la vida, quedó bajo control. Tal vez para ella sea una solución. Podrá al fin emanciparse de la sigilosa jefatura que ejerce sobre su área Luciano Di Cesare, el titular del PAMI e inspirador de la organización paraestatal La Güemes. otro pingüino. De la Superintendencia sería desplazado Alejandro Aymar, el gerente de Gestión Estratégica que elaboró la malhadada resolución sobre reintegros de alta complejidad que Korenfeld debió suspender por presión

de los gremios. También el gerente general Ariel Leutier se alejaría. Y Emilio Salas, asesor personal de la superintendenta, renunció por propia voluntad. Son tres hombres de Di Cesare. Sobre todo el inseparable Salas, a quien sindicalistas y dueños de grandes laboratorios pusieron en la mira porque lo suponen vinculado con la droguería Núcleo Farma.

Los gastronómicos se llevaron 4 de los 17 millones que se liberaron para repartir

A Di Cesare no le va mejor. Axel Kicillof, cuya vocación expansiva sólo es comparable con la de Domingo Cavallo durante el reinado menemista, estaría por tomar el control de la Gerencia Económico-Financiera de la obra social de los jubilados. Mientras le rodeaban la manzana, Di Cesare se disipaba animando a los abuelos del conurbano en una recorrida proselitista, junto con su amigo Amado Boudou. La disputa dentro del PAMI es extraña: La Cámpora contra La Güemes. Menos mal que la consigna es “unidos y organizados”. El recambio de personal en el aparato de control de las obras sociales es un indicio de que Cristina Kirchner necesita otros revolucio-

narios para su revolución sindical. En el gremialismo lo entendieron temprano. Es la razón por la cual comenzaron a producirse alianzas impensables hace apenas unos meses. Por ejemplo, Pablo Moyano visitó ayer a Barrionuevo en su despacho de la Avenida de Mayo. En un momento de distracción, le pasó su teléfono celular: “Te quieren hablar, Luisito”. Del otro lado estaba papá Hugo. Moyano padre y Barrionuevo no se hablaban desde hacía más de seis años. Diferencias filosóficas. Testigo mudo del encuentro, Ricardo Cirielli, del sindicato de técnicos aeronáuticos. Un hombre clave para Aerolíneas Argentinas. Un experto en pelear contra La Cámpora.ß

Un ex jefe policial reivindicó la represión dEREChOS humANOS. El

coronel Campos declaró y justificó las torturas

Pablo Morosi

CoRRESPoNSAL EN LA PLATA

LA PLATA.– El ex subjefe de la policía bonaerense durante la última dictadura militar Rodolfo Aníbal Campos reconoció que en los centros clandestinos de detención a su cargo se torturó y asesinó a prisioneros políticos, dijo sentirse “orgulloso” por haber “parado a la subversión” en la provincia y criticó la política de derechos humanos del kirchnerismo. Campos, que es coronel retirado y también fue titular de la policía de Córdoba, declaró durante más de una hora en el juicio que se desarrolla en esta ciudad por los crímenes cometidos en el denominado Circuito Camps, que llevó al banquillo a una veintena de represores y funcionarios del último gobierno de facto. En tanto, el juez Carlos Rozanski, presidente del Tribunal oral Federal N° 1 de esta ciudad, denunció haber recibido amenazas e intimidaciones, al igual que los otros dos jueces, Mario Portela y Roberto Falcone, que sustancian con él la causa del Circuito Camps. “Los juicios son irreversibles”, aseguró el magistrado. “De los muertos yo me hago cargo. A partir del 14 de diciembre de 1977 me hice cargo de la policía y estoy orgulloso porque paró la subversión en la provincia de Buenos Aires”, aseveró Campos ante el tribunal. “Torturamos y asesinamos para sacar información, en cualquier guerra pasa eso. Entregamos una nación ordenada en 1983. Lamentablemente, hoy el Gobierno quiere trasladar una sola verdad de lo que pasó, pero estoy orgulloso de lo que hice como militar en 60 años de servicio”, indicó el represor, con una de sus manos en alto, al cuestionar el rumbo que tomó la política de derechos humanos y el impulso de los juicios con la llegada de Néstor Kirchner, en 2003. El ex militar señaló: “Me brotan la defensa de la patria y el orden. Los argentinos de verdad debemos defender valores y principios. Les tengo que rendir homenaje a mis camaradas muertos. A mi familia le dejo un abuelo con convicciones, equivocado o no, con razones fundadas”. Campos acusó a los jueces de recibir órdenes del Gobierno para que militares, policías y médicos vayan presos. “Yo no eludo, yo me hago cargo y soy responsable. Y más con estos señores [imputados] que se contradicen. Estas tropas no son las que conocí, las que cumplían órdenes legales”, dijo. Y agregó: “La historia que se quiere traer nos hace vivir un presente falso. Está cargada de ideología, de política, de intereses económicos”, indicó. Y acotó: “Me hago cargo de los muertos. Comandé la policía orgulloso de lo que hicimos”. Según el relato del ex subjefe de la policía bonaerense, se trató de “una guerra no convencional, una guerra sucia”. Dijo que en los centros clandestinos “torturábamos como se tortura en todo el mundo para obtener información. No torturábamos porque nos gustara”. “¿Ustedes creen que el Ejército torturó, asesinó y tiró bombas porque quiso? Somos educados, no somos una banda armada. Esos jóvenes idealistas estaban equivocados, aunque respeto a los que murieron porque lucharon por una idea”, concluyó.ß