Espectáculos
Miércoles 9 de julio de 2008
LA NACION/Sección 4/Página 3
TEATRO (Bambalinas) Por Laura Ventura Reemplazo de lujo. El sábado último, el primer bailarín del espectáculo Ella, Alejandro Parente, no pudo realizar la función, pues padecía un fuerte cuadro gripal. La producción llamó a Hernán Piquín (protagonista de Aniceto, de Leonardo Favio), quien había estrenado en octubre pasado la obra prestando su cuerpo para aquel rol. En solo un par de horas, el bailarín recordó las coreografías gracias a Elizabeth Chapeaurouge y a la dirección de Valeria Ambrosio. Aquella noche aplaudieron a Ivanna Rossi, Natalia Cociuffo y Dan Breitman, el elenco del musical, y la presencia de Piquín muchos famosos: Alejandro Romay, Daniela Cardone, Marta González, Anamá Ferreira y Kenita Larraín. Brecht, en el San Martín. Claudio Gallardou, pionero, ideólogo y uno de los motores de La Ban-
da de la Risa, ya trabaja para el regreso del grupo a las tablas en 2009. Por esta compañía desfilaron artistas como Claudio Da Passano, Paola Krum, Pablo Echarri, Marcos “Bicho” Gómez, Osqui Guzmán y Diana Lamas, entre otros. El San Martín albergará a Mann ist Mann, de Bertolt Brecht, con las actuaciones de Cristina Fridman, Cesar Bordón y Gustavo “Cacha” Ferreira. Gallardou será el responsable de la puesta en escena; Federico Mizrahi, de la música, y Renata Schussheim, del vestuario. Esta versión, fiel a la identidad de la Banda, combinará humor con los códigos nacionales de la interpretación teatral. El regreso de Urdapilleta. Hace un año, desde el abrupto final de la por entonces exitosa Atendiendo al Sr. Sloane debido a diferencias con el elenco, que Alejandro Urdapilleta no actúa en
La Banda de la Risa, el grupo fundado por Claudio Gallardou, prepara un nuevo trabajo
un escenario porteño. En agosto estrenará Ultratumba en la sala Batato Barea, del Rojas, una obra que busca romper con los códigos formales del teatro. Eri-
De Gepeto a Clouseau Omar Calicchio volverá a compartir el escenario con Alejandra Radano y Diego Reinhold, sus compañeros en 1998 de Hotel Oasis. El trío ultima los detalles de La trup sin fin, de Hugo Midón, con música de Carlos Gianni, que realizará funciones vespertinas en el Cervantes desde la última semana de julio. Y además de dar vida a los clásicos de la literatura infantil (entre ellos a Gepeto, el padre de Pinocho), Calicchio bailará en la calle Corrientes desde septiembre al ritmo de Jazz, Swing, Tap 2, en El Nacional. El artista firmó contrato con Diego Romay y se convirtió en el cuarto protagonista de esta obra, junto con Sandra Guida, Nicolás Scarpino y Natalia Cociuffo. Los dos primeros fueron parte de la primera versión que se estrenó en 2003, donde también se lucía Elena Roger, quien se encuentra en París interpretando a Edith Piaf en un musical en homenaje a la diva. Omar Pacheco será el director de esta puesta que promete repetir la fastuosidad y el colorido de la anterior, con coreografías de Gustavo Wons. El espectáculo estará ambientado en la época de la Ley Seca de los Estados Unidos y Calicchio interpretará a un inspector algo torpe, inspirado en monsieur Clouseau, la creación de Blake Edwards.
Omar Calicchio volverá a trabajar con Alejandra Radano y Diego Reinhold en La trup sin fin, de Hugo Midón c
Monina Bonelli es la Adela que caza patos en la siesta formoseña
De patos y fantasmas Original mirada del interior de Maruja Bustamante Buena
★★★
Adela está cazando patos. Texto y dirección: Maruja Bustamante. Con: Monina Bonelli, Pablo Seijo, Armenia Martínez, Julián López, Diego Benedetto, Iride Mockert y Guillermo Jacubowicz. Sonido: Mercedes Tennina y Pepo Razzari. Luces: Javier Casielles. Vestuario: Mariana Ron. Escenografía: Grupo Capicúa. Abasto Social Club, Humahuaca 3649. Viernes, a las 23. Duración: 60 minutos.
Sin duda, lo mejor de la propuesta de Maruja Bustamante es el clima –con un gran trabajo de luces– que logra plasmar en escena. La siesta, el calor agobiante, la quietud formoseña son un personaje más en esta historia que tiene deliberados parecidos con la tragedia de Hamlet. Es imposible no mencionar la genial manera en que está resuelta la presencia de una pileta de lona en escena, en donde el agua no es otra cosa que un montón de pelotitas de plástico celeste. Una nimiedad bien pensada y mejor manejada por los actores que se sumergen, juegan y reposan en ella con total naturalidad. La historia hace eje en el fantasma del padre de la Adela que caza patos, que se le presenta a su hija para pedirle que investigue los sucesos que rodearon su muerte. Adela tiene un particular grupo familiar: una madrastra escondedora, un allegado a la familia con demasiadas ín-
fulas de pertenencia, un hermano con mirada distante, una novia demandante y un empleado fiel, fuerte y sumiso en dosis equivalentes. Tratar de definir los personajes que creó Bustamante es caer inevitablemente en el error, ya que al igual que hizo con el ambiente, cada uno tiene finísimas características distintivas que en conjunto forman un atractivo patchwork. El color local termina por concretarse con ciertos diálogos que pintan de manera contundente el vínculo entre esa familia acomodada y sus comprovincianos, en el modo en que se apropian del “ser del interior” y, sobre todo, en la aparición del Yací Yareté, el duende de la siesta, que no es otro que el propio padre de Adela, que se presenta travestido. Es en la trama en la que aparecen ciertos baches –que nada tienen que ver con la quietud del ambiente– que distraen la narración. Ciertos juegos que pueden divertir, pero suenan un poco caprichosos. De todas maneras, ninguno atenta contra la arriesgada manera de poner en escena una mirada mordaz sobre un grupo social con características muy particulares y reconocibles como pueden ser “los hijos del poder”. En un elenco de pareja labor, sobresalen Diego Benedetto, Iride Mockert y Guillermo Jacubowics.
Verónica Pagés
ca Rivas será la acompañante del artista. La actriz iba a protagonizar Los exitosos Pells en Telefé, pero su personaje será interpretado por Carla Peterson.
Los Macocos, enamorados. Daniel Casablanca, Martín Salazar y Gabriel Wolf, más conocidos como Los Macocos, se preparan para estrenar el mes próximo
en Rosario Don Juan de acá (el primer vivo) y en septiembre se instalarán en el Cervantes. Para recrear el mito del burlador burlado, acudieron a las versiones de Tirso de Molina, Molière, Mozart y José Zorrilla, entre otros, pero la historia transcurre en febrero de 1810, en el Virreinato del Río de la Plata. Las actrices Laura Silva, Mónica D’Agostino y Paula Requeijo completan el elenco de la obra que tendrá música en vivo, interpretada por Lucas Ferrara y Pablo Bronzini. Javier Rama, que falleció este año, había sido el director de
los espectáculos del grupo desde su conformación, en 1985, es por eso que, en esta ocasión, Los Macocos serán los responsables de aquella labor y convocaron a Julián Howard para la puesta en escena. Una madre cruel. Heidi Steinhardt cultivó aplausos y premios con su opera prima, El trompo metálico, que se estrenó el año pasado en el Rojas y que continúa en cartel, en el Teatro del Pueblo. La directora y dramaturga quería que su segunda obra, El lotecito (o el sepelio), fuese protagonizada por Adriana Aizemberg (en cine trabajó en Derecho de familia, entre otras). La actriz no dudó en aceptar el papel de una madre déspota, preocupada por el dinero antes que por sus hijos, personajes al que no se le parece “ni en lo más mínimo”, asegura la mamá del cineasta Rodrigo Moreno (El custodio).