De Arcimboldo a Mondongo

31 may. 2013 - Mariano Llinás en la galería Ruth Benzacar, la última aparición del grupo fue en esa mis- ma galería en 2009, cuando sorprendió con enormes ...
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Viernes 31 de mayo de 2013 | adn cultura | 19 opinión

De Arcimboldo a Mondongo Alicia de Arteaga La nacion

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Mendanha y Laffitte en su taller, con dos obras que integran la muestra

bre el pasto, un par de zapatillas colgadas de las ramas –alusivas a los dealers de droga del conurbano bonaerense y a la tragedia de Cromañón– o un cetro de chamán indígena. Por suerte los integrantes de Mondongo desestimaron la idea de incluir la imagen de una retroexcavadora y un propietario latifundista en su afán de vincular la obra con la realidad del país, marcada por reiterados ciclos de muerte y renacimiento. Así, lograron un resultado más poético que en aquellos retratos donde usaban materiales relacionados con el personaje, como el de Diego Maradona compuesto por cadenitas de oro, el del Che Guevara con balas o el de Eva Perón con pan. La variedad de recursos es una de las principales características de este grupo, fundado en 1999 por Laffitte, Mendanha y Agustina Picasso, actualmente casada con Matt Groening y residente en Estados Unidos. De hecho, gran parte de la fama internacional de Mondongo se debe a los retratos realizados para la familia real de España con espejos de colores, en irónica referencia a lo que los pueblos americanos recibieron de los conquistadores españoles a cambio de oro y plata. La carne ahumada fue el material elegido para componer el retrato de Lucian Freud, de 2002, que se exhibirá en una de las nuevas salas del Mamba. Es la única obra que no fue producida entre 2009 y 2013, como el resto de las que seleccionó el curador Kevin Power para esta muestra. Hacía cinco años que Mondongo no exponía en Buenos Aires. Con la excepción de la obra que acompaña en estos días un video de Mariano Llinás en la galería Ruth Benzacar,

la última aparición del grupo fue en esa misma galería en 2009, cuando sorprendió con enormes calaveras de plastilina habitadas por múltiples universos de seres diminutos –una de las cuales fue comprada por el Museo de Bellas Artes de Houston–, que permitieron una dedicación a la serie del paisaje sin presiones financieras ni límite de tiempo. En paralelo, Mondongo también produjo retratos con hilos con una estética impresionista, un esternón de monedas inspirado en una idea de su amigo Rodolfo Fogwill –fallecido en 2010–, una obra que recrea en cera a los hijos del escritor y cajas de luz que representan mundos subterráneos, en las que llevan a su máxima expresión el potencial de la plastilina. Este material, que Mondongo utiliza desde hace más de una década, también gana tres

fotos: patricio pidal/afv

dimensiones en la instalación del paisaje, lo que le permite a la obra distanciarse de la pintura y la fotografía. Con siete colores básicos elaborados con pigmentos de óleo, los artistas crean a mano infinidad de tonos y texturas. Al acercarse a sus trabajos es posible distinguir en algunas zonas sus huellas dactilares, y en otras el uso de la espátula o el pincel que moldearon la plastilina caliente. En pareja desde que cursaban el último año de la Prilidiano Pueyrredón, padres de Francisca (retratada en la muestra), Laffitte y Mendanha se consideran pintores. Y con esta última obra, que pudieron ver completa por primera vez cuando se instaló días atrás en el Mamba, llevaron su oficio a una nueva dimensión. No sólo por el tamaño de los paneles –limitado por la altura de las puertas de su taller de Palermo–, sino también porque lograron incorporar el tiempo como variable en este viaje virtual. A partir de las fotos tomadas en Entre Ríos, imaginaron un recorrido que parte al amanecer en una cárcava seca y termina al atardecer, sobre la orilla luminosa del río Uruguay. En esta escena poética, que parece condensar las huellas del bien y del mal, ya no es necesaria la presencia humana. “Quizás en la observación de la naturaleza –dice Mendanha– esté encerrado el mejor espejo del mundo.” C Mondongo (2009-2013) y Diseñá tu mundo (ver página 20), entre otras muestras, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (San Juan 350), desde el domingo 2 de junio a las 19. @cchatruc

or los pasillos de arteBA circulaba entusiasmado con lo que veía el galerista suizo Ivo Kamm, que mantiene fluida relación con artistas argentinos y que ha sido uno de los grandes promotores de la obra de Mondongo en el circuito europeo. “Vendí en muchos miles de dólares trabajos de ellos, no hay nada que se le parezca en Europa”, confió a media voz, mientras sacaba una tarjeta de triple espesor del bolsillo de su saco Armani. Un galerista cool como Kamm sintonizó de inmediato con esa caja de sorpresas que es el colectivo Mondongo. El grupo nació en el 99 formado por Agustina Picasso, Juliana Laffitte y Manuel Mendanha. Agustina partió con otros rumbos y Mondongo son Juliana y Manuel. Sin aventurarse demasiado, podría decirse que en el ADN del colectivo hay algo del genio de Arcimboldo, dotado como nadie para los retratos con frutas y verduras. Mondongo tiene un pasado de pintura de caballete, al que sumó la destreza artesanal en el mejor nivel de una bottega romana. La muestra de paisajes del Mamba corta la respiración. Son 45 metros de un mural continuo que envuelve al espectador como lo hacen, salvando las distancias, las Ninpheas de Monet en el MoMA de NY. Sus primeros trabajos incorporaban materia orgánica, pero cuando el tiempo confirmó que esos materiales le daban a la obra fecha de vencimiento se aplicaron a lograr efectos pictóricos increíbles usando plastilinas preparadas por ALBA para Mondongo. Marca registrada. Como el galerista suizo, el mundo se ha rendido ante la obra que suma nombre marketinero, difusión y una factura que roza la dimensión de lo imposible. Fue Miguel Ángel Cortés, amigo y consejero de Felipe de Asturias, quien abrió las puertas del Palacio de la Zarzuela y facilitó el encargo de un retrato de los reyes y de don Felipe hechos con espejitos. Antes pintaron a Ruth Benzacar con fósforos, a Amalita con perlas falsas y retrataron a Jorge Glusberg con caramelos Media Hora. El material era el mensaje. Mas cerca en el tiempo, el retrato de Fogwill hecho con hilos es una obra maestra. Un rostro apergaminado que tiene la melancolía tallada en la trama textil. Mari Carmen Ramírez voló a Buenos Aires para vivir personalmente la experiencia de los paisajes envolventes. Quizás el universo entrerriano vuele a Houston. C @alicearte