Espectáculos

Viernes 17 de agosto de 2007

A partir de hoy

Estrena hoy, a las 21

Cuarto año de Los 4400

Películas por los derechos humanos

El actor Patrick Flueger habla sobre la nueva temporada

La muestra incluirá largometrajes inéditos en nuestro país Desde hoy, y hasta el próximo miércoles, se realizará, en la sala Leopoldo Lugones del San Martín (Corrientes 1530), la segunda edición del Human Rights Watch International Film Festival en Buenos Aires, que presentará siete largometrajes inéditos en la Argentina que llegan con el aval de la muestra más importante de derechos humanos, con sedes en el Lincoln Center de Nueva York y en el Institute of Contemporary Arts de Londres. La muestra –que contará con la presencia de Bruni Burres, directora del Human Rights Watch International Film Festival– incluirá también un anticipo de 30 minutos de Imagen final, nuevo largometraje de Andrés Habegger (Historias cotidianas) sobre el asesinato del camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen durante el golpe militar del dictador chileno Augusto Pinochet. Tras la exitosa –tanto en público como en calidad artística– primera edición de la muestra, concretada en 2006, también en la Lugones, este año se proyectarán varios títulos interesantes, como por ejemplo el de apertura: Mi coronel (hoy, a las 17, 19.30 y 22) es la ópera prima del francés Laurent Herbiet y contó con un gran elenco encabezado por Olivier Gourmet, Robinson Stévenin, Cécile de France, Charles Aznavour y Eric Caravaca para narrar una historia ambientada en la guerra de Argelia, pero cuyas implicancias morales, éticas, legales y políticas tienen claras connotaciones actuales y remiten a los conflictos de Afganistán e Irak. Producida por Costa-Gavras (también coguionista) y por los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne, se trata de un relato confesional basado en el diario personal de un joven teniente que retrata la brutal campaña de violencia y tortura orquestada por el superior del título en nombre de una “guerra

LA NACION/Sección 4/Página 5

contra el terror”. Presentada en las ediciones 2006 de Toronto y Roma, entre otros festivales. Otra joya de la programación es el multipremiado film de clausura Paisajes manufacturados (miércoles 22, a las 17, 19.30 y 22), que registra, a través del seguimiento del trabajo del celebrado fotógrafo Edward Burtynsky, los profundos y brutales cambios socioeconómicos que se están registrando en zonas como Bangladesh y, especialmente,

Las inmensas fábricas de China y Bangladesh en el documental Paisajes manufacturados

China. La cámara de la canadiense Jennifer Baichwal muestra las inmensas fábricas, ensambladoras y astilleros, los derrumbes de ciudades enteras y las relocalizaciones de sus pobladores para permitir multimillonarias inversiones inmobiliarias, los hongos urbanos que explotan con sus multitudes de transeúntes, sus rascacielos y el enjambre de autopistas, los desechos del boom tecnológico que contaminan tierras y ríos, etc. Las imágenes son impactantes, sobrecogedoras, pero la directora no se olvida del costado íntimo, de la deshumanización que conlleva este boom de

los gigantes asiáticos, con testimonios muy bien intercalados. La programación del ciclo se completa de la siguiente manera: ● Sábado 18, a las 14.30 y 19.30: Hot House (Israel), de Shimon Dotan, sobre los casi 9000 palestinos que se encuentran encerrados en cárceles israelíes bajo cargos ligados a la “seguridad nacional” y la eclosión del movimiento nacionalista palestino (Hamas y Fatah) en esas prisiones. Ganador del Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance 2007. A las 17 y 22, La ciudad de los fotógrafos (Chile), de Sebastián Moreno, sobre el trabajo clandestino de los fotoperiodistas durante el régimen de Pinochet. ● Domingo 19, a las 14.30 y 19.30: La madre de Sari (EE.UU.), corto de James Longley (La franja de Gaza e Irak en fragmentos), sobre una madre que lucha por la obtención de un tratamiento médico para su hijo de diez años, enfermo de sida; acompañado por Extraña cultura (EE.UU.), film de Lynn Hershman Leeson con Thomas Jay Ryan, Tilda Swinton y Peter Coyote, sobre el insólito caso real del profesor y artista plástico Steve Kurtz, acusado por el FBI de bioterrorismo. A las 17 y 22, Lo imprevisto (EE.UU.), largometraje producido por Terrence Malick y Robert Redford y dirigido por Laura Dunn sobre escandalosos negocios inmobiliarios en reservas naturales del estado de Texas.

Diego Battle

“Shawn está constantemente tomando alguna decisión, sea buena o mala, y siempre mira el lado positivo de las cosas. Es un idealista. Eso es lo que más me gusta de él”, así define Patrick Flueger, en una entrevista telefónica con LA NACION, a Shawn Farrell, el personaje que interpreta en la serie Los 4400, cuya cuarta temporada se estrena hoy, a las 21, por la señal Universal Channel. Esta serie de ciencia ficción, producida por American Zoetrope, productora de Francis Ford Coppola, comenzó como una miniserie en 2004 y, gracias a su éxito, se convirtió en una serie que ya va por su cuarta temporada. La historia de Los 4400 con la aparición de un cometa en la Tierra, que deja tras de sí a un grupo de 4400 personas que habían desaparecido en distintas épocas. Cada uno de ellos está físicamente igual a cuando desapareció, pero pronto algunos de ellos comienzan a notar que tienen poderes especiales. Shawn Farrell es uno de estos 4400, quien al regresar descubre que tiene el poder de curar. Después de muchos conflictos, el comienzo de la cuarta temporada encuentra a Shawn en coma.

Algunas puntas “Sin adelantar demasiado, te puedo decir que en la cuarta temporada Shawn encuentra su propia voz, empieza a seguir su propio camino y continúa creciendo como hombre”, comenta Flueger. A pesar de que actúa desde que era chico, la carrera de Flueger comenzó cuando tenía 15 años, dos directores de casting de su ciudad natal, Red Wing, Minnesota, lo ayudaron a grabar un video y enviarlo a los productores de la película El diario de la princesa. Aunque finalmente eligieron a otro actor para el papel principal, el director Garry Marshall escribió un papel especialmente para él. “Fue muy divertido. Llamaba a mis amigos para que supieran que mientras ellos se divertían haciendo la tarea, yo estaba sufriendo en un jacuzzi en el sur de California. El jacuzzi jugó un papel muy importante de la decisión de seguir actuando”, comenta Flueger, entre risas. El actor de 24 años afirma que lo que más le atrajo de Los 4400, es el costado humano de la trama, más allá de ser una serie de ciencia ficción: “Me pareció que era una idea

Megalyn Echikunwoke (Isabelle) y Patrick Flueger (Shawn) UNIVERSAL

muy novedosa. El guión del piloto me pareció una historia muy humana, con el énfasis puesto en los personajes”. Por supuesto que desde el piloto de lo que se suponía iba a ser una miniserie hasta la cuarta temporada, las cosas fueron cambiando. “A partir de que los 4400 empezaron a desarrollar poderes y empezaron a controlarlos, es natural que la línea argumental del programa se haya tornado más y más cerca de la ciencia ficción. Pero todavía tiene esa base de humanidad con la que comenzó, en la cual dos sectores de la sociedad se enfrentan y todos sospechan de todos.” Según el actor, estas situaciones humanas son las que hacen que la serie tenga una estrecha relación con la realidad: “La gente no confía en el otro y le tiene miedo. Ese miedo es el que lleva a que utilicen la fuerza unos contra otros y se apuñalen por la espalda. Nos sentimos tan separados los unos de los otros, ya sea porque vivimos en países distintos, porque tenemos colores de piel diferentes o porque algunos desaparecieron y volvieron con poderes y el resto, no. Creo que tenemos algo que decir acerca de esto y desearía

que en la serie tratáramos más estos temas”. Según Flueger, el éxito de Los 4400 no cambió demasiado su vida: “Me pagan mejor que cuando trabajaba en un bowling”. El actor dice que se siente muy agradecido cuando en la calle lo felicitan por el programa. Además de actuar en Los 4400, Flueger tiene una banda de rock con sus amigos y protagonizó dos películas que se estrenarán próximamente: You are Here y Last Resort. La primera es una historia coral sobre lo que le sucede a un grupo de amigos durante una noche en un club nocturno. En cambio, Last Resort es un thriller sobre un grupo de amigos obligados a enfrentarse a un psicópata que quiere que se maten entre ellos. Mientras espera el estreno de ambas películas, ya está pensando en participar en otra durante el próximo receso de la serie. Pero por ahora continúa en Vancouver, donde se filman los capítulos de esta temporada, en la cual Shawn y otras 4399 personas seguirán intentando encontrar, nada más y nada menos, la solución de los problemas de la humanidad.

María Fernanda Mugica