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otra congregación? Artículo escrito por: Joan Alberto García del Toro. “Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado;.
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¿Cuáles son algunas recomendaciones para predicar en otra congregación? Artículo escrito por: Joan Alberto García del Toro

“Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios”. (Isaías 50:4) Qué verdad tan grande encierra este texto, me deja perplejo esta palabra dada por el profeta Isaías. Qué maravilloso es tener por seguro que Dios da lengua de sabios a sus siervos, las palabras de Dios edifican, consuelan, proporcionan aliento al cansado. Honremos esas palabras susurradas al oído de tu vida, mostrémonos como edificadores del reino. No seamos predicadores que mancillan la palabra de Dios, bautizándolas con criterios impuestos por lo que creemos que es mejor para la congregación que ministramos. Les hablo a todos aquellos que hemos predicado en otras congregaciones y a aquellos que por vez primera lo harán. A todos lo que lo hacen y no tienen la dimensión del daño que pueden hacer, si no son sabios y prudentes cuando predican. Quisiera reflexionar sobre el echo de cuán ameno es que nos inviten a predicar a otro lugar fuera de nuestra iglesia o misión, pero qué responsabilidad tan grande tenemos al hacerlo. No solo espirituales o homiléticos tenemos que ser, sino también cuidadosos de no parecer él que trae lo último de parte de Dios. No podemos en nuestro mensaje tratar de imponerles que deberían hacer, o sugerirles a aplicar los mismos principios que utilizamos nosotros sobre un área específica en el trato con nuestra congregación. Qué importante es ser éticos, sabios, y sensatos en nuestro comportamiento como embajadores de Dios. Allí, no podemos convertirnos en un problema para el pastor que nos invito a predicar, en todo caso somos solución y no problema. El apóstol Pablo decía que no le quería ser gravoso a nadie pues no lo seamos con nuestra falta de experiencia, de consejo, o de discernimiento. Ciertamente, si Dios nos llevo a aquel lugar él también nos dará la palabra justa que esa congregación está esperando. A lo que me refiero es, a muchos de esos sermones que nacen cuando llegamos a una iglesia donde nos invitan a predicar, y vemos al pastor pasando trabajo en un área u otra de su ministerio y queremos coger el púlpito para tratar de arreglar el problema. Y aclaro que no tengo nada en contra de que ayude a su consiervo en la obra, pero creo que la mejor ayuda nace en su intimidad con Dios, orando por él, Dios siempre respaldará a un hombre que trata de ayudar a su prójimo. Creo que no hay mejor ayuda que aquella que nace del corazón de Dios y es revelada a su siervo y este a través del mensaje lo comunica a su pueblo. Aunque la necesidad de la iglesia o del pastor sea obvia, tenemos que tener mucho cuidado, de no desbaratar la obra que el siervo ha logrado con tanto sacrificio. Sí, con un mal enfoque de nuestro sermón podemos afrentar lo que Dios quería para su pueblo y su siervo allí. Recordemos que Dios nos ha puesto para levantar su obra no para destruirla.

Recomendaciones para predicar en otra congregación. *-Mantenga un mensaje Cristocéntrico. (2 Co. 4:5). *-No insulte la congregación por ningún motivo. (Sea prudente, si quiere hacer énfasis sobre algún tema específico, hágalo de tal manera que la congregación lo comprenda.) (Stg. 3:2-5). *-No haga referencia a ciertas o determinadas doctrinas en las cuales usted tenga un criterio en particular. (No es el momento adecuado para ventilar los criterios teológicos que usted tenga.) (2 Ti. 2:14, 16,23). *-Vaya limpio y vestido correctamente, su limpieza personal dirá mucho de usted. (No se presente como quiera a predicar, vaya dentro de sus posibilidades lo mejor que pueda. El nos ha hecho reyes y sacerdotes, ministremos y tratemos de vestir como tales.) (Apo. 1:6) *-No facilitemos criterios negativos sobre tal evangelista o pastor alguno, el púlpito no es una tarima para estar librando batallas personales y menos mancillando el ministerio de otros siervos. (1 Ti. 2: 8). *-Sea amable, cortés y agradecido con los que lo invitaron, el binomio pastorcongregación. (2 Ti. 2:24-26). *-No de una larga disertación, permita que lo vuelvan a invitar a predicar. Recordemos lo que ocurrió cuando Pablo disertaba largamente y Eutico se precipitó por la ventana. (Hechos 20.7.) *-Acomode sus palabras de acuerdo al lugar donde predique. Si predica en el campo, hable de tal forma que la gente lo entienda, a veces le hablamos a ciertas congregaciones con terminologías que ni aún nosotros entendemos. Si predica en la ciudad digo lo mismo, predique de tal forma que lo entiendan. Qué todos entiendan tu lenguaje, no importa el campo o la ciudad, que tus palabras no se conviertan en un dique de contención para predicar, sino en un río de fluir del Espíritu Santo a través de ti. (Pr. 10:21). Cada uno de estos consejos nace de la necesidad de compartir experiencias vividas, de errores cometidos, de la esperanza de evitar a toda costa que el pueblo de predicadores sea sometido por el enemigo debido a su ignorancia en estas áreas. Es de vital importancia en la predica actual, erradicar todo aquello que evite que Dios se glorifique y que el evangelio no sea presentado correctamente. Debemos eliminar los obstáculos que estorben en la tarea de predicar, hoy más que nunca necesitamos entender como hombres de Dios que la gran cosecha final esta cerca. Nosotros seremos los protagonistas de esa cosecha y como buenos segadores afilemos nuestra hoz, aprendiendo a tener lengua de sabios y saber hablar palabras al cansado. www.ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.