Crimen, castigo y una vuelta de tuerca

2 oct. 2008 - la obra de Quentin Tarantino, es po- sible tolerar las situaciones más in- cómodas y desagradables. Pero ese recurso no es más que la.
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Espectáculos

Jueves 2 de octubre de 2008

LA NACION/Sección 4/Página 5

CINE

Crimen, castigo y una vuelta de tuerca Escondidos en Brujas es un thriller atípico que detrás de su crudeza plantea interrogantes perturbadores Muy buena

★★★★

Escondidos en Brujas (In Bruges, Gran Bretaña-Bélgica/2008, hablada en inglés). Dirección y guión: Martin McDonagh. Con Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Cleménce Poésy, Jérémie Renier. Fotografía: Eigil Bryld. Música: Carter Burwell. Edición: Jon Gregory. Presentada por Distribution Company. 106 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años.

¿Es posible redimirse luego de cometer un crimen imperdonable o lo único que cabe es el castigo? ¿Somos, en el fondo, absolutos responsables de nuestros propios actos? Estas preguntas recorren la obra del dramaturgo y director irlandés Martin McDonagh. Las hemos visto expuestas con brutal contundencia en la puesta local de su exitosa pieza The Pillowman y regresan en este film pródigo en ingenio, en interrogantes perturbadores sobre los efectos de nuestras acciones y en filosos diálogos rebosantes de humor ácido y amargo. Desde el comienzo mismo de la trama McDonagh parece decirnos que sólo a través de ese espíritu socarrón que nos invita a no mirar las cosas a la tremenda, sino con una ironía que encuentra algún punto en común con la obra de Quentin Tarantino, es posible tolerar las situaciones más incómodas y desagradables. Pero ese recurso no es más que la herramienta de la que el guionista y director se vale para llevarnos por un camino que serpentea, lineal y alegóricamente, por las callejuelas medie-

791 CINE

Historias de soledad en un edificio de departamentos

Interesante ópera prima de un cineasta español Javier Rebollo sorprende con esta cuidada propuesta Buena DISTRIBUTION COMPANY

Gleeson y Farrell, dos asesinos profesionales que discurren sobre la naturaleza de su actividad a la espera de una llamada

vales de Brujas –fantásticamente fotografiada por Eigil Bryld– para que al final, junto con los protagonistas, nos preguntemos a quién pertenecen en definitiva nuestras acciones y si nuestras fuerzas alcanzan para modificar sus consecuencias más nocivas. El gran mérito de Escondidos en Brujas consiste en sorprendernos a cada paso a partir de situaciones aparentemente banales con calculados giros que fortalecen nuestra curiosidad acerca de lo que puede llegar a ocurrirle a dos asesinos profesionales de origen irlandés que recalan

en Brujas para dejar pasar las horas, conversar casi todo el tiempo sobre la naturaleza de las cosas y simular un papel de turistas al que no terminan jamás de acostumbrarse, mientras aguardan instrucciones de su jefe y una llamada que llegará con los peores augurios. Se podrá objetar algún exceso de cálculo por parte del director para atar en más de una ocasión los cabos sueltos del guión. Y todavía más la decisión de hacer explícito el asesinato de un inocente –decisivo en el curso de la trama– cuando se impo-

nían imágenes mucho menos contundentes. Pero aún dentro de un thriller tan crudo y trágico, McDonagh siempre deja un resquicio para descubrir en personajes de vida sórdida y oscura rasgos de dignidad, ternura y visible humanismo. Como el rústico y en el fondo inocente Ray (Farrell), el estoico Ken (Gleeson) y el vehemente Harry (Fiennes), tres notables actores moviéndose a merced del destino en una ciudad de belleza inigualable.

Marcelo Stiletano

Enredada y confusa historia de terror Espejos siniestros no logra despertar mayor interés Regular

★★

Espejos siniestros (Mirrors, EE.UU./2008). Dirección: Alexandre Aja. Con Kiefer Sutherland, Paula Patton, Amy Smart, Mary Beth Peil y otros. Guión: Alexandre Aja y Gregory Levasseur. Fotografía: Maxime Alexandre. Música: Javier Navarrete. Presentada por 20th. Century Fox. Hablada en inglés. Duración: 105 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 16 años.

El pánico psicológico vuelve a la pantalla con este film que engrosa un género siempre dispuesto a tensionar a una gran franja de espectadores adictos a esas historias que abarcan una gran diversidad de elementos terroríficos. El protagonista de esta nueva producción es Ben, quien está viviendo una existencia solitaria

y compleja luego de ser suspendido de las filas de la policía de Nueva York por haber baleado circunstancialmente a un colega encubierto. El accidente no sólo le costó su trabajo sino que avivó su adicción al alcohol y su furia, elementos que lo mantienen separado de su esposa y de sus dos pequeños hijos. Desesperado por rearmar su vida y por reencontrarse con su familia, Ben, que comparte un departamento con su hermana adolescente, toma la tarea de sereno nocturno en una enorme tienda que, años atrás, fue calcinada por un incendio que dejó decenas de víctimas y de la que quedan sólo ruinas y un aire tétricamente misterioso. Lo que alguna vez fue símbolo de prosperidad y grandeza ahora yace desolado en la oscuridad como si fuera una pútrida nave fantasma, y a medida que el nuevo sereno patrulla entre los

FOX

Kiefer Sutherland encarna a un hombre torturado por espejos maléficos

vestigios quemados de la tienda, comienza a percatarse de que hay algo siniestro en los espejos que adornan las paredes del edificio. La historia, al estilo del gran guiñol, transita machaconamente por el delirio de su protagonista –un Kiefer Sutherland que ocupa con rostro de horror del principio al fin de la pantalla–, y a medida que transcurren las situaciones más sangrientas y se multiplican las figuras fantasmales que inundan no sólo ese edificio sino también su casa y la de su familia el entramado va perdiendo interés en medio de la confusión y de un metraje que podía ser bastante más

abreviado. A la manera de un thriller variopinto, Espejos siniestros, una remarke de un film surcoreano de 2003, se enreda entre tantos elementos inconcebibles que pretenden elevar la cuota de horror que le da su signo a este género y así transita, con la dirección de Alexandre Aja, un realizador cuya filmografía contiene varios temas de terror, por ese guión que intenta la originalidad, pero que sólo sirve para que los espectadores menos pretenciosos sigan desganadamente la trayectoria de su absurdo protagonista.

Adolfo C. Martínez

★★★

Lo que sé de Lola (Ce que je sais de Lola, Francia-España/2006, color; hablada en francés y español). Dirección: Javier Rebollo. Con Michaël Abiteboul, Lola Dueñas, Carmen Machi. Guión: Lola Mayo y Javier Rebollo. Fotografía: Santiago Racaj. Edición: Angel Hernández Zoido. Presentada por 791 Cine. 112 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años.

Que el español Javier Rebollo pulió su lenguaje en la práctica del cortometraje es algo que está a la vista en su primer largo de ficción. Se percibe en el elaborado trabajo de la cámara, en la atención puesta sobre el tratamiento del sonido, en los largos silencios, la insistente búsqueda de simetrías, el empleo del fuera de campo y la duración de los planos. También en cierto regodeo formal que parece reclamar más atención para sí que para la historia que se cuenta y que suele deslumbrar en ciertos circuitos cinéfilos tanto como suele impacientar al espectador común. Lo que sé de Lola, que fue candidata al Goya a la mejor opera prima y ya ha despertado esas reacciones controvertidas en más de un festival, es un film que confirma la habilidad de Rebollo para crear climas, descubrir la expresividad de los rostros, hallar imaginativas soluciones visuales y componer escenas elocuentes, como la del protagonista haciendo el inventario de los objetos dejados por su madre. Pero también –quizá deba adjudicársele al ingreso en un formato que todavía no

domina– revela algún titubeo a la hora de ponderar el valor del material que ha reunido, que a veces abandona sin haber explotado del todo y a veces conserva en el montaje, con lo que desperdicia vertientes sugestivas o genera reiteraciones. El film es la historia de una soledad. O de dos. La del treintañero francés que no ha tenido vida propia y ha pasado los años sin hacer otra cosa que atender a su madre enferma, y la de la joven española que se muda al departamento contiguo y ocupa excluyentemente su atención ahora que la anciana ha muerto. El vacío del hombre ya no lo llena la observación de los pasajeros del subte o de la gente que solía ver y oír desde su solitaria mesa de bar, ni la correspondencia ajena que solía espiar, ni las imágenes obscenas de la televisión nocturna: todo se concentra en Lola, esa muchacha que ni siquiera repara en su presencia a pesar de que él la sigue discretamente a todos lados, sabe de sus amoríos y sus fracasos, de su ardua lucha por la supervivencia como inmigrante, de su carácter extravertido y de su vulnerabilidad. De a poco el solitario voyeur se convierte en ángel protector. Y vive por procuración. Montaje moroso, ambientes grises, colores apagados: todo tiende a traducir el mundo interior del protagonista, pero lo hace en una medida que corre el riesgo de contagiar su tediosa chatura al film, aunque Lola Dueñas lo ilumine con su presencia vivaz.

Fernando López

(Pantallas chicas) Variaciones: el rating del debut Anteayer, el primer episodio de Variaciones, ciclo que protagonizan Juan Leyrado y Arturo Puig en Canal 7, no tuvo un buen arranque: promedió 1,1 puntos de rating y quedó último en su franja horaria.

La carrera a la Casa Blanca Hoy, a partir de las 21.30, CNN en Español, en el marco de la cobertura de

las campañas para las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, emitirá un programa especial cuyo momento más importante será el debate de los candidatos a la vicepresidencia, el demócrata Joe Biden y la republicana Sarah Palin, que se realizará en la Universidad de Washington, en St. Louis, seguido de un análisis a cargo de los corresponsales de la señal.