Cooperación, un valor en auge en el nuevo entorno

de las tecnologías de la información y de la comunicación, en especial internet, ... 5 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas ...
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Análisis Digitalización de la Información y Reportaje en Internet

15-06-11

Cooperación, un valor en auge en el nuevo entorno digital Marcos San Millán Fadrique

Amplia y de gran calado ha sido, está siendo, y será todavía durante un tiempo la conmoción ocasionada por el gran avance que recientemente han experimentado la digitalización, las telecomunicaciones, internet y la informática, un conjunto de tecnologías que desde hace unos años evolucionan a la par y cada vez de forma más interdependiente, y cuyo espectacular desarrollo ha dado lugar a una auténtica revolución que, además de un evidente factor tecnológico, tiene también un importante componente social, como no podía ser de otra manera dado que “todos los desarrollos culturales lo son también materiales y viceversa […] pues el mundo material no se puede separar de las ideas que lo conciben ni de las personas que lo crean, lo usan y lo transforman, todos son entramados híbridos”1. Este componente social se hace especialmente evidente en el caso de internet: “El desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, en especial internet, ha incidido en todos los aspectos de la sociedad contemporánea […] Internet personifica la consagración de la vieja utopía según la cual cualquier mensaje es susceptible de ser transmitido instantáneamente y de manera global a cualquier punto del planeta por remoto que sea […] ningún avance tecnológico vinculado a la comunicación ha llegado a un segmento de la población tan amplio y de una manera tan rápida como lo ha hecho internet”2. Y especialmente ligado a internet se encuentra el fenómeno del ciberespacio, “un dispositivo comunicacional multilateral, de todos hacia todos, que permite a las comunidades constituir progresivamente y de manera cooperativa un contexto común y una 1 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 2 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 1

comunicación ininterrumpida que sedimenta una memoria colectiva”3, un gigantesco fenómeno que conlleva no solo la creación de un nuevo espacio en el que informarse, comunicar o interactuar, sino también una auténtica mutación social, un cambio en la forma de concebir el mundo y de moverse en él, una nueva cultura, la cibercultura, que no solo tiene que ver con internet sino que, cada vez más, aglutina a un gran número de tecnologías y aspectos sociales: “La cibercultura no es solo un movimiento técnico, también (y sobre todo) lo es social. El ciberespacio no es la autopista de la información, es el modo de usarla, el empeño de comunicar de forma recíproca y de crear una inteligencia colectiva […] Ciberespacio no es solo Internet, es también todas las demás fuentes que lo alimentan, también los demás medios de comunicación.”4 Para los medios de comunicación, igual que para muchos otros oficios, esta revolución tecnológica y social está suponiendo un profundo cambio que habrán de asimilar de cara a su supervivencia y éxito futuros. “Internet, para algunos autores, va más allá de lo que, en su momento, comportó la irrupción de los ordenadores en las redacciones […] pues rompe los esquemas tradicionales de la práctica profesional y da paso a una verdadera revolución”.5De esta necesidad imperiosa de iniciar un proceso de profunda adaptación y reestructuración surgen varios retos que afectan sobre todo a cuatro ámbitos de la empresa informativa: la búsqueda de una nueva fórmula de negocio rentable en la red, la forma de crear nuevos contenidos periodísticos aprovechando las nuevas tecnologías, soportes y lenguajes, la forma de valerse de la red a la hora de hacer información, y la necesidad de hallar nuevos sistemas de organización dentro de las propias redacciones. El problema reside en que, en todos estos casos, y tratándose como se trata de un fenómeno novedoso y en constante mutación, aún es extremadamente difícil vislumbrar, a priori, cuáles son las estrategias más adecuadas a seguir por parte de las empresas periodísticas. En una “zona de indeterminación” como la actual, imposible de planificar deliberadamente por ningún actor, hay todavía que armonizar los cambios sociotecnológicos con los usos y costumbres sociales y la forma de funcionar de los diversos colectivos humanos, a fin de obtener una “estabilización socio-cultural de los nuevos sistemas científicos y tecnológicos, de conjugar su estabilización técnica con la interpretativa y organizativa.”6 No obstante, y a medida que evolucionan a la par tecnologías y usos sociales, a medida que se prueba y se investiga, se tiene éxito y se fracasa, y a medida que el ciberespacio y las nuevas 3 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 4 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 5 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 6 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 2

tecnologías se convierten en algo masivo y cotidiano, se van delineando poco a poco cuáles son los rasgos, propiedades y valores intrínsecos a este nuevo mundo y cuál es, en gran medida, la correcta dirección a tomar. Y así, sucede que de entre los muchos aspectos inherentes y característicos de la red y los fenómenos del ciberespacio y la cibercultura, de entre las nuevas fórmulas organizativas que están aplicando los medios, y de entre sus nuevas necesidades y objetivos, surge como auténtico valor en alza la colaboración, la cooperación, la fórmula que adopta el trabajo conjunto de varios individuos con miras a conseguir un mismo fin. Este concepto, el de la cooperación, no es ajeno naturalmente al periodismo, pero puede resultar cuanto menos paradójico remarcarlo como protagonístico en una profesión que, desde siempre, ha estado caracterizada por el individualismo y la competitividad. Sin embargo, y a medida que se analicen los cambios que están afrontando las actuales redacciones en todos sus niveles, y las estrategias que comienzan a demostrarse como más adecuadas para un medio inmerso en el nuevo entorno sociotecnológico, se observará que la cooperación, como valor, como filosofía, y sobre todo, como técnica de trabajo, adquiere una relevancia constante y, más aún, fundamental, tanto como para asegurar incluso que nunca antes había gozado de tal reconocimiento en la profesión periodística, y también para concluir que se está perfilando como uno de los principales aspectos del nuevo entorno periodístico digital.

Cooperación, rasgo inherente a la red y al ciberespacio Antes de entrar en el aspecto netamente periodístico se observa ya de antemano cómo el factor cooperativo7 surge en cuanto se analiza la naturaleza de ese nuevo espacio social nacido gracias al desarrollo de la red, la informática, las telecomunicaciones y la digitalización, es decir, el ciberespacio y la cibercultura a la que éste último ha dado lugar. De hecho, una de sus mayores proyecciones, la llamada inteligencia colectiva, tiene en la cooperación uno de sus grandes motores y rasgos definitorios: “La inteligencia colectiva es la utilización óptima y puesta en sinergia de las energías intelectuales cualquiera que sea su diversidad cualitativa y su ubicación geográfica, […] ésta hace que las competencias, recursos y proyectos de los distintos usuarios de dicho ciberespacio y sus técnicas entren en sinergía, se coopere en modo flexible, se imposibilite la centralización y la compartimentación estanca de la sociedad, y en definitiva, se facilite la apropiación de los cambios técnicos por parte de los distintos grupos reduciendo la exclusión”8. 7 De ahora en adelante se usará la palabra cooperación para referirse indistintamente a la colaboración o a la cooperación en tanto que harán referencia al trabajo conjunto en pos de un mismo fin 8 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 3

Sin necesidad de recurrir a tales abstracciones basta con echar un vistazo a algunos de los principales y más conocidos fenómenos que ha engendrado internet para percibir el alto grado de cooperación que reina en ella: las redes sociales, por ejemplo, dependen de la colaboración libre y desinteresada entre todos sus usuarios para resultar lo suficientemente dinámicas e interesantes como para atraer a más usuarios. Los sistemas operativos y softwares libres, tales como Linux, basan su desarrollo en las constantes aportaciones que diversos seguidores y usuarios realizan libremente y sin ánimo de lucro por todo el mundo. Y éste es más o menos el mismo principio en el que se basan también, y sin ir más lejos, las redes de hackers o las plataformas wikis. Es natural pues que, precisamente por todo ello, internet haya sido considerado como “un ejemplo de construcción cooperativa internacional”9

Así las cosas, y como primera aproximación, parece lógico pensar que un periodismo que pretenda amoldarse a un ambiente en el que la cooperación juega tan importante papel quizás tenga que asimilar en gran medida este rasgo. Como fuere, su importancia se muestra verdaderamente al analizar las nuevas técnicas de trabajo y las diversas consecuencias que la red digital supone para la faena periodística.

La

cooperación

como

elemento

fundamental

de

la

convergencia

multimediática Una vez se bucea en el interior de los propios medios de comunicación y en los cambios que éstos han de afrontar ante la reciente revolución tecnosocial la relevancia que poco a poco va tomando la cooperación crece, y ya se presenta como capital en la convergencia multimediática, el proceso que, con mayor o menor éxito o intensidad, están aplicando todos los medios en su afán de adaptarse a la red y del ciberespacio. La convergencia es “el proceso multidimensional que, facilitado por la implantación generalizada de las tecnologías digitales de telecomunicación, afecta al ámbito tecnológico, empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación, propiciando una integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y lenguajes anteriormente disgregados, de forma que los periodistas elaboran contenidos que se distribuyen a través de múltiples plataformas, mediante los lenguajes propios de cada una”10, “un fenómeno polisémico, que sirve para enmarcar la tendencia hacia la progresiva disolución de los límites entre medios, que se materializa en: la producción integrada, los profesionales polivalentes, la distribución multiplataforma y las audiencias activas

9 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 10 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 4

[…] que influye en el perfil de periodista y en sus habilidades técnicas y también en la manera en que se organizan las redacciones”11. El carácter multidimensional de la convergencia se debe a que afecta a la empresa periodística en sus esferas tecnológica, profesional, editorial y empresarial, y es en todas y cada una de ellas que se puede observar cómo la cooperación juega un importante papel.

Cooperación en la labor cada vez más polivalente del periodista El periodista de hoy se caracteriza por una polivalencia funcional y mediática cada vez mayor, funcional en tanto que se asumen labores instrumentales distintas a las de la propia especialidad, y mediática en tanto que se informa a través no solo de un soporte sino de varios y manejando varios lenguajes distintos, es decir, que se transmite un único contenido multimedia a través de distintos canales y soportes. Así “surge el periodista polivalente, que ha de dominar los diferentes lenguajes de los medios tradicionales pero que no se ha de limitar a presentar productos convencionales para prensa, radio o televisión aisladamente, […] sino que ha de combinar estas tres modalidades de expresión para un nuevo media.12 El propio concepto de noticia digital hace referencia a estos y otros factores que remarcan la polivalencia necesaria del nuevo periodista: “La noticia digital se puede concebir como el discurso multimedia perfeccionado a partir de la reelaboración o la reconstrucción del material procedente de las agencias, de los intercambios con otros medios o de archivos extraídos del servicio de documentación.”13 Frente a esto, la cooperación surge como una herramienta fundamental, pues los nuevos periodistas no se verán nunca más circunscritos a trabajar para un solo soporte y con un solo lenguaje, sino que habrán de aprovechar y usar todos los medios a su alcance para crear contenidos multimedia que difundir por la mayor cantidad posible de canales distintos. Así, no resulta viable una redacción en la que sus componentes acudan al soporte que más les convenga en cada caso para mejorar y enriquecer su información sin recibir, una vez allí, la requerida colaboración por parte de otros periodistas que dominan mejor el lenguaje de dicho soporte o que pertenecen a una especialidad más acorde con éste... cooperación que no solo beneficiaría al necesitado que acudiera en primer lugar a un soporte, sino también a los otros profesionales, que recibirían un nuevo contenido a desarrollar, cooperando, por supuesto.

11 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 12 Josep Lluis Micó, Periodismo en la red, Lenguaje nuevo de un oficio viejo, Eumo Editorial, 2006, Vic. 13 Josep Lluis Micó, Periodismo en la red, Lenguaje nuevo de un oficio viejo, Eumo Editorial, 2006, Vic. 5

Cooperación en la esfera tecnológica de la convergencia No basta con imbuir una nueva cultura profesional en los nuevos medios, sino que también hay que implantar innovaciones tecnológicas que permitan un flujo sencillo de todo tipo de contenidos entre las redacciones convergentes. Éstas innovaciones se basarían en sistemas de gestión de contenidos multiplataforma que posibiliten el trabajo en equipo, y en tecnologías de producción semejantes y permeables entre sí para poder intercambiar y editar diferentes contenidos sin problema de formato o soporte. “La convergencia pretende crear una nueva cultura periodística que unifica los instrumentos y tecnologías con los que trabajan los periodistas”14 No obstante, el rápido desarrollo de dichas tecnologías hace que se hagan rápidamente obsoletas, lo que obliga a un constante esfuerzo de actualización de conocimientos por parte de los periodistas, un problema al que se suma el “desfase” tecnológico que algunos arrastran ya desde antes incluso de la reciente revolución de los últimos años. Además de esto, hay que tener presente también que, al menos hasta hoy, la labor del periodista tradicional, al estar compartimentada en un solo medio o soporte, alentaba un alto grado de especialización en un área concreta mientras que ignoraba por completo los rudimentos relativos a cualquier otra técnica que no estuviera directamente relacionada con ésta. Ante el nuevo panorama surgido con el metamedio que es internet, la polivalencia de la nueva labor periodística y la convergencia multimediática, resulta que todo reportero ha de saber manejar, de pronto, un número cada vez mayor de tecnologías ajenas al que, hasta hoy, había sido su soporte habitual. Ante tal panorama de polivalencia y brecha tecnológica (cuando se da) la cooperación surge como una herramienta básica a la hora de encarar los retos que suponen las nuevas tecnologías y su constante evolución, y poder formar a todos los periodistas de la redacción en las diferentes y variadas técnicas que habrán de dominar para hacer más fácil y efectivo no solo su propio trabajo, sino también, y como no puede ser de otro modo en una ambiente convergente e interconectado, el de los demás. A tal fin, y aparte de posibles cursillos de formación que pudiera organizar o alentar la propia empresa, la cooperación y el intercambio de conocimientos entre periodistas en el día a día de la redacción resulta fundamental, ya sea entre jóvenes inexpertos pero versados en las nuevas tecnologías y veteranos experimentados pero tecnológicamente desfasados, o entre profesionales de diversos soportes o lenguajes que han de comenzar a trabajar juntos en un entorno multimedia y multisoporte, o incluso a la hora de comunicar y popularizar nuevas tecnologías útiles y novedosas que acaben de salir al mercado y cuyo dominio redunde en el beneficio común de toda la redacción.

14 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 6

El proceso de integración de las redacciones, una redacción esencialmente cooperativa “La fusión o integración de las redacciones es tan solo una de las concreciones prácticas de la convergencia […] Si bien la convergencia es inevitable en todo grupo periodístico la integración no lo es. Esta última es solo una posibilidad discrecional entre muchas […] no existe un patrón único para los procesos de convergencia de redacciones”15. No obstante no ser un factor obligado la integración de las redacciones sí que es un proceso muy común y extendido entre los medios que persiguen la convergencia multimediática, pues en muchos aspectos resulta una consecuencia natural de ésta. Una redacción integrada es o debería ser aquella capaz de nutrir de contenidos a dos o más soportes mediante una única unidad de producción. Para ello es precisa una importante labor de coordinación y cooperación, sobre todo cuando se viene de un modelo de redacción tradicional que divide las distintas áreas en base a los soportes con los que se trabaja y con poca o ninguna comunicación entre ellas. “Cuando se aborda un proceso de integración de redacciones con anterioridad es preciso adoptar decisiones que posibiliten la convergencia en las esferas inferiores y superiores […] coordinación de las distintas unidades empresariales implicadas […] y lubricar la coordinación gerencial y la editorial […] el reto no es tanto cambiar el producto sino el proceso de producción”16 Ante el nivel de convergencia e integración que se persigue instaurar entre redacciones, empresas de un mismo grupo, niveles de decisión y editoriales de distintos medios, se perfila de nuevo la importancia de la cooperación, toda vez que la redacción integrada no es sino el máximo exponente de los procesos anteriormente citados, es decir, del trabajo polivalente, multimedial y multisoporte del periodista y de su constante adaptación tecnológica y dominio técnico, procesos que, como ya se ha comentado, requieren en gran medida de una fuerte cooperación. Cabe recordar, no obstante, que la cooperación y la colaboración han de aplicarse en una redacción integrada de forma adecuada, pues no todos los perfiles profesionales de los distintos medios son susceptibles de integrarse. De momento, el proceso de integración de la producción ha pasado por diferentes fases o grados de integración, desde la mera clonación y repetición de contenidos a la producción cruzada, llegando actualmente hasta la coopetición, la cooperación entre redacciones diferentes que colaboran pero que no están completamente integradas. Lo cierto es que, hoy por hoy, parece que en muy pocos casos, o en ninguno, se ha llegado a una efectiva y real 15 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 16 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 7

integración de redacciones, al menos en el caso español.

El nuevo conglomerado multiplataforma y la cooperación editorial Las empresas periodísticas han vivido durante los últimos años un proceso de diversificación mediática y de creciente coordinación entre sus distintos medios del que han surgido los conglomerados multiplataforma. En paralelo a esta diversificación surgen estrategias de coordinación editorial y comercial entre sus diversas sociedades, algo natural si lo que se pretende es caminar hacia la convergencia y evitar que cada medio actúe sin tener en cuenta a los demás perdiendo la oportunidad de beneficiarse del potencial y los recursos de todo el conjunto empresarial. Para posibilitar y mejorar la coordinación entre diferentes medios de un mismo conglomerado surge la necesidad de contar, una vez más, con una adecuada cooperación, en este caso a nivel de medios distintos, un mecanismo que de lugar a prácticas y posibilidades muy interesantes y beneficiosas para todos, entre las que está principalmente la del cross-media, la producción, difusión y consumo de contenidos a través de diversos medios que forman parte de un único grupo de comunicación. Este mecanismo permite la reutilización de contenidos y la difusión a través de múltiples plataformas de una misma información que los distintos medios comparten y tratan posteriormente y en cada caso de la manera más adecuada dadas las oportunidades que les brinde su propio soporte. De este modo la empresa consigue además trasladar la credibilidad y la relevancia de sus marcas o medios principales a otros soportes, y aprovechar al mismo tiempo las posibilidades que ofrecen estos nuevos canales para retroalimentar a su vez la credibilidad y la relevancia de la marca original. Además de la necesidad de coordinar los distintos medios para aprovechar mejor los recursos de todos los demás la necesidad de cooperar surge también ante el actual cambio en las rutinas y modos de trabajo del nuevo medio digital, en donde “se impone la colaboración, no solo entre periodistas de un mismo medio sino entre los de distintos medios entre sí, la tradicional concepción individualista del trabajo del periodista ha muerto. Se trabaja con la inmediatez, donde un periodista que cubra un evento ha de transmitirla rápidamente a sus colegas de la edición digital para que puedan colgarla inmediatamente, no tener que depender de las agencias y no crear un producto igual al de los demás […] Se trabaja 24 horas, lo que obliga a intercambiar información para poder pasar el testigo […] Se trabaja con multimedialidad, y la acertada colaboración permite la comunicación interna entre los diversos medios”17 17 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 8

Estos cambio en los ritmos de producción han redefinido por tanto el concepto de primicia y exclusiva, y hoy por hoy a la empresa le interesa publicar la exclusiva en internet y ofrecer en sus demás ediciones algún tipo de valor añadido tratando en cada caso la información del mejor modo posible en base siempre a las posibilidades y características propias de cada soporte. Se trata de reorganizar los eslabones de la cadena editorial y seguir un criterio de vida útil de la información que comienza por la última hora, sigue en el multimedia, se amplía con la documentación y se completa con el análisis, una sucesión de géneros a los que convendrá, en cada caso, uno u otro medio, o incluso varios a la vez. El objetivo es, pues, que cada medio adopte un mismo contenido pero que lo trate y lo transforme aprovechando las ventajas, recursos y características que le sean propios, para pasar de una posible redundancia a la complementariedad. La nueva filosofía de trabajo anima a centrarse en las posibilidades propias que aporta cada medio y realizar un producto propio y con un alto valor añadido, dejando a otros cualquier tratamiento ulterior que no resulte propio. “Los medios no han de ser redundantes, sino complementarios. No han de intentar publicarlo todo. Cada medio ha de especializarse en un ámbito y unas tareas concretas, las que se le den mejor, y trabajar y abordarlas de la forma que mejor considere, que no ha de ser igual a la de los demás […] La convergencia consiste en propiciar que unos medios se apoyen en otros para que cada cuál se concentre en aquello en lo que es especialmente fuerte.”18. Cada tema tiene pues su formato, y hay que decidir cuál es el más indicado en cada momento. Aquí es más evidente que nunca la necesidad de una cooperación real y constante, puesto que si ésta no se da lo que se produce dentro del conglomerado es mera redundancia de contenidos, informaciones que se ofrecen idénticamente en los distintos soportes y datos que se repiten sin necesidad sobre todo por carencias de comunicación entre unos medios y otros. Muchos media juntos, por lo tanto, no suponen por fuerza multimedialidad si no están coordinados. Otra de las ventajas cooperativas que ofrece el cross media, además de posibilitar una multitud se soportes con los que tratar y editar una misma información, es la de contar con profesionales de reconocido prestigio de un medio que puedan colaborar con las redacciones de otros medios ya sea produciendo informaciones o como invitados, articulistas o entrevistados, haciendo que el medio al que acuden se beneficie de su prestigio y credibilidad igual a como se beneficia habitualmente el medio en el que trabajan. Y del cross media, a su vez, surgen otras opciones, como el cross-promotion, el método con el que los distintos medios de una misma empresa coordinan sus respectivas promociones publicitarias y de marketing para conseguir un resultado global más rentable. En este caso, sin embargo, hay que intentar que la integración 18 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 9

comercial y la autonomía editorial no se excluyan la una a la otra. Todo este proceso de convergencia y de coordinación ha de aplicarse, sin embargo, con sumo cuidado, pues hay que tener presente, por ejemplo, que el contenido editorial, el lenguaje periodístico, el ciclo de producción y el perfil de las audiencias de los distintos medios a menudo son muy divergentes, por lo que muchos medios a la hora de implantar procesos de convergencia de redacciones han optado por mantener cierto grado de autonomía mediática en el seno de cada una de las redacciones pretendidamente integradas. No hay que olvidar que los distintos soportes difieren en público, ritmo informativo, características multimedia y funciones documentales, y que convergencia, así como cooperación, no quieren decir uniformidad.

Explotación de la interactividad, cooperación con el público-fuente “Los medios tradicionales ofrecen al público una percepción común, pero nada más que eso, entre los receptores que perciben aquello “en común” no hay comunicación. En la red sí, hay una interacción en el seno de una situación”19. Los nuevos medios digitales cuentan entre sus ventajas y sus posibilidades con la opción de desarrollar por vez primera una amplia y verdadera interacción con su público. Esto, entre otras muchas cosas relativas, por ejemplo, a la interactividad y a la personalización de contenidos, comporta además la oportunidad para el periodista de desarrollar una nueva relación con los usuarios en la cual pueda beneficiarse de éstos últimos tomándolos como una nueva y más abundante que nunca fuente informativa. Entre las herramientas que posibilitan esta nueva interacción periodista-público están el correo electrónico, la posibilidad de dejar “comentarios” en las páginas del medio o incluso el fenómeno de los blogs. Evidentemente, la participación del público en el medio siempre habrá de facilitarse aplicando con anterioridad el pertinente criterio periodísticos, pues rara vez podrá considerarse realmente como periodismo aquello que el público pueda aportar, algo que, si acaso, suele ser más bien fuente informativa, un error en el que se cae a menudo en el reciente fenómeno del “periodismo ciudadano”. De esta posibilidad surge de nuevo la relevancia de la cooperación como valor y método de trabajo en la redacción, en este caso entre el periodista y el público, pues si bien éste último puede por fin resultar una fuente de información más fecunda de lo que nunca antes lo había sido para el periodista (o de lo que nunca antes se le había dado la posibilidad de ser) también hay que tener en cuenta que, al menos en un principio, toda colaboración por su parte será libre, gratuita y voluntaria, es decir, basada en su buena fe, lo que implica una necesaria actitud colaborativa y receptiva 19 Pierre Lèvy, Cibercultura, Anthropos editorial, 2007, Barcelona 10

también por parte del reportero, una relación quizás no entre iguales, toda vez que el público no es periodista, pero sí cooperativa, ya que, al fin y al cabo, se trata dos colectivos que pueden tener mucho que ganar el uno del otro. La colaboración con el público llega a su máxima expresión en aquellos medios que conceden un amplio espacio a los contenidos producidos por el público, destacando la función cada vez más común de algunos periodistas como Community Manager, un trabajo de empatía, de relaciones interpersonales y de pedir al usuario una colaboración voluntaria y unos contenidos a los que hay que darle luego un valor añadido mediante el trabajo periodístico. Al esfuerzo participativo del usuario cabe corresponder de diversas formas, entre ellas dar visibilidad a sus aportaciones, mantener una comunicación y un feedback fluidos o prestando ayuda y guía tecnológica cuando sea menester.

El surgimiento de nuevas técnicas organizativas hace inviable una redacción rígida y compartimentada “La introducción de cualquier nueva tecnología contribuye a la transformación de las prácticas periodísticas existentes y de sus rutinas y al establecimiento de otras, justamente con el desarrollo de nuevas habilidades periodísticas”20 Se trata, pues, de iniciar un deliberado y planificado proceso de adaptación y cambio en el seno de las redacciones periodísticas que, entre otras medidas, contemple un alto grado de cooperación a todos los niveles, tal y como requieren las actuales circunstancias de trabajo. Una de las primeras cosas a cambiar, por tanto, es el actual modelo de trabajo de la redacción periodística, excesivamente rígida, compartimentada, competitiva y jerárquica. Cabe pues establecer una estructura más cooperativa y flexible ante las innovaciones técnicas y los cambios en la demanda, pues todo parece indicar que los planteamientos rígidos están condenados a la obsolescencia. En las actuales empresas multiplataforma, sin embargo, se actúa en base a unos códigos de conducta basados en castas profesionales y prioridades informativas, en donde a menudo reina la gerontocracia entre periodistas jóvenes y viejos y el sometimiento de los nuevos medios (como el digital) a los más viejos (la prensa). En estos grandes conjuntos de medios la influencia y capacidad de decisión en un medio en concreto es directamente proporcional a su cuenta de resultados, y se sigue la lógica según la cual se da mayor importancia a la actividad o tecnología más cara porque ofrece un sentido de exclusividad, mientras que se minusvalora el altamente accesible y económico entorno digital. “En los diarios que no han experimentado un proceso de 20 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 11

integración se detecta un ratio constante de diez periodistas para papel por cada periodista para digital […] un ratio que responde al peso económico de cada uno de estos medios […] esa situación de franca inferioridad ralentiza o incluso impide la expansión del medio digital, precisamente aquel que está creciendo.”21 Estas desigualdades se reflejan también en las condiciones de trabajo de los periodistas, es decir, en los medios con los que cuentan y en sus sueldos, lo que acentúa aún más el sometimiento y la desunión. Por otro lado, dentro de los conglomerados cada medio actúa como un territorio con sus propias leyes, donde el director de la redacción junto con el director general y el gerente, es la máxima autoridad, y donde los directores de los medios con mayor ascendiente e influencia dentro de la compañía marcan los designios editoriales de los demás. Ante esta situación, arraigada desde hace décadas, interesa implantar una coordinación multiplataforma a través de una dirección editorial de grupo y una nueva cultura de grupo en donde ningún medio quede subordinado a otro y en donde se pueda reunir en un mismo entorno de trabajo a periodistas del medio impreso y el digital para facilitar la colaboración. En lo referente a gestión, gobierno y jerarquías, no debe haber subordinación, sino coordinación entre iguales, una desigualdad que también ha de eliminarse en lo referente a las condiciones de trabajo o incluso en la relación con el público: “No tiene sentido cuidar solo de los lectores en un único soporte aunque éste sea el más rentable […] Las mejores empresas periodísticas del futuro serán aquellas que conozcan cómo es su audiencia en cualquier plataforma”22 Otro problema de las redacciones actuales reside en su estructura y división de trabajo, estructura que las mantiene fijadas en su labor tradicional en base a una división en secciones y soportes que genera más competitividad que colaboración, exceso de jerarquía, mala información, jefes con demasiadas tareas y periodistas que suelen ajustar su criterio, iniciativa y creatividad a la de sus jefes. Las redacciones de este tipo viven obsesionadas con el cierre, hay más control y supervisión que planificación y se corrige mucho sin correr apenas riesgos. La nueva tendencia, por el contrario, tiende a la especialización temática en lugar de a la mediática, sobre todo a medida que avanzan los procesos de convergencia, donde el periodista tiende a cubrir un mismo asuntos en varios soportes distintos. “La clave del proceso de convergencia multimediática consiste, sobre todo, en organizar la redacción en función de los contenidos y no definirla solo por sus productos o por las tecnologías que emplea”23 En la integración por secciones temáticas se refuerza la sección como unidad de producción informativa 21 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 22 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 23 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 12

especializada y se introduce efectivamente la mentalidad de multiplataforma. Y como alternativa también ha surgido la organización en base a otro criterio, el temporal, entre última hora e información de fondo, una organización que aporta mayor coherencia editorial y eficiencia de costes.

Una nueva concepción más cooperativa de la redacción periodística Las redacciones, como fuere, cada vez habrán de ser más orgánicas para seguir el ritmo de la información y los flujos de edición y también el modo en que sus usuarios gestionan sus intereses, necesidades y tiempo. Además habrán de ser flexibles, para mantener una cultura profesional y unos principios editoriales claros al tiempo de ser capaces de adaptarse a trabajar en variadas condiciones de tiempos y formatos. Habrán de ser también lo más participativas posibles hacia dentro y cuanto más permeables para los ciudadanos mejor. Habrán de ser totales, para contextualizar todo tipo de contenidos para diversas audiencias en diversas condiciones de tiempo y lugar. Y, por último, habrán de ser abiertas, a fin de evitar la endogamia, la rutina y la verticalización. Redacciones que se estructuran en base al tema y no al soporte, flexibles, orgánicas, participativas, abiertas, multimedia y multisoporte... son redacciones, en esencia, que presentan un conjunto de características estrechamente ligadas a la cooperación, pues se basan en la movilidad y la transversalidad, en un espacio de trabajo que permita al periodista desplazarse, siempre y cuando su información lo precise, al área, sección o soporte que más le interese, lugar en donde ha de poder establecer una efectiva cooperación con otros periodistas a fin de poder tratar entre todos una misma información del mejor, más variado y más completo modo posible. No obstante, y una vez más, cabe señalar la importancia de aplicar una cooperación real, beneficiosa, positiva, y por tanto que deje también un espacio a la independencia y la autonomía de cada soporte, pues cada uno cuenta con sus propios ritmos de producción y perfiles profesionales, ya que existen reporteros más dados a ser polivalentes, en general aquellos que tienen como cometido principal obtener la información de las fuentes originales, mientras que aquellos que cumplen cometidos editoriales suelen estar más condicionados por el soporte. La convergencia interesa aplicarla con criterios comunes pero con esquemas de trabajo distintos, y siempre conociendo las peculiaridades de las empresas de comunicación en donde se lleva a cabo, incluidos los códigos de actuación no escritos, como sus estructuras informales. En tanto que la convergencia es un proceso, es decir, algo que tiene un carácter gradual y paulatino, la cooperación adquiere otro papel más, el de motor o lubricante que posibilita dicho proceso. La buena comunicación y colaboración entre jefes y empleados facilita un proceso lento pero sólido de convergencia, en el que el flujo de ideas se invierte, en donde se escucha a la 13

redacción y al público, y en donde las ideas no se dictan, sino que emergen. Las sinergias dependen más del trabajo constante que de una decisión aislada, y se requiere un trabajo diario y constante para que cualquier esfuerzo de sus frutos, un esfuerzo al que contribuye tanto la disposición física de la redacción como la ruptura previa de barreras desde la dirección. El perfil profesional cada vez más solicitado encaja precisamente con estos nuevos valores, pues subraya la creatividad, la capacidad de tener nuevas ideas y la iniciativa. Es esencial la implantación de una estructura que permita todo esto, con su correspondiente organismo de coordinación multiplataforma que permita implementar sistemas multiplataforma de gestión de contenidos para compartir no solo información en proceso de elaboración o ya terminada, sino también agendas, convocatorias, previsiones informativas, escaletas... “La gestión editorial multiplataforma, además de un cambio de mentalidad profesional entre quienes deben ponerla en práctica, requiere de condiciones logísticas que la hagan posible […] entre lo que está coordinar el trabajo de las redacciones de los distintos medios implicados […] y toda coordinación comienza por la comunicación (interna en este caso).”24

El papel de la empresa como impulsora de las nuevas prácticas periodísticas La dirección de la empresa periodística tiene mucho que decir a la hora de aplicar los diferentes principios y prácticas antes citados a fin de construir el nuevo modelo de redacción convergente y cooperativa que sería deseable adoptar, pues es la propia empresa la encargada de diseñar e implantar las estructuras que posibilitarán que este nuevo modelo de trabajo se estabilice y desarrolle dentro de todo el conglomerado mediático sin que todo quede simplemente en un fenómeno aislado que se de, si acaso, en ciertas redacciones y secciones gracias tan solo a la iniciativa de los propios periodistas. Así pues, es capital la actitud y decisión del medio frente a los nuevos cambios que cabe adoptar, una actitud que, en el pasado, no siempre ha estado a la altura de las circunstancias: “El nacimiento de la redacción electrónica fue fruto de un largo y lento proceso de reflexión estimulado por las empresas editoras, que vieron un conjunto de ventajas económicas en forma de integración productiva, reducción de costes y de tiempos de elaboración […] la irrupción de internet en las redacciones, en cambio, fue mucho más rápida, aunque improvisada y fragmentada. Las primeras conexiones a internet fueron el resultado de demandas individuales de periodistas, no la consecuencia de una política de conectividad proyectada desde las empresas […] Las empresas periodísticas prácticamente no actuaron como agentes impulsores de esta innovación, y en la mayor 24 Ramón Salaverría y Samuel Negredo, Periodismo Integrado, convergencia de medios y reorganización de redacciones, Editorial Sol90, 2008, Barcelona 14

parte de los casos, la instalación de internet fue lenta, ligada a la llegada de otras tecnologías y sin política activa de formación y reciclaje para los trabajadores. Si a eso le añadimos que la tradición en el uso de la información electrónica entre los periodistas era más bien escasa y que la informatización va a ser tardía, podemos afirmar que la llegada de internet a las redacciones va estar más marcada por los frenos que por los impulsos.”25 Hoy, sin embargo, la situación ha cambiado, e internet está considerada ya como “la herramienta inevitable […] una imposición no tanto fruto de una decisión estratégica de la empresa, sino del peso mismo de las circunstancias […] que puede ser el detonante que acabe por obligar a los responsables de las empresas periodísticas a cambiar de modelo imperante […] Es cierto que la red todavía no ha permitido satisfacer las expectativas que inicialmente en ella se habían depositado, pero no es menos cierto que abre un amplio abanico de posibilidades. Ahora está en manos de los propietarios de los medios querer aprovecharlas”

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De momento, las empresas periodísticas han conseguido dar el primer paso en internet, basando su éxito sobre todo a su credibilidad. No obstante, y puestos a aplicar la convergencia, muchas empresas tan solo se han servido de ella (pretendidamente o no) para fundir redacciones, reducir plantillas y aumentar las tareas asignadas a cada periodista, a fin de reducir constes y aumentar la productividad. Paradójicamente, el resultado es que estos medios, con la excusa de la convergencia, no invierten en calidad, la clave de la supervivencia de toda empresa periodística a lo largo del tiempo y el fin que persigue incluso la propia convergencia, sino que, antes bien, están agravando las condiciones de trabajo de sus reporteros, ya de por si precarias generalmente, lo que supone en conjunto una pérdida de calidad y de valor añadido y, por tanto, un beneficio inmediato bastante limitado que conllevará, sin embargo, un grave problema a largo plazo. Mientras tanto, la cooperación sigue adquiriendo protagonismo como característica deseable de la nueva redacción y la nueva empresa informativa, eso sí, por desgracia, y de momento, de una forma eminentemente teórica, a la espera de que se inicien verdaderos procesos de convergencia en los medios de comunicación que permitan instaurarla y aplicarla, una perspectiva todavía lejana para la gran mayoría de las redacciones del mundo y también de España.

25 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 26 Pere Masip, Internet en las redacciones, Información diaria y rutinas periodísticas, Trípodos Editorial, 2007, Barcelona 15