CONCILIAR LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL NO ES AMPLIAR EL HORARIO DE LOS CENTROS EDUCATIVOS Cuando se habla de “Conciliar vida familiar y laboral” se habla de reestructurar los sistemas laboral, educativo y de recursos sociales a fin de introducir la igualdad de oportunidad en el empleo, variar roles y estereotipos y cubrir la necesaria atención a menores y otras personas dependientes. Conciliar no se refiere por tanto a someter a las exigencias laborales el horario escolar del alumnado. En todo caso debería ser prioritario el criterio pedagógico frente al criterio mercantil. En en el anteproyecto de la reforma de la Ley de Igualdad la Sra. Díaz pretende ampliar el horario escolar para así supuestamente facilitar que “las mujeres no abandonen el ámbito laboral”. Desde USTEA denunciamos que se trata de una medida demagógica y contradictoria ya que bajo la apariencia de conciliación se posibilita lo contrario, es decir, horarios que hacen la conciliación imposible. Se olvidan aquí de la relevancia de los criterios pedagógicos con los que ha sido establecido el horario escolar y cuyos referentes son aspectos como el desarrollo físico y psicológico del alumnado, los ritmos de aprendizaje y la formación. Desde USTEA no podemos permitir que sea el horario laboral el que establezca los ritmos en la enseñanza sino que tendrá que ser el ámbito laboral el que definitivamente se adapte a los ritmos educativos. La auténtica conciliación familiar y laboral pasa por respetar los ritmos formativos del alumnado y por dotar de contenido real la participación de las familias en la educación de sus hijos e hijas como integrantes de la comunidad educativa y como actores fundamentales en su desarrollo. Con esta medida, populista donde las haya, avanzan en la línea neoliberal de total sometimiento al sistema de producción: la única beneficiada es la empresa a la que se otorga un mayor abanico de disposición temporal de sus trabajadores y trabajadoras, además de nuevas oportunidades de negocio en actividades extraescolares y demás. De modo engañoso la Presidenta de la Junta de Andalucía pretende dar solución a la cuestión de la conciliación mediante la anulación del derecho de los menores a recibir una educación de calidad y respetuosa con sus particularidades. Conciliar no supone tener a nuestros hijos e hijas más días y horas en el centro educativo, conciliar supone poder pasar más tiempo con ellos y ellas. La Sra. Díaz pretende ignorar que el alumnado de enseñanza obligatoria pasa 113 más horas en clase que la media de la OCDE (Informe de 2013).